TARDE SENSUAL +18

 

TARDE SENSUAL

Mi chica y yo, no disponemos de mucho tiempo libre debido A nuestras diversas actividades, por lo tanto, esta mañana coincidimos y pudimos hacer un espacio para poder encontrarnos.

Acordamos que nos veríamos en su casa, como siempre ella llegó tarde apresurada, me mandó un mensaje diciéndome que estaba dentro esperando por mí.

Que entrara dejaría la puerta abierta, Al entrar me percaté de que ya no se encontró en el salón, así que decidió buscarla en alguna de las habitaciones.

Más grande fue mi sorpresa al encontrarla desnudándose para tomar una ducha al ver que yo abría la puerta y asomaba, simplemente mejoraría su mano para que yo la tomara y en entrada y la acompaña.

Sin más preámbulos me desnudé y juntos entramos a la ducha, cuánto tiempo había estado esperando esto, cuánto tiempo había estado esperando ver su cuerpo desnudo, deseando el mío a su lado, acariciarla, sentirla disfrutar de su piel con mis labios.

Y esta mañana, sin planearlo, se nos estaba presentando la mejor ocasión para poder disfrutar a placer y con todos nuestros sentidos de lo que una fusión de deseos puede llegar a causar.

Al encontrarnos ya en la ducha tomé una suave esponja, comencé a lavar con cuidado todo su cuerpo acariciando sus hombros, sus pechos, sus brazos, localizando suavemente su cadera y su lugar más erótico en la entrepierna y llegando hasta ese lugar tan escondido y exquisito.

Mientras ella, sin pérdida de tiempo alguna, acariciaba mi falo ya erecto, colocándoselo en medio de las nalgas, oprimiéndolo suavemente, invitando sutil y sensualmente a que yo la penetrara, pero aún yo quería continuar, con más caricias más besos quería seguir con ese preámbulo antes de penetrarla de una sola estocada.

Cuando llego el momento perfecto en el cual ella me estaba suplicando con esa mirada brillante que deslumbraba deseo y sensualidad, simplemente la hice que subiera un poco la pierna y la penetre de un únicamente empujón, fue la gloria para ambos, ese vaivén, ese juego erótico entre nuestras caderas mientras estábamos bajo el chorro de la ducha fue algo tan erótico que nunca podré olvidarlo… 

Cuando llegó la culminación. Esa muerte momentánea donde nuestras almas se unen en solo ser y experimentar el placer sublime.