EN UN PAIS LEJANO EXISTIO UNA CHICA QUE DOLIA EL CORAZON SI NO AMABA (CAPÍTULOS 71-80)
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
EN UN PAÍS LEJANO EXISTIÓ UNA CHICA QUE
DOLÍA EL CORAZÓN SI NO AMABA
Buker salió de la fiesta llevándose a Astrid. Claude se encargó de avisar a Emma sobre que ellos se han marchado porque Astrid se había aburrido en la fiesta, para que no se preocuparan.
En la parte de atrás de la casa ya los estaba esperando Farnel, con el auto, para recogerlos y sacarlos de la casa de Maxwell, lo más rápido posible sin que se dieran cuenta.
En cuanto entraron, Buker sacó su teléfono y envió mensajes de inmediato a sus hombres para que encontraran al hombre que atacó a su pequeña novia, y lo atraparan para él.
Buker llevó a su pequeña novia a su propia casa para ayudarla a que se terminara de reponer.
Astrid aún estaba confundida dentro de su cabeza; seguía teniendo pensamientos extraños, escuchando una voz extraña que le decía órdenes, tanto sobre cómo comportarse, que hacer, y escuchaba más claramente que le decían que tenía que amar o morir si no lo hacía.
Veía pasar imágenes en su mente como si fuera una película en retrospectiva de toda su vida, desde que había llegado al orfanato, hasta el día que vio por primera vez a Buker. No sabía él por qué sentía como si todo ese tiempo solo fuera un sueño, nada real.
Cada recuadro que recordaba era un momento que le parecía irreal. Cuando llegó y vio a su primer cuidador, no fue en el orfanato; fue en un lugar blanco, donde había diferentes personas con batas blancas. Era un lugar con paredes de cristal. Ella recordó que se encontraba en una cama sentada, viendo a todos ellos cómo la observaban. Era un hombre mayor que ella reconoció.
—¡Mi cabeza va a estallar!
—Tranquila —Buker la abrazó y subió y bajó su mano por la espalda para consolarla, haciendo sentir que ahí estaba para ella.
Buker sabía que posiblemente estaba su mente comenzando a reaccionar de forma consciente, por primera vez. Sería un momento complicado para Astrid comenzar a recordar todo de golpe. El dolor sería muy cruel, para pasarlo sin una ayuda química. Él lo soportó de esa forma y fue un infarto; no podía ver que ella lo hiciera; tenía que hacer algo de inmediato, pero si la dormía, ella podría no despertar en 24 horas, así que sería lo mejor llevarla a su casa y que descansara ahí.
—Farnel, tenemos que ir a casa de los padres de Astrid; prepara el medicamento; se lo aplicaré cuando estemos ahí.
Farnel comprendió lo que tenía que hacer; de inmediato tomó todas las instrucciones, y de nuevo preparó el auto para salir rumbo a la zona privada donde se encontraba la mansión de la familia de Astrid.
Después de 35 minutos llegaron a la zona privada donde se encontraba la casa. Entraron y se dirigieron a la dirección correspondiente.
Tocaron y el ama de llaves les abrió la puerta. Se sorprendió al ver a dos hombres acompañando a la chica, pero no dijo nada; simplemente les indicó dónde se encontraba la habitación de Astrid, al verla que se encontraba mal.
—Necesita descansar. Comenzó con un fuerte dolor de cabeza en la fiesta y la traje a descansar; soy su novio.
El ama de llaves sabía que tenía un novio, Astrid, pero nunca imaginó que fuera un hombre con un aura tan oscura, además de guapo, fuerte y feroz.
—Claro, si necesita algo, solo dímelo y se lo traeré.
—Tráeme un poco de agua para tomar una pastilla para el dolor.
—Ahora mismo, la traigo.
En cuanto salió, acomodó a Astrid en su cama, para poder inyectar el medicamento en su brazo. Levantó un poco la manga del vestido, para buscar la vena y colocar el medicamento que ya había preparado de antemano. No había encontrado el momento para ponerlo, y ahora, de una forma inesperada, se dio la oportunidad.
Buker encontró la vena y comenzó a inyectar el medicamento para que Astrid comenzara a tranquilizarse. Pronto se quedaría dormida y descansaría por varias horas continuas. Tendría que cuidar de ella, por si tenía alguna reacción adversa, pero lo haría de alguna manera discreta bajo alguna excusa.
Tenía que pensar en algo antes de que regresaran los padres de Astrid de la fiesta, para poder continuar en la casa; seguro podría hacerlo si convencía a su padre de charlar con él sobre algún negocio o cosas similares.
—Farnel trae una botella del mejor Whisky, para cuando venga mi suegro, necesito quedarme en esta casa para cuidar de Astrid, así que tengo que charlar con él, y así pasará la noche aquí.
—Jefe, ya estás cambiando, ya puedes encontrar excusas, para poder conquistar a tu suegro.
—Déjate de tonterías y ve a traer lo que te pido.
—Está bien, ya regreso. —Pero de cabeza, que va al chat público del grupo, les contaré qué pasará la noche en la casa de sus suegros.
Buker se quedó sentado en un sillón a un lado de la cama de Astrid, viéndola cómo estaba tranquila, pensando en todo lo que debía sufrir mientras crecía, en cómo le habrían implantado recuerdos, y la forma en la que le habrían instruido para que estudiara sin parar.
Convirtiéndola en una máquina de aprendizaje, para que cuando fuera adulta fuera algún tipo de investigador o quizá un buen espía, no podía creer que su propio abuelo la llevara a ese campo de experimentos, que su madre no se diera cuenta de lo mercenario que podría ser su padre por obtener la gloria y el beneplácito del reconocimiento del mundo científico.
Pero bueno, lo consiguió su nieta. Al final de todo, ahora Astrid era reconocida por haber encontrado la respuesta al problema científico que ni su abuelo ni la comunidad científica habían encontrado en más de cien años, gracias a ese maldito experimento que crearon ellos para desarrollar la mente humana de los niños superdotados en seres superiores, como lo es él mismo, que pueden tener control sobre cualquier conocimiento, pero que no pueden salir al mundo.
Son solo hechos para que sirvan como herramientas para su gobierno.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
EN UN PAÍS LEJANO EXISTIÓ UNA CHICA QUE
DOLÍA EL CORAZÓN SI NO AMABA
Astrid estaba recordando cómo fue llevada por su abuelo, una noche de verano.
—¿A dónde vamos, abuelo? Mi mamá no sabe que salí contigo; ella me extrañará, ya es de noche.
—No te asustes, pequeña, solo irás a que veamos unos amiguitos, vamos, sube al auto.
—¿Unos amigos, van a jugar conmigo?
—Si jugaran contigo a leer libros, a estudiar y a aprender.
—Eso no es jugar, jugar es lo que hace, mami. Cuando saca mis muñecas…
—Tu madre siempre ha sido un problema: no estudió lo suficiente, decidió dedicarse al arte y no a la ciencia; fue una decepción.
—Al arte, ¿qué es eso?
—Olvídalo, pequeña Astrid, tú serás diferente, tú serás muy inteligente, nadie será como tú.
Astrid comenzó a balbucear entre sueños palabras ininteligibles. Buker trató de entender lo que decía.
—No, abuelo, quiero a mi mami, regresa, regresa.
Sintió una opresión en su pecho al pensar lo que debió sufrir cuando fue arrancada de su familia, cuando se dio cuenta de que ya no regresaría a su casa y que no volvería a ver a sus padres, lo único que conocía, cuando solo tenía tres o cuatro años.
Era una edad muy tierna como para asimilar lo que le estaba pasando. Su desarrollo cognitivo no estaba muy presente y seguro, solo estaba asustada y sola en ese laboratorio.
Buker comenzó a hacer memoria de la época en que quizá llegó al laboratorio Astrid. Él habría tenido en aquel entonces quizá once o doce años, a lo máximo.
Comenzó a hacer memoria de los que se encontraban en ese entonces con él; eran todos niños; él era el mayor, así que seguro que él vio a Astrid en el laboratorio. Hasta ahora, todos los niños que se usaron en el laboratorio fueron llevados por los mismos científicos.
Hasta ahora, sabía dónde se encontraban todos; incluso algunos de ellos estaban de hecho trabajando para el mismo laboratorio como investigadores; los otros estaban bajo su mando.
Astrid llegó de forma fortuita a su lado, ahora, pero si no recordaba mal, ella podría ser la pequeña que llegó al final, la pequeña niña de pelo largo y rubio, que tenía unos grandes y brillantes, que parecía un gatito asustado.
Era una niña pequeña, que lo comenzó a seguir a todas partes. Le llamaba hermano mayor; él la cuidó por mucho tiempo, hasta que la llevaron a los primeros experimentos, donde la comenzaron a tratar para que olvidara su pasado.
La vio con cariño ahora que la recordó. Esta era la mujer que estaba durmiendo, la que llegó un día hasta la puerta de la tienda que no vende nada y le pidió ser su novio; cuando era pequeña, le pidió que fuera hermano, como no amarla, si estaban destinados a estar juntos.
¿Cómo podría alejarse de ella, si estaban hechos el uno para el otro; han pasado por el mismo infierno y él cuidó de ella cuando era apenas una niña con los mocos y lágrimas en su carita de ángel?
Se sintió tan solo cuando lo separaron de ella; pensó que jamás la vería de nuevo; estaba tan solo en el mundo, que sentía que esa niña podría ser su única familia en aquel frío lugar donde lo único que podía hacer era recibir medicamentos, estudiar de forma metodológica y recibir esos tratamientos de hipnosis, que nunca funcionaron en él.
Pero ahora que encontró a Astrid, puede darse cuenta de que quizá la hipnosis no funcionó, porque él no era un niño pequeño de mente maleable, cuando le llevaron; además, sus padres ya lo habían enseñado a no ser controlado por nadie, y en caso de ser secuestrado por algún grupo de extranjeros, poder controlar el miedo.
Y su pequeña solo era un bebé. En ese tiempo, su mente era maleable todavía.
Lo que implicó que seguramente fue mucho más fácil implantarle las cosas; por esa razón es que tenía tan arraigadas las costumbres de aprender de forma sistemática las cosas y ser autodidacta en cualquier área.
Realmente era sorprendente la forma en la que han llegado a hacer que su capacidad de aprendizaje se desarrolle. Pero la manejó por casi 15 años; fueron persistentes con ella; le implantaron tan profundamente su forma de actuar, que estaban seguros de que podrían dejarla regresar a ser una persona común para monitorizar su desarrollo.
Lo que no lograba entender aún Buker era quien dio la orden de que podría ser libre; su abuelo fue quien la llevó y él estaba enfermo, así que él sería el único que podría dar la orden de que saliera del programa, en su lugar quien podría dejar que se fuera.
Solamente podría ser quien supiera de la existencia de Astrid como nieta de ese hombre, y si quien la está monitorizando es Liam, debe ser su padre el excompañero del abuelo de Astrid.
Vio que Astrid tenía un ordenador portátil en su escritorio. Le dio curiosidad por saber qué contenía, así que lo tomó para verlo, comenzando porque era de color de rosa. Eso se le hizo muy tierno; no le parecía que ella fuera así de meticulosa en cuanto a escoger ese tipo de colores. Seguro que fue su madre; incluso esta habitación estaba decorada toda en colores pastel, como para una princesa, y eso no le parecía que fueran las preferencias de Astrid, más las de su mamá.
Cuando abrió el ordenador, notó que no tenía contraseña, así que revisó las páginas que había visitado, y como esperaba de una chica como ella, visitaba páginas de la bolsa de valores y de inversiones. Se dio cuenta de que ella tenía algunas inversiones que estaban produciendo grandes dividendos. Esa niña era muy inteligente para invertir. Seguro que sus padres no sabían que ya era más rica que ellos.
Pero revisó más profundamente el orden y se dio cuenta de que entraba en la Dark Web. Eso no le agrado nada, en ese lugar no se manejaba nada bueno, que sería lo que estaba tratando en contra de Astrid.
Comenzó a meter diversos códigos para saber qué es lo que estaba buscando, y por fin, encontró lo que había estado buscando, y eran las píldoras que le había pedido… Esta niña era ingenua; pensaba que esas píldoras se podían conseguir en cualquier lugar, aun cuando Liam sabía que se las daba con el pretexto de controlar sus dolores de cabeza.
Eran para que ella no recordara su verdadero pasado y supiera que solo estaba bajo hipnosis, y que existía un mundo diferente al que le habían implantado en su cabeza.
Menos mal que revisara su ordenador, o tendría un grave problema si alguien se diera cuenta de que ella estaba tratando de encontrar esas píldoras por su cuenta.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
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Liam se encontraba en el laboratorio al lado de su padre, realizando algunas comprobaciones sobre la última investigación que su padre había programado. Desde que había regresado al país, Liam solo se dedicó a ayudarlo en sus investigaciones. Solo salía a revisar a algunos pacientes a los cuales estaba tratando con los nuevos métodos que estaban implantados en el laboratorio para manejar la mente humana y tratar algunas enfermedades psicológicas. Además, era una forma sencilla de poder esconder el seguimiento que daban a los individuos que eran objetivos de investigación desde pequeños.
Pensando en que tenía que hacer un seguimiento de los individuos a los que eran objetos de investigación, pensó en Astrid. A ella no le había revisado desde que dejó el orfanato y no encontraba una manera de acercarse a ella sin que levantara una sospecha en su casa, ya que su madre solo lo conocía como el psiquiatra que llevaba el tratamiento de su padre.
Debería pensar en la forma en la que pueda acercarse a ella, aun cuando fuera solo como el médico que la trató en el orfanato, como si fuera un seguimiento de su tratamiento sobre su supuesta ansiedad a salir del orfanato.
No debería de seguir dejando pasar el tiempo; era hora de darle de nuevo las píldoras de RXC23 o comenzaría con ancianidad de verdad y eso no sería nada bueno, pues tendría que tratarla con otro método e hipnotizarla… Cosa que no le venía muy bien a Astrid: por ser de una mente muy frágil e influenciable, podría perder alguno de los recuerdos implantados.
—Padre, tengo que comenzar la revisión de Astrid.
—¿Ya es tiempo de que hagas el seguimiento de esa niña?
—Sí, hace ya varios meses que salió del orfanato. Es momento de que la vea; además, no debe de tener ya píldoras; debe estar pensando que pronto tendrá un episodio de ansiedad, y en realidad lo que podría tener es una recaída y comenzar a recordar su verdadero pasado.
—Ese sí, sería un verdadero problema, ella es una niña muy especial; es, aparte de ese hombre, la única con la mayor capacidad de inteligencia. Es una lástima que su abuelo haya perdido la capacidad de control de sus pensamientos y no pudiera ver la terminación de su obra.
—Lo sé, padre, ella es muy especial.
—Encuentra la manera de acercarte a ella, sin levantar ninguna sospecha de sus padres, y revísala, que no esté recobrando sus recuerdos y que esté todo bien. La necesitaremos muy pronto, para que podamos ser ascendidos y lograr mayor financiación en el laboratorio; si no la llevamos ante esos hombres, no lograremos nuestra finalidad.
—Hablaré con ella, primero, para que ella misma me invite a su casa, así podré ir sin que nada salga mal; después podré visitarla sin ningún problema.
—Es una buena idea, no pierdas tiempo y hazlo así.
Liam, hasta cierto punto, sentía lástima por Astrid; él la había visto crecer; la vio cuando la llevaron al laboratorio; él apenas tenía unos doce años cuando ella llegó, de la mano de su abuelo. En ese momento pensó que su abuelo era un mal hombre por entregar a su propia nieta a un estudio tan malvado como el que estaban por comenzar su padre y el abuelo de Astrid, pero no podía hacer nada por ella ni por los otros niños.
Solo podía verlos detrás del cristal del pasillo de observación. Sabía que era todo lo que podía hacer desde lejos y a su edad. Después, cuando comenzaron a crecer y él partió al extranjero a estudiar y solo regresó unas cuantas veces, y la vio ya más grande, supo que sería una mujer muy guapa e inteligente.
Solo esperaba que sobreviviera a los experimentos; algunos de los otros niños se habían enloquecido y fueron desechados; ya no eran tantos como al inicio, además de que a ese loco de Buker ya se lo habían llevado al ejército, la última vez que fue, antes de ir a la universidad.
Cuando regresó después de graduarse, se enteró de que Buker era todo un magnífico capitán de las fuerzas especiales, además de un gran estratega. Era indispensable para el ejército, además de que tenía varias pequeñas inversiones en marcha.
Pero ahora que había regresado después de su último viaje de estudios, no imaginó que era casi un semidiós en su país. Apenas a sus 25 años, ya todo el mundo le tenía miedo; tenía una gran fortuna dentro y fuera del país; además de que era un coronel, seguía manejando a las fuerzas especiales. Habían creado un monstruo.
Él no le temía, pues Liam sabía cómo podía manejarlo si se ponía fuera de control. Aún dependía del medicamento para poder controlar sus emociones; tenía que tomarlo cada cierto tiempo, así que eso no le convenía a Buker que lo supiera nadie fuera del laboratorio; sobre todo, solo lo sabían su padre y él mismo.
—Padre, ¿¿Buker aún sigue recibiendo el medicamento para controlar sus emociones?
—Ya hace un par de años que se le envía; no lo pide, así que en realidad, como no se le hace seguimiento desde que está en el ejército, no sabemos nada de él. No sé cómo está soportando. Realmente tiene muchas agallas para soportar los efectos adversos del RXC23.
—Ya sabes que ese hombre siempre ha estado loco, simplemente tomémoslo como si fuera adicto al dolor.
—Realmente pensé en ciertos momentos cuando comencé los estudios con él, cuando era un niño que no tenía sentido del dolor. Nunca mostró ninguna emoción. Siempre tan serio y con esa extraña expresión de enojo y odio…
—No ha cambiado mucho, sigue igual, creo que por eso todos le temen.
—Debería de hacerlo, siempre he pensado que ese hombre está hecho para realizar cosas grandes, por eso es que lo escogimos como objeto de estudio, no solo por quién eran sus padres, sino por cómo era su carácter.
Liam pensó que su padre siempre había tenido cierta fijación por Buker. Ahora entendía el porqué, siempre había sabido que Buker sería el líder que es ahora con o sin el medicamento que estaba usando, en aquel entonces, como aumentador de la capacidad del telencéfalo.
*
El telencéfalo contiene la información que, básicamente, te convierte en quien eres: tu inteligencia, tu memoria, tu personalidad, tus emociones, tu habla y tu capacidad de sentir y de moverte. Áreas específicas del telencéfalo se encargan de procesar diferentes tipos de información.
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La familia de Stephen estaba completamente disgustada desde que este había comenzado su propia empresa, por separado. Ahora que ellos tenían que llevar a cabo todos los tratos comerciales que con anterioridad realizaba él, no lograban conseguir ni el 50 % de lo que él obtenía. Su compañía estaba en aprietos.
Además del dinero que habían perdido debido al fraude en el que se habían metido debido a la codicia de la madre y el hijo, pues aún no recuperaban el dinero que habían invertido y no sabían cómo es que Stephen había logrado recuperar todo el dinero y ellos solo lograron que les dieran con la puerta en la cara en la comisaria.
La vieja Nina estaba más que furiosa, y hoy, que fue la fiesta del viejo señor Maxwell, noté cómo también este trató de diferente forma a sus dos hijos. A su amado hijo menos ni siquiera lo miro; en cambio, a su otro hijo mal agradecido lo trato como si fuera el mayor tesoro de la ciudad…
¿Qué significaba eso? Era tan claro como el agua para todos los demás invitados, que solo tenía preferencia por un miembro de la familia Templeton…
Eso era imperdonable para Nina, que siempre había protegido tanto a su hijo Owen, quien tenía a la mejor esposa, y su nieta era tan sobresaliente, que era imposible que la hicieran menos.
Nina no dejaría pasar este problema así como así, iría a buscar a su hijo mayor a su casa además de que llevaría a su hija mayor, para que la apoye y le obligara a que les preste por lo menos la misma cantidad de dinero que perdieron para que puedan tener lo suficiente como fondo de emergencia, sobre todo ahora que están perdiendo clientes, no pueden estar así, mientras Stephen está subiendo en su empresa como espuma sobre las olas del mar, eso es imposible de soportar.
Esas dos mujeres inútiles que tiene a su lado como esposa e hija no merecen tener una vida mucho mejor que la que tiene ella y su nieta amada.
No importa lo que diga el viejo Mateo, ella tiene que ver por la familia y su casa primero que cualquier otra cosa, así que irá y luchará por lo que le pertenece.
Tiene que hacer que su hijo le dé lo suficiente para vivir bien y darle lo suficiente a su hijo y su esposa Maddi, ella que necesita lucir siempre de la mejor manera en las fiestas de la alta sociedad, no puede repetir vestidos ni tampoco joyas.
Es necesario que siempre esté comprando cosas nuevas, pues la cara de la familia Templeton, así que debe de vestir de lo mejor.
Y esa Emma nunca sale, no necesita nada, y esa tonta hija que trajo del orfanato, mucho menos, sin falta, irá mañana por la mañana a reclamarle que los ha dejado a su suerte y no los ha ayudado para nada o apoyado con un poco de dinero, que tanto puede ser para él un par de millones.
******
Emma y Stephen no imaginaban lo que pensaba Nina, después de la fiesta de del viejo Maxwell, mucho menos lo que estaba planeando el doctor Liam, se les venían muchos problemas en muy poco tiempo, los cuales tendrían que enfrentar de forma sabia o tendrían que sufrir graves consecuencias si toman sabias decisiones.
Por el momento están por llegar a su casa y encontrar a Buker cuidando de su preciosa hija.
—Amor, subiré a ver a Astrid, para saber cómo se encuentra ahora mismo.
—Está bien, yo me quedaré un poco más aquí en el salón.
Emma subió las escaleras y se dirigió a la habitación de su hija, donde se sorprendió por encontrar a Buker dentro sentado en una butaca que se encontraba muy cerca de la cama de su hija, la cual estaba cubierta con una manta, pero con el mismo vestido sin el cual había ido a la fiesta.
—Hola, no imaginé que continuaras aquí, gracias por cuidar de Astrid.
—No tiene por qué agradecerme, es un placer para mí, cuidar de la mujer que amo.
—¿Dime una cosa, de veras amas a mi hija?
—Sí, desde la primera vez que la vi, cuando entro a mi tienda. —Aunque ahora que había hecho memoria, Buker se dio cuenta de que la había amado desde que eran pequeños. Astrid era su amor de infancia.
—Por favor, tenle un poco de paciencia a mi hija, ella es un poco rara. En cuanto a su forma de pensar, solo quiere estudiar y no se preocupa mucho por las citas o querer salir contigo, pero creo que con el tiempo madurará y deseará salir a ver más cosas.
—No se preocupe, señora, estoy dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario por ella, además me enamoré de ella así como es.
Emma se sintió muy reconfortada al escuchar las palabras de Buker mientras su hija se encontraba dormida. Ella quería de todo corazón que encontrara a un hombre que la amara de verdad y cuidara de ella, como su padre lo hacía con ella.
—Si quieres bajar, mi esposo está en el salón, yo me quedaré aquí para quitarle ese vestido, seguro está muy incómoda.
—Sí, lo haré, iré abajo a charlar con el señor Templeton.
Buker decidió dejar a solas a Emma con Astrid, para que le quitara ese vestido. Seguro que vería que estaba desgarrado, ya buscaría una explicación cuando llegara ese momento. Ahora será mejor que baje y charle con su futuro suegro y se ponga al día con él e investigue si lo puede ayudar en algo.
Solo esperaba que Farnel, haya dejado abajo lo que le ordenó, o se las vería con él cuando regrese a casa, por no obedecerlo, ya que quiere quedar bien con el padre de Astrid, y si no lo logra por culpa de Farnel, será un grave problema para ese chico dientes de perro.
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Cuando Buker llegó al salón donde el Stephen se encontraba leyendo algunos documentos, pensó en mejor no molestarlo, ya que lo vio que se encontraba ocupado. Seguro que estaba viendo algo importante de su empresa, lo más adecuado sería que no lo molestara.
Pero cuando pensaba mejor sentarse lejos de donde se encontraba Stephen y no hacer ruido, este giró la cabeza y lo vio, por lo cual, se levantó para saludarlo.
—Pensé que solo habías dejado a mi hija, no imaginé que te hubieras quedado aquí cuidando de ella.
—Sí, cuando se quedó dormida, se puso muy inquieta y decidí mejor quedarme a cuidarla, por si necesitaba algo, así que aquí estoy.
—Gracias por cuidar de ella.
—Es mi deber como novio.
Este chico le gustaba mucho a Stephen, quizás no era un hombre rico ni de una familia sobresaliente, pero era muy educado y quería a su hija.
—Vi que estaba revisando algunos documentos, no quise molestarlo.
—Si es un contrato que me hicieron llegar esta tarde y lo estaba revisando, pero no estoy seguro de si me puede convenir o no.
—¿Puedo verlo?
Stephen, pensó que quizá Buker tenía curiosidad sobre saber cómo eran los contratos de las grandes empresas, así que no pensó mucho y se lo entregó.
Cuando Buker lo leyó, se dio cuenta de que se trataba de una empresa que le ofrecía un producto que requería la empresa de Stephen. Pero el precio que le ofrecía estaba más alto de lo que la empresa que manejaba el mismo. Además de que era de más baja calidad, y la forma de pago era muy deficiente, dándole muy pocos límites de tiempo.
En pocas palabras, era una mala oferta de servicio para la empresa de Stephane.
—Creo que puedo ayudarle con esto, conozco a alguien que puede darle este servicio con mejores ventajas y una calidad superior en el producto. Además, el precio puede ser más accesible.
—¿De verdad conoces a alguien que pueda ofrecerme este producto en mejores condiciones?
—Sí, así es, se lo puedo enviar mañana a la oficina de su empresa, para que hable con usted. Después de que hablen, usted decide con cuál quiere trabajar.
—Me parece perfecto, eso me hará tener una perspectiva mejor del mercado.
—En cualquier cosa que pueda ayudarlo, lo haré.
—Yo pensé que sería yo quien tendría que ayudarte a tener un empleo, pero veo que conoces a muchas personas, así que eres muy capaz. Eso me agrada, eres un hombre con muchas posibilidades en tus manos.
—Con el tiempo he podido conocer gente aquí y allá, por eso es que puedo recomendar a ciertas personas.
—Es muy importante saber interactuar con los demás, así es como se construyen las redes comerciales.
Buker estaba seguro de que se ganaría fácilmente a su suegro si lo ayudaba con algunos pequeños favores, sin hacer mención de quién era él realmente.
Ya se preocuparía de explicar quién es, el cuándo se tenga que cruzar ese puente.
********
Al día siguiente de la fiesta de Maxwell, Nina, su hija mayor y su nuera Maddi, estaban muy temprano en la casa de los padres de Astrid, dispuestas a pedir dinero para la empresa que había abandonado, puesto que estaban seguras de que eran obligación de Stephen de entregar cierta cantidad de dinero para ellos.
—Dónde está mi hijo, necesitamos hablar con ahora. —Nina gritó como si estuviera en su casa.
—Esperé en el salón, señora, ahora lo llamaré —señaló el ama de llaves.
—Mamá, ¿por qué tenemos que esperar aquí, en lugar de que nos inviten a desayunar? —preguntó descaradamente la hermana mayor de Stephen.
—Tienes razón, hija, esta persona es tan mal educada. Ahora que esté aquí tu hermano, le diré que la despida.
Las mujeres estaban decidiendo a quién despedir o qué hacer en la casa de Astrid cuando llamó a la puerta de la calle Buker, quien lo había invitado a desayunar, después de que le diera algunos consejos a Stephen.
Aun cuando realmente Buker engatusó a Stephen para que lo invitara, ya que tenía que revisar a Astrid y saber cómo seguía.
El ama de llaves abrió la puerta y lo saludó haciendo pasar. Cuando las tres mujeres lo vieron, se sorprendieron por el hombre tan guapo que acababa de entrar. Nunca imaginaron que fuera el novio de Astrid, mucho menos que entrara con tanta confianza a la casa. Ya que de inmediato lo acompañó el ama de llaves a la parte de arriba de la casa.
Buker entró a la habitación de Astrid, y le tomo el pulso así como la temperatura, se dio cuenta de que ella continuaba dormida, pero ya estaba mucho más tranquila, tenía que despertar en cualquier momento, el problema es que no sabía como lo haría, si recordaría algo durante el tiempo que durmió, o solo estaría asustada por lo que había pasado en la fiesta.
Tenía que estar preparado, para cualquier contratiempo que se suscitará en cuanto ella se despertara. Además de que tenía con el medicamento para continuar desintoxicándola del RXC23
Astrid al cabo de unos 40 minutos de que se encontraba Buker en la habitación comenzó a abrir los ojos, primero estaba desorientada, pues no sabía donde se encontraba, no era el cuarto blanco donde siempre la había tenido, era una habitación que estaba decorada con colores pastel, en especial rosa y azul. Además de que su cama tenía adornos muy extraños como de princesa, esos nunca los había visto, solo en las camas de las muñecas con las que la dejaban jugar si se aprendían todos los libros que le daban para leer.
Se vio las manos y no eran las manos pequeñas que ella recordaba, esas eran de una chica grande, que es lo que estaba pasando. Giró su cabeza y vio a un hombre que se encontraba sentado en una butaca orejera de color rosa y blanco a un lado de su cama. Esa cara la había visto antes, él era, ¿quién era?
—¿Tú eres mi hermano, porque me dejaste y te fuiste? ¿Sabes que me hicieron sufrir mucho cuando me dejaste sola?
—Lo siento, pequeño conejo, yo no quería irme, pero igual que tú, alguien llegó y me llevó lejos de ti, pero ahora estoy aquí para cuidarte, ya nadie me va a separar de tu lado. ¿Me crees verdad pequeño conejito?
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
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Es muy buena su novela , pero es desagradable que dejen pasar tanto tiempo sin terminarla , eso desanima a leer sus demás novelas ,,
ResponderEliminarLamentó no escribir en un mes en esta novela y en las otras pero he estado enferma, y no pude hacer nada ante eso, pero suelo poner capítulos todas las semanas, en mi blogspot ..
EliminarHola interdiario reviso esta página para ver si han colocado ,mas capítulos , espero a estee mejor y termines está novela, de berdad , me gustaría, gracias
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