MUJER FUERTE (71-80)
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Haydée se despertó, a las diez de la mañana. Ya se habían ido todos de la casa, se había quedado dormida y estaba muy molesta, porque era demasiado tarde como para ponerse a realizar todos los trabajos en casa, sobre todo para lavar toda su ropa sucia; ella, que nunca había lavado, no sabía ni cómo comenzar a hacerlo.
Tomo toda su ropa sucia y la lanzo sin separar en una gran tina fuera en el patio con agua jabonosa y la dejo ahí, mientras entraba a limpiar su habitación. Comenzó a limpiar y sacudir su cama, como había visto que lo hacía Suri. Tendió la cama, dejando todas las sabanas descuadradas y las colchas; prefirió dejarlas sobre una silla, ya que era imposible que las pusiera de una manera correcta. Solo barrió y se fue a intentar lavar su ropa. Escogió todos los vestidos que consideró más rápidos de limpiar y los enjuagó y los tendió escurriendo de agua.
Decidió tratar de ver si la habitación de su hermana estaba abierta para ver sus cosas de la escuela y echar un vistazo a sus cosas, sobre todo a lo de inglés. Seguro que tendría algún escrito por ahí y podría copiarlo; ahora no cometería el mismo error de pedirle ayuda ahora; solo lo copiaría.
Vio que la había dejado solo con el pasador; no había puesto la llave, así que era su oportunidad de revisar rápidamente las cosas de Suri. De inmediato, entró y vio que estaban varias cosas sobre su escritorio, libros y otros documentos.
Se adelantó hasta estar al lado de esas cosas y comenzó a revisarlas todas. Cuando llegó hasta los documentos que se estaban debajo de los libros, encontró una hoja que estaba escrita totalmente en inglés; la tomó y comenzó a buscar el diccionario para intentar traducir lo que decía la parte de arriba como título, así que, cuando logró encontrarlo, vio lo que decía.
Está tan feliz que no podía creer lo que estaba entre sus manos. Era un escrito hecho en inglés por Suri, donde escribió porque le gustaba ir a la escuela.
Este era su día de suerte. Comenzó a regresar todas las cosas a su lugar original, como si nunca hubiera entrado a la habitación; solo tomó la hoja, y se la llevó a su habitación, para pasarla en una hoja limpia y hacerla pasar por un trabajo hecho por ella.
Ya pensaba cómo regresar al original de su hermana después.
***********
Suri ya había terminado de estudiar con Nael; él estaba muy bien preparado para tener una muy buena calificación; en el examen semestral de eso estaba segura; solo esperaba que no se pusiera nervioso y todo saliera bien; de hecho, él estaba muy bien versado en inglés y lengua, así que no tenía problemas en eso. No se preocupaba de nada.
Además, no pensaba decirle sobre el chico que se había encontrado en la puerta de la entrada. Más hablaría con el señor Thompson sobre ese niño.
Fue a buscar al mayordomo para que le ayudara a encontrar al abuelo de Nael y explicarle lo que había pasado…
El mayordomo la llevó hasta la oficina en el piso de abajo, donde se encontraba el señor Thompson; cuando lo encontró, la dejaron entrar y ahí fue invitada a tomar asiento.
—Señor Thompson, gracias por atenderme. Necesito hablar con usted.
—Dime, Suri, que es lo que ha pasado.
—Bueno, esta mañana, cuando llegué, me estaba esperando un chico en la entrada de la mansión y me dijo que sí le podía ayudar para que Nael reprobara los exámenes semestrales.
—¿Te dijo quién era?
—Sí, me dijo que se llamaba Peython Miller.
—Te prometió darte algo si lo hacías.
—Sí, me dijo que podía hacer que mi hermana pasara de año sin presentar los exámenes; así no sería dinero desperdiciado lo que gastaran mis padres al meterla por la puerta de atrás al colegio.
—¿Qué piensas sobre esto que te dijo?
—Yo me he esforzado demasiado por hacer que Nael logre pasar el examen semestral; no veo por qué hacerlo que no lo logre.
—Y en cuanto a lo que te ofreció de ayudar a tu hermana.
—Eso es algo que realmente no me incumbe. Es algo que ella misma tiene que resolver. Fueron ella y mi madre quienes decidieron hacer esa decisión de gastar todos los ahorros familiares, así que ella tiene que demostrar a mi padre que valió la pena gastar ese dinero en ella.
—Comprendo, ese chico que te busco, no te ofreció algo más.
—Bueno, me dijo que me pagaría el doble de lo que me pagaban aquí para ayudar a Nael. Pero yo le dije que yo lo estaba haciendo porque era nieto de quien en su momento ayudó a mi padre.
Suri no sabía si esa era una buena respuesta o si se sentiría ofendido el señor Thompson.
—Es verdad, hasta ahora has hecho un excelente trabajo con Nael, y no has recibido nada de parte de nosotros, pero eso no significa que no te daremos nada.
—No, no estoy diciendo esto, porque está pidiendo algo; es porque me preocupa que si Nael sale de aquí pueda ser dañado, y no se presente el día lunes a la escuela. Ese chico no me agrado para nada.
—Comprendo a lo que te refieres; ese niño es el primo mayor de Nael, no confió en él, de hecho siempre he pensado que él fue quien envió a que golpearan a Nael, cuando casi muere, pero no tengo pruebas, no confió en su familia, y es el nieto favorito de su otro abuelo, así que es imposible que cuiden bien de Nael en esa casa.
—Sí, se ve como si fuera una persona malvada, con cara de bueno; es como mi hermana.
—No te preocupes, haré que se quede aquí hasta el lunes y que de aquí lo lleve el chofer a la escuela el lunes, así no correrá ningún peligro. Nael, lo dejaré en esta casa con el pretexto de que tiene que estudiar más.
Convencida de que estará bien cuidado, Nael Suri se fue a casa para estudiar ella misma.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Suri llegó a su casa y vio que su padre ya estaba ahí preparando los alimentos para ella y él, mientras su hermana no estaba por ningún lado, pero en el patio de la parte de atrás de la casa estaba una gran tina llena de ropa y solo unos cuantos vestidos tendidos.
No esperaba que su hermana lavara toda su ropa, pero que por lo menos fuera la mitad, pero que solo fueran unos cuatro. Eso sí que fue mucho menos de lo que pensé; ni siquiera su ropa interior estaba tendida; no sabía qué es lo que estaba pensando su hermana.
Tendría que decirle a su hermana que se diera prisa, ya que ella tenía que lavar la ropa que tenía sucia. No era mucho, pero no le gusta tener que amontonar en su canasta ropa, cuando puede lavarla.
Fue a la cocina a ver lo que estaba cocinando su padre y a saludarlo.
—Papá, ¿qué es lo que cocinas que huele fantástico?
—Hija, lo que pasa es que tienes demasiada hambre, por eso es que elogias mi comida, pero espera, ya prepara los cubiertos; en nada comeremos.
—Qué bien, porque tengo que estudiar todavía para los exámenes que comienzan el lunes. Tengo que sacar el primer lugar para no quedar mal contigo, te lo prometo.
—Hija, sabes que si no logras el primer lugar, ahora esperaré a que seas la mejor al final del año; solo espero que saques unas buenas calificaciones para que puedas pasar todos los exámenes.
—No, padre, espero lograrlo.
—Cómo quieras, hija. Pero desde que llegué no he visto a tu hermana; solo vi que su ropa está en las tinas y sin lavar; no sé qué usará en la escuela.
—Espera, papá, tocaré en su puerta para saber si está en casa.
Suri se dirigió a la puerta de la habitación de Haydée, para tocar y saber si su hermana estaba en casa o si se había salido, que no sería raro, ya que su hermana nunca se preocupaba por estudiar.
Toco la puerta unas tres veces, pero no recibió respuesta lo hizo de nuevo, pero no recibió respuesta, así que decidió empujar la puerta y entro para ver si su hermana no estaría enferma, lo que vio la dejo con la boca abierta, en la cama de Haydée se encontraba un cuaderno, y una hoja, que ella reconoció de inmediato, se acercó más y vio que su hermana la había copiado hasta cada punto y coma en su cuaderno, le comenzó a reír por el descaro, de su hermana, seguro que lo necesitaba como parte de su examen para el semestre, lo que ella no sabía es que lo habían usado en su escuela como ejemplo para muchos de los alumnos, que incluso varios de los profesores de inglés lo conocían muy bien, si ella lo usaban y alguien lo reconocía, sería acusada de usar un trabajo de otra persona.
Suri decidió no decir nada; dejaría que Haydée se cause. Ella misma, problema. Ya era momento de que se hiciera responsable de sus propios erros y de todas las cosas que realizaba mal. Salió de la habitación de Haydée, dejando todo como lo encontró. Ella sabía que ese escrito era de ella, y que el original aún estaba colgado en la pizarra de su aula, así que no tenía miedo de nada.
Fue tranquilamente a comer con su padre. Después de que terminaron de comer, llegó su madre acompañada de Haydée, quien tenía en sus manos un paquete que seguramente era comida preparada para ellas, pues era el día en que le pagaban a su madre.
—Haydée, aún no has terminado de lavar tu ropa; tienes que terminar, para que pueda lavar toda la ropa mía y de papá.
—Ya no es tan tarde, el sol está muy fuerte ahora.
—Pues deberías aprovechar eso, para que tu ropa se seque ahora, si no que te vas a llevar cuando regreses a la escuela. —Suri no sabía qué pensaba su hermana.
—Maldita niña, porque no te pones y ayudas a tu hermana a lavar su ropa en lugar de estar ahí parada sin hacer nada.
—Yo ya limpié lo que tenía que hacer, así que me voy a poner a estudiar y revisar mis cosas que dejé en mi escritorio.
Suri vio la cara de preocupación que puso Haydée cuando escuchó que revisaría sus cosas del escritorio.
—Lavaré mi ropa de inmediato, para que laves tú. —Si terminaba rápido de lavar, y Suri se ponía a hacer lo mismo, tendría tiempo de regresar lo que tomó de entre sus cosas.
—Hermana, avísame. Cuando termines, estaré leyendo entonces.
—No me tardaré nada, sí ponte a leer algún libro.
Salió corriendo al patio trasero de Haydée, y comenzó a solo meter su ropa en agua limpia, sin tallarlas ni nada más… Solo metía y sacaba su ropa para tenderla igual que lo hizo anteriormente.
Suri se puso a leer un libro, mientras se divertía viendo la forma en que hacía las cosas su hermana. Seguro, su ropa apestaría a sucio, pero bueno, no sería ella la que iría oliendo mal todos los días.
Mariana estaba sorprendida porque su hija mayor estuviera haciendo algo que nunca antes había hecho. Era tan extraño, que tenía que ir a presumirle a Jordan.
—Viste cómo Haydée está lavando su propia ropa, no está esperando a que lo haga yo; ha cambiado tanto, seguro que sacará las mejores calificaciones en los próximos exámenes y tendrás que volverla a apoyar.
—Mariana, si no lo hace, quién lo haría por ella; tendría que ir desnuda a la escuela, porque no tiene ropa limpia.
Mariana estaba enojada porque Jordan no apreciaba los esfuerzos de Haydée, y seguro que tendría ampollas en sus manos delicadas por realizar las tareas domésticas.
No podía creer que no la alabaría por el esfuerzo que estaba haciendo, pero cuando llegara con sus buenas calificaciones tendría que tragarse sus palabras y darle para sus gastos a Jordan de nuevo.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Haydée estaba enojada por tener que hacer cosas manuales en su casa, pensando en que se le echarían a perder las manos y las uñas. Eso mostraría que es una niña que no tiene sirvientas y no le agradaría para nada, pero tenía que aprovechar de inmediato la mejor forma de regresar la hoja que había tomado de la habitación de su hermana o no podría devolverla.
Si no lo hacía, sería un gran problema para explicar por qué estaba en su poder. Si Suri la buscaba y no la encontraba, además, sería muy fácil para Suri descubrir que probablemente era requerida en su clase.
Después de poco más de una hora terminó de hacer lo que ella llamó lavar ropa; entró y fue a la habitación de su hermana para avisar que había terminado, para que saliera a lavar y así dejara sola su habitación.
Suri había hecho la solicitud a propósito para que su hermana tuviera tiempo de regresar sus cosas a su habitación y se sintiera segura de que no se había dado cuenta de lo que había tomado, pero solo era una pequeña trampa para que pensara que ella no sabía nada; al final cuando le preguntaran sobre lo que escribió no sabría ni una palabra.
Por lo cual no estaba nada preocupada Suri sobre que le haya robado su trabajo; solo sería una pérdida de tiempo para Haydée, ya que no tiene el nivel suficiente ni para leer o traducir lo que decía en esa hoja, así que sola quedaría en ridículo delante de sus profesores.
Haydée entró rápidamente a su habitación y sacó la hoja de Suri escondida entre sus ropas. Su madre estaba de espaldas a ella, viendo la televisión, y su padre se encontraba descansando en su pequeño estudio.
Se dio prisa entrando en la habitación de Suri, aprovechando que no estaba la puerta serrada, y colocó la hoja de nuevo entre las cosas de su hermana y salió rápidamente para sentarse junto a su madre para ver la televisión a su lado…
Suri sabía que seguro ya había dejado su trabajo Haydée en su habitación, así que se dio prisa en terminar lo que estaba haciendo y regresó a su habitación a continuar estudiando, lo que pensó que estaba fallándole para el examen semestral del día lunes.
Continuó estudiando hasta las nueve de la noche sin parar. A esa hora ya estaba a punto de terminar la programación de la televisión. Jordan salió para preparar la cena para los dos y vio que su esposa y su hija mayor se la habían pasado toda la tarde viendo el televisor y comiendo semillas de melón. Solo movió la cabeza de un lado a otro en señal de negación; esas dos mujeres ya no tenían remedio.
—Suri, ven a cenar, para que descanses temprano; has estado estudiando demasiado.
Suri dejó el libro que estaba leyendo y salió de la habitación para acompañar a su padre a cenar.
—Hija, toma como esto, te ayudará a crecer. Me lo recomendó una compañera de trabajo, para que puedas ser más alta y fuerte.
—Gracias, papá, lo comeré todo, porque sigo siendo demasiado bajita; aún parezco un niño de primaria.
Cuando escuchó esas palabras salir de la boca de Suri, Jordan se sintió impotente; no sabía qué hacer para que su hija recuperara sus fuerzas y sobre todo un poco más de estatura; aún era muy bajita y no quería que se fuera a quedar así, y delgada, pues sería muy raro que siempre pareciera de un cuerpo de niño y no se desarrollara bien.
—No esperes crecer más, niña mal agradecida, así te vas a quedar para siempre, porque no comiste bien antes, cuando no querías comer. —dijo Mariana.
—Mariana, es mejor que te calles y digas nada, que es toda culpa tuya de que Suri sufra de desnutrición.
—¿Por qué tiene que ser mi culpa que a esa maldita no le gustara comer cuando yo le daba?
—¿Tú crees que darle de comer y ordenarle que regresara toda la carne de nuevo a la olla era alimentarla adecuadamente? —preguntó Jordán.
Mariana sabía muy bien que no podría ganar esa discusión de ninguna manera, ya que ella siempre había tratado mal a Suri, para que todo lo bueno lo comiera Haydée.
—Papá, es que eres muy parcial, sigues solo cocinando para Suri, y yo sigo sin comer. —Se quejó Haydée.
—Dile a tu madre que te prepare algo de comer. Eres la responsabilidad de ella; no olvides que, hasta que no me demuestres que valió la pena el gastar todos los ahorros de la familia, no te ayudaré en nada. —Jordan no olvidaba que tenía que ver las calificaciones semestrales de sus hijas.
—Pues entonces esperemos cuál de nuestras hijas sacará las mejores calificaciones; solo no olvides lo que prometiste, esposo, la que no tenga buenas calificaciones irá a trabajar.
Haydée escuchó eso y comenzó a temblar de miedo. No pensó que eso fuera real, solo una amenaza para que estudiara más; estaba segura de que pasarían los exámenes que iniciaban el lunes; ella no pensaba comenzar a trabajar, no estaba loca para dejar que eso pasara.
Dejaron de discutir y se hizo más tarde; al final todos se fueron a descansar.
Ya el día domingo, como siempre, salieron Suri y su padre a caminar por la mañana y desayunaron en un puesto. Cuando regresaron, estaban dispuestos a realizar la limpieza de forma rápida.
Limpiaron la pequeña casa en poco tiempo y después cada uno se fue a realizar sus respectivas cosas, Jordan a leer y Suri a continuar estudiando.
Haydée estaba muy tranquila y segura de sí misma por tener en sus manos el trabajo solicitado, listo, pero no tomó ningún libro para estudiar en ninguno de los tres días que pasó en casa; solo se la pasó de ociosa, de un lado para otro.
Llegó el lunes y las chicas salieron rumbo a sus respectivas escuelas.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Nael fue llevado por el chofer de su abuelo desde la mansión Thompson. Siguiendo el consejo de Suri, su abuelo lo hizo que se quedara en su casa y lo envió desde ahí a la escuela, además de que lo cuidó para que estudiara.
Cosa que de veras le ayudó, pues como Suri había predicho, cerca de la escuela se encontraba un grupo de cuatro tipos de mala respuesta, esperando hacerlo que no llegara a tiempo o incluso golpearlo hasta la muerte si se diera la oportunidad.
Gracias a que el chofer lo bajó en la puerta de la escuela, no pudieron tocarlo, así que todo el trabajo y cuidado que habían puesto esos tipos fue en vano. Cuando estaba caminando hacia la escuela, Suri, los vio que señalaban a Nael, por lo que de inmediato dedujo que estaban ahí para hacerle daño. Ella no les prestó mucha atención para no llamar la atención.
Suri se felicitó por su suspicacia para reconocer a las personas perversas. Ahora que vivió con dos como son su madre y su hermana y que la llevaron hasta la muerte ya una vez, no le era difícil identificar a las personas igual que ellas, malvadas y de sangre fría.
Suri continuó caminando rumbo a la entrada, sin prestar atención a nadie. Más, lo único que quería era comenzar a realizar sus exámenes. Era la hora de demostrarse a sí misma que podía estar en la escuela y continuar con sus sueños de tener una carrera universitaria.
Mientras caminaba por los pasillos de la escuela, escuchó algunos comentarios extraños sobre ella, pero le dieron igual; siempre estaban inventando cosas raras, y aún no había hecho los exámenes a saber qué inventariaban cuando salieran las calificaciones.
Llegó a su aula y vio que Nael ya estaba preparado para el examen y había acomodado su butaca para que ella no se preocupara por eso.
Se sentó y acomodó sus cosas. Ese día no saldrían hasta que no terminaran los exámenes; sería un día muy largo y pesado.
El primer profesor entró, explicó las reglas y entregó los exámenes. Todos comenzaron a responder.
Así transcurrió el día, hasta que terminaron el último examen. Ya eran las 5 de la tarde cuando terminaron. Todos estaban exhaustos y cansados; solo habían salido media hora para tomar el almuerzo y regresaron rápido para continuar.
—Nael, ¿cómo te fue? —Preguntó Suri
—Bien, no deje ninguna pregunta sin responder, quizás no sea el primero, pero si quedaré entre los 50 mejores, de eso estoy seguro.
—Si es así, entonces estaré muy orgullosa de ti, sería algo maravilloso, Nael.
—Sí, espero que piense lo mismo mi padre, no ha regresado a casa desde que estuve en el hospital.
—Y ¿por qué tú no la vas a visitar al campamento militar?
—Bueno, no lo he hecho en mucho tiempo.
—Deberías de hacerlo, si él no puede venir, ve tú a verlos, así podrás también empezar la vida militar.
—Tienes razón, eso haré ahora que salgan los resultados del examen.
Suri esperaba muy dentro de su ser que de verdad siguiera su consejo, así se mantendría lejos de ese primo que le quería hacer daño.
*****************
Haydée estaba llegando a su escuela cuando se topó con Peython, en la entrada. Al verlo, se sintió muy feliz, pues sabía que era uno de los chicos más buscados y perseguidos por las chicas en la escuela.
Cuando la llamó con su mano para que se acercara a él, ella se contoneó como un pavo real, solo que sí la elegancia del mismo.
—¿Qué quieres?
—Le pedí a tu hermana menor que me ayudara con algo y se negó. Le dije que si lo hacía, me encargaría de que pasaras de año escolar.
—¿Tú puedes ayudarme a pasar el año escolar?
—Sí, pero necesito un favor, que solo tu hermana puede hacer.
—¿Por qué solo ella?
—Se trata de Nael, y ella es la más cercana a él, así que tú, por supuesto, no puedes hacerlo. Pero si la convences de ayudarme, te ayudaré.
Haydée sabía que convencer a su hermana era algo imposible; si ella no quería hacer algo, no lo haría; ya no era como antes, que hacía todo lo que le ordenaba; ahora ya no hacía nada. Pero el ofrecimiento era imposible de rechazar. Si pasaba el año, lograría derrotar a Suri, y tendría que ir a trabajar, sin que nada se interpusiera en su camino.
—Está bien, dime qué tengo que hacer y convenceré a mi hermana de que te ayude.
—Solo tienes que hacer que ella hable conmigo de nuevo.
—Solo eso
—Si solo eso. Espero que lo logres.
Después de eso, Peython se fue, dejando a Haydée para la entrada del colegio.
Haydée estaba ya en su aula preparada para presentar los exámenes semestrales ese día; estaba tan segura de pasarlos como si fuera la número uno en la escuela, cuando sí era la número uno, pero de abajo hacia arriba.
Era la chica con las peores calificaciones, y después de aparecer en la obra de teatro, todos la conocían como la chica más fea y burra de la escuela.
Todo lo que ella había planeado que resultaría, nada fue real; todo estaba en su mente, solamente; los chicos, solo la veían, como chica, presumida y fea del salón de los chicos que entraban de forma no regular a la escuela. La despreciaban.
—Muy bien, todos preparados para dar inicio a los exámenes semestrales.
—Haydée, entrega el trabajo que se encargó para poder presentar los exámenes hoy.
—Sí, aquí lo tengo. —Se levantó de su lugar y se lo entregó a su profesora de inglés, llena de orgullo.
La profesora lo recibió y le dejó en el escritorio. No esperaba mucho del trabajo; sabía muy bien qué clase de estudiante era Haydée, así que solo lo pidió como requisito.
Dio inicio a los exámenes de la escuela que estaba afiliada a la universidad.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Durante el tiempo en que se desarrollaron los exámenes en la escuela afiliada a la universidad, Haydée no sabía absolutamente nada. Lo mejor de todo era que se tenía que responder solo de forma rápida, pues las respuestas eran optativas, así que respondía según pensaba: era la correcta.
Así se la pasó hasta el final de la presentación de todos los exámenes, respondiendo solo por inercia.
Los resultados finales estarían listos hasta el día viernes en la pizarra de anuncios, así que la semana sería normal. Tendrían clases como siempre; no habría ningún cambio en el horario o en forma de continuar con su aprendizaje.
Cuando regresaba a su habitación de la escuela, comenzó a pensar en cómo tenía que hacer para convencer a su hermana de que aceptara ayudar a Peython en lo que quisiera hacer; de eso dependía que pasara el año escolar, y que su padre le regresara la ayuda económica que le había estado negando hasta hora.
Tenía que encontrar algún punto débil de su hermana; si no, no sería posible poder amenazarla con nada. Y la única cosa que más le importaba era el lugar donde escondía sus libros, pero por más que la habían seguido, ella y su madre no habían logrado averiguar dónde es que escondía sus cosas para estudiar…
Tenía que encontrar otra cosa para poder amenazarla y lograr que hiciera lo que le pidiera.
Pensando en eso, se quedó dormida.
Durante la semana asistió a clases como siempre, sin prestar atención a nada, sin que le importara nada de lo que se enseñaba en el salón de clases.
Su profesora era amiga de Sharon, la profesora de inglés de Suri, y quedó una tarde de esa misma semana con ella para tomar un café y contarse las últimas nuevas.
—Sharon, sabes que me ha dado una gran sorpresa la hermana de tu alumna.
—¿Te refieres a Haydée Dupont?
—Sí, a ella misma, le pedí que realizara un escrito explicando por qué le gusta asistir a la escuela, y me lo entregó con una impecable ortografía.
—¿De veras me estás hablando de la misma Haydée que conozco yo?
—Sí, así es
—Qué extraño, en mi clase apenas logro sacar la calificación suficiente para pasar de año.
—Pues si no me crees, por aquí tengo el escrito que me entrego.
—Muéstramelo de verdad que me gustaría leerlo.
Sharon comenzó a leer con determinación lo que había escrito. Haydée, está bien escrito, no tenía faltas de ortografías, está bien estructurado, y no tenía errores. Eso era muy extraño; aún más extraño era que ya lo había leído antes y estaba seguro de que Suri lo había escrito unos meses atrás.
Sharon no podía estar equivocada. Ella misma le había pedido a Suri que lo hiciera dos veces, porque no encontró la forma en la cual expresar sus emociones. En el primero lo escribió como un discurso rígido y en el segundo mostró más emoción.
—¿Sabes que yo les puse un trabajo similar a mis alumnos unos meses atrás y su hermana entregó un trabajo idéntico a este?
—¿Me estás diciendo que lo robó de su hermana menor?
—Me parece que sí, solo podemos estar seguras si lo comparas con el de mi alumna.
Pídele a tu alumna que lo lleve a la escuela el viernes. Yo iré a la hora de la escuela y lo veremos. Entregar un trabajo que le pertenece a otra persona no es nada bueno.
La profesora de Haydée se sentía muy molesta, por haber sido engañada. Hubiera preferido recibir un trabajo de baja calidad, pero hecho por sus propios esfuerzos que un trabajo impecable, pero robado de una persona que se esforzó por lograr hacerlo perfecto.
Ella misma también fue estudiante y sabía lo que era que alguien tomara tu trabajo y solo le pusiera su nombre sin aportar nada. Eso era muy común en los trabajos de equipo; era tan injusto.
Pero ahora, que la profesora no dejaría que pasara una injusticia semejante, no, no lo haría aún cuando a quien le robó el trabajo fuera su hermana.
Así pasaron los días, hasta que llegó el viernes, y las expectativas de todos los alumnos por saber sus calificaciones semestrales, que serían un gran avance para poder tener una buena tabulación de cómo avanzaría su año escolar.
Haydée, que estaba tan tranquila como si hubiera sacado diez en todas las materias, fue hacia la pizarra solo para darse cuenta de que no estaba ni entre los doscientos más sobresalientes. Comenzó a temblar al imaginar lo que le pasaría cuando llegara a casa y tuviera que explicar que no había pasado los exámenes semestrales, porque estaba entre los doscientos más terribles.
Sería imposible poder ocultar ese resultado por mucho tiempo. Si llamaban a sus padres, lo único que le quedaba era mentir, como siempre lo hacía, y decir que había perdido la boleta de calificaciones.
Por otro lado, Suri estaba buscando su nombre entre los cien mejores, pero Nael la regañó.
—Dónde estás mirando, qué estás siguiendo, mira arriba.
Suri se quedó perpleja cuando vio que estaba en el primer lugar de todas las clases de su grado y que Nael estaba en el lugar número nueve. Nael solo había visto el nombre de Suri, pero no el de él. En cuanto vio el suyo, se quedó patidifuso.
—Nael, pasamos, pasamos.
—Suri, fue gracias a ti que saqué esa calificación. Si no me hubieras salvado la vida y me hubieras ayudado a estudiar, no hubiera pasado.
—Tienes que decirle a tu padre que lo lograste.
—Sí, pero no lo haré por teléfono; ahora es temprano, solicitaré salir antes. Me iré al campamento a verlo para decírselo en persona.
—Eso es lo mejor y no te decepciones si no te felicita. Solo piensa que tu papá es un hombre que quizá no sabe expresar sus emociones, Nael. Llama para que vengan a recogerte.
—Sí, mi abuelo me dijo que no me fuera en el bus. Lo llamaré ahora para que me lleven a la base militar.
Suri estaba feliz de que Nael pudiera ir a ver a su padre y darle la sorpresa que tanto espera, tanto su abuelo como él. En cuanto a ella, tenía que ir a decir a su padre que sus esfuerzos habían dado frutos y que la fe que había tenido en ella no fue en vano.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Llegó la hora de que Haydée regresara a casa. Tenía que ir y le preguntaría por las calificaciones. Eso era algo seguro. Tendría que fingir que no habían salido aún las calificaciones que saldrían hasta el lunes, para que no la molestaran. Así podría esperar otras dos semanas hasta su nuevo regreso.
Eso es lo mejor que podría hacer, aprovechar otros quince días más para poder encontrar una solución; además, podría encontrar cómo conseguir que su hermana ayudara a Peython.
Lo importante es que no se enteraran de que ella no había pasado ninguno de los exámenes que presentó. O sería lo peor que le pasara; podría comenzar a trabajar en una sucia fábrica, como lo estaba haciendo su madre, y ella no había nacido para eso; ella era para ser una mujer rica y recibir todo lo que el dinero podría comprar, por eso fue que hizo que su madre la enviara a esa escuela para cazar un marido rico, pero nunca espero que fuera tan difícil conectar con esos niños ricos. Solo había logrado hablar con Peython, pero él solo quería usarla, no la quería ni como amiga.
Pero pensándolo bien, si se ganaba a Peython, él podría presentarle unos buenos amigos ricos.
La mente de Haydée de nuevo estaba divagando hacia otro mundo donde solo podía pensar en cómo tener una vida fácil sin tener que esforzarse por nada, y vivir a costa de cualquier hombre que tuviera dinero.
Así continuó su camino hasta la parada del bus, que la llevaría hasta su casa.
Sharon, después de las clases, se encontró en la oficina de profesores con su colega, para mostrarle el trabajo que había entregado Suri hacía ya unos meses atrás. Al verlo, ambas se dieron cuenta de que era idéntico hasta en las comas y todo.
Haydée fue tan sinvergüenza que no se preocupó ni en cambiar alguna palabra, o modificarlo, o tomarlo como referencia; simplemente lo copio tal cual estaba el original.
Eso molestó hasta la muerte a su profesora, que se sintió muy ofendida, por sentir que Haydée creyó que era tan tonta como para poder engañarla de esa manera. Sharon estaba convencida de que sus padres de verdad estaban muy errados en cuanto a quién deberían de apoyar en sus estudios, no a Haydée sino a Suri.
—Lo ves, el trabajo le pertenece a la hermana menor, no a tu alumna.
—Si no me lo hubieras mostrado, simplemente incluso la hubiera felicitado por mejorar tanto; qué ridícula me hubiera visto haciendo eso.
—No te sientas mal, a ratos alguna vez nuestros alumnos nos han querido engañar.
—Pero esto no puede quedar así; se está jugando la reputación de la escuela, porque robo un trabajo de otra escuela.
—Técnicamente así es. Eso ya depende de ti si quieres exponer a Haydée.
—Revise en qué lugar quedó, y es una vergüenza que no pasó ni uno solo de los exámenes.
—Está peor que cuando fue alumna en esta escuela, eso sí que es grave.
—¿Qué calificaciones tiene su hermana?
—Pues su hermana es la primera en su grado. Además de que ha sufrido un sin fin de tropiezos para poder asistir a la escuela.
—¿A qué te refieres?
—Bueno, a Haydée le dan todo y a Suri no le dan nada; incluso su madre le vendió los libros para que fallara y enviarla a trabajar, pero ella logró conseguir unos libros de segunda manos y así estudió para no perder el verano, y ha soportado muchos malos comentarios en la escuela por salvar a un chico que estuvo a punto de perder la vida a manos de unos vándalos.
—Es todo lo contrario de Haydée.
—Desde pequeña, siempre ha sido muy lamentable, Suri.
—El lunes arreglaré este problema sin falta.
*****************
Suri estaba de camino a casa, pero decidió pasar a casa de Mirko para dejar sus libros y solo tomar uno que quería leer el fin de semana. Ahora que ya había terminado el semestre, podía leer un libro que estaba en inglés que Mirko le había prestado.
Como siempre que visitaba esa mansión, lo hacía de manera muy respetuosa, así que entraba por la puerta lateral sin hacer ruido y cerraba bien, se dirigía a la bodega y abría la puerta con su llave. Entró y se sentó a leer un poco el libro que le había prestado Mirko.
No se dio cuenta de que alguien la estaba observando desde los grandes ventanales que daban al elegante salón.
Los padres de Mirko habían regresado para pasar el fin de semana en casa, y Lucas Goldstein vio cuando Suri entró por la puerta de la parte de atrás de la casa hacia el jardín y se dirigió a la bodega, sin siquiera mirar hacia la casa.
Eso le pareció extraño; cualquier otra persona, por curiosidad, hubiera mirado hacia la casa, pero ella simplemente entró directamente a la bodega, abrió, se sentó y comenzó a leer.
Por lo que sabía, Lucas ya tenía haciendo eso más de seis meses. Al principio se molestó, pero después de verla varias veces hacer lo mismo, ya no dijo nada. Era una niña muy seria y callada. Solo entraba exclusivamente a estudiar; como había dicho su hijo y era cierto, era una niña. Cómo pudo querer agredirla Elizabeth, siempre se había comportado como una señorita muy tímida. No podía creer que fuera capaz de golpear a nadie. Pero el ama de llaves le confirmó lo que le había dicho Mirko.
Tenía que pensar muy bien si una mujer así le convenía a su hijo. Al principio pensó que sería perfecta para Mirko, porque venía de una buena familia y su madre era su amiga, pero eso no implica que pueda perdonar que sea grosera con otros. En el futuro tendrá que atender diversas reuniones sociales y, si se comporta así, sería una gran vergüenza si muestra una escena de celos.
La familia Goldstein es de una larga data de militares, por lo cual es muy importante en cuanto a la política y el área militar; muchos quieren ser parientes con ellos, pero no cualquiera puede serlo.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Nael estaba feliz en la casa de su abuelo, en la mansión Thompson. Su abuelo hasta había llorado, cuando le dijo en qué posición había quedado en la pizarra de resultados. Estaba muy feliz, incluso le preguntó qué quería de regalo y él solo le dijo que quería ir al ejército a ver a su padre.
Fue algo que le pareció algo extraño al señor Thompson, pero no importó; él iba a complacer a su nieto; se lo merecía, así que preparó el macuto de Nael, y lo envió el viernes por la tarde al área militar donde se encontraba su padre, para que él mismo le diera la noticia. Solo esperaba que esa cabeza de alcornoque no lo fuera a lastimar.
Nael llegó al área militar donde se encontraba su padre; de inmediato lo reconocieron y le saludaron. Le llevaron a donde se encontraba su padre.
Todos los soldados que lo veían estaban sorprendidos por el hecho de que se encontrara ahí, ya que él no iba por su propio pie solo cuando su padre lo forzaba a que lo hiciera y era una forma de castigarlo.
Nael llegó a la oficina donde se encontraba su padre. Entró y cuando su padre lo vio, lo primero que pensó es que seguro algo malo había pasado, así que puso una cara larga y ojos agudos al verlo, pero no dijo nada. Esperó a que se explicara a su hijo la razón por la que estaba ahí.
—Padre, he venido porque quiero comenzar a entrenar los días que no tenga escuela, y los que no tenga que estudiar.
—Y ¿cómo te fue en la escuela? —No esperaba mucho sobre sus calificaciones, sobre todo por lo del accidente donde casi pierde la vida.
—Bueno, gracias a la ayuda de Suri, logré quedarme en el noveno lugar de todo el grado. —Nael se quedó serio, pues no esperaba ninguna felicitación o comentario.
—¿Cómo lograste eso?
—Pues estudiando todos los días junto a Suri en la escuela, y los sábados ella me hacía unos cuestionarios muy exhaustivos que tenía que responder en la semana para entregárselos el siguiente sábado para revisarlos en que había fallado, así fue que logré recuperar todo el tiempo que no fui a la escuela y superar los exámenes.
—Suri, ¿es la niña que te salvó?
—Sí, es ella.
—Bien, durante las próximas vacaciones iríamos al extranjero y escogerás algo para ella.
—Está bien; no será difícil encontrar un regalo para una niña como ella.
—Ahora ve y deja tus cosas en la barraca y regresa con ropa adecuada para que te pongas a entrenar con los soldados un rato antes de la hora de cenar.
—Está bien, padre, eso haré, te veré en la cena, me voy.
Derek estaba sorprendido en el cambio tan grande que había sufrido su hijo desde el ataque que había sufrido, donde casi perdió la vida. Si no hubiera sido por esa niña, su hijo ahora no estaría vivo, y ahora lo ayudó a que lograra salvar el semestre en un excelente lugar. Estaba tan feliz por lo que había logrado en tan poco tiempo, que no le pesaba para nada en llevarlo de vacaciones, para que se divirtiera un poco. Se lo merecía de verdad.
**********
Peython regresó a casa de su abuelo materno para buscar a Nael, pero le informaron que no había regresado de la casa de su abuelo Thompson. Eso lo enojó, pero no perdió la oportunidad de presumir que de nuevo había sido el número uno en la academia, así que esperaba que le dieran un regalo por sus calificaciones y le dijo a su abuelo que le llamara a su tío Derek para que le hiciera saber que tenía unas muy buenas calificaciones.
Y como siempre le daría algún regalo o dinero, y eso pondría a Nael negro de coraje, así sería suficiente para hacerlo que salga de casa como la vez anterior y aprovechar para conseguir que su plan de hacerle daño se pueda llevar a cabo.
—Como siempre eres el mejor hijo mío, estoy tan orgulloso de ti; claro que llamaré a tu tío para hacérselo saber; que tiene que darte un obsequio. —comenta el viejo Zaharie.
—Date prisa, abuelo, quiero escuchar lo que dice mi tío, y cómo me felicita.
Marco la línea directa a la oficina de Derek, el viejo señor, y espero a que comunicara cuando respondió:
—Hijo, te estoy llamando para darte una excelente noticia: nuestro Peython ha sido de nuevo el número uno en su grado en el colegio.
—¿Padre, solo para eso me has llamado, y acaso sabes cuál es la calificación de mi hijo?
—Tu hijo, no creo que haya aprobado; no sé nada de él desde hace varios días.
—¿Y te has preocupado por preguntar en la casa del viejo coronel qué ha sido de él o cómo está?
—Si está con su otro abuelo, estará bien; para qué me preocupo por él.
—Muy bien, padre, yo solo tengo un hijo y es por el único que me preocuparé, así que tengo mucho trabajo ahora, tengo que colgar.
El viejo padre de Derek se molestó por la actitud de su hijo mayor. Nunca se había comportado de esa manera antes.
—¿Qué dijo el tío, abuelo, que me dará algún regalo?
—Olvídate del tío por ahora.
—¿No se puso feliz porque sacó mejores calificaciones que Nael?
—No sé si sacas mejores o peores calificaciones que Nael, no sé nada de él desde hace unos días.
—Estará con su otro abuelo; para que te preocupes por el mejor, vamos a mi casa a cenar.
—Tienes razón; seguro tu madre ha preparado algo especial para ti. Vamos.
Peython no había logrado su principal cometido, que era molestar a Nael, porque no estaba en casa y su tío lo había ignorado por primera vez. Eso era algo muy raro; no sabía lo que estaba cambiando, pero tenía que averiguar rápido qué es lo que sucedía, porque si no perdería la confianza de su tío y después la de su abuelo, y cuando ellos ya no estén, toda su forma no le podría pertenecer. Su padre había dicho que todo le pertenecía solo a él por ser el más inteligente y así tenía que ser.
Nada podría cambiar en la ecuación.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Suri, después de leer por un rato en casa de la familia Goldstein, guardó y limpió todo lo que había utilizado y se dispuso a marcharse a casa para encontrarse con su padre. Tenía que darle las buenas noticias sobre sus calificaciones; el día sábado lo tendría libre para limpiar su habitación y ayudar a su padre y después regresaría para continuar leyendo el libro que estaba dejando ahora sobre el escritorio de la bodega.
De nuevo, Lucas la vio hacer todo en silencio y sin dar una sola mirada a la casa principal, simplemente hacer sus cosas, cerrar la puerta de la bodega y salir en completo silencio de la casa y cerrar la puerta sin hacer el mínimo ruido. Realmente era una niña, muy discreta, sin pretensiones. Cualquier otra chica de su edad estaría mirando por todas partes, tratando de investigar.
Pero ella no lo hizo en ninguna de las ocasiones que él pudo observarla; siempre actuó de la misma manera, sencilla y sin nada de interés por el interior de la casa.
No entendía por qué Elizabeth la habría querido atacar o hacerle daño a una niña tan seria y callada. Tenía que pensar y observar con más cuidado a esa joven.
Mientras pensaba en cosas sobre su futura nuera, llegó Mirko a casa; eso lo dejó algo sorprendido, ya que no sabía que regresaría a casa ese fin de semana. Pero sería algo bueno, ya que era posible verse fuera del campamento militar.
—Hijo, es bueno que estés en casa.
—No pensé que tú y mi madre estuvieran aquí, es raro verlos en casa.
—Tenía unos días libres y tu madre se sentía algo cansada, así que decidimos regresar a casa a descansar, además ya me duele cada vez más la espalda.
—Ya eres un anciano, que pronto tendrá que estar sentado en una mecedora.
—¡Eres un muchacho grosero!
Mirko no prestó atención a los gritos de su padre y subió a grandes zancadas a su habitación. Solo quería descansar y esperar al sábado para ver a la pequeña, Suri, y saber qué calificación había sacado. Estaba expectante en cuanto a lo que se había superado a sí misma con su autoaprendizaje.
**************
Suri entró en casa y su padre ya se encontraba en la cocina listo con su cena preparada, y como cada día que regresaba, su madre hacía televisión. En cuanto a Mariana, se dio una vuelta impresionante, tipo ninja, para quedar frente a ella y comenzar con una perorata…
—Hoy salieron las calificaciones de los exámenes. ¡Así dime cuáles fueron tus resultados!
—Porque tendría que decírtelos a ti, si tú no eres la responsable de ella, sino yo. Tú esperas a que llegue Haydée y pregunte sus calificaciones, solo no olvides que si ella no aprobó, ya no habrá más escuela para ella.
Jordan se molestó cuando Mariana increpó de mala manera a Suri en cuanto entró en casa.
Caminó a su habitación para dejar sus cosas y sustraer el comprobante de sus calificaciones y dárselo a su padre para que lo viera. Mostrárselo era lo menos que podía hacer, por lo que la había defendido todo este tiempo.
Lo tomó y salió de la habitación cuando vio que su padre ya tenía preparada la mesa para que cenaran los dos. En eso entró en casa Haydée, quien regresaba a casa, así que fue un muy buen momento para entregarle la nota de calificaciones.
—Papá, mira, estas son mis notas del semestre.
—Dámelas, veamos qué calificaciones tienes.
Al escuchar que Suri estaba entregando sus notas, Haydée se puso nerviosa; no esperaba que ella sacara muy buenas notas cuando mucho serían pasables, pero ella ni eso podría mostrar. Estaba muy enojada; sabía que Suri las sacó a propósito en el momento en que llegó; ahora tenía que pensar rápido en alguna forma de no mostrar las suyas o estaría acabada.
—Rápido di que saco esa niña, mal agradecida; no te quedes callado —gritó Mariana.
—Eres la mejor hija mía, estoy tan sorprendido y feliz, además de orgulloso de ser tu padre. No puedo creer que tengas unas calificaciones tan buenas.
—¿Qué, de qué hablas, cómo es tan buena?
—Suri tiene en todas las materias la máxima calificación.
—No, eso no puede ser, ella debió de falsificar ese papel; es imposible. —
Mariana no podía aceptar eso; si fuera cierto, significaba que ella tendría que seguir trabajando y que su hija amada Haydée no recibiría ayuda de su padre y ella tendría que pagar todos los gastos de bolsillo de ella hasta que terminara la escuela; ella terminaría muerta de cansancio para entonces…
Haydée se quedó petrificada en el mismo lugar donde estaba cuando entró a la casa. Al escuchar las palabras de su padre, ahora sí sería imposible arreglar su problema; ella no podría solucionar nada, ni ocultando sus terribles calificaciones. Pensó que si su hermana sacaba unas calificaciones mediocres, podría justificarse con que ella había sacado malas calificaciones porque era una escuela nueva y con mucha más presión que en donde estaba antes, pero ahora era imposible inventar alguna excusa tan simple.
—Haydée, dime que tú también sacaste calificaciones muy buenas —le dijo Mariana a su hija mayor.
—Yo... Yo… hayyy. —No respondió nada más y salió corriendo a su habitación para echarse a llorar.
Los presentes pensaron cada una cosa diferente, Mariana que estaba nerviosa por decir sus calificaciones que solo serían más bajas un poco que las de Suri, Jordan que su hija seguro no quería avergonzarse, y Suri sabe perfectamente que su hermana había reprobado todas las materias.
Mientras tanto, Haydée estaba en su habitación llorando de rabia, por no poder hacer nada para salvarse y pensando en cómo salvarse de la situación.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
El día sábado por la mañana después de las diez, Suri salió de casa después de haber terminado con sus tareas hogareñas rumbo a la casa de Goldstein.
Cuando estaba por girar por el camino que siempre tomaba, notó por el rabillo del ojo que alguien la seguía y decidió tomar otro camino, para ver quién era. Al girar en la calle amplia y grande, vio que era su hermana. De inmediato se dio cuenta de que seguro quería saber a dónde iba, así que decidió dar un paseo para despistarla.
Continuó caminando, viendo los aparadores de las tiendas que ya se encontraban abiertas a esa hora. Pasó por varios negocios con calma, como si no fuera a ningún lugar en concreto, cuando se encontró de frente con Peython.
Suri pensó para sus adentros que era lo más divertido de esta mañana tener que lidiar con un par de seres malvados, antes de ir a leer.
—Hola, Suri, ¿a dónde caminas?
—No te preocupes por mí, tu amiga viene detrás de mí, así que quédate con ella a charlar; tal vez la puedas ayudar a buscar una manera de engañar a mis padres para que no se enteren de que reprobó todas las materias.
Peython se quedó pensando en lo que le dijo Suri; eso quería decir que a ella no le importaba en absoluto lo que le pasara a su hermana mayor, por eso no lo quiso ayudar anteriormente. Además de que siempre ha sabido que su hermana es una muy mala estudiante.
—Ya veo, entonces adiós, Suri.
Peython continuó su camino; un poco más adelante se encontró con Haydée, quien al parecer se escondía de alguien. Eso le pareció muy divertido; esa niña era tonta a no más poder; su hermana pequeña sabía que la seguía y ella pensaba que estaba siendo muy sigilosa.
—¿Hay de quién te escondes?
—Me asustaste, estoy siguiendo a mi hermana, quiero ver a dónde va, y me escondo para que no me vea.
—Me la encontré antes y me dijo que te encontraría aquí.
—¡¿Qué, eso quiere decir que siempre ha sabido que la estoy siguiendo?!
—Pues sí, Suri, siempre ha sabido que la sigues, así que si esperas atraparla haciendo algo, no creo que lo consigas. ¿Por cierto, es verdad que reprobaste todas las materias y no le has dicho a tus padres?
—¿Cómo sabes tú eso?
—Me lo dijo un lindo pajarito.
—Fue esa, maldita, verdad, seguro que fue ella, pero ¿cómo sabe qué reprobé?
—Eso no lo sé, pero tendrás que decirle a tus padres que lo ha hecho, no es así.
—No puedo hacerlo, si lo hago me sacarán de esa escuela y no quiero que lo hagan.
—Bueno, puedo hacerte otro favor, si tú me prometes que harás que tu hermana me ayude con Nael.
—No importa lo que tenga que hacer, pero ayúdeme.
—Creo que mejor te haré un libro de deudas; ya es mucho lo que me debes.
—No me importa, pero no puedo ser vencida por ella de nuevo.
—Bien, entonces búscame aquí mismo en tres horas. Ahora me voy.
************
Suri, al lograr hacer que ese niño malvado entretuviera a su hermana, pudo escabullirse entre las calles y llegar a la casa de los Goldstein. Sin que su hermana la viera, entró sin problema alguno y cerró con cuidado como siempre la puerta.
Cuando llegó a la bodega, se encontró que ya estaba Mirko ahí, sentado leyendo un libro como siempre que estaba en casa. Simplemente, no quería interrumpirlo y pasó sin hacer ruido alguno a su lado y se colocó al otro lado y comenzó a leer el libro que dejó al día anterior…
Los vio de nuevo Lucas y otra vez se quedó un poco sorprendido cuando vio que la niña no estaba interesada en su hijo; eso casi era como para burlarse de él. Tenía una fila enorme de pretendientes para escoger, pero una niña que se sentaba a su lado lo ignoraba por leer un libro, eso sí que era para contarlo y que nadie le creyera.
—¿Qué estás viendo, Lucas?
—A tu hijo, que está siendo despreciado por un libro, es gracioso, no lo creas.
—¿Hablas de la niña que dejan que estudie en la bodega?
—La he visto en varias ocasiones; entra con un silencio conmovedor, no mira hasta la casa, solo se pone a leer y, después de varias horas, simplemente limpia todo, recoge sus cosas y se marcha igual que como entró, sin hacer el menor ruido. Y ahora que llegó, se preocupó por no molestar a Mirko cuando vio que estaba leyendo ahí mismo.
—No es mi hijo lo suficiente atractivo para ella.
—Quizás ella solo piensa en estudiar, además aún es muy joven.
—Está pequeña, si eso debe ser. —Convino la madre de Mirko.
Después de ese pequeño análisis de lo que vieron, ambos se retiraron del gran ventanal para sentarse en el salón, y tomar un refrigerio.
—Suri, ¿no me vas a saludar hoy?
—Lo siento, no quise interrumpir tu concentración, al ver que estabas leyendo.
—Está bien, cuéntame mejor cómo te fue en la escuela esta semana.
—Muy bien, fue una gran semana en la escuela. Presenté todos los exámenes semestrales.
—Y, ¿qué tal, los resultados fueron los que esperabas?
—No, fueron mucho mejores, soy la mejor en todo el grado.
—¡Felicidades, Suri!
—Gracias, pero en gran parte te lo debo a ti. Si no me hubieras ayudado con un lugar donde estudiar durante todo este tiempo, no lo hubiera logrado.
—No, Suri, todo es gracias a tu propio esfuerzo. Si tú misma no te hubieras propuesto sobresalir, por ti misma, a pesar de cualquier vicisitud, nada ni nadie te hubiera podido ayudar.
—Pero gracias por apoyarme.
Los ojos de Suri estaban brillantes, sus labios sonrosados y su pelo ahora estaba sin atar suelto hasta su cintura. Brillante, ya no estaba muerto como hacía seis meses, cuando la vio sangrando por su nariz y frente.
Sabía que cuando fuera mayor sería una verdadera belleza, y ya estaba dando muestras de que así sería, y no solo eso, sino que también una mujer muy inteligente y capaz.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
El sábado era un día que regularmente se aprovechaba para salir y hacer compras, conocer amigos o hacer visitas, por lo cual la familia Harris se preparó para ir a visitar a los Goldstein y hablar sobre, el compromiso de Mirko con su hija.
Llegaron a la mansión de la familia de Mirko a la una de la tarde, casi a la hora del almuerzo, con la finalidad de autoinvitarse, sin esperar a ser bienvenidos o no; ellos simplemente se invitaron. Como siempre lo hacían, esperando que Lucas los recibiera de buena gana.
Nicole estaba con dolor de cabeza. Ya se lo había hecho saber a su marido, así que pensaba pasar todo el día en casa sin hacer nada, solo acostados descansando o en el salón viendo un poco de televisión.
Cuando menos lo esperaban, escucharon que llaman a la puerta. El ama de llaves fue a ver quién era y entraron los no invitados como si fuera su casa. Al verlos Nicole, su dolor de cabeza aumentó aún más. Elizabeth vio a través de los grandes ventanales a Mirko en la bodega que estaba leyendo, pero en la posición en que se encontraba no vio que se encontraba acompañado por Suri.
—Hola, estamos de vista para que hablemos sobre la fecha del compromiso de nuestros hijos —informó rápidamente Karina.
—Veo que Mirko está en el jardín leyendo; creo que iré a saludarlo. —Señaló Elizabeth.
—Será mejor que lo dejes solo ahora, no le gusta que lo molesten cuando lee, y lo desconcentran; se pone de muy mal humor —Dijo Nicole, para impedir un gran escándalo en su casa si Elizabeth veía a la pequeña con la que estaba su hijo.
—Pero no creo que se enoje conmigo; soy su prometida —insistió Elizabeth.
—Nada se ha hablado aún —Nicol dijo fríamente.
Nicole se estaba cansando de fingir que estaba de acuerdo con ese matrimonio. Para ella solo era como si su marido estuviera retribuyendo a Karen el no haberse casado con ella, dándole a su hijo a su hija ahora, y eso no era justo para Mirko; él no tenía que pagar las deudas de amor de su padre.
—Bueno, será mejor que dejes por ahora en paz a Mirko, Elizabeth, sabes que no tiene un carácter fácil de tratar. —Le indicó su padre.
—Pasen y tomen asiento en el salón, no se queden ahí en la sala de estar; es de mala educación de nuestra parte mantenerlos esperando en la entrada. —Señaló Lucas.
—Espero que no seamos inoportunos; solo vinimos porque deseamos poner fecha al compromiso de la boda de nuestros hijos; ya tenemos mucho tiempo esperando para esto. —Karina estaba desesperada porque se pusiera una fecha para que sucediera una fiesta de anuncio de dicho compromiso; no se daría por vencida tan fácilmente.
—Lo lamento, pero los dejaré. Me duele demasiado la cabeza; me retiraré por ahora, que los atienda Lucas.
Nicole se marchó. Ya no podía continuar con este teatro que era insoportable para ella. Era cada vez más doloroso e insoportable; la estaba matando en vida; nunca estuve realmente segura de que Lucas la amara de verdad; siempre tuve que estar detrás de él en cada lugar al que fue asignado, descuidando a sus hijos, para poder estar segura de que no la abandonara o la engañara con otra mujer, y ahora tenía que cada fin de semana que veían a casa a esa mujer metida en ella; esto ya era imposible de sobrellevar.
Karina tomó este acto como una manera de demostrar que Nicole estaba dándose por vencido ante ella, que ella tenía todo el poder sobre Lucas, como cuando fueron novios. Esto la empoderó, así que comenzó a hablar.
—Entonces, Lucas, qué fecha crees que es la más apropiada, quizás dentro de un mes.
—Mamá, un mes es muy pronto; no alcanzaré a estar lista con las invitaciones, buscar un salo perfecto y elegante, que esté a mi altura; además, mi vestido tiene que ser comprado en el extranjero, y las joyas deben ser de lo mejor.
Lucas estaba escuchando a esas dos mujeres hablar de algo que solo ellas entendían, en lo que no estaba participando, ni su hijo, ni su esposa, pero ellas estaban ya pensando en la forma en cómo gastar su dinero, o más bien en cómo dilapidar su dinero. De forma sin pensar, giró la mirada hacia el jardín trasero, pensando en cómo su hijo estaba sonriendo hacia un momento mientras charlaba con esa niña. Y cómo se encontró con esta chica frente a él.
—Creo que no estamos en el momento apropiado para decidir nada, mi esposa no se encuentra bien y mi hijo está ocupado; lo mejor es dejarlo para otro momento más propicio.
—Pero lo estamos alargando y eso no es nada bueno para los chicos —por fin habló Marc, el padre de Elizabeth.
Lucas sabía muy bien que Marc quería ser pariente con la familia Goldstein, como todos, por los privilegios que podría llegar a tener; por eso estaba ansioso por perder este matrimonio.
—No pasará nada si esperamos un poco más, ahora no es el momento. Será mejor que regresen después.
Ya no podían esperar más en la casa de los Goldstein; ya los estaban despidiendo, así que sería mucha desvergüenza de su parte si se quedaban más tiempo, por lo cual se despidieron y se fueron sin más dilatación.
—No comprendo por qué sigue poniendo tantos pretextos para darnos una fecha para que se anuncie un compromiso. —Está furioso, Marc.
—Cálmate, esperemos solo un poco más de todo, ya lo prometió Mirko: se casará con nuestra hija.
—Espero que sea verdad, de eso depende que me den un ascenso o siempre me quedaré en el mismo puesto.
Marc, que era quien principalmente dependía de Karina, estaba desesperado porque sucediera ese matrimonio. Estaba hasta las cejas de deudas; si no se realizaba ese matrimonio, no lo ascendería y no podría llevar a cabo unos negocios sucios que le darían grandes cantidades de dinero.
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UNA MUJER FUERTE
Mirko estaba leyendo como siempre que se encontraba en su casa, en la misma pequeña bodega que le había preparado a Suri, ya que se había acostumbrado a estar en ese lugar con vistas al hermoso jardín de la parte de atrás de su casa; le daba tranquilidad estar ahí.
Pero especialmente este fin de semana estaba esperando a que llegara Suri para charlar con ella sobre cómo le había ido en sus exámenes semestrales, pues ya habían pasado más de 7 meses desde que Suri se había instalado a estudiar en su casa y él había visto cómo ella se esforzó en conseguir los libros para poder estudiar antes de regresar a la escuela y cómo sufrió para poder ir a la escuela y luchó para lograrlo.
Por eso deseaba saber sus calificaciones; sabía qué les había pasado, pero estaba ansioso por saber las calificaciones; seguro que serían superiores a la media; esa era la incógnita que tenía. Solo que no sabía cómo sacar el tema, no sabía si se sentiría presionada Suri al preguntarle directamente… Por eso, cuando ella llegó y solo pasó junto a él y se sentó a leer sus libros, él no le preguntó nada.
—Suri, ¿qué es lo que lees hoy?
—Estoy comenzando a leer un libro de ciencias políticas en inglés.
—¿Ya terminaste el semestre?
—Sí, ya hice los exámenes.
—¿Y cómo te fue?
—Bueno— Suri se puso roja, de pensar que tendría que decirle a Mirko que era la primera en todo el nivel.
—Qué pasó, ¿no te fue bien?
—No es eso, de hecho, me fue muy bien.
—Entonces no tienes de qué preocuparte, qué calificación sacaste.
—La máxima puntuación en todo mi nivel.
—¡Felicidades! Es lo mejor, es la gratificación a tus esfuerzos. Has hecho mucho trabajo. Era lo menos que podrías merecer.
—Gracias.
Suri sentía que las felicitaciones de Mirko eran sinceras y que eran su reconocimiento más importante. Él fue el primero que la ayudó, cuando más lo necesitaba. Además, lo veía como su ejemplo a seguir.
Recordó cómo en el futuro sería uno de los hombres más influyentes en el cambio que representaría en la política de su país, en los grandes cambios que sucederán, así como los logros que obtendrá al ser un muy buen representante militar en los levantamientos de revueltas durante el cambio de gobierno…
Mirko será un hombre recto, que apoyará a los necesitados y se encargaría de sacar a los malos gobernantes, apoyando el gran cambio. Eso es algo que siempre admiró de él y que recordó cuando llegó a ser adulta, pensando que ese gran hombre alguna vez fue su vecino.
—¿Suri, qué te pasa? ¿Parece que estás soñando despierta?, ¿estás pensando en algo en especial?
—No, es solo que estaba tratando de imaginar mi futuro cuando llegué a la universidad.
—Pequeña Suri, apenas estás en el primer año de la preparatoria, todavía te faltan dos años más y sabes que se tiene que realizar un examen para poder ingresar a la carrera que deseas. Ahora, ¿tienes que 15 años?
—El próximo año cumpliré los 16 años.
—Bien, entonces tendrás 18 cuando entres a la universidad o quizá 19 años cumplidos. —Así que aún tiene un buen camino que recorrer; es mejor que sigas aprendiendo ahora que puedes, porque cuando estés en la universidad quizá ya no tengas mucho tiempo libre, estudiarás, y buscarás un empleo a medio tiempo para cumplimentar tus gastos; tendrás más tareas, más amigos, y el tiempo se reducirá.
—¿Así es como te va a ti en la universidad?
—En realidad, a mí me es mucho más complicado tener citas con amigos o salir con alguien. Al tener que asistir a la universidad militar, yo tengo que pasar mucho más tiempo entrenando en la base militar y estudiando ahí mismo; es diferente a una universidad normal.
Suri pensó que ella estaba muy lejos de tener el mismo nivel de capacidad de estudios que Mirko; ella solo estudiaba en la escuela y un poco que leía en la bodega. Ella no hacía ejercicio, como el que tenía que ejercitarse diario; tampoco hacía tareas diarias, tan fuertes como él. Estaba lejos aún de compararse, aunque fuera un 40 por ciento.
—Como ya imaginaba que sacarías unas muy buenas notas en tus exámenes, te tengo un regalo.
—No era necesario que me dieras nada, ya me has ayudado demasiado con solo dejarme estudiar en tu casa.
—Y puedes continuar viniendo a estudiar a este lugar; eso no cambiará aun cuando yo no estoy. Pero te tengo un libro, que te va a gustar. —Mirko salió de la pequeña bodega para entrar en su casa y sacar un libro muy grueso, y traerlo a la pequeña bodega, para entregárselo a Suri.
—Es este libro, lo conseguí hace un tiempo, y como he visto que te interesa todo lo que tiene que ver con los avances en la política moderna que se va desarrollando en el mundo, pues me pareció interesante que leas este libro; no sé si entiendas todo lo que dice, pero veo que te esfuerzas mucho por leer en inglés, así que estoy seguro de que lo apreciarás.
Suri recibió el libro y lo analizó con calma. Vio el índice, así como el tema, quedando prendada de la información que se abordaba en este libro. Se hablaba de todos los cambios que ella vio que se darían en el futuro; mucho de lo que el libro trataba son cambios en la economía que ella vio cómo se van a dar y de ahí la gran producción y diferentes intercambios comerciales entre su país y otras naciones.
Si ella hubiera conocido todo esto en su vida anterior, hubiera sido diferente su vida. Ella, que siempre fue inteligente y seguro, habría tenido un buen empleo y avanzaría con el cambio de su país, y no habría sufrido tanto con los empleos de pagos tan bajos y la pobreza durante los levantamientos.
—Gracias, este es el regalo más grande que me han hecho, lo apreciaré y leeré con todo mi corazón.
Mirko se dio cuenta de Suri. Apreciaba mucho los libros, más que cualquier otra cosa, no como otras chicas. Apreciaban los bolsos o unos zapatos de marca.


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