UNA MUJER FUERTE (CAPITULOS 31-40)


EL RINCON VELVET VIOLETA
MUJER FUERTE



Jordán y Mariana se encontraban discutiendo exactamente en ese momento sobre el dinero que Mariana había gastado deliberadamente en inscribir a Haydée en la escuela afiliada a la Universidad. Sin el permiso de Jordán. ¿Cuándo llegó el anciano? Que había cuidado de Jordán cuando su padre murió.

Suri. Sabía perfectamente que también habían ido a buscar a este anciano para pedirle el favor de que moviera los siglos para que su hermana entrase a esa escuela y así sobornarán a los profesores o al director para qué aceptaran a su hermana en la escuela. Si su padre se enteraba de esto, se iba a enfurecer aún más. Y él acababa de llegar a su casa.

Sí, fue de inmediato avisar a su padre que estaba allí. Su mentor para que dejara de discutir con Mariana. Y salir a recibirlo, de hecho. Hacía muchos años que no se veían porque su padre sentía mucha vergüenza de ir a saludarlo por ver. Seccionado cuando dejó el ejército. Ya que él había sido quien había conseguido el nuevo peor, el nuevo puesto. ¿Dónde ganaría más dinero?

Además de que también su mentora había sido quien le consiguió el puesto en las nuevas oficinas del nuevo gobierno a Mariana cuando ella se empeñó en tener un hijo varón. Y que al final también perdió el puesto por tantas faltas al trabajo y por empeñarse en no querer trabajar debido al embarazo.

Jordán salió de inmediato a recibir a su mentor, ya es que no tenía idea de por qué estaba en su casa. Y Suri fue a la cocina a preparar un té para que lo tomaran tanto su padre como él. Bueno, que se encontraba ahí…

— Hola, Jordán, cómo estás hace muchos años que no os había yo de ti, veo que tus hijas han crecido bastante bien. Me da gusto saberlo. Y sobre todo, que te veo que estás bien.

— Sí, viejo maestro, sí. Feliz por las dos hijas que tengo, aunque me avergüenzo de haberlo dejado, todo cuando usted me ayudó tanto, pero. Me enorgullezco de las hijas que tengo.

Mi hija menor siempre tiene muy buenas calificaciones y siempre ha traído certificados de sobresalientes, aunque bueno, su madre suele tener. Unos momentos de olvido y los quema en la estufa.

El viejo maestro no supo qué pensar cuando escuchó eso. Aunque recordaba perfectamente que Mariana había ido a su casa, no hacía mucho a pedirle ayuda para que su hija. La mayor que pudiera entrar a la escuela afiliada a la Universidad se había puesto a llorar y a suplicar para que la ayudara.

Así que se dio cuenta de que la que tenía en las malas calificaciones era la mayor. Y de la que estaba hablando Jordán, seguramente era la menor. ¿El cuándo dejó de verlos? La menor era una pequeña de apenas dos años, así que no la conocía como era ahora, pero realmente había ido a visitarlos debido a la menor.

— He venido debido a una de tus hijas, a la menor, me gusta saber cuál es la que se llama Suri, me gustaría conocerla

—La que está aquí conmigo ahora.

— Jordán, ¿cómo sabes? Yo tuve 3 hijos. Una de ellos fue una hija, la cual se casó con la familia Zaharie. Al nacer mi nieto, ella falleció. Mi nieto se quedó con la familia de su padre. Él sufrió un ataque terrible y casi pierde la vida, pero fue auxiliado por una niña que puso su vida en peligro para buscar ayuda para él y consiguió que un par de policías llegaran a tiempo para que lo auxiliaran, así pudieron llevarlo al hospital y salvar su vida.

Esa niña es tu hija Suri, por lo que nos informó la policía, por eso estoy aquí para darte las gracias en nombre de las dos familias.

Ella fue la que salvó a nuestro nieto y estamos muy agradecidos por esto.

Todos los presentes estaban sorprendidos por las palabras del señor que llevó las palabras de agradecimiento incluso Suri ella no recordaba que fuera su compañero de escuela en su vida pasada el nieto del anciano que cuido a su padre, pero quizás fue por todo lo que le paso a ella y por la muerte prematura de él.

—¿Suri, cómo hiciste eso? ¿Cuándo es que salvaste al nieto del maestro Thompson?

—¿Maestro, es su nieto, el chico que estaba muy herido el lunes pasado?

—Así es, el mi nieto y el nieto de la familia Zaharie.

—Entonces sí, lo ayudé. Cuando venía de regreso de la escuela, decidí cambiar de camino y fue por eso que vi lo que le pasaba y corrí a buscar ayuda para que lo dejaran de golpear. Pero no sabía quién era realmente, era imposible verle la cara.

Jordán ahora comprendía de dónde había salido el malentendido de que la vieron con malas compañías. Eso fue una mentira que alguien difundió con muy malas intenciones sobre su hija, cuando en realidad estaba haciendo una buena obra.

Esto se salió de control, todo por una persona mal malintencionada, pero ahora terminó resuelto.

—Si no lo hubieras encontrado ese día, mi nieto estaría muerto en este momento. Ahora está en un estado menos crítico que cuando llegó al hospital, pero no está muy bien. Los médicos nos dijeron que pudo haber muerto en ese lugar debido a los brutales golpes que recibió.

Todos los presentes se quedaron sorprendidos por las palabras del anciano Thompson, pero Suri, fue la que más se sorprendió, pues sabía que en su otra vida ese chico sí falleció, pero ahora ella le salvó la vida y está realmente feliz de que haya sido así. Eso significaba que él también tenía cosas que hacer en esta vida.






EL RINCON VELVET VIOLETA
MUJER FUERTE



Después de que el señor Thompson les hubiese dado las gracias por haber ayudado a su nieto durante el problema que tuvo en la calle. Y que Suri le hubiese salvado la vida al haber llamado a la policía.

Les explico. Los daños sufridos en el cuerpo de su nieto. Tenía las costillas rotas, y una de ellas había alcanzado casi a perforar uno de los pulmones. Aparte de todos los problemas que tenía en la cara. Tenía que pasar bastante tiempo en la cama para que pudiera recuperarse. Y las piernas habían sido tan dañadas que iba a tener que estar en recuperación y rehabilitación para poder volver a caminar.

Ambas familias estaban felices de que él estuviese aún con vida. Estaba en el hospital, era cierto, pero estaba con vida. Sabían que perdería casi cuatro meses de escuela, eso también les tenía preocupados. Así que estaban pensando en buscar quién les ayudará durante ese período para que no perdieran la escuela o el ciclo escolar.

El señor Thompson ya había pensado en Suri. Cuando averiguó que era la compañera de salón de su nieto y sobre todo que era la chica que estaba sentada al lado del escritorio de su nieto. Por esa razón también había ido a la casa de la familia DuPont.

Tenía las serias intenciones de pedir a Jordán que su hija menor fuera la encargada de ayudar a su nieta. Con todo lo que se refería a las clases para que no se retrasara en la escuela durante el superior de recuperación.

Esto ya lo había pensado de antemano, pues recordaba bien que Mariana hacía unos meses lo buscó para pedirle ayuda con una de sus hijas y el nombre de ella era Haydée. Por lo cual, al saber que la que había ayudado a su nieto era Suri, se sintió muy contento, ya que era la misma chica a la que tenía que pedir ayuda para que fuera la tutora de su nieto.

Y no la niña que había hecho trampa para poder ingresar a la escuela asociada a la Universidad, eso significaría que tendría que pagar el favor a una chica poco confiable y a su madre, la cual no era una buena mujer.

¿Cómo se arrepentía de haber hecho los arreglos para casar a su pupilo con esa mujer en aquel entonces?

Pero si lo pensaba ahora, si no hubiera nacido Suri, en este momento no estaría vivo su nieto. Por algo es que suceder las cosas. En fin, que así sea.

—Jordán, también las dos familias hemos estado pensando que Nael, tendrá que estudiar en casa durante casi 4 meses, así que tendremos que ayudarlo durante ese tiempo a que no se quede atrás. Por lo cual pensamos que una de tus hijas, al ser de su edad, podría ayudarlo.

Haydée al escuchar esas palabras de inmediato se imaginó dándole clase a Nael, y pensando que sería algo así como su hermana mayor, y que el niño dependería de ella para todo, por lo cual ya no tendría que sufrir de nada, todo lo que ella quisiera ser dado por él, incluso conocería a niños más ricos y personas importantes sin problemas.

—Papá, yo podría ayudarle en sus estudios, soy la indicada para eso. Ya estoy en un grado más alto, así que puedo saber más que él y resolver sus dudas con más facilidad.

—Claro, es verdad que Haydée es la indicada—. Mariana, la secundo.

El viejo maestro Thompson, no recordaba las caras de las niñas, pero claro que los nombres sí, por lo cual no olvidaría, el nombre de la que mencionó Mariana cuando fue a pedir ayuda, llorando a su casa.

—No, yo he pensado ya en Suri, además de que son de la misma edad, son compañeros de pupitre. Ya fui a la escuela y revisé eso. —Aseguro el maestro Thompson.

—¿Si así es lo que desea, maestro, es así como se hará, verdad, Suri?

—Si así lo quieren, lo haré, no tengo problemas. —Suri no sabía de quién hablaban, solo sabía que tenía que ayudar a su padre a pagar el favor que le debía al maestro Thompson, por criarlo.

Entonces, así es como se quedó en ese momento pactado que Suri iría a la casa de los Zaharie, para cuando Nael regresara del hospital comenzar a estudiar juntos. Después de eso se despidieron, no sin antes:

—Jordán, ya sabes que lo que necesites puedes pedírmelo siempre que pueda. Te ayudaré y, si no puedo hacerlo, yo lo haré la familia Zaharie.

¿Jordán escuchó esas palabras algo raras, en todo el tiempo, desde que sintió que había deshonrado a su mentor y protector hacía más de 15 años, nunca se atrevió a pedirle nada, porque sus palabras sonaban como si le hubiera pedido ya algo?

Mariana estaba temblando dentro de sus propios zapatos, solo de pensar que el maestro Thompson. Le decía que hacía unos meses ella fue a arrogarle, que moviera los hilos para que Haydée entrase a la escuela.

Ya se habían peleado por el dinero, ahora sería otra pelea por el favor que fue a pedir en su nombre.

El maestro notó de inmediato el desconcierto en la cara de Jordán. Él era demasiado honesto hasta en su fisonomía, no podía ocultar lo que pensaba, sabía que no estaba enterado de nada de lo que su mujer había estado haciendo a sus espaldas.

Prefirió solo salir de aquella casa y dejar los problemas de su pupilo en manos de él.

—Dime a qué se refirió el maestro con pedirle favores. Yo nunca lo he buscado —interrogó Jordán a Mariana en cuanto se marchó su viejo mentor.

—Y yo qué sé, a eso, simplemente a pedir un favor.

—Papá, en cuanto a que sea Suri la que enseñe a Nael, soy la más indicada. Ella apenas y logró aprobar los exámenes de principios de año.

—Haydée. Suri, sacó 100 puntos en su examen de inglés cuando tú no sacas ni 60, ella sacó más de 80 en todas las materias de más y tú ni hablemos.

Y además, ahora vienes y me dices que eres la más adecuada, cuando me enteré de que gastaron todo mi dinero para que entraras a una escuela donde no se te puede permitir el acceso. ¿Por qué no tienes la capacidad para hacerlo?

¿No tienes un poco de vergüenza?

Jordán estaba muy decepcionado de su hija mayor, era igual a su madre ya.

—Mariana, y cómo ya no tenemos ahorros, ahora sí que necesitamos un ingreso extra de manera urgente. Señaló Jordán.

—Ya te dije que era innecesario gastar en la matrícula de Suri, y ella misma dijo que trabajaría.

—No, parece que aún no has entendido nada de lo que está pasando en esta casa, Suri no fue la que gastó el dinero en esta casa, fueron ustedes dos, Haydée y tú, así que desde mañana comienzas a buscar un empleo no importa donde y cuanto ganes, pero con tu sueldo debes recuperar todo lo que perdiste.— Le grito Jordán a Mariana.

—¿A esta edad quieres que comience a trabajar?—Marina solo tenía 33 años y ponía excusas para poder comenzar a trabajar. Jordán ya estaba por llegar a los 40 años.

—Mira, estoy más viejo que tú y sigo trabajando, así que tú harás lo mismo desde mañana y cada centavo lo entregarás como pago por lo que perdiste.

—Yo solo estoy para dedicarme al hogar y a mis hijas.

—Pues solo te has dedicado a una y ahora esa no está en casa, pues vive en la escuela que me ha costado 10 años de ahorros. Y como no puedas entregarme mañana todo el dinero, tendrás que trabajar para sus gastos también.

Mariana estaba más que asustada, ella no había trabajado desde que se casó, nada más que unos meses, después solo vivió del salario de su esposo, quejándose siempre de que era poco, pero en verdad nunca le faltó de nada, solo que ella siempre quería más.

Haydée, estaba enojada ahora por culpa de Suri. Ella tendría que sufrir también las consecuencias de que sus padres estuvieran peleando, ya no tendría el dinero que siempre recibía a manos llenas.







EL RINCON VELVET VIOLETA
MUJER FUERTE






Cuando Jordán abandonó el salón de la casa, tuvo lugar la batalla más intensa entre las tres mujeres. Mariana se sentía muy ofendida por la orden de su esposo, ella no se había casado para trabajar.

Siempre señaló que merecía ser tratada como una reina y que tuvo que recibir todo en su hogar, por lo que no veía el motivo por el cual tuvo que trabajar ahora.

En última instancia, una vez que su esposo se dirigió a su pequeño salón de estudio, se lanzó sobre Suri como una responsable de lo que estaba ocurriendo en su vida en este momento.

Los ojos de Mariana se llenaron de lágrimas, le gritó a Suri: —Todo esto es culpa, tuya, estás feliz, ahora.  ¿Estás satisfecho ahora? Eres una maldición, no hay paz en casa todos los días por tu culpa, ¿de alguna manera me gané esto en mi vida anterior?

Jordán había insistido en ver la libreta y se enteró del asunto debido a las palabras de Suri. Al pensar en esto, Mariana descargó toda su frustración.

—Suri, esta vez eres realmente demasiado, esta es nuestra mamá biológica, ¿cómo puedes lastimarla así?— Haydée todavía estaba celoso de que Suri tuviera la oportunidad de acercarse a Nael e hizo todo lo posible para difamar a su hermana pequeña

—La verdad, no estoy segura de si es mi madre biológica, pero estoy segura de que es tuya. Tus notas son malas, ella gastó todos los ahorros de casa para que siguieras estudiando, en una escuela en la que no deberías estar debido a tus malas notas.

Mis notas nunca son malas, pero ella insistió en que dejara la escuela y trabajara. ¿A quién se le debe en la vida anterior, quién es el que paga las deudas? Por lo que puedo ver, esa soy yo, así que tengo muy serias dudas de ser su hija biológica.

Incluso si realmente le debía a Mariana algo, le había pagado lo suficiente en su vida anterior. Finalmente, fue llevada a la tumba por su propia madre, incluso le había dado su vida a Mariana y a su hermana Haydée.

—Mamá, a menudo dices que no soy buena. Déjame preguntarte: mi hermana es mayor que yo, hago todas las tareas domésticas en casa, ¿qué hace mi hermana?

Después de todo, soy la sirvienta que atiende a los demás, mientras que la hermana es la hija de una familia rica. Lo cual quiere decir que me recogiste de la calle o de un basurero, ¿verdad? Aunque no dije una palabra, eso no significa que no lo sepa.

Eres una persona muy parcial hacia mi hermana y gastaste todo el dinero en ella, pero querías engatusarme para que trabajara para que pueda ayudarte a reparar este agujero económico que causaste. Mamá, al hacer esto, ¿no te sientes culpable?

—Tú… ¿De qué tonterías estás hablando? Yo, yo te pedí que trabajaras, eso fue realmente por tu propio bien. Incluso si te va bien en tus estudios, es posible que no tengas éxito o no puedas ganar dinero en el futuro.— Mariana no sentía nada de culpa

—Es posible que tener un buen desempeño en la escuela no te dé un futuro exitoso, por lo que es mejor que nos unamos a la fuerza laboral antes. Eso es tu punto de vista, en este caso no es así, mamá, entonces, con las calificaciones promedio de la hermana que no están ni aquí ni allá, ¿no tienes miedo de que ella no pueda ganar dinero en el futuro?

Además, desperdició una suma tan grande de dinero solo para permitirle continuar con estos estudios inútiles. Mamá, tengo quince años, no cinco, ¿crees que creo lo que dijiste? ¿Qué soy tan tonta como para pensar que mi hermana es más capaz que yo?

Suri estaba furiosa, pero divertida por las palabras de su madre, realmente las dijo: la estaba tratando como a una niña de ni de cinco años, sino unos tres años que se chupaban los dedos cuando pensaban que podían sustituir los caramelos.

—¿Supones que me importa si me crees?

Mariana estaba furiosa y simplemente habló lo que siempre había opinado desde su corazón: —Déjame decirte que le debes a nuestra familia. Si no fuera por ti, tu papá todavía estaría en el ejército, ocupando el puesto de comandante de batallón. Ni siquiera me mencioné a mí misma; antes de darte a luz, tenía un trabajo perfecto en el nuevo gobierno.

Todo esto, lo perdimos por tenerte a ti, ¿no es toda culpa tuya? Sin ti, ¿nuestra familia DuPont habría resultado así? Todo esto es, por tu culpa, una maldición. Es por ti que no puedo levantar la cabeza ante los demás.

Dime, causaste tanto daño, eres un inútil y solo sabes cómo desperdiciar el dinero de la familia. Si no favorezco a tu hermana, ¿debería favorecer a una hija maldita como tú?

Suri estaba antagonizada y se rio.—No hagas que suene tan bonito. ¿Te rogué que dieras a luz a un segundo hijo? ¿Renunciaste voluntariamente a todo lo que mencionaste antes, por mi bien, tu hija? Eso fue para tu hijo. Solo puedes culpar a tu decepcionante vientre. Después de renunciar a todo lo que te enorgullecía, al final, todavía diste a luz a una hija que te hizo perder dinero. ¿Verdad?

Mariana no solo a menudo llamaba a Suri una niña miserable, sino también una hija que perdía dinero. Suri siempre grabó ese sobrenombre en su mente.

—Mamá, no creas que no sé nada. Cuando molestaste a papá para que tuviera un segundo hijo y lo convenciste de que dejara el ejército, dijiste que estabas dispuesto a hacerlo por el bien de tu hijo.

Renunciaste a todo por un hijo varón, pero finalmente me diste a luz, ¿puedes culparme por esto? No puedo elegir ni mi género ni a mi mamá, ¡es el mismo razonamiento! Si yo hubiera tenido elección, no estaría aquí contigo.

—Tú… ¿Cómo puedes decir eso? —Levantó la mano y golpeó a Suri con fuerza, hasta que la sangre goteó de la comisura de su boca.

Siempre había pensado Mariana, lo feliz que sería no haber tenido nunca a Suri, pero ahora que lo escuchó de los labios de su hija, fue humillante.

—¿estás loca?

Jordán estaba escuchando la discusión entre su esposa y su hija menor, pero llegó hasta límites que ya no se podían tolerar. Salió y vio cómo abofeteaba a Suri hasta que le sangró la boca a su hija.

—¿No diste a luz a Suri, cómo puedes golpear a tu propia hija así?

—¿No escuchaste lo que dijo antes, dijo que no la trato como a mi hija, me trata como a su Madre? ¡Ella no quiere que yo sea su mamá! —gritó Mariana, con el cuello recto.

—Primero tienes que reflexionar sobre tu comportamiento. Suri no se equivocó en lo que acababa de decir. Mi salida del ejército y tu renuncia, ¿podemos culparla por eso? ¡Échate la culpa a ti!

Pero, Suri, lo que acabas de decir también fue demasiado. Pase lo que pase, ella es tu madre. ¿Cómo puedes decir esas cosas para lastimar a tu mamá? Tu mamá tiene un temperamento fuerte, sus palabras son tan afiladas como un cuchillo, pero en realidad te ama— Jordán disciplinó a ambas mujeres, eran madre e hijas, pero se peleaban peor que desconocidas

—Me adora, papá, ¿hay una madre que me adora tanto?—Suri se rio. Antes, su papá estaba enojado, pero todavía albergaba esperanzas de armonía y prosperidad en la familia.

Solo Suri sabía lo que podía llegar a pasar en el futuro si no se ponía dura que estas dos mujeres.






EL RINCON VELVET VIOLETA
MUJER FUERTE



Suri se encontraba reflexionando acerca de las palabras que percibió de su padre acerca de su profundo, amor y cariño hacia ella por parte de su progenitora. Una gran broma estaba escuchando de la boca de su padre

Ella sabía muy bien que el mayor problema de Jordán era que siempre había querido tener una familia, por el hecho de que había sido huérfano y que no tenía ningún familiar vivo, por lo cual era un hombre solo en el mundo.

Pero ese hecho jugaba en su contra, cuando se trataban de los asuntos relacionados con su madre y con su hermana. Ellas se aprovechaban de su debilidad, para poder engañarlo con un sin fin de mentiras y así hacerlo creer, lo que ellas querían que él pensara.

Ella misma, fue una de las víctimas de esas, dos, por eso nunca pudo acercarse a su padre y, al contrario, terminó alejándose de él hasta el mismo día de su propia muerte.

En esta vida, supo luchar por sí misma y no estaba dispuesta a ceder. Pero su padre siempre quiso ser el bueno y jugar a ser el intermediario de la situación.

Sin embargo, entre ella y su madre, había un nudo inseparable en sus corazones. Ya no les era posible llevarse bien entre sí ni un solo día en toda su vida. No desde que regresó del pasado, una vida entera vivida con ella fue suficiente desgracia como para repetirla de nuevo.

—Papá, tuve fiebre antes de que comenzaran las clases, ¿sabes lo que escuché cuando estaba acostado en la cama del dormitorio? Escuché a mamá decirle a la hermana que tengo una vida miserable, barata y dura, que no moriría de fiebre.

Mientras me retrasaba en inscribirme en la escuela, me engatusaban para que encontrara un trabajo. Papá, ya deberías saber por qué mamá insistió en que buscara un trabajo.

Si trabajaba y ganó dinero, ¿mamá me permitirá ahorrar un centavo? Claro que no, quería ese dinero para que yo cubriera el déficit que tenía para contigo.

Y no es suficiente tirar todos los ahorros familiares en mi hermana, ¿mi madre todavía quiere que trabajará y apoye los estudios de mi hermana? Ambas somos sus hijas, ¿es de esa manera que ama y adora?

Suri lloró mientras se lamentaba. Su llanto era mucho más amargo y real que el de Mariana. —Ese día, mi fiebre era tan fuerte que ni siquiera podía levantarme.

Pero mi madre era tan buena que compró una sandía. Mi hermana abrazaba la mitad de la sandía y se la comía con una cuchara, ella sola. ¡Claro, mi madre realmente me adoraba!

Estaba enfermo y acostado en la cama, ella tiró el medicamento y se negó a dejarme tomarlo.

Tenía tanta sed que no podía hablar, pero no había nadie en casa que me diera un solo trago de agua.

Papá, ¿puedes decirme por qué mamá me adora tanto? Una mamá tan cariñosa, ¿con una madre así de amorosa y cariñosa quien se atrevería a negarla?

Jordán estaba sin palabras, no podía refutar lo que su hija menor estaba diciendo en ese momento, no hacía mucho de esos acontecimientos, no podía defender a su mujer sobre las acusaciones que estaba escuchando.

Él mismo vio cómo Suri sacó el medicamento para la fiebre del contendor de la basura, el día que salió con ella al hospital.

Le preguntó varias veces a Mariana si le había dado medicamento y ella dijo que sí, pero estaba seguro de que nunca lo hizo.

Suri sigue continuamente diciendo aún más cosas que había estado guardando en su corazón —Papá, hay un asunto que te he estado ocultando. Pensé que era mi alucinación, y yo también esperaba estar demasiado enfermo para recordarlo correctamente.

La noche que tuve fiebre, ¿no llovía a cantaros? Recordé que había cerrado claramente las ventanas para evitar que la lluvia entrara a la habitación, recordé perfectamente bien cómo es que estaba cubierta con mi manta cuando dormía.

Pero en medio de la noche, sentí vagamente que alguien entró en mi habitación y caminó hacia las ventanas. Cuando me desperté por la mañana, tenía fiebre. La mitad de la manta no solo estaba al final de la cama, sino también en el suelo. Hasta las ventanas estaban abiertas de par en par y mi cama estaba húmeda por la lluvia. ¡Papá, ¿mamá, realmente me adora?!

Yo creo que no, que nunca lo ha hecho, que ella lleva planeado desde hace mucho tiempo hacerme esto y que yo fuera una simple empleada doméstica en su casa, no una hija más, y que cuando creciera pasará a ser una esclava que trajera dinero para darle los lujos que quisiera ella y su hija mayor.

Pero si tú quieres creer que ella me ama y adora, por favor, papá, te pido que le digas que deje de hacerlo, esa clase de amor me va a matar.

Jordán estaba temblando de solo escuchar a su hija, decir todas esas palabras y verla llorar tan desconsoladamente. Le era imposible decir que su madre no la amaba, y era como ella que decía esa clase de amor quien lo iba a querer.

—¿Es verdad lo que dice Suri, fue tu culpa que ella enfermara y casi perdiera la inscripción en la escuela?

—¿Duermo contigo, Jordán, que no te habrías dado cuenta de que me levanté y salí de la habitación? Si lo hubiera hecho, ¿no habría dejado cuando menos una miserable tableta de medicamento para que no enfermara tanto como lo hizo?

Ahora todos estaban conmocionados por la forma en que Mariana había aceptado de forma indirecta que había tirado los medicamentos. Jordán asimiló las palabras de Mariana y comprendió que entonces era verdad todo lo que decía su hija.

Aun cuando él recordaba con facilidad si se levantó de su lado su mujer alguna noche o no, pero ahora estaba seguro de que los medicamentos sí que los tiró para que ella enfermara

Lo que probaba que el plan de su esposa siempre fue que Suri abandonara la escuela y trabajara para recuperar el dinero que gastó.

—Será mejor que me vaya a mi habitación a descansar.

Suri se fue, era mejor salir de esa pequeña habitación antes de que dijera más cosas que después no podría explicar. Sabía por los movimientos de su hermana que la que fue a abrir las ventanas fue su hermana, ahora lo confirmó, al verla nerviosa y tratando de hacer que su madre guardara silencio.

Haydée no tardó en mostrar la cola de zorro.




EL RINCON VELVET VIOLETA
MUJER FUERTE



Pasaron los días en mediana tranquilidad, cuando llegó de nuevo el tiempo de que regresara de su escuela. Haydée, su madre, ya tenía un empleo, el cual no le agradaba para nada, pero tenía que hacerlo, si quería tener dinero para su hija.

Suri estaba mejorando cada día en la escuela, tenía mejor entendimiento de las materias, su memoria era muy buena, podía recordar ya casi todo lo que aprendió cuando asistió a la escuela y más de eso, debido a lo que estudiaba por su cuenta.

Jordán se dedicó a su hija. Durante ese tiempo, llegaba a tiempo para que comieran juntos y así no perdiera una comida que la ayudara a continuar con su crecimiento.

Ya que le preocupaba que aún no se encontraba en su peso normal, no era tan delgada como unos meses atrás, pero tampoco se podría decir que estaba bien, además no terminaba de crecer.

Era su orgullo ahora, ser un buen padre, y estar al pendiente de su hija. Cuando llegó a casa se encontró con su hija mayor y su esposa, al menos aún no llegaba de la escuela.

No se había marchado nada feliz, Haydée, la última vez, pues le dio la mitad de lo que estaba acostumbrada a llevar, y eso la hizo sentir muy amargada, pues sus compañeras de escuela pudieron tomar mejores alimentos que ella, y la hizo parecer una niña pobre.

Sin poder aceptar su realidad, ahora, sentía cada vez más odio hacia su hermana, menor, pensando que era la culpable de todos los males que le aquejaban ahora.

Mariana, estaba sentada en el sofá del pequeño salón de estar, viendo la televisión. Se sentía muy cansada, era terrible ir a trabajar, para ella. Estaba en un lugar donde se fabricaban alimentos procesados y no le pagaban bien, según ella, pensando que recibiría más de lo que le daban.

Y no le parecía que la mandaran o le dijeran lo que tenía que hacer, siempre estaba enojada, en su lugar de trabajo.  Las compañeras la veían como una persona muy conflictiva.

Siempre quejándose de todo, y tratando de escapar de todas las responsabilidades, endosándoselas a las demás. Eso le provocó en solo dos semanas muchas críticas, regaños y algunas personas que ya no la querían en ese lugar.

—Mamá, es que tienes que aprender a convivir con otras personas en el trabajo.

—Hija, ¿cómo puedes decir eso, si todas son solo mandonas que quieren gritarme?

—Es igual que en la escuela, yo tengo que acostumbrarme a que existen chicas más ricas y que no puedo ofender porque tendría problemas.

—¿No me digas que te han hecho daño en la escuela?

—Mamá, céntrate, solo quiero que comprendas que tienes que aprender a soportar a las personas que trabajan contigo. Si no lo haces, perderás el empleo y no tendremos dinero.

Jordán las estaba escuchando a las dos hablar sobre cómo lo estaba pensando en Mariana en su trabajo y solo se burlaba de ella en su interior. Mariana creyó que encontraría un empleo de jefa solo porque sí.

¡Qué mujer tan tonta e ingenua! Él es jefe de personal, pero ya tiene casi 15 años trabajando donde lo hace y le ha costado sudor, sangre y lágrimas el puesto que tiene.

Solo los altos mandos pueden llegar siendo jefes y aun así muchos lo son porque son los hijos de los dueños.

¿Pensó que para ganar el dinero solo se tenía que salir a la calle, estar fuera todo el día y regresar a casa? De verdad, esta mujer, no podía ser más … Sería mejor que se pudiera a cocinar, ya casi llegaría su Suri y tenían que cenar, para que ella estudiara.

—Mamá. Además, voy a necesitar un vestido nuevo. Soy participante en una obra de teatro y tengo que bailar, así que es muy importante para mí— Haydée dijo esto en voz muy alta para que su padre lo escuchara hasta la cocina. Tenía que hacer que él sintiera pena por ella, y así le diera el dinero que necesitaba para comprarlo.

—Hija, pero a mí no me van a pagar aún, tengo que cumplir mi primer mes en ese lugar antes de que me paguen. Es una pérdida de tiempo esperar tanto para que me paguen una miseria.— Mariana se quejaba de nuevo de la miseria que ganaría, que en realidad sería el sueldo mínimo.

—No sé, pero yo necesito un vestido nuevo.

Jordán sabía que lo hacían a propósito para que él pagara lo que necesitaba Haydée, pero no cedería…

—Padre, ya estoy en casa.—Suri llegó cansada y con su cara roja de caminar, pues había pasado a dejar sus libros como de costumbre a la casa de la familia Goldstein.

—Hija, ven a tomar un poco de agua, para que te refresques, ya casi está la cena.

—Voy, dame un momento, solo dejaré mi bolso en la habitación.

Haydée y su madre estaban molestas porque a ellas no se les estaba invitando a cenar, solo eran el padre y la hija menor los que cenarían. Todo eran como si ellas ya no existieran en esa casa.

—Mamá, que vamos a cenar, ya tengo hambre.

—Solo llegué un poco antes que tú y me puse a descansar, no he hecho nada.

—¡Pero mamá! Sabías que yo vendría porque no dejaste algo preparado, así solo llegaría a comer y dormir.

Jordán y Suri se miraron uno al otro, mientras cenaban en silencio, ahí estaban los claros resultados de lo que estaba pasando con la educación que su madre le había dado a su hija preferida.

Los resultados estaban claros, solo recibiría lo que había dado.

Ingratitud.




EL RINCON VELVET VIOLETA
MUJER FUERTE




Ya habían pasado casi 5 meses desde que iniciaron las clases escolares, estaba por llegar el examen semestral, por lo cual, estaban preparándose la mayoría de los alumnos para realizar su primer parcial del año. Dónde verían cuánto habían logrado en sus estudios durante estos últimos 6 meses.

Suri, estaba estudiando arduamente, para sacar unas excelentes calificaciones y demostrar así su valía. Tenía que hacerle ver a su madre que ella podía llegar a tener el lugar que merecía en la escuela por sus propios méritos y medios.

También se había hecho muy conocida en la escuela por los hechos, que realizó al ayudar a Nael, a salvar su vida, llevando ayuda y así salvando su vida.

Esa fue la gota que colmó el vaso de los celos de Amanda hacia Suri. Ahora ya no podía soportar más a la otra niña, Amanda solo estaba pensando en cómo podría hacerle daño. Incluso no podía estudiar, solo estaba planeando formas de dañar a Suri.

—Amanda, no entiendo cómo puede estar todo el día hablando de Suri, y de cómo la odias, eso ya es enfermísimo.— Su mejor amiga la reprendió.

—Desde que comenzamos el año, me ha hecho la vida imposible.

—Creo que tú eres la que se hace la vida imposible, al estar cuidando cada movimiento que realiza Suri en lugar de aprovechar el tiempo para estudiar más. No lograrás colocarte entre las 5 mejores de la clase.

—Si lo haré, solo fue un descuido a principios de año que no me fue tan bien en el examen.

—No veo que hagas nada. —La amiga de Amanda ya estaba aburrida de tener que escucharla, todos los días con lo mismo y realmente no quería dejar de ser su amiga, pero esto tenía que acabar.

Todos regresaron a sus aulas de estudio después del almuerzo. Suri ya estaba sentada leyendo un libro y no prestó atención a nadie de los que entraron. Amanda estaba mascullando algunas malas palabras cuando se sentó en su lugar.

Suri estaba estudiando, tenía como propósito estar entre las 5 primeras personas de más alta calificación en toda la escuela y del primer año de bachillerato, para no decepcionarse a sí misma y a su padre. No escuchaba lo que decían de ella en la escuela, lo que menos interés tenía eran chismorreos o comentarios mordaces.

Ya suficiente tenía con lo que sufría en su casa, como para prestar atención a lo que se decían en los pasillos, por unos niños sin nada más que hacer. Sobre todo desde que los que fueron a visitar a Nael, se enteraron de que ella sería su tutora.

Ahora las niñas que lo perseguían, por de hijo de quien era, pensaban que ella era una arribista y cazafortunas. ¿Qué fácil es solo usar la boca, porque pueden y no averiguar la verdad?

No importa la edad que se tenga, esto lo va a vivir en sus dos vidas. Los malos entendidos y los chismes, se dan a cualquier edad, ¡qué mala costumbre se tiene! De no basarse en hechos reales, sino solo especulaciones. Suri, no tenía tiempo para devanarse los sesos en esas cosas, si lo tuviera ya habría avanzado en su lectura.

Las cosas las tomaba de quién venían y de cómo las escuchaba, así que simplemente no le importaban ya. En esta vida estaba consiguiendo poder lograr asistir a la escuela y esa era ya una primera meta conseguida.

Un logro para ella.

********

Haydée, se encontraba en su escuela, pensando en cómo llegar a conseguir el total del dinero para comprar el vestido que le gustaba, ya que no tenía dinero para hacerlo, además de que lo usaría para mostrarse en una obra de teatro donde la vería toda la escuela, bailando.

Cuando a lo largo de dos semanas logró engatusar a varias personas y le prestaron dinero para sumar el total del precio, lo compró y estaba hecha todas las sonrisas de la felicidad que tenía. Pero no había estudiado ni un solo día en los últimos dos meses, e igual que Suri, pronto tendría que presentar el examen semestral.

Haydée, era todo lo contrario a su hermana, era un caos en la escuela, no estudiaba, mentía a todos y engañaba, para conseguir lo que quería. Les había contado que pertenecía a una familia rica y por eso estaba en esa escuela, aun sabiendo que no tenía las calificaciones adecuadas para estar ahí, por lo cual imaginaron que era de la que pagaba una mensualidad.

Muchos niños lo hacían si sus padres tenían los medios para sostenerlos en esa escuela. No les pareció extraña la explicación que dio. Solo sabían que era muy perezosa para estudiar, y Nuca sacaba una buena nota en las tareas.

Llegó de nuevo otro fin de semana en el cual Haydée regresó a su casa. Estaba tan feliz, porque pronto sería la obra de teatro y ella tenía ya listo su vestido, y sería la más hermosa. Que no le importaba nada más en el mundo.

—Haydée, qué bueno que llegas, te he extrañado tanto hija. —Mariana estaba tan cansada de trabajar, que sentía que sus huesos se rompían en cualquier momento. Hoy, cuando cocinó para recibir a su amada hija, hizo la comida que le gusta degustar a Haydée.

—Sí, ya estoy en casa por fin.

—¿Cómo te fue en la escuela?

—Muy bien, he realizado exámenes cada mes y soy la número cuatro en todo el salón.— Haydée, mentía sin pestañear

—Qué alegría me das, sigue así, y pronto serás mucho mejor que esa chica inútil de tu hermana.

—Sí, ella no puede ser la única en esta casa, sobresaliente.— Haydée ya se imaginaba que pronto sería novia de algún chico rico de su escuela, después de que la viera toda la escuela en la obra de teatro, y luciera su belleza.

—Siempre he tenido todas mis esperanzas en ti, Haydée.

Lo único que nunca especificó Haydée es si era el cuarto lugar de entre los malos estudiantes o buenos, solo dejó que su madre imaginara lo que quisiera.





EL RINCON VELVET VIOLETA
MUJER FUERTE



Ya era el nuevo comienzo de semana y faltaban solo 4 semanas más para que se realizara, él, el examen semestral. Cuando Suri, entró en el aula, vio que tenía compañero de al lado. En su sitio, se encontraba un niño nuevo, al menos para ella. No recordaba verlo antes, pero bueno, cuando llegó por primera vez al salón, no recordaba a nadie.

Así que no se preocupó mucho, por lo que continuó y tomó asiento en su lugar, y sacó un libro para leer, mientras llegaba el profesor de la primera clase.

No tenía mucho leyendo, cuando el chico al lado comenzó a moverse, hacer ruidos extraños y todo tipo de cosas para llamar su atención.

Suri no tenía tiempo para este tipo de cosas infantiles, así que solo soportó en silencio lo que estaba haciendo ese niño. Sin importarle mucho lo que estaba pasando a su alrededor.

Poco después llegó el profesor, que tenía la primera clase, el cual, hizo mención del regreso del chico de al lado, mencionando su nombre. Cuando Suri lo escuchó, supo de inmediato de quién se trataba, nunca había estado de acuerdo, con enseñarle a este niño.

No quería ser quien le llevara niños ricos a su hermana, a los cuales conquistar y después tratar de llevárselos a otro lugar. Ya lo había vivido en su pasado, así que ahora no quería repetir esa mala experiencia.

Sabía que su padre solo quería regresar un poco de lo que recibió de parte del abuelo de este chico, pero ella no quería ser el emisario de la gracia.

Sabía que en cuanto entrara en contacto con la familia de Nael, su hermana buscaría cualquier pretexto para querer estar cerca de él y ser su amiga y después algo más.

—¿Tú eres la hija del hombre que mi abuelo crio por un tiempo, verdad?

Aquí vamos, resulta que su familia sí le dijo.— Suri no quería responder, pero ya estaba decidido en esto.

—Sí, soy la hija menor

—Yo soy hijo único, así qué bueno, creo que tengo que darte las gracias por salvarme.

—No hice mucho, solo lo que cualquiera que estaba ahí, tendría que hacer: buscar ayuda para que no te siguieran golpeando.

—Eso fue mucho, me salvó de morir en aquel callejón y que quizás mi familia no encontrara, mi cuerpo en varios días.

Suri, noto que de veras ese chico había pensado que moriría en ese lugar, aquella tarde. Eso era algo que ella misma experimentó el día en que su propia madre la dejó morir en la calle, tirando su cuerpo, sin darle ayuda alguna.


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Suri sintió que no debería inmiscuirse demasiado con ese chico; se acararía problemas innecesarios para sí misma, así que no le siguió el juego en toda la mañana. Cuando era hora de salir al almuerzo, Amanda comenzó a decir improperios porque Nael la había estado tratando de manera diferente a todas las demás compañeras.

—¿Tú quién eres para mascullar cosas, en contra de mi compañera de pupitre?

Le gritó Nael a Amanda, cuando alcanzó a escuchar el nombre de Suri salir de la boca de esa chica.

—Siempre lo hace, desde que llegó Suri a nuestra clase, está tan celosa de que tenga la mejor calificación de inglés que ella, que está que se sube por las paredes, es lo más terrible que le ha pasado en toda su vida escolar.

—Y por eso tiene que insultar a otros; si no sabe es porque no estudia, y eso solo puede ser culpa suya—. A Nael no le gustaban muchos de sus compañeros; sabía que solo lo seguían por quién era su padre y sus abuelos, no el mismo.

—Olvida, Nael, y mejor dime si tienes quien te traiga el almuerzo —Suri preguntó.

Amanda estaba molesta, pues a ella nunca le había prestado atención algún Nael, y habían sido compañeros desde la primaria. Ella trató de ser su amiga, pero solo recibió desprecio de su parte; nunca la aceptó. ¿Qué tenía esa muerta de hambre, para que todos la siguieran?

Las cosas eran tan injustas en el bachillerato; ¿cómo es posible que ella, que siempre había sido admirada por sus calificaciones, ahora sea ignorada por todos y hasta la regañen? Eso no es nada soportable y no hay cómo tragarlo. Amanda estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para derrotar a Suri.

—Sí, alguien me traerá mi almuerzo; ve a comer tranquila, no tendré problemas, por eso, gracias, Suri. 

Sí, que era un cambio del cielo a la tierra, cuando Nael se diría a Suri y cuando lo hacía a Amanda… Suri prefirió ignorar esto; si se ponía a pensar en cada cosa que hacían estos niños de hoy en día, sería tan frustrante que no le quedaría tiempo para estudiar.

Por lo cual… Simplemente, salió del salón de clases rumbo a la cafetería. Cuando estaba saliendo notó a un chico, que llevaba en sus brazos un conjunto de fiambreras. Seguro era quien le llevaba la comida a Nael. Se fue con más seguridad a comer, así que ya no se preocuparía por ese niño latoso.

Terminó el día, como muchos otros, pero definitivamente estaba segura de que Nael tenía algo en su trasero, o eran lombrices, o tenía hemorroides, porque no se dejó mover en todo el día. Incluso en cierto momento quiso pelear con otro chico; así, con todo y la pierna de mandolina que tenía, ese chico al parecer no aprende.

Suri lo tuvo que regañar y tirar del pantalón corto que llevaba, para que se sentaran de nuevo. Si no se hubiera roto otro hueso, si no es porque lo regañó hasta que llegó el profesor, ese niño orejón se hubiera hecho daño de nuevo.

Su padre no tenía idea de donde la había metido, y ya no era porque pensara que Haydée tuviera una oportunidad; eso ni imaginarlo. Este niño la mandaría a un paseo largo en cuanto la vea.

Si no, por lo complicado que es de carácter. Suri no pudo tener hijos en su otra vida, pero ahora con un alma de 40 años, vino a tener uno de 15 años, y precisamente en la escuela.

En el fondo, se veía que era un buen niño, que solo quería llamar la atención, quizá fuera como ella, con falta de amor y atención. Nunca se sabe, unos con mucho dinero, otros con poco, pero siempre puede existir el mismo problema, que los padres no atienden o prestan atención a los hijos.

Por ahora le prestaría atención a Nael, ahí en el salón de clases, apenas iniciaba la semana, así que vería cómo se comporta. Dependiendo de eso, decidiría, si lo ayuda o no, con más fuera de la escuela.

*********

Mariana se encontraba en su trabajo, y estaba de mala gana en su estación laborando. Sentía que la había colocado en el área más pesada de la empacadora, y no estaba de acuerdo en eso, por lo cual desde que llegó por la mañana, no había dejado de estar mascullando entre dientes, maldiciendo tras maldición.

—Compañera, será mejor que se tranquilice, porque usted nos pone de mal humos a todas aquí, y así no podemos trabajar.

—Es verdad, desde que llegó usted a esta área, solo vemos malas caras; es imposible trabajar así.

—Estábamos acostumbradas a un buen ambiente de trabajos, pero señora, usted solo sabe estar maldiciendo, y eso nos cansa.

Las compañeras de Mariana ya estaban hastiadas de tenerla a su lado; ella era muy pesada, como una vaca en brazos, por lo cual era imposible tenerla como compañera de zona laborable.

Mariana era muy mala compañera de trabajo; seguía con la idea de que todo mucho debería de servirle, además de que ella desde mucho tiempo atrás había planeado que Suri sería su sirvienta y además sería la que trabajaría para mantenerla, pero ahora todo salió mal por culpa de esa hija mal agradecida.

Por culpa de Suri, todo salió a la luz, y ahora tiene que trabajar para pagar el dinero de la cuenta de ahorros, lo que necesita su hija y los gastos de ambas…

—Dejen de estar ladrando como perros y pónganse a trabajar; dejen de estar metiéndose conmigo. —Mariana seguía igual de fina, con su vocabulario, sin medir sus palabras y las consecuencias que le podía acarrear insultar a esas mujeres, que no eran tan mansas como su hija Suri.

—Déjenla, está loca, ya veremos cuanto aguanta, y si sigue así, encontrará la suela de zapato.

Sus compañeras de inmediato imaginarán lo que le pasaría a Mariana, cuando la jefa de empleados se diera cuenta de cómo se comportaba. Esa mujer era terrible; cuando se enojaba, además de que no media consecuencias, podría llegar a golpearla sin piedad, al salir del trabajo. Así simplemente sería una pelea de señoras, y no podría demandar a la empresa.

Será mejor que ninguna de ellas se meta, o podrían terminar despedidas o hasta golpeadas por el grupo de la jefa.

Mientras tanto, Mariana pensaba que era todo por conseguir la colegiatura de su hija; era lo más importante, si ya había gastado todo el dinero de los ahorros, pues ahora tenía que mantener en la escuela a Haydée, que sería la que la sacara de la vida miserable que tenía; la llevaría a una gran casa llena de lujos, con un marido millonario; eso es lo que su hija mayor se merecía.

Nada menos que eso.

Así, siguió soñando y consolándose Mariana.
 
EL RINCON VELVET VIOLETA
MUJER FUERTE



El señor Thompson fue a buscar a Jordán a la hora del almuerzo a su trabajo. Necesitaba hablar con él; más bien quería sacarse una espina que tenía clavada en el corazón.

Y que no lo deja en paz; no quería creer que quien fue criado por él fuera un hombre tan descarado, como llegó a pensar cuando Mariana fue a pedirle al favor para que intercediera por su hija en la escuela…

Él nunca haría algo así, ni por sus propios hijos; si no se ganaban el derecho a estar en algún lugar, entonces, no podrían estar ahí. ¿Cómo haría algo tan bajo por otras personas?

Por esa razón él se negó a ayudar a Mariana; lo único que hizo fue llamar a la escuela; los arreglos y el precio los hicieron la escuela y Mariana. Pero fue algo tan absurdo cuando escuchó cuanto le pidieron por dejar entrar a su hija por la puerta de atrás, haciéndose de la vista gorda, porque no era una alumna capaz para ingresar a la escuela…

Pero cuando escucho que Mariana accedió, imagino que Jordán estaría de acuerdo debido a la suma de dinero.

Pero la noche que fue a dar las gracias por ayudar a Nael, dudo que así fuera. Alcanzó a escuchar que estaban discutiendo cuando estaba afuera, y al parecer fue porque Jordan se había dado cuenta del faltante en la cuenta de ahorros…

—Jordan, ¿cómo estás? Te traje estas fiambreras para tu almuerzo…

—Señor, gracias, pero sabe que con su amable visita me es suficiente, además se molesta en venir hasta aquí.

—No es nada, además necesitaba hablar contigo en un terreno neutral, donde no estén otras personas que nos puedan interrumpir.

—Comprendo, a lo que se refiere, entonces, me dirá usted, en qué puedo ayudarle.

—Quizás creas que me estoy metiendo en tu vida, más de lo que me es permitido, pero creo que por los años que viviste bajo mi techo y fuiste como hijo, puedo hacerte estás preguntas. ¿Están las cosas en tu casa? ¿Está todo bien con tu esposa? ¿Qué pasa con tus hijas?

Jordan se talló la cara con ambas manos; no sabía qué responder a esas preguntas. Sabía perfectamente que él, porque venía hasta su trabajo a buscarlo, su antiguo mentor era, porque ya se había dado cuenta de que él no sabía nada sobre lo que su mujer hizo.

—Las cosas están bien.

—¿De verdad están bien? O solo lo dices, para que yo no te regañe.

—Como todas las parejas tenemos nuestras discusiones, pero hemos estado bien.

—Cuando estuve en tu casa la última vez, pude darme cuenta de que no sabías nada de que tu esposa fue a buscarme para pedirme que la ayudara con lo de tu hija mayor, ¿no es así?

—Sí, yo no sabía nada.

—Lo, imagine. Porque de verdad, que me siento tan decepcionado de ti, cuando la vi llegar y pedirme semejante favor, cuando tú sabes lo que pienso sobre la corrupción entre servidores públicos…

—Lo sé muy bien y así he vivido, siempre, como me enseñaste, pero esa mujer ama tanto a mi hija mayor.

—Tanto que incluso le vendió todos los libros para que no pudiera ir a la escuela, y pudiera mandarla a trabajar, ¿no es así?

—¿Pero cómo sabes eso tú?

—Eso no importa, lo que importa es, porque trata así a su hija menor; yo fui quien te ayudó a tener este empleo cuando perdiste el del gobierno, y sé que no ganas nada mal aquí, así que ¿por qué tu mujer tendría que enviar a trabajar a su hija pequeña? Cuando sé que es la que mejores calificaciones tiene.

Jordán estaba tan avergonzado que no sabía qué hacer, para poder levantar la mirada del piso y ver a los ojos a quien fuera su mentor, a quien lo cuidara cuando su abuelo murió, ese hombre recto, que lo educó igual, dentro de la verdad, el honor y la moral.

Ya estaba en sus años dorados, pero el hombre delante de él aún seguía siendo tan fuerte como un roble. Seguía imponiéndose, como lo que antaño era, un gran militar.

Tenía razón, ¿cuándo dejó que su familia se convirtiera en lo que es ahora?

¿Por qué nunca presto atención a lo que le pasaba a Suri?

¿Descuido tanto su casa que ahora lo que estaba pasando también era su culpa?

—Tienes razón, tengo gran culpa de todo lo que pasa ahora en mi familia; dejé las cosas solo en manos de Mariana, y ella solo se dedicó a cuidar de la hija mayor y a despreciar a Suri; ahora estoy pagando las consecuencias.

—La ha despreciado todos estos años, pero esa niña ha salido adelante, sin importar cuanto la desprecie su madre, y es muy inteligente. Ha ayudado a mi nieto toda esta semana en la escuela.

—¿De verdad?

—Sí, lo ha mantenido en clase todo el día; no ha escapado del salón para nada; ya había perdido la esperanza con ese niño, necio y burro, pero ella logró que esté sentado escuchando la clase todo el día.

—Me alegra tanto que mi hija sea de ayuda para su nieto. Solo espero que no pierda tiempo de sus estudios, pensó Jordán.

—Por eso quiero pedirte de nuevo que dejes que ella le ayude a mi nieto con sus tares los fines de semana.

—Suri ya había dicho que no lo haría, porque se retrasaría en la escuela. Me disculpo por eso. Pero quizás pueda ir otra de mis hijas, la mayor.

—Mira, el problema con Nael, es que es un chico rudo y muy voluntarioso; si él no quiere a la persona, no la recibirá siquiera en casa. No es malo de corazón, de hecho, ni siquiera es burro; es muy inteligente, pero le gusta hacer solo lo que él quiere. Y si ya se ha acostumbrado a tu hija menor, es mejor que sea ella.

El señor Thompson pensó que cómo podría dejar que se acercara a su nieto, la hija mayor, si era igual que su madre; además, había entrado a la escuela por la puerta de atrás; eso quería decir que no podía enseñar nada, no tenía la misma inteligencia que Suri.

Ahora mismo se estaba arrepintiendo de haberlos presentado en aquel entonces a Jordan y a Mariana. Él pensó que como estaba joven, esa mujer sería un buen partido; no pensó que se convertiría en una mujer ambiciosa y tan mala persona, como lo que es hoy día.

—Está bien hablar de nuevo con Suri, pero no prometo nada.

—Estaré esperando tu respuesta.

El señor Thompson se fue algo más tranquilo después de saber que su pupilo no había cambiado sus enseñanzas.





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MUJER FUERTE




Llego de nuevo otro fin de semana, pero esta vez, Haydée se encontró en la puerta del colegio a sus deudores.

—Haydée, dijiste que esta semana nos devolverías el dinero que pediste prestado, y no lo hiciste, así que será mejor que lo traigas el lunes o no podrás tener vida en el colegio; todos sabrán lo pobre que eres.

—No, esperen, se los devolveré, es seguro que lo haré. Pero no digan nada a nadie.

—De ti depende, si quieres que hablemos o no, ya nos debes demasiado dinero.

—Pero, ¿qué tanto puede importarles a unos cuantos dólares si son tan ricas?

—Por eso somos más ricas que tú, porque no lo vamos gastando por ahí en tonterías.

—Así que paga lo que nos debes, Haydée, el lunes sin falta.

Haydée estaba desesperada y muy enojada por tener que pagarles a esas presumidas. Pensó que podría escardar de regresarles todo el dinero que les había sacado; al final a ellas sus padres les daban el doble de lo que ella recibía, que más le importaría prestarle un dólar cada una, pero no ahí estaban cobrándole todas, y lo querían para el lunes, precisamente el día que tenía que presentarse en la obra de teatro…

Ahora que todo estaba saliendo de maravilla, desde que se accidentó por causalidad, la niña que tenía que hacer el papel que ella representaría…

Por lo que escucho, esa niña, sin gracia ni belleza, estaría en casa por otra semana, así que no llegaría para representar el papel en la obra, así que sería ella la bailarina principal. Ya había gastado tanto en verse bella ese día.

Había comprado el vestido, zapatos y listones para el pelo, incluso un conjunto de maquillaje, para verse espectacular.

Si no fuera por ese tonto niño que tenía que alzarla en unos pasos del baile, y decía que ella era muy pesada, que por eso habían elegido a la exquisita niña anterior, solo esperaba que no la fuera a dejar caer el feo niño ese.

Haydée se fue a casa, sin importarle nada, más que solo el baile que representaría el lunes en la escuela. No había estudiado y los exámenes llegarían ya en 3 semanas. Sus calificaciones eran las peores de su salón. Ella era mala para estudiar. Solo era muy buena para mentir y engatusar a los demás.

Aunque últimamente, ya ni a sus compañeros de clase podía engañar… Desde que se comporta tan arrogante, pensando que será la más bella de la escuela, solo por presentarse en obra escolar… Eso sí que era para morirse de risa, decían las otras chicas, no le ayudaría en ninguna calificación y se creía la reina del mambo.

Haydée llegó a casa y ahí estaba su madre como cada viernes, descansando en el sofá, viendo la televisión. No estaba de humor para preparar nada de cena para ella y Haydée. No después de todos los problemas que había pasado toda la semana en su trabajo.

Al menos hoy había recibido su paga; eso la hizo sentirse bien, pero cuando llegó a su casa y comenzó a hacer cuentas, su moral llegó hasta el suelo; apenas le alcanzaba para pagar colegiatura, transporte y darle a Haydée para manutención en el internado y algo de comida para ella.

No le quedaba para pagar el dinero que debía a su esposo; ese era un gran problema, porque si seguía así, nunca se reconciliarán.

Ya tenía un par de semanas durmiendo separados, y eso para Mariana era algo insoportable; se sentía abandonada, pues dos semanas completas no veía a su hija adorada, y su marido la dejó sola y ni la cena le ofrecía solo a su hija, esa mal agradecida.

Estaba tan pensativa Mariana que no se dio cuenta cuando llegó su hija Haydée a casa.

—Mamá, ya estoy en casa, ¿qué tienes para cenar hoy? ¿Me hiciste mi comida favorita?

Mariana escuchó la voz de su hija y se alegró de verla, pero a la vez sintió un pesar, al saber qué gran parte de su dolor era por esa hija…

—Hija, no he cocinado, llegue muy cansada de trabajar; mis huesos están muy doloridos hoy, así que será mejor que solo te hagas un par de huevos fritos.

—Pero ¡cómo voy a cocinar yo! No sé usar la grasa, me voy a quemar. ¿Dónde está mi hermana? Ella que los haga.

—Haydée, ¿tú todavía esperas que tu hermana te cocine algo? Sigue soñando, esa maldita niña; no ha llegado; además, sabes que no llega hasta que tu padre esté de regreso.

—¿Pero siempre regresaba temprano? ¿Qué hace ahora en la calle hasta tan tarde?

—No sé y no me importa; ellos llegan, se preparan su comida y se olvidan de mí; comen solo ellos dos. Me ven que estoy cansada y aun así no me ofrecen ni un vaso de agua, los muy mal agradecidos, tantos años que me preocupé por ellos.

—Mamá, ¿por cierto hoy te pagaron? Verdad

—Ni me recuerdes eso, estaba haciendo cuentas ahora mismo y apenas tengo lo suficiente para los gastos del mes. No me queda nada de sobra; como siga así, nunca me perdonará tu padre, si no comienzo a regresarle el dinero que gastamos.

Haydée estaba enojada, porque si no lograba sacarle a su madre el dinero que les debía a esas niñas, ¿qué haría, de donde conseguiría para pagar todas sus deudas? Suri no quería sacar el dinero que tenía ahorrado y su padre ya no le daba un solo céntimo. Tenía que pensar en cómo conseguir dinero este fin de semana.

Cuando estaban las dos mujeres en el salón viendo el televisor y pensando en sus problemas cada una, llegó Jordan y Suri, quienes estaban muy sonrientes. Los dos estaban hablando de cómo les había ido en el día.

Al verlos tan felices, Mariana se enervó tanto que sintió que explotaría si no decía algo.

—Sí, sí eres tan feliz, porque solo tienes una hija, no dos; mira, aquí está esperando por ti la otra, y la pobre llega de estudiar duro por dos semanas y no le dices nada, además que está sufriendo, porque necesita comprar cosas para la escuela y no tiene dinero.

—Eso debieron pensar cuando decidieron por su cuenta cambiarla de escuela, sin mi consentimiento, cuando decidieron ir a pedir favores a personas que nunca debieron molestar, ¿no es así, Mariana?  —Respondió Jordán rápidamente, para callar las palabras mordaces de Mariana.

—Mamá, será mejor que no digas nada, papá está enojado.  —Haydée ya había aprendido a guardar silencio cuando veía así de enojado a su padre; después podría ir a intimidar a su hermana.

—Y que yo he tenido que soportar a un montón de viejas chismosas, regañarme, por estar quejándome por el trabajo toda la semana. Solo porque tengo que ir a trabajar, para pagar lo que tu padre debería de darte.

Esa fue la gota que derramó el vaso.


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