VISITA AL GINECOLOGO +18

VISITA AL GINECÓLOGO

  Una mañana fría a medidos de invierno, me encontraba cambiando mi ropa de calle por mi uniforme para dar consulta, pero en un momento dado, te recordé.

Y que vendrías a mi consulta hoy, hermosa mujer, sensual, atractiva, cuantas noches he fantaseado con tocar ese hermoso cuerpo, deleitarme viendo tus turgentes pechos de sonrosados pezones y unos labios vaginales que apetecen mordisquear hasta sentir la muerte momentánea.

Decido no vestir nada más que mi bata blanca y larga, esperar sentado detrás del escritorio de mi consulta, discretamente sereno...

Inicie mi trabajo con preguntas habituales, a las cuales respondías con un poco de timidez.

Mientras su sonrojo cubría su rostro, yo imaginaba que era por el deseo de sentir mis caricias ... Que te ocurre, pregunte sin más preámbulos, a lo cual respondió; "siento una molestia en mi vagina, un poco de dolor y sensación de vacío, pero es más notoria durante las noches, se hinchan los labios de mi vagina y tengo que tocarlos"

Te pedí, te desnudaras una vez, solo te quedarás con la bata de revisión y subieras a la camilla y posaras las piernas en los soportes en un ángulo de 180 grados para cuando estuvieras lista me avisarás.

Tú pasaste a la otra habitación y al poco tiempo me llamaste diciendo, "estoy preparada".

Yo entré y lo que me encontré fue más allá de lo que me había imaginado, una vagina totalmente rasurada, limpia de labios rosados y mostrando sus pétalos en flor.

Te puse las bandas para sujetar las piernas y abrí los soportes al máximo y los fijé así.

Una vez atada te abriste la bata y me dijiste rozando tus Pezones que si podía revisar también tus senos a lo cual accedí sin pretexto alguno, mientras disfrutaba deseas dulces frutas entre mis manos, Te dije están perfectos y Tú te sonrojaste un poco.

Me senté en el taburete y tu sexo se mostraba ante mí en todo su esplendor.

Empecé a examinarlo y según lo hacía, lo único que en mi mente resonaba era lo Que daría por meter mi lengua entre esos labios vaginales, sin pesar en voz alta comente" UFF, quién lo iba a decir"... Tú preguntaste, ¿me pasa algo? ¿Qué tengo? Y a lo cual contesté,

Tienes una vagina perfecta, apretada, rosa y muy apetecible.

Al decir esto, note como sus labios humedecían rápidamente con sus jugos espesos. Palpitante comenzó a crecer mi pene sin control, pidiendo lo suyo.

¿Tú me dijiste ahora mismo siento ese dolor de vacío y necesidad en mi vagina, esto tiene solución Doctor?

Te respondí" Hoy te voy a dar la primera sesión del tratamiento y notarás una gran mejoría."

Como estabas tan abierta, no necesite mis manos para abrirlo, tu clítoris está totalmente a la vista y mi lengua recorrió todo tu coño desde abajo hasta arriba, mojándole y separando los labios internos con la lengua, así lo estuve haciendo una y otra y otra vez, mientras al pasar mi lengua notaba como tu clítoris iba endureciendo sé y mientras tratabas de apretarlo contra mi lengua, entonces la punta de mi lengua lo empezó a rodear una y otra vez, tú empezabas a emitir sonidos guturales y cuando menos te lo esperabas, mis labios cogieron tu clítoris y a la vez que lo apretaban, lamían, mordían fuertemente y masturbaban mis labios y lengua hacia dentro como si quisiese tragármelo, tú diste un grito de sorpresa y placer.

Así estuve mucho rato, sacándolo y metiéndolo en mi boca, mientras mis dedos comprobaban la humedad de tu vagina, tu fluido había empezado a salir cada vez más y mis dedos se deslizaron dentro con gran facilidad y aproveché para examinar si tu punto G funcionaba correctamente.

Al masajearlo junto con mi boca chupando con fuerza el clítoris, hizo que emitiese un gemido enorme, más que gemido era un grito. Tu placer era tan grande, que yo sentía como te debatías entre el placer tan grande que llegaba al límite de la muerte por placer. Y dolor en unos segundos.

Tu flujo chorreaba de tu vagina y ya había llegado al culo, cosa que aproveché para meter el dedo dentro, al rozarlo hubo una contracción del esfínter, pero tu flujo era tan deslizante y suave que entro mi dedo sin dificultad, lo movió un poco dentro y fuera y entraba y salía muy suavemente, entonces probé a meter otro más, gritaste un poco, pero entró, los dejé quietos dentro, mientras mi lengua empezó otra vez con tu coño, metí la lengua dentro de tu vagina y tu dolor desapareció en un momento.

Me puse de pie y con la mano izquierda, desabroche mi bata y apareció mi polla turgente y antes de un segundo penetro hasta el fondo de tu vagina de un empujón, tú soltaste un aaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh de satisfacción y dijiste, "ahora me siento llena", yo empecé a entrar y salir de tu coño, mientras los dedos de mi mano derecha seguían dentro de tu culo, y los de la mano izquierda te frotaban el clítoris al mismo ritmo que mi polla entraba y salía de ti.

Tú comenzaste a gemir con tal gozo que sentí correrme dentro de ti cada vez que mi polla te llegaba al fondo, yo entraba y salía cada vez más deprisa y más fuerte y Te dije que te sentirías aún más llena, sin más en uno de tus espasmos salí de tu vagina enterando tu pequeño y cerrado año. Tu gemido se convirtió en el aullido de una loba en luna llena, mientras que tu cuerpo se estremecía en rápidas sacudidas.

No pude más y me corrí en tu interior, sintiendo como apretabas mi polla con tu cuerpo, y veía como salía mi semilla de tu año, imposible terminar el placer eterno...

Cuando nos calmamos y pudiste articular palabra, me dijiste," creo que llevas razón y este tratamiento funciona, ¿cuándo me das la segunda sesión?"