EN UN PAIS LEJANO EXISTIO UNA CHICA QUE LE DOLIA EL CORAZON SI NO AMABA (CAPÍTULOS 41-50)

                                                   

 EL RINCÓN VELVET VIOLETA
                                               

Se encontraba en el aula de matemáticas, esperando la respuesta que aún no le había llegado. De Jacob, ya tenía un par de días esperando a qué, a que le llamara, pero no lo hacía.

Así que Astrid. Prefiero sacar algunos ejercicios de la Olimpiada de matemáticas y ponérmele a realizarlos, mientras tanto.

Denzel. Que se encontraba sentado en el escritorio delante de ella. Ya había revisado por Internet, qué era lo que ella estaba tratando de probar y era la teoría de XXX que era una teoría tan complicada que había científicos que no lo habían logrado incluso en toda su vida, como alguien de 18 años lo lograría.

Y con apenas los conocimientos que tenía ella, lo mejor era que se rindiera Astrid y se pusiera a estudiar para la Olimpiada de matemáticas, que sería a nivel nacional.

—Astrid, lo mejor que puedes hacer es ponerte a estudiar y dejarte de tratar de realizar la teoría de XXX. Es imposible que la pruebes, no tienes los estudios suficientes para lograrlo. En la olimpiada estarán los mejores estudiantes, incluso el que ha ganado tres años consecutivos y es de nuestra ciudad, así que ponte a estudiar.

Denzel, estaba pensando que ese era un muy buen consejo y que estaba ayudando a Astrid, así que continuó con su charla mientras que Astrid solo estaba pensando.

“Porque este chico habla tanto, no entiendo nada.”

Para Astrid solo eran palabras sin sentido. Lo que decía Denzel, no entendía nada y no conocía a ninguna de las personas que mencionaba, así que no le interesaba. En lo más mínimo, lo que estaba soltando esta persona charlatana.

Cuando se callaba, solo le estaba quitando tiempo importante para poder seguir leyendo.

—Así que no menosprecies a los demás competidores… —Después de eso terminó y se giró para seguir con lo suyo. Denzel estaba feliz de ser de ayuda a Astrid al darle un buen consejo.

Astrid estaba pensando que ese chico estaba siendo tan hablador, le gustaba más cuando no le dirigía la palabra. En ese tiempo ella era feliz, tenía todo el tiempo solo para estudiar y leer sin intromisiones.

Astrid terminó sus clases y salió a su casa. Ya en casa pasé la tarde estudiando hasta las 11 de la noche, ya estaba por dormir cuando recibió una llamada de Jacob.

—¿No has mostrado esto a alguien más?

—No

—¿Piensas enviarlo a alguna revista?

—No, lo he pensado, tengo muchas cosas que hacer por ahora, como para ponerme a realizar más trabajo, me tengo que presentarme a la selección para la olimpiada de matemáticas.

Jacob, estaba, sorprendido cuando escuchó que se presentaría a la selección de la olimpiada de matemáticas, pero después recordó que solo era una estudiante, pero eso debería ser una broma si se lo contaba a cualquier otro matemático.

—No te preocupes, yo me encargo de preparar la tesis para que sea presentada, pero podrías decirme, ¿por qué confiaste en mí y enviaste esto?

—Tú me enviaste un mensaje pidiéndome ayuda, yo solo lo hice, además ya tenía unos 20 días haciendo esto, así que solo lo terminé.

—¿Tenías 20 días trabajando en este teorema?

—Sí, desde la parte donde cambia la escritura y el color de las hojas, mi abuelo dejó el teorema sin terminar; a partir de ahí lo terminé yo.

Bueno, se puede decir que realmente lo realizó todo Astrid. Desde donde cambia la letra, muchos se han quedado sin poder seguir avanzando, así que no existe problema alguno para que se demuestre que fue ella quien lo resolvió.

Pero esta niña es sorprendente, lo toma como si estuviera hablando de la suma de 2 más 2.

—Bien, Astrid, me pondré en contacto contigo cuando esté listo todo y no se lo muestres a nadie. Muchos podrían querer robártelo y apropiárselo, comprendes.

—Sí, lo comprendo.

*********

Pasaron unos días más y llegó el fin de semana. Ya estaban en la ciudad donde se llevaría a cabo la selección para la olimpiada nacional de la olimpiada, así que en esta ocasión estarían todos los chicos de las escuelas de la zona escolar regional.

De nuevo se bajaron en un hotel y pasó lo que la vez anterior: solo dos chicas de la escuela de ella y Astrid, por lo cual de nuevo estaría sola en una habitación, pero al llegar a la recepción los encargados al escuchar su nombre la separaron de los otros chicos.

—Señorita Templeton, ya no quedan habitaciones solas, hoy tenemos una oferta especial, así que al mismo precio se le cambiará su habitación por una presidencial.

—¡Que suerte he tenido con las ofertas! —Astrid estaba pensativa.

Denzel escuchó lo que le decían a Astrid, y de inmediato pensó que la suite. ¿Presidencial, si no recordaba mal, se encontraba en el piso 28 y no era un costo similar ni por asomo a las que usarían ellos, como es que llegó a ser una oferta especial hoy?

—¿Hola, me podrías dar la misma oferta que a la chica que se acaba de ir?

—Lo sentimos, ya se terminó.

Denzel, se quedó con la boca abierta… ¿Qué estaba pasando?

Al día siguiente, Astrid estaba tranquila, feliz y descansada, pues había estudiado lo suficiente, leído y cenado sola. Lista para el examen.

Cuando llegaron a la escuela que celebraría el examen, todos los chicos que se presentarían al examen estaban entrando y presentando sus identificaciones para poder entrar.

Al llegar al salón donde se llevaría a cabo el examen, se topó con la chica que fue su compañera de habitación en el examen pasado, la cual había estado difundiendo mentiras de ella desde el examen anterior. Al verla, le dio un terrible arranque de celos y le lanzo su bolso de lápices a Astrid.

—¿Qué está pasando ahí?—Uno de los profesores que estaba cuidando, corría al ver lo que estaba sucediendo.

—Si se pelean, las dos serán expulsadas del salón ahora mismo.

—Astrid me empujo tratando de tirarme, solo me defendí.

—¿Yo, que ?— Astrid estaba confundida, solo había recibido un golpe y se giró de inmediato, por lo que tiró la silla donde se sentaría. Todo sucedió tan rápido que realmente parece ser cierto lo que decía la otra chica.

—Fuera las dos, no presentarán el examen.

—Yo acepto el castigo si sacan a Astrid también.

De inmediato, el profesor de Astrid salió a solicitar que se revisaran las cámaras, pero no se llegaba a ninguna conclusión debido a las reglas, por lo cual se les devolvieron sus cosas a las dos chicas. Al tener de nuevo su teléfono, Astrid recibió un mensaje.

—(Omnipotente) ¿Ya comenzó el examen?

—No, me han inculpado de querer golpear a una chica y no dejan que revisen las cámaras.

—Dame 15 min.

Astrid estaba muy enojada, como pocas veces, no tenía tiempo para perderlo en cosas tan triviales como comprobar una cámara de vigilancia.

Si aceptó participar en este examen solo era para obtener experiencia en la competencia, no le importaban los premios o la fama, mucho menos pasar por esta pérdida de tiempo.

Tenía que seguir revisando, la tesis para presentarla a alguna revista científica junto con el millonario del chat matemático.

A los 15 min exactos apreciaron un hombre alto y atractivo que llevaba un uniforme raro y dijo: — 15 minutos exactos, ni más ni menos, así que déjenme ver el video de vigilancia.



    

 EL RINCÓN VELVET VIOLETA



Después de que ya se revisaron las cámaras, se vio que realmente Astrid no había tenido nada que ver en el problema y que realmente y así podía participar en el examen sé. Permitió ingresar al aula. Y realizó el examen. Pero para entonces, Rabia perdida. 35 minutos.

Se esperaba que para el siguiente examen solamente se tuviese un total de una hora y treinta minutos para el examen. Por lo cual es que Astrid tuvo que darse mucha prisa para terminar el primero. Y podemos continuar con la segunda parte.

Un chico llamado Robert se acercó a ella y le dijo:

— Vi que te retrasaste 30 minutos en el examen anterior, así que yo te esperaré 30 minutos en este examen. Y cuando terminen los 30 minutos comenzaré yo…

Astrid realmente no comprendió por qué es que se le habían dicho esas palabras. No conocía a ese chico, nunca lo había visto y no sabía quién era, simplemente no hizo caso, ya comenzó su examen. Y continuó como si no hubiese pasado nada más; sin embargo, vio que el muchacho durante. Durante 30 minutos permaneció con la cabeza sobre el pupitre como si estuviese durmiendo…

Al terminar los 30 minutos, el chico comenzó su examen como le había dicho a Astrid, cosa que no le perjudicó nada a ella. Ella simplemente continuó cuando terminó, entregó su examen y se marchó. Se fue al hotel, recogió sus cosas y, como la vez anterior, se marchó a casa.

En casa ya le estaba esperando su madre, para saber cómo le había ido en el examen. Ella solo le respondió qué pasable.

A la hora de la cena, como siempre la vieja abuela, no dejó pasar una buena charla junto con su nieta Mila

—Mila, siempre debes de ser muy consciente de que no debes de tratar de hacer más cosas de las que puedes, porque si no vas a terminar cómo lo hace esa hija mal agradecida, fracasando en todo, ya ves que hoy en el examen la sacaron del salón.

—Suegra, por qué dices eso.

—Que tu hija no te ha contado que la sacaron del salón de clases porque atacó a otra. Participante.

—Eso es verdad, Astrid.

—Ella fue la que me lanzó una bolsa con lápices; yo solamente levanté la mano para que no me golpeara en la cara. Me resbalé y tiré la banca donde me tenía que sentar y ella me acusó de que la iba a golpear.

—Pero pudiste presentar el examen al final, Astrid.

—Alguien llegó y revisó las cámaras de seguridad y me dejarán presentar el examen al final.

Los padres de Astrid solamente se miraron al otro; de inmediato supieron que seguramente. Mila era la que había descontado que es lo que había pasado en el examen, porque se había enterado por medio de su novio. De lo que había sucedido ese día. Y había aprovechado para tergiversar la información.

Stefan ya hace tiempo que no dejaba que su madre se burlara de su hija o que hablara mal de ella Nina. Por lo cual Nina ya no hizo ningún otro comentario después de que escuchó la explicación… De Astrid. No se atrevió a desafiar a su hijo.

—Estefan, pronto habrá una fiesta en la casa de la familia. Archivald. Se dice que allí estará invitada la persona de la que hemos estado hablando últimamente. Sería bueno que asistiéramos, ya que recibimos una invitación. Y que lleváramos a Astrid para que sea presentada en sociedad.

El viejo señor Mateo insistía en que Astrid tenía que ser usada como moneda de cambio para el bienestar de la empresa. Cosa que no le agradaba en nada. A los padres de Astrid. Sentían que era algo sumamente sucio. Y fuera. De tono.

—Padre, ya hemos hablado sobre esto; además, ya fui a conocer al novio de Astrid; no me parece un mal hombre. En cuanto a sí vayamos o no a esa fiesta, pues. Creo que tendremos que hacerlo. Pero no sé si llevaré a mi hija.

—Como madre de Astrid también estoy de acuerdo; ella debe de decidir con quién salir y con quién estar; nosotros no vamos a ser quienes vamos a decidir con quién se va a casar —también afirmó Emma.

Así Por su parte. Castre simplemente estaba cenando como siempre. Pero esta vez escuchó que estaban hablando sobre casarse, sobre un novio, sobre una fiesta. Así que esta vez sí puso un poco de atención, ya que se referían al parecer a su novio. De la tienda. De enfrente de la escuela. Pero ella no sabía que su padre ya lo conocía, así que eso sí se lo hizo algo interesante.

—¿Papá, tú conoces a mi novio?

Stefan había olvidado por completo que no le había dicho a Astrid que él había ido a la tienda de conveniencias y había conocido a Buker y que había hablado con él y que sabía las intenciones que tenía él para con ella.

No sabía exactamente cómo explicar en ese momento cómo es que había tomado la decisión de ir a conocerlo. Y que lo había hecho porque tenía una preocupación sobre que realmente fuera un gigolo que solamente quería el dinero de su hija.

Cuando vio, se dio cuenta de la situación en la que se encontraba su marido al no poder saber de qué forma explicarle a Astrid el por qué había ido a conocer a su novio ella. Ella terminó de inmediato.

—Querida, tu padre y yo estábamos preocupados sobre quién era tu novio, así que él fue a conocerlo y a saber cuáles eran sus intensiones para contigo; ahora que lo vio y sabe quién es, ya está más tranquilo. Emma salvó la situación.

— Ah, sólo fue por eso bueno. No es un mal hombre. — Solo respondió eso Astrid y continuo comiendo.







                                                   

 EL RINCÓN VELVET VIOLETA

El lunes como todas las mañanas estaba lista para ir a la escuela, pero esta vez. Su madre le tenía todo listo para que se fuera ella sola. Un auto aparte: ya no quería volver a ver que compartieran auto con su prima. Porque últimamente, Mila había estado haciendo muchas cosas para provocarla y hacer que el auto que habían preparado anteriormente, por una u otra razón, no estuviera listo. Ahora ella estaría preparada en la puerta para que nada le pasara a su hija.

Astrid como todas las mañanas se fue. Salió del auto y entré en la tienda de conveniencias. Se sentó en la pequeña mesa de comedor que tenían y esperó a que le sirvieran un poco de leche, aunque ella no sabía exactamente por qué todas las mañanas le daban leche.

Pero su novio decía que era lo mejor para que ella continuara creciendo porque era una niña. Las niñas tenían que tomar leche. No estaba segura si sería en serio o solo una broma, pero todos los días hacía lo mismo.

Buker, como todos los días, estaba listo, esperándola y con su típica ropa negra. Solo que esta vez estaba. Sádicamente guapo. Tenía la camisa abierta hasta la mitad del pecho. Se alcanzaban a ver sus pectorales. Y sobre todo lo musculoso que estaba a su pecho.

Esa mañana había visto en el chat de la comisión de las olimpiadas de matemáticas que un chico se había acercado a su novia y le había hablado al oído y alguien les había tomado una foto y se veían muy bien los dos. Eso no podía negarlo. Ese chico, que seguramente era de la misma edad que Astrid, era muy guapo…

Y esa fotografía, tomando en cuenta que la comunidad de ese chat no era muy grande, ya tenía más de 800. Me gusta. Eso era mucho tomando en cuenta que en el chat solamente había 1500 personas. Cuando Faren se la mostró. Sintió ganas de sacar al chico de la foto y darle un par de golpes de boxeo militar.

Para demostrarle que era el novio de Astrid y dejarle ver que él solamente era 1 más del montón de niños que podían acercarse a ella, pero de lejos.

—Niña, ¿Cómo te fue en el examen?

—Pasable

—¿Algún problema?

Cuando escuchó esa pregunta, Astrid recordó que no le había dado las gracias a Omnipotente y que tenía que hacerlo, ya que gracias a él había logrado entrar al aula del examen. Por la persona que había enviado para revisar las cámaras de vigilancia. Así que sacó su teléfono celular. Y marcó en el chat el nombre de Omnipotente y le envió un mensaje.

En el momento en que Astrid envío el mensaje. Buker estaba con su teléfono en la mano y vio que entraba un mensaje al chat de millonarios.

Solo sonrió al pensar que Astrid confía más en él bajo el seudónimo de Omnipotente.

—Solo un pequeño problema durante. Ya me pudieron fue resuelto rápidamente. Hoy saldrán los resultados, así que no hay ningún problema.

—Me alegra saber que solo fue un problema sin importancia.

Como siempre Astrid tenía tomado de la mano a Buker. Hasta que llegó la hora de tener que salir. Rumbo a la escuela. Tomó su gran mochila, se le echó al hombro y salió. Pero cuando ya se encontraba. Fuera de la tienda Buker la alcanzó. Y la llamó y por alguna razón se inclinó. Y le dijo al oído.

—Que tengas mucha suerte con los resultados de hoy.

Faren estaba estupefacto, pensando hasta qué grado había llegado su jefe en la coquetería. Además de que se haya vuelto descarado, porque ya. Y salió hasta la calle a detenerla a abrazarla. Y decirle cosas en secreto. Pero luego se dio cuenta de que alguien estaba tomando fotos.

Faren de inmediato se dio cuenta de por qué había hecho eso; su jefe era lo más inteligente. Y ahora se enterarán realmente de quién era el verdadero novio.

*********

Cuando Astrid cruzó la calle, llegó a la puerta de la escuela. Notó que había un problema fuerte puesto que había muchos gritos. No iba a intervenir porque no era su problema, pero de repente vio una cara conocida, así que decidió intervenir y acercarse. Era Claire discutiendo con la chica que la había acusado en el concurso de matemáticas de tratar de golpearla.

En la cual, por cierto, nunca se aprendió su nombre.

—Claire, ¿Qué fue lo que te dio Astrid para que tú despidieras a mis padres? No, porque seas de una familia poderosa tienes derecho a destrozar la vida de los demás.

—Yo no tengo la culpa de que tus padres sean unos malos empleados; no fui yo quien nos despidió. Fue su jefe. Que la empresa pertenezca a mi familia, eso es otra cosa.

—No mientas, fue tu culpa que mis padres se hayan quedado sin trabajo, porque fue exactamente el sábado cuando los despidieron el día que yo tuve el problema con Astrid.

—No tengo idea de lo que me estás hablando. Astrid no tiene nada que ver en el despido de tus padres. Si son malos empleados, se tienen que ir.

—Acepta que lo que sucede entre ustedes es que se acostó contigo, tiene sexo contigo, es una perra.

—¿Qué fue lo que dijiste? ¿Cómo te atreves a hablar mal de ella?

—Claire, crees que no sé. Incluso le llamas jefa. Qué haces todo lo que ella dice.

Estaba furiosa por lo que había pasado en su familia. La culpaban porque sus padres habían perdido el empleo en una de las empresas propiedad de la familia de Claire. Porque se dieron cuenta que ella había ofendido a quien no debía. Por esa razón le estuvieron regañando durante todo el fin de semana. Ya sentía que todo era culpa de Astrid. Y por eso decidió ir. A la escuela y reclamarle a Claire y Astrid. Y provocará a Claire porque sí ella estaba sufriendo. Tendría que hacer sufrir a todos los demás que tenían la culpa.

Astrid vio que en una de las mangas. De esa chica había algo que brillaba. Cuando vio que Claire estaba tan furiosa, que iba a lanzarse sobre esa chica… La chica sacó de entre la manga de su suéter el uniforme. Un cuchillo para atacar a Claire. Era claro que esa chica iba con toda la intención de matar a Claire.

Astrid corrió. Y de una patada. Les voló el cuchillo que traía en su mano. Y de otra. Dio en el abdomen hacia la que se doblara. Para detenerle las manos, sujetándola y tirándola al piso. Una vez que ya le tenía sujeta le gritó a Claire:

—Llama a la policía de inmediato.



                                                   

 EL RINCÓN VELVET VIOLETA

Después del problema que sucedió fuera de la escuela. La policía interrogó a Astrid durante una hora. Después de ese tiempo regresó a su clase. Cuando lo hizo, Astrid solamente regresó refunfuñando porque le habían hecho perder mucho tiempo con cosas inútiles que no eran de su incumbencia.

Para Astrid todo lo que tuviera que ver con perder el tiempo. Fuera de estudiar. Hacer preguntas. O leer un libro. Era perdida de tiempo. Todo lo que rondaba en su mente era, simplemente, aprender a obtener nuevos conocimientos y sabiduría. Fuera de eso. Astrid pensaba que no existía nada, más importante.

Cuando comenzó la clase del segundo periodo, recibió la noticia de que había ganado el examen de matemáticas, quedando empatada con el chico que le había esperado 30 minutos para iniciar el segundo examen.

Lo que provoca una gran conmoción y chismorreo. Entre varias escuelas locales de la ciudad. Creando nuevamente conversaciones calientes en línea, provocando que dijeran que esa era una pareja perfecta, e incluso que serían esposos en el futuro.

Mientras Faren leía esto, solo realizaba varias plegarias en silencio para que su jefe no leyera esto o ese niño pudiera perder los pies. Por querer pedalearle la bicicleta a su jefe.

Los niños de ahora eran muy provocativos, y con muy poco valor por la vida.

Pero a su vez ya se estaba gestando la presentación de la tesis de la investigación que había realizado; esta sería publicada cortesía de Buker, ya que aún cuando Jacob había enviado la solicitud a la revista científica, esta se oponía a publicarla, con el pretexto de falta de prueba y mérito de quien la presentaba.

Pero Buker, quien la había probado mucho tiempo atrás y, siendo quien era, les dio la orden de publicarla, no quería que su pequeña novia perdiera la gloria de ser reconocida por la comunidad científica.

Además, tenía que demostrar que su pequeña novia no estaba al alcance de cualquier mocoso de 18 años que se le pusiera enfrente.

Astrid estaba feliz cuando recibió la noticia de que había sacado una puntuación casi perfecta, así que recordó que fue gracias a Omnipotente que logró entrar, así que le escribió al chat.

—Gracias. Lo logré

—(Omnipotente) De nada y felicidades, sigue así.

—¿Puedo preguntarte algo?

—(Omnipotente) Dime

—¿Cómo puedo terminar con mi novio?

—(Omnipotente) ¿Te trata mal?

—No

—(Omnipotente) ¿No lo quieres?

—Si

—(Omnipotente) ¿Cuál es el problema?

—No quiero perder el tiempo en citas. Necesito mucho tiempo para leer y estudiar.

Faren estaba viendo la cara pálida de su jefe mientras veía la pantalla de su teléfono y de repente se reía solo, como si estuviera loco, y pensó que ahora sí le había afectado ver tantas cosas feas en su vida.

—¿Jefe, le pasa algo?

—No te preocupes por lo que pongan en Internet por ahora, no necesitas conseguir quien borre los comentarios de esos niños… Deja los que diviertan…

Buker al final había perdido contra un montón de libros… No podía creer. Que esa niña solamente estuviese pensando en estudiar no había logrado aún que comprendiera un poco lo que son las emociones humanas.

Necesitaba trabajar más con ella, o no llegarían a ninguna parte con esta relación.

**********

Cuando se encontraba de regreso en su casa, Astrid estaba siendo felicitada por sus padres debido a que había recibido el primer lugar en el concurso de matemáticas, y por esa razón su mamá le cocinó un pastel y lo disfrutarían juntos. Después de que estuvieran un rato juntos, Astrid se levantó y estaba apunto de irse cuando su madre le preguntó a donde iba.

—Tengo que prepararme para el concurso de física de este fin de semana. Tengo mucho que leer.

—Pero hija, aún falta mucho para el examen de ingreso a la universidad; ya no necesitas esforzarte tanto.

—No es un esfuerzo, el aprender es siempre algo bueno; me voy, pierdo tiempo aquí.

Emma ahora se preocupaba porque su hija solo se encontraba sumida en los libros.

—Emma, me preguntaba, qué haría cuando Astrid tuviera novio, pero ahora me preocupo por el pobre diablo que tiene por novio, lo que ha de tener que pasar soportando a nuestra hija.

—Amor, qué vamos a hacer, parece que no sabes hacer nada más que solo estudiar.

Ya era casi la medianoche cuando Astrid recordó que Omnipotente no le había respondido a su última pregunta. Pensó que se había molestado con ella por la forma en la que había hecho la pregunta o por lo que había preguntado. No estaba segura.

Así que tomó la decisión de escribirle para preguntarle si estaba molesto con ella. Cuándo estaba a punto de enviar el mensaje. Ella recibió un mensaje de omnipotente.

—(Omnipotente) ¿Por qué aun no te has dormido?

¿Cómo se enteró de que aun no estaba dormida?

—Estaba por dormir ya, pero no sabía porque no respondiste a mi última pregunta. ¿Te enojaste conmigo?

—(Omnipotente) No me molestes contigo. Y mi respuesta es que tienes que aprender a vivir la vida tal como se te presenta. Las enseñanzas diarias que vivimos son las que debemos asimilar para poder comprender las relaciones.

De verdad que es sabio, por eso es mi maestro… Oh…

Buker sabía que tenía que hablar con ella con palabras que ella comprendiera. Si ella todo lo tomaba como método y aprendizaje, que así fuera. Él sería su método y aprendizaje de vida.

A la mañana siguiente Buker, después de que estuvieron un rato juntos tomados de la mano, le dijo;

—¿Quiere entrenar un poco?— Sabia perfectamente que Astrid no se negaría, pues le gustaba juzgar rudo cuando podía hacerlo, pero como Fernel ya no podía hacerlo desde hacia aun tiempo había desistido de pedírselo

— Si quiero.— Astrid tenia ganas de entrenar un poco de box militar con Buker por primera vez. siempre quería golpearlo por que pensaba que el la tenia atada a el por alguna razón extraña, pero le dolía mucho el cerrazón si trataba de golpearlo de forma deliberada ahora quería probar si no le dolía si lo golpeaba por estar entrenando..

Comenzaron a entrenar, Astrid se estiro para poder comenzar a lanzar golpes, mientras Buker se preparaba, para realizar los movimientos que ya tenia planeados de antemano.

Astrid se lanzo sobre Buker para dar un puñetazo en su pecho, pero fue interceptada por la mano fuerte de Buker quien la jalo hacia el y la abrazo, con una sola mano mientras que con la otra acariciaba su mejilla, sin dar tregua para que ella se moviera.

La soltó cuando creyó que ella podía estar ya molesta, y le dijo—Niña, llegaras tarde a la escuela.

Fueron las palabras mágicas para que Astrid se relajara y saliera rápido con su mochila al hombro

Mientras Buker se quedaba contemplando sus manos.



                                                   

 EL RINCÓN VELVET VIOLETA


Astrid. Se encontraba con toda su familia reunida. Y ese día conoció al hermano de su padre, el padre de Mila. Cuando lo vio, se sorprendió un poco porque era un hombre regordete. Que parecía más bien un vendedor de puerta a puerta. Y no el hijo de un hombre rico. Mucho menos el esposo de una mujer tan presumida como su tía Maddi

En comparación con su padre, que era un hombre alto, elegante y bien parecido. Era un contraste exagerado. Su padre los había hecho llamar porque se había dado cuenta de que todos los malos entendidos que se habían creado en internet, en contra de Astrid, por haber ganado el concurso de matemáticas, habían sido por culpa de su cuñada, Maddi, por lo cual estaba muy molesto Stephen.

Stephen realmente realizó esa reunión para demostrarle al viejo señor, que no eran personas tan simples, la familia de su hermano. Pero no esperaba que le creyeran, ya que sabía. Que su hermano y su cuñada no eran muy buenos, Y eso fue demostrado en cuanto, comenzó a mostrar las pruebas de que Maddi pagó para que realizaran todo tipo de acusaciones en contra de Astrid en internet y la acosaran fuera de la escuela, pues la defendieron.

Sobre todo en cuanto a la propia Maddi. Comenzó a hacer un poco de teatro. Se hizo pasar por la sufrida. Su hija soltó unas lágrimas. Y su hermano Owen comenzó a decir que las mujeres eran unas blancas palomas.

Viendo que estaba acorralada. Maddi. De inmediato. Se le ocurrió decir que su hermano conocía a la persona que estaban buscando desde hacía más o menos un mes, el millonario recién llegado a la ciudad Faren Peterson. Y que era el nuevo amigo. De sangre de su hermano. Ofreciendo llevarlo a casa para que pudieran llegar. Ha tenido algún acuerdo comercial con ellos.

Aunque Astrid estaba presente ahí, físicamente, como siempre estaba ausente mentalmente, dentro «del mundo moñas» de Astrid. Puesto que a ella no le interesaba nada de las empresas, la familia paterna. Pensó que eran cosas que a ella no le incumbían

Después de escuchar el nombre de Faren Peterson,   puso atención a la conversación. Ya que ese nombre lo conocía, era el del hombre que se la pasaba con su novio, pero él era tan pobre como una rata, no era millonario, seguro, quizás solo era una coincidencia. ¿Su novio nunca tenía clientes, era muy pobre, así que cómo podría pagar algo a su empleado?

Pobres eran un par de hombres sin éxito en la vida, y ese hombre que su abuelo quería conocer seguro tendría su edad y sería un hombre de gran éxito en la vida de los negocios. Y el que ella conocía a lo sumo tendría unos 20 años, o uno más a saber.

Mejor no se metía en cosas que no le importaban, solo era una pérdida de tiempo para ella.

—Entonces, suegro, haré lo posible para que el señor Peterson, venga pronto a casa, se lo haré saber a mi hermano.

—Si eso estará muy bien. Ven, Stephen, tenemos que hablar.

Porque no le gustaba cuando el viejo abuelo, le decía a su padre «ven, tenemos que hablar». Siempre su padre regresaba con cara de “ya no quiero vivir en esta casa”. Astrid no hablaba, pero veía las expresiones muy bien.

—Mamá, me voy a leer.

—Está bien, hija.

Cuando regresó, Stephen, regresó con esa cara de “ya no quiero vivir aquí” y le dijo a Emma que su padre le comunicó que quería que la empresa estuviera en bolsa lo antes posible, o no dejaría que él y su familia se mudaran de la casa familiar.

*******

Al día siguiente estaba en la tienda de conveniencia Astrid con los pobres sin éxito, tomando su leche de todas las mañas. Mientras pensaba que su novio era un hombre demasiado flaco, que le faltaba cuerpo…

Se imaginó que no tenía dinero suficiente para comer bien, y no le había dicho nada, por eso ella había olvidado dejarle su paga semanal.

—Tú estás muy delgado, necesitas comer más, o enfermarás.

Faren, se quedó pensando, ¿dónde le vio lo flaco a su jefe la niña? Si ese hombre era todo músculos, ¿dónde lo verían? Solo que la niña siempre lo veía con una ropa que era dos tallas más grande que la que debería usar.

—¿Lo crees así?—Buker tenía ganas de burlarse un poco de su novia.

—Sí, necesitas un poco de más carne. Debes comer más.

—Lo haré, si así lo quieres.

En ese momento, Astrid tomó un bollo para comerlo con la leche que tenía, y lo mordió, dejando la mitad fuera de su boca, y el hombre, sin éxito, bajó la cabeza y comió deliberadamente la mitad que estaba fuera sin dar tiempo a que reaccionara Astrid.

Astrid vio que solo quedaba un bollo más en la mesa y lo tomó y comió rápidamente, temiendo que se fueran a robar.

—¿Y también quieres la leche?—preguntó Astrid, a lo cual Buker recibió el bazo de buena gana. Aunque pensó que no se enteró su pequeña novia del acto que acababa de suceder.

Astrid tomó sus cosas para salir de la tienda, del par de hombres de la “tienda, sin clientes y poco exitosa”.

Antes de irse por completo, se detuvo en la puerta y giró un poco su cuerpo para mirar a Buker y decirle: — Si no tienes dinero, solo dime, yo te lo daré.

Faren, se quedó con la boca tan abierta que quizás podía entrar un tanque de guerra por ella.

Buker solo le respondió — Claro, novia, yo te avisaré si no tengo dinero, para comer.

Desde que Buker la vio tomar el panecillo y comerlo rápidamente, se había dado cuento de que el que él tomara de su boca, el medio pan, no le resultó un gesto íntimo y atrevido, a Astrid, sino una señal de que tenía hambre, que va a hacer con su novia tan despistada.

Faren estaba dudando de las cosas ya en este momento, se suponía que la niña había llegado un día «pidiendo un novio pegado» y dijo que era «porque le dolía el corazón de amor». Pero ahora cree que su jefe es el que está «muriendo de amor, por la chica que es su novia que lo contrató»

Las cosas son tan raras.


                                                   

 EL RINCÓN VELVET VIOLETA

Estaba tan aburrido en la tienda de «aquí no se vede nada» Buker «el pobre hombre que tiene que ganar peso» que se puso a ver lo que se estaba cocinando en el chat público de internet, y ahí encontró algo que le revolvió la comida que había tomado por la mañana.

De nuevo su pequeña novia estaba siendo tomada como blanco de los niños atractivos que querían quitársela.  Encontró una foto donde salió Astrid, de perfil, con su cabello suelto, y de fondo la luz del atardecer, se veía tan bella, que no podía negar que los niños estuvieran diciendo cosas bobas sobre ella, por lo que se le pusieron los pelos de punta del cuello de solo imaginar que alguno de ellos se le acercará.

Sus largas piernas estaba temblando como si quisiera ir y no algún lugar.

Fornel, estaba jugando en su teléfono desde que Astrid se fue, no se ocurrió entrar a revisar internet, así que hoy no estaba informado de nada de lo que pasaba en el chat escolar, mucho menos en las demás redes sociales.

Pero cuando vio que su jefe estaba casi como un toro de lidia, más puesto que un calcetín, para salir a matar. Prefirió ver que es lo que estaba sucediendo.

Cuando vio que ahora estaban viendo a Astrid como la diosa del colegio, y mucho más haya, pensó que su jefe había fracasado estrepitosamente de nuevo con sus coqueteos.

No sabía el porqué, pero aun cuando Buker ya era muy sínico y descarado, con sus expresiones de cariño, no lograba alcanzar nada. Esa pequeña novia, no tenía peligro, seguro que despreciaría cualquiera de estos niños, si no le daba el sí a su jefe, que era todo belleza y poder.

Buker decidió que tenía algo que hacer fuera de la tienda y por fin se levantó, arreglo su ropa y su pelo con ambas manos, se puso unas gafas oscuras para dar un toque de atracción fatal a su rostro y salió.

Fardel lo siguió hasta la puerta con la finalidad de ver a donde se dirigía, más grande fue su sorpresa cuando, vio que solo cruzo la calle, rumbo a la puerta del colegio donde estudiaba Astrid.

Esto sí que tenían que verlo todos en el chat de inmediato, tomo su teléfono y apunto la cámara a donde Buker estaba caminando para grabar el momento e inmortalizarlo para todo el equipo, de elite al que pertenecía. Su jefe estaba buscando a su amada.

Buker llego hasta donde se encontraba el control de seguridad, donde se tenía que ir después de cerrada la puerta del colegio, si deseabas entrar o buscar a algún alumno.

Los guardias tenía estrictamente prohibido dejar pasar a nadie, si no tenía cita, o estaba por recoger a algún alumno.

Por lo cual cuando llego Buker a la ventanilla donde se tenía que pedir que lo dejen entrar o dar el nombre del alumno, Buker le dijo al guardia.

—Tengo que hablar con una alumna, se llama Astrid Thompson, de tercer año.

—¿Quién eres?

—Su novio

El guardia se preguntó si eso podría ser cierto, ya que ese hombre parecía más bien una estrella de cine, y no cualquier persona, bueno, cosas más raras había visto.

—Ahora todos los alumnos de 3 año están en gimnasia en el patio, así que tienes que esperar a que termine la clase y llamaré a la alumna para que venga a verte.

Buker no estaba por la labor de cooperar con el pobre guardia de seguridad, así que asomó su largo cuerpo y tomo el micrófono que usaban para llamar por el alta voz a los alumnos.

—En la puerta de la entrada espera su novio a Astrid Thompson

Astrid se encontraba en el patio, como todos los alumnos de las 5 clases de tercer año, en ese momento, pero ella tenía una radiograbadora con audífonos puesta, para escuchar un libro mientras estaba en gimnasia.

Ya no decía nada el profesor que tenía que dar la clase, era mejor dejarla a su aire, porque era imposible hacerla que corriera si no estaba escuchando un libro. Se negaba a perder tiempo de aprendizaje, con ejercicios innecesarios.

Astrid, escucho sobre el sonido de su libro una voz magnética y sexy, que conocía muy bien. Pero que no venía nada en términos de paz.

La estaba llamando novia, ante toda la escuela, eso sí que era algo nuevo, que merecía una explicación rápida.

Camino sin pensarlo más hacia la salida del colegio, para poder llegar hasta la caseta de vigilancia.

Cuando llego ahí, vio a Buker, parado de una manera extraña, estaba sobre una sola de sus piernas, con ambas manos metidas en los bolsillos de su pantalón y tenía unas gafas oscuras.

Su primera reacción fue mirar al cielo, y pensó que no eran tan fuerte el sol, como para necesitar gafas oscuras. Y después imagino que quizás le pasaba algo a una de sus piernas, pues no estaba parado de forma derecha.

Si Buker se hubiera dado cuanta de todo lo que pensó su pequeña novia, de su pose sexy, sería mejor esperarla sentado al lado del guardia. Así no se cansaría y mucho menos se broncearía por estar al sol.

—¿Novio, necesitas dinero?

—Sí, por eso vine a verte.

—Pero ahora solo tengo mi ropa de deportes, no tengo mi cartera.

—Entonces ven.

Astrid se acercó más a la puerta de la entrada y Buker la tomo por los hombros y le dio un beso en la frente.

Ella solo se sorprendió poco y después, le dijo.

—Ya no me engañarás, de nuevo, con un beso indirecto. Como el de esta mañana.

Buker no sabía si ponerse a llorar de felicidad o de sorpresa, a su novia le costó casi mediodía darse cuenta de que la había besado y que fue un beso indirecto tomar del mismo vaso que ella.

—¿Cuándo fue el beso indirecto, antes o después del panecillo?

—Eso no lo sé bien. Pero sucedió así.

El guardia estaba más sorprendido por lo que decía la niña, que por saber que de verdad eran novios e iba por dinero Buker.

Pobre hombre, si era su novia de verdad, lo tenía muy difícil, si solo podía tomarla de la mano y darle un beso simple.

—Tengo que seguir escuchando mi libro, cuando salga paso a dejarte dinero.

Buker se inclinó y le dijo al oído—No es necesario, solo quería verte.

Eso fue para todos los que terminaron la clase y pasaban por la puerta una muestra muy clara de qué tipo de hombre era el novio de Astrid. Las chicas se sorprendieron de ver a un hombre tan atractivo a su lado y dándole un beso en la mejilla, su amiga Bertha estaba, que no podía aguantar las ganas de gritar de solo ver al espécimen que estaba en la puerta.

Pero cuando vio que Astrid solo se giró y ni adiós le dijo, Bertha se quedó, con la boca abierta hasta el piso. Tenía que enseñarle a esa niña, que no solo de libros, vive la mujer.


                                                   

 EL RINCÓN VELVET VIOLETA

El guardia estaba muy asombrado por lo que había pasado, pero no perdió el tiempo para regañar a Buker.

—He tú, te dije, ¿te esperarás a que terminara la clase, porque te colaste y tomaste el móvil por tu cuenta y llamaste a la niña?

—¿No notaste que si no lo hubiera hecho así, no se darían cuenta todos los niños quién es su novio? —Buker le dice al guardia como si se tratara de un alto secreto de Estado.

Pero el Guardia se quedó, pensando que este hombre era un descarado que solo pensaba en demostrar a esos pobres niños que era un novio guapo de la niña más bonita de la escuela, como demostrando que ni la miraran. A quien quería engañar.

—Joven, será mejor que se vaya o lo tendré que ahuyentar de aquí…

Sería mejor que se fuera; ya había hecho lo que quería; demostró que era todo un hombre, al cual podían envidiarle a su pequeña novia. Tenía todo para ser envidiado, porte, cuerpo e inteligencia. Bueno, tenía mucho más, pero eso no lo podría presumir ahora o su pequeña novia se asustaría.

Cuando Buker regresó a la tienda de la salchicha feliz, donde no se venden preservativos, sino globos para fiestas infantiles. Encontró que tenía una lista enorme de un pedido para la oficina de su suegro.

—¿Qué es esto?

—Jefe, hace un momento cuando se fue a jugar al novio celoso a la escuela de enfrente, vino un chico de la oficina, de su suegro y me dijo que necesitaban todo eso en la oficina, que lo surtamos para ellos.

Buker vio lo que le estaban pidiendo y solo sonrió, pensando que su suegro seguro estaba pidiéndole todo eso para que vendiera algo y así no pasara problemas económicos.

—Manda esto a la oficina del padre de Astrid, de inmediato.

—Jefe, no tenemos nada de lo que dice esa lista.

—Lo sé, pídelo a algún lugar y que lo envíen a nuestro nombre, pero rápido que lo estará esperando mi suegro.

Pero como puede ser, su jefe quiere ganarse al suegro y demostrar que tiene de todo en esta pequeña tienda, donde solo existen muchos condones en la parte de atrás.

Mi suegro, ¿qué geta tiene ahora el jefe, que lo llama mi suegro?

—Jefe, voy, ya hago. Lo que me pide: —Pero de cabeza que va al chat del grupo.

Farnel estaba más puesto a enviarles las palabras de su jefe, "mi suegro". Sí, sí, después llamaría a la madre de Astrid "mi suegra". Cuando la novia aún no lo aceptó como un novio de verdad.

Qué desvergonzado es su jefe; eso sí, le gusta ir a intimidar a esos pobres niños enfrente.

—Sí, le envió un pedido que tiene que enviar a la corporación XXX, a la dirección XXX, por favor, lo más rápido que pueda. Es urgente, sí, la factura será enviada a otra disección, ahora se la doy, es en XXX, perfecto, gracias.

—Jefe, todo está listo, que en una hora estará todo en la oficina del padre de Astrid. O cierto, en la oficina de su ¡suegro!

—Bien...

*****

Ya estaba publicada la investigación de Astrid, porque ahora ya todos en el círculo científico conocían su nombre. Y el del hombre que la apoyó creando la tesis de presentación para presentarla en la revista.

Jacob estaba feliz de ver el resultado terminado y de poder tener una beca lista para Astrid. Si ella tiene que presentar el examen de admisión a la universidad, solo esperaba que ella no lo rechazara. No es que fueran la mejor universidad del mundo, pero sí la mejor de su país.

Estaba tan feliz, que olvidó enviarle el mensaje por el chat privado y lo hizo por el chat de los millonarios a Astrid.

—(Jacob) ¿Hola, viste lo que salió en la revista científica?

—(Astrid) Aún no, estoy en clase.

—(Jacob)Entonces soy el primero en felicitarte. Ya está publicada tu tesis; oficialmente, eres la primera en ser la que probó el teorema XXX. Pronto comenzarán a llamarte de varias universidades.

—(Astrid) 👁️/👁️ estará en la universidad XXX de nuestro país; es la mejor en matemáticas.

Jacob no esperaba que quisiera entrar en esa universidad; es donde él se encontraba, dando clases, así que decidió correr a ir de inmediato a decirles que llamaran a Astrid para que le hicieran saber que estaba aceptada para estudiar en su universidad sin necesidad de presentar examen.

—(Omnipotente) Felicidades, haces una muy buena elección de universidad.

—(Astrid) Maestro, eso creo.

Sí, como no, jefe, no mienta; lo que pasa es que en la capital es donde vive. Cree que si se va esa niña a la capital, ahí la tendrá más cerca. —Farnel, ya no entendía, de verdad, la forma de pensar de su jefe.

—(Omnipotente) Sí, esa será una muy buena oportunidad para ti.

—(Astrid) Sí, será muy bien, para estudiar todo el día.👁️-👁️

—(omnipotente) ¿Recuerdas que te dije, que tienes que aprender a vivir?, vivir es algo más que solo estudiar, y leer libros.

¿Por qué el maestro Omnipotente, le estará diciéndome que no era siempre bueno solo estudiar?

Si en la vida no existe nada mejor que solo estudiar, leer libros es lo único que hizo en el orfanato y nunca le dijeron que fuera algo malo, al contrario, le conseguían más libros para que leyera más.

Sobre todo el doctor Liam, fue quien desde pequeña, le dijo que tenía que leer y estudiar, pero eso se lo dijo antes o después de que la durmiera.

Astrid ya no había recordado ese momento en que la había dormido Liam, hasta ahora que menciono el maestro omnipotente lo de estudiar, quizás fue cuando tenía 8 años, y le daba esas patillas de colores.

Esas que robo de la casa de su abuelo, para tomar una cuando se sintiera con mucha ansiedad.

Tenía que buscar a Liam para hablar de esas pastillas, porque ya no tenía y quería más.

O quizás y las vendía Buker en su tienda


                                                   

 EL RINCÓN VELVET VIOLETA
Una vez que todos en la escuela vieron a Astrid con su Gigoló, se causó un gran revuelo, algunos tomaron fotos cuando estaban unidos en la puerta tomados de la mano.

De hecho, el plan de Buker había funcionado la mar de bien, pues todos los adolescentes, estaban tirando, los chismes como pólvora en el chat de la escuela, y entre otros, fuera de la escuela.

Enviando unas fotos que tomaron a escondidas, donde se veían Buker y Astrid de perfil, como una perfecta, ambos muy guapos y perfectos.

La pandilla del moco, que estaba amontonada, en una esquina viendo las fotos que se habían compartido en el chat escolar, estaban preguntándose uno al otro, si de verdad ese hombre con aura asesina y cara de ángel sería un gigoló y cuanto le cobraría a Astrid.

—¿Cuánto le pagará la Jefa a ese gigoló?

—No lose, pero barato, no creo que sea.

—Mira, aquí dice esta chica que si lo deja la jefa ella le pagará el doble.

—Rápido, respóndele, que está loca, ella es muy fea como para que el gigoló de la jefa se fije en ella.

—Mira, en el perfil de la jefa está una foto de ella y el gigoló tomados de la mano.

—¿Claire, los gigolós hacen esto?

—No lo sé, pero iré a ver que se trae ese con la jefe, no quiero que la engañe

Claire se fue y salto la barda de la escuela cruzando la calle, para entrar de forma rápida en la tienda <aquí no vendemos nada>. Estaba dispuesto a saber que pretendía ese hombre con Astrid.

Entro y vio al hombre que vestía de negro, detrás del mostrador, como si fuera un rey de la antigüedad, sentado en una silla, y leyendo un libro viejo.

Lanzo una tarjeta de plástico sobre el mostrador y después le dijo a Buker

—Aquí hay 100 mil, si los tomas dejas en paz a Astrid.

Buker se preguntó, cuanto dinero le daban para gastos semanales a Claire, tenía que hablar con Maxwell, porque este niño iba libremente por el mundo ofreciendo dinero y tratando de comprar a los demás.

Farnel, rezo, por esa tarjeta de banco que estaba sobre el mostrador, seguramente sería confiscada por su jefe y terminaría, muerta y sin fondos, por el descuido de ese niño.

Además de que seguro que para mañana ya no tendría fondos de más. Porque su abuelo le daría 20 como máximo diario, si su jefe lo permitía.

—¿Y si no quiero alejarme de ella que vas a hacer?

Claire se quedó viendo el aura oscura que comenzó a desprender ese hombre alto que en un principio pensó que solo se veía delgado desde lejos, pero ahora que está frente a era una cabeza más alto que él y tenía unos hombros anchos, y brazos fuertes, además se notaba que las venas de su cuello se hinchaban, eso dejaba ver que tenía unos músculos fuertes en los hombros y pecho.

Claire tembló dentro de sus zapatos, por lo cual solo atino a salir corriendo de la tienda y dejar la tarje atrás sobre el mostrador.

No pensó mucho en dejarla ahí, pues no menciono el pin de seguridad.

—Ve con Maxwell y dale esta tarjeta y dile que está dándole mucho dinero a su nieto, para gastos diarios. Que quiso comprarme.

Farnel solo sabia que esta tarjeta estaba bien muerta y que Claire, ya no tendría dinero para gastos personales como antes.

—Está bien, se la llevaré.

Farnel fue a cumplir con la orden, no tenía otra opción. Como le gustaba, torturar a esos pobres niños a su jefe.

************

Astrid se encontraba en la hora del almuerzo en compañía de su amiga Bertha, cuando entraron a la cafetería, vieron que sus compañeros la veían como si tuviera dos cabezas, eso ya no le parecía raro a Bertha y a Astrid le era indiferente.

Pero llegaron los chicos, y le mostraron a Bertha porque era el momento de <Mirame y no me olvides>.

Bertha conocía muy bien a Astrid, ella podía estar siempre en su mundo, donde solo podían estar girando libros, números y Astrid, nada más que eso. Por lo cual, es muy complicado que se entere de lo que pasa a su alrededor, y mostrarle lo que se estaba diciendo de ella ahora mismo, era perder el tiempo.

Así que decidió que no necesitaba mostrarle como estaban revolucionados todos por saber quién era el hombre que vino, si era su novio o su gigoló.

Menos le interesará saber que estaban contando que ella, por eso no renegó por no ser la prometida de Denzel, porque él no era tan guapo como el hombre que la busco en la puerta de la escuela. 

Tampoco es que fuera tan importante, pensándolo bien, esa persona era malvada y fea como Mila, la prima de Astrid.

Así que no se perdía de nada bueno, estaba mucho mejor el hombre que fue a buscarla, ese sí que era un hombre de verdad.

—¿Astrid, el hombre que vino a buscarte a la puerta de la escuela quién es?

—Mi novio

Todos los presentes se quedaron con la boca abierta, nunca imaginaron que esa chica que solo se dedica a estudiar, les dijera algo así.

—¿De verdad es tu novio?

—Sí, si no lo veo todos los días, le duele el corazón y sufre.

¿Cómo, él sufre por Astrid? Bertha estaba algo confundida

Los chicos estaban muy, pero muy confundidos, nunca había escuchado que si no veías a alguien podía dolerte el corazón, menos imaginaron que a ese hombre le doliera algo, se veía que ni corazón tenía.





                                                   

 EL RINCÓN VELVET VIOLETA

El fin de semana ya estaba en sima, el sábado, por la mañana en la casa de Astrid, se estaba llevando a cabo todos los preparativos, para recibir al personaje tan esperado, que les ayudaría a tener unos negocios prósperos, cuando Astrid bajo para desayunar, se dio cuanta de  todo el movimiento que tenían los empleados, limpiando y acomodando cosas de aquí para haya.

No era normal, para ella, verlos así, a acepción del día que vio que hacían lo mismo cuando visito la casa el maestro pianista, pero eso fue algo que tampoco entendió para qué lo hacían, si solo era un amigo tan sencillo como lo era el maestro pianista.

Ahora, no sabía quién era el invitado, tampoco es que le interesará, paso de largo a los empleados que se afanaban por sacarle brillo a los pisos y así como a todo lo que se encontraba a su paso, al ritmo de las órdenes del mayordomo.

—Es bueno saber que acepto visitar nuestra casa el Señor Farnel Peterson, así podremos hablar de negocios, por fin con él, y llegar a algún acuerdo, y poder saber que tanto podemos ganar con su ayuda.

—Por supuesto padre, mi cuñado lo traerá a la hora del almuerzo y eso será una gran ayuda para la empresa —Respondió Owen, el padre de Mila

—Yo no estaré seguro de nada, hasta que lo vea, y hable con él, en persona, si no me convence de lo que pueda ofrecer, no pienso invertir en ningún negocio con ese hombre. —Advirtió Stephen, el padre de Astrid 

—Hermano, como puedes tan poco optimista, ese hombre es uno de los más ricos de todo el país, además de que se dice, que no ha fallado en ninguno de sus negocios.

—Owen, también nadie le ha visto la cara, así que no podemos estar seguros de que es el hombre que tu cuñado traerá hoy.

—Hijo, tenemos que tener confianza en que todo saldrá bien. —Le dijo el viejo señor Templeton a Stephen.

—Ya veremos, cuando esté aquí.

—Cuñado, estás dudando de mi hermano, es como si estuvieras pensando que él está dispuesto a estafarnos. Él sería incapaz de hacernos eso.

—Yo no he dicho nada de eso, lo has dicho tu misma Maddi. Yo solo quiero que entiendan, todos aquí, que yo no me comprometo a nada, hasta estar seguro de que tendré una propuesta fiable, solo eso. No perderé un solo céntimo, por un nombre y presunciones.

—Bueno, cuando venga el señor Farnel  a este medio día, ya veremos como actuar cuando esté aquí, por ahora desayunen. —Les ordeno el viejo señor Templeton 

Astrid escuchó el nombre del ayudante de Buker de nuevo, y pensó, que no podría estar en su casa, ese hombre, que seguro estaban hablando de otra persona, ya habían dicho en otra ocasión que era un hombre de negocios, muy rico, así que sería un hombre mayor.

De todos modos le preguntaría a Buker, si solo era una coincidencia, y si muchas personas se llamarían del mismo modo.

Sería raro que llegara otro conocido a su casa, y después le reclamaran, por no decirlo, aunque no le interesen los negocios, de la familia, si quería que su padre logre ganar más dinero, para poder irse ya de esta casa, donde no los quieren.

Cuando termino de desayunar se dirigió de nuevo a su habitación y tomo su teléfono móvil y marco el número de Buker, espero un momento antes de que respondiera a su llamada.

—¿Hola, novia, qué tal estás hoy, me echas de menos?

—No, no te echo de menos, hoy no me duele mi corazón.

Estaba diciendo eso cuando sintió una punzada en el pecho, y pensó que no debería de mentir o le dolería su corazón.

—Bueno, solo un poquito, pero te llamé por otra cosa. ¿Tu empleado se llama Farnel Peterson, verdad?

—sí, ¿por qué la pregunta?

—¿Y no es ningún inversor millonario o sí?

Buker comenzó a imaginar lo que estaba preguntando Astrid, era el chisme que él  había hecho correr, sobre que el nombre de Farnel era el del gran millonario que se encontraba en la ciudad, y del cual tenían que cuidarse, si no querían terminar mal.

—No lo es, él no tiene dinero. ¿Necesitabas alguien que sea millonario con ese nombre?

—Yo no, solo que vendrá un hombre a casa, que se llama igual que <dientes de perro>, pensé que hay muchos con el mismo nombre, no lo crees.

—Será un nombre muy común. ¿Y a qué irá a tu casa? 

—Escuche que quiere hacer negocios con mi abuelo.

—Comprendo.

Buker estaba pensando que alguien se estaba haciendo pasar por su empleado y eso no era nada bueno, quería decir, que estaban estafando a los incautos empresarios de la ciudad, y todo porque él no quería que se enteraran de que estaba en la ciudad.
Su cortina de humo, se estaba saliendo de control.
Necesitaba advertir a su suegro que no se dejara engañar. No podía dejar que lo estafaran.

—Bueno, ya te saludé, me voy, tengo que estudiar.

—Está bien, te llamo más tarde, por la noche, novia, cuídate.

Colgaron e inmediatamente Buker miro a Farnel.

Farnel tenía miedo de esa mirada, que decía <voy a golpear alguien>

—Ve a la casa de Astrid e investiga quién está usando el nombre de Farnel Peterson, y advierte a mi suegro que no haga negocios con ese hombre. 

—¿Yo jefe, y como le digo que no haga negocios con ese hombre?

—Llámalo a la entrada de su casa y díselo tan sencillo.

—No es eso, como me va a creer a mí, si no soy nadie, frente a él.

—Dile que tú lo has visto ya en algún lugar y punto.

—Jefe porque me hace este tipo de cosas, al final el que queda bien es usted. Como solo soy un mandado

—Y que no te vea Astrid.

Sí, si como si ella fuera a verme, si no te ve ni  a ti cuando está aquí junto a tu persona, menos a mí que estaré fuera... —Farnel se fue a cumplir su cometido de mal humor como siempre y refunfuñando.

Pensando en que le tomaría una foto al suegro del jefe para el grupo, así tendría algo de que discutir con sus compañeros mientras pasaba sus aburridos días en la tienda de conveniencias.


                                                   

 EL RINCÓN VELVET VIOLETA


Era la hora de que llegara el hombre del momento, cuando un sirviente le dijo a Stephen, que le buscaban en la puerta de la entrada y que era departe del novio de su hija.
Por lo cual se levantó, disculpándose de donde se encontraba charlando con su padre y su hermano, y se dirigió hacia la puerta de entrada, donde vio al ayudante de Buker, parado y sin mostrar mucho interés por estar en aquella casa, solo estaba de pie esperando a que fuera atendido.

—Buenas tardes, señor Templeton, he venido a traer un mensaje.

—¿Si dime, cuál es el mensaje, le paso algo a tu jefe, necesita mi ayuda?

—No es eso. Más bien me envió a decirle, que por el momento no invierta con nadie, que espere. Será mejor hacerlo más adelante. Cuando esté en la ciudad, un pez más grande que este.

—¿Cómo la sabe él?

—Usted puede pensar que mi jefe es muy simple por tener una tienda insignificante, pero él conoce a gente importante en el mundo de los negocios, y ha escuchado que vendrá un gran magnate de la capital, y como su hija le dijo que hoy vendría un tal Farnel, mi jefe me mando a decirle que no invierta con él, que espere a que llegue el otro magnate, que será mejor invertir con el que viene de la capital más adelante.

—Estás seguro de lo que me estás diciendo.

—Sí, seguro. No mentiría con algo así.

—Bien, gracias, por la información.

—Me marcho entonces. —Farnel se despidió y pensó que había cumplido con su cometido, si el padre de Astrid, le creía o no ya era su problema.

Stephen, pensó que era raro que Buker enviara un mensaje semejante, pero decidió que lo pensaría mejor hasta que viera al hombre que llegara, ya tenía sus propias dudas antes de conocerlo, ahora que el novio de Astrid, le enviaba ese mensaje, sus dudas aumentaron más.

Ya vería que tipo de hombre era cuando lo viera en persona.

Cuando dieron las 12:30 pm, llegaron el hermano de Maddi y el llamado Farnel
Peterson, Astrid, no pensaba bajar a saludar, pero las ganas de ver a ese hombre le ganaron, tenía que ver a ese hombre para quitarse la duda de que no fuera dientes caninos, sino que de verdad fuera otro hombre.

Al bajar y ver a los hombres que estaban en el salón solo vio a un par que no había visto antes, uno de ellos era delgado y se parecía mucho a su tía Maddi, en el color de pelo y de ojos, pero el otro era un hombre bajo y rechoncho, como de unos 40 años, sé veía algo gracioso con el traje que tenía puesto, pues parecía que no era de su media, y uno de los botones de su saco casi podría estallar y sacarle el ojo a cualquiera de los presentes.

Estaba, casi calvo, con ojos redondos y gafas de montura dorada. Realmente no se parecía en nada a dientes de perro, no, no era él. Se dio la vuelta y regreso a seguir leyendo. Seguía pensado que sería una perdida de tiempo si escuchaba cosas que no le interesaban.

—¿Bueno, después de las presentaciones, porque no tomamos algo? —Sugirió Owen

—Me parece perfecto—Respondió el hermano de Maddi

—¿Hace cuanto que está en la ciudad, Señor Peterson?

—Ya hace casi un mes —Respondió el falso Farnel

—¿Y hasta ahora no se ha reunido con otros empresarios? —Pregunto Stephen 

—Si ya lo he hecho, e incluso tengo ya algunos hombres que están invirtiendo en mis empresas. —Estaba en marcha una muy buena estafa.

—Está muy interesado en dejar que inviertan en sus empresas, para que pronto entren en la bolsa —Dijo el hermano de Maddi —Incluso yo invertí ya en él.

—¿Y qué es lo que ofrece, en sus empresas? —Pregunto Stephen

—Manejo diversas cosas, como farmacéuticas, alimentos y bebidas, por lo cual es muy rentable invertir en mis empresas, ya que siempre están al alza en la bolsa.

—¿Entonces aún podríamos invertir en sus empresas? — Pregunto Owen

—Siempre tengo lugar para nuevos inversores.

—Pero tendríamos que hablar primero sobre lo que ofrece de ganancias y en cuanto a las reservas de perdidas. —Stephen tenía que tener la seguridad, de que no tendrían perdías fuertes en caso de invertir.

—Bueno, en cuanto a eso, todas las inversiones corren riesgo, ustedes saben eso, pero podemos tener un arreglo y así minimizar perdidas. —Les dijo Farnel falso

—Lo ves, hermano, no tenemos nada de que preocuparnos.

—Owen, es algo que tenemos que hablar, antes de decidir.

—¿Y cuánto es lo que está pidiendo para poder invertir? —Pregunto el viejo señor Templeton

—Es poco para ustedes, solo 50 millones.

Todos se miraron, ellos sabían que eso era el capital, de las acciones que era coste de la mitad de la empresa, si se lo daban como dinero de inversión y se perdía, sería una gran perdida.

Eso sin contar que la mitad de la empresa era propiedad de Stephen, la otra estaba dividida entre Owen, Mateo y Nina.

—Es una suma importante, así que tendremos que pensarlo y discutirlo. —Les dijo a todos Stephen

—Como quieran, solo espero que se decidan el lunes, me veré con otras empresas y si se deciden ellos antes que ustedes, ya no aceptaré más inversores.

—No hay problema, seguro que tendremos una decisión antes. —Respondió Owen.

—Muy bien, entonces me marcho ahora mismo, tengo otras cosas que hacer. Fue un placer conocerlos.

Así fue como termino la charla entre "Farnel" y los Templeton.

Pero inicio la discusión entre los tres hombres, y la vija Nina, quien era también una de las accionistas.

 Esta discusión los llevaría a tomar decisiones, decisiones.
                                                   






                                                   











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