BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE (CAPÍTULOS 11-20)




EL RINCÓN VELVET VIOLETA

Ya es fin de semana, han pasado varias cosas interesantes, en esta primera semana desdés, que regrese a esta vida, aun no se si hoy saldrá de la cama Camy, espero que no me moleste o le sacare los ojos, no quiero toparme con ella.

Mientras Keira estaba cavilando en sus pensamientos, se topó en el comedor con Grace y Luke, quienes se disponían a tomar el desayuno y por la forma en la que vestían quizás saldrían después a jugar al golf en el campo del complejo de mansiones.

Keira no deseaba iniciar el día con esos dos, escuchando las quejas de Grace, o las insinuaciones de que debe ponerse mejor ropa y verse más bonita para conocer mejores pretendientes de Luke.

Keira estaba a punto de salir de la habitación comedor, tomando solo una manzana, cuando fue detenida por Luke.

—” Espera Keira, es mejor que hablemos sobre tu ropa, ahora mismo—

—Si tienes razón, esa ropa que usa esta zarrapastrosa, ensucia nuestra casa— dijo de inmediata Grace, que estaba aun muy molesta con Keira por el castigo que le habían dado a Camy por lo sucedido con ella y la pulsera.

—Quieres dejar de decir estupideces y mejor llenarte la boca de comida Grace— Luke estaba algo tenso

—Keira. toma esta tarjeta ahí tienes dinero, que sera suficiente para que compres ropa nueva y joyas, ya que pronto tendrás que acompañarnos a diversos eventos sociales, además no pues andar por la calle con esos harapos, ya no vives en los barrios bajos—

—¿Por que no le das También mas dinero a Camy, para que vaya de compras?— Pregunto Grace.

—De verdad que estoy pensando muy seriamente, porque amas tanto a esa niña que no es ni nuestra hija, y desprecias a la que si es nuestra hija biológica— Luck Cox ya estaba empezando a molestarse por la actitud tan grosera de Grace para con Keira y sobreprotectora para con Camy, antes no lo había notado, pero si que es, muy pesada, con sus protecciones.

— Grace esa niña adopta no necesita mas ropa, así que deja de pedir mas para ella—

—Como puedes decir eso, si ha vivido con nosotros por casi 18 años— dijo muy enojada y emocional Grace

—Porque ha vivido casi 18 años a nuestro lado y no nos va a pagar nada, es por lo que lo digo—

Keira estaba solo viendo la pelea que se desarrollaba ante ella en  ese momento, eso significaba que ahora también Camy tenia que pagar, uysss, que cambio, quizás las venderían a las dos en esta vida... No lo cree su madre nunca lo permitiría.

— esta bien padre, me voy entonces al centro comercial—

Cuando Keira salió Luck, se quedo pensando que no se sentía nada mal que le llamara papá, que con el tiempo se acostumbraría a escucharlo.

***

Keira partió camino al centro comercial mas grande la ciudad dispuesta a comprar ropa de marca y lo mas caro que encontrara, así como complementos , joyas y zapatos tenia en sus manos una tarjeta sin limite de saldo, que mas podía hacer, que darse un lujito.

salió de casa y le indico al chofer a donde quería ir en ese momento y se pusieron en marcha.
Al llegar al lugar se encontraron con un centro comercial de 6 pisos, en el cual se podia encontrar ropa desde las marcas mas económicas y populares hasta las macara y famosas del mercado, todo esta clasificado acorde a la línea y por supuesto al soporte económico, cada piso pertenecía a un nivel económico diferente, solo el piso mas alto era donde se encontraban todos los restaurantes, desde los populares a la izquierda hasta los mas caros y exclusivos a la derecha.
Keira tomo el ascensor al piso numero tres, donde comenzaban las tiendas de líneas exclusivas y joyas mas reconocidas en el mercado.

comenzó a ver paso a paso primero las joyerías, en realidad no estaba interesad en nada, solo estaba pensando como acertar un buen golpe a la cartera de su buen padre, así que decidió continuar viendo por un tiempo más, cuando una mujer vestido con el uniforme de una tienda, le llamo la atención, esa tienda fue en donde Camy, la llevo, para que comprara el collar que llevaría en la fiesta de su cumpleaños 18, y se coludió con la empleada, para que la estafaran. Después le dio una muy buena propina a la empleada, en ese momento pensó  que era por su buen servicio, pero cuando tos se burlaron de ella por la baratija que traía se dio cuenta de lo que había hecho Camy.

—Ya lo había olvidado, seria bueno hacerles una visita— dijo Keira entre dientes con una sonrisa casi imperceptible

Entro en la joyería y comenzó a ver todo lo que mostraban, una de las empleadas se acerco a ella y le pregunto de buen modo si necesitaba ayuda pero Keira declino, y continuo viendo, estaba segura que saldría en cualquier momento a quien estaba buscando.

Cuando encontró un bello collar de diamantes, que le llamo la atención, se encontraba  observándolo en la vitrina y se acerco a ella una mujer y le dijo.

—¿Es bello ese collar verdad?, pero gentuza como tu jamás podrías pagarlo.— Levanto la cabeza Keira y vio que era la mujer a la que esta esperando encontrar

—¿Y porque Cres que no puedo comprarlo?—Respondió Keira en tono frio

—Solo con verte como estas vestida puedo darme cuenta de que eres una muerta de hambre que salió de lo mas bajo de la ciudad—Respondió la dependiente mostrando su desdén hacia Keira

Las otras empleadas que se encontraban en la tienda estaban estupefactas por la forma en la que se estaba comportando su compañera, si fuera una mujer mejor vestida estaría adulándola hasta las lagrimas, pero como era una chica vestida con ropa barata y desgastada, la estaba insultando hasta la muerte.

Su comportamiento realmente era muy reprochable, es verdad que ella recibían comisión por las ventas, pero eso no significaba que no atendieran a las compradoras con menos presupuesto, pero conocían muy bien a su compañera, siempre tras las clientas que entraban mejor vestidas esperando que compraran lo mas caro de la tienda y llevarse la mayor comisión, siempre igual. Pero estaba sobrepasando los limites de lo que se podía permitir.

—¿Cres que por mis ropas ya sabes lo que tengo o lo que dejo de tener?, ¿así es como juzgas a tus clientas?— Las otras dos chicas pensaron de inmediato que tenia razón, quien sabe y podría ser la hija de un excéntrico millonario que vestía así, para evitar ser secuestrada, o una estrella de cine, que solo deseaba pasar una mañana tranquila, nadie puede saber quien es la otra persona, por la forma en se viste, un sábado por la mañana, cuando todos quieren salir a descansar o divertirse.
Esta compañera suya esta pasándose de la raya, pero mucho mas de lo permitido.

—¡Quiero todo lo mas caro de esta tienda y con su debido certificado de autenticidad, para llevar ahora!— Keira le ordeno a la mujer que la insulto., mientras las otras dos chicas abrían los ojos como platos.

—¡Estas, loca, Cres que voy a sacra las joyas mas exclusivas de esta tienda para que cualquiera las pueda ver!, y menos una simple pobretona como tu, que puede ser que lo que quiere es robarlas, sera mejor que salgas ahora mismo de la tienda—

Keira estaba molesta por las palabras de esa mujer, pero ya tenia tanta práctica en eso de escuchar insultos por vivir tantos años con Grace, que lo que dijo la dependienta fue solo como un pequeño ensayo.

—Y si no quiero salir ¿que es lo que vas hacer?—Pregunto Keira desafiante.

—Salde inmediato por tu propio pie o llamare a los guardias de la tienda— Grito la dependienta

—NO quiero salir solo vine a comprar— Keira estaba dispuesta a causarle problemas y darle una buena lección a esta mujer.

—Guardias saque a esta mujer que ha venido a robar la tienda— La chica sin escrúpulos alguno llamo a los guardias apostados en la puerta de la joyería.

Los guardias entraron y vieron a la chica que había entrado antes, pero ellos la habían dejado entrar antes, sin ningún problema, pues pensaron que seria alguna chica de esas rebeldes, que solo quería comprar algo. ¿Como podría ser una ladrona, si no se movía del mismo lugar donde estaba, ni trataba de huir a ninguna parte?, esto era extraño, la chica permanecía erguida y con los brazos cruzados frente al pecho.

—He dicho que la saque, es una persona no deseada en la tienda, no tiene dinero para comprar en esta joyería—

—Crees que con esto podría pagar lo que quiero llevar?— Keira saco de su bolsillo del pantalón una tarjeta dorada, sin limite de crédito, que le había dado Luck, la cual tenia su nombre.

Las dependientas se quedaron viendo la tarjeta y se dieron cuenta que era sin limite, conocían muy bien cada una de las tarjetas que existían en su país, por el tipo de trabajo que tenían y toda clase de personas que entraban a la tiendan y la que esa chica tenia era una de las de mejor alcance monetario.

—¿De donde te robaste esa tarjeta?— grito la chica que antes quería que saliera de la tienda Keira

—Antes quería robar la tienda, ahora robe una tarje, que por cierto tiene impreso mi nombre, esta tarjeta es mía, yo puedo comprar toda la joyería si quisiera, pero ahora mismo ya no quiero nada, eres una dependiente y ganas por comisión no es ¿Verdad?, bueno, pues espero que hayas aprendido la lección, porque acabas de perder la comisión de tu vida, por despreciarme—

Dicho esto salió de la tienda con toda la dignidad del mundo.

Tras de ella la siguió la empleada de la tienda diciendo mil y un disculpas y Keira la ignora totalmente.






EL RINCÓN VELVET VIOLETA

—Keira continuo su paseo de orgia de compras por el centro comercial visitando todas las tiendas de prestigiadas marcas de ropa, no importaba si eran italianas, francesas, Inglesas o Norteamericanas, ella entro en todas la tiendas, visito las mejores joyerías, como Chopard,  Happy Diamonds, Ice Cube, Boucheron, Quatre, entre muchas mas así como diseñadores Gucci,Chanel,Louis Vuitton,Armani,Prada,Dior,Versace,Fendi y otros.

Fue un Festín de tiendas y compras, desde lo mas elemental hasta ropa interior, zapatos, bolsos y accesorios para el pelo, compro de todo.

Después de realizar sus compras camino por las tiendas ya con su nueva ropa puesta, eligió un bellos vestido de color rosa pálido, con un  escotes de corte minimal  strapless y unos tirantes de tipo spaghetti, estaba ceñido al torso, marcando así la diminuta cintura que tenia dando vuelo a la falda de tul y lentejuela que le llegaba  por debajo de la rodilla, mostraba a una chica sobria, elegante con estilo y muy guapa al llevar su pelo largo y liso peinado de manera simpe en una coleta alta atada con un adorno de pedrería, llevando unas zapatillas de tacón de dos centímetros, para no hacerla ver mas alta.

—Keira decidió enviar a casa todas las compras que realizo y solo llevar la ropa puesta y un lindo bolso a juego con su vestido además de un teléfono móvil que había comprado, ya no necesita nada mas, como no había comido nada en todo el día, decidió subir al tercer piso para ver que restaurantes estaban ya en servicio y poder comer algo.

De camino a las escaleras mecánicas noto a una mujer que esta predestina a encontrarse en cualquier momento de esta vida y que además querida ver, ya fuera hoy, maña o en un mes, pero la buscaría, ahora que ella sola se presentaba ante ella, no se negaría a encontrarla cara a cara.

Keira cambio su rumbo y fue al lugar a donde vio que se dirigía esa chica, para no perderla de vista, necesita que la viera de frente antes de que se fuera, camino algo mas rápido de lo normal para poder ver a donde se encontraba.

—Keira noto que entro a una chocolatería, así que ella se quedo fuera viendo algunos escaparates haciendo tiempo mientras salía esa mujer, esperaría ahí, no importaba cuanto, ahora la paciencia era su compañera de vida.

Cuando vio que salió de la tienda continuo su camino y la siguió de nuevo a una distancia razonable.

Esa mujer era una actriz de tres al cuarto, que era  amante de una amigo del viejo pervertido que la violo y mantuvo encerrada por mas de un mes, ella fue la que le dio la idea de vendarla a Luck, una noche en ese asqueroso club de negocios turbios, cuando Luck, necesitaba más dinero para su empresa, solo tenia 22 años, pero ya era toda una maestra de la manipulación y cosas turbias.

Podía conseguir chicas jóvenes, vírgenes, solteras , casadas de todo tipo para esos viejos asqueroso y ella cobraba como mínimo, medio millón de euros por cada chica que le conseguía al viejo asqueroso de Barchet, sabia muy bien lo que le podía pasar a una mujer en manos de ese hombre y aun así las llevaba a su muerte.

Ante la alta sociedad solo era la hija de un empresario, no muy llamativa, una actriz de anuncios, que lo hace por diversión, pero solo los indicados saben quien es tras bambalinas, la proveedora de chicas, drogas y casas, para todo tipo de vulgaridades y perversiones que necesiten esos hombres ricos, actores, políticos, quien de más ganara sus servicios.

Ella pagara por todo el daño que ha hecho, también se vengara de ella, en nombre de todas las mujeres que ha sacrificado y en su nombre propio, una mujer así no merece caminar sobre la tierra más tiempo. Pero antes la necesita viva.

—Mientras, estaba con sus pensamientos y veía escaparates esperando saliera de otra tienda la mujer a la que esperaba, no se había percatado de que un grupo de hombres bien vestidos se encontraban en el piso superior al que ella se encontraba, al parecer se encontraban revisando las instalaciones del centro comercial, pero uno de ellos, un hombre alto, muy guapo de unos 27 años, vestido con un traje echo a medida y zapatos de cuero, con un aura que demostraba la fuerza que podía radiar a otros, tan solo con su presencia, la había visto ya hacia unos minutos antes, y no había dejado de seguirla con los ojos, pensó que estaba viendo una chica que parecía un hada, era muy bella y con el vestido que llevaba puesto lucia tan angelical y dulce, que no podía dejar de verla, no estaba prestando atención en realidad al informe que le estaban dando sobre el centro comercial, que le pertenecía, lo más importante en ese momento era esa hada que caminaba abajo.

No sabia quien era esa niña, pero tenia algo muy familia ella, como si la hubiera visto antes, o la conociera, sentía una atracción extraña hacia ella, era imposible pensar que seria eso que llaman atracción a primera vista, el ya tenia 27 años, era conocido, como el maestro de las finanzas desde los 20 años, pertenencia a una de las 3 familias mas ricas del país, no era un santo, mucho menos un monje, pero nunca sintió una atracción tan extraña hacia una mujer. Pero en este momento no solo era por su belleza, era como si la hubiera visto antes.

Keira vio que la maldita mujer salía de la tienda donde estaba y realizo su movimiento y choco con ella causándole daño en el hombro—¿¡No te vas a disculpar por el daño que me has hecho!?— Grito la mujer

Keira la miro a la cara sin importarle en lo mas mínimo lo que Cindy acababa de decirle, solo espero un segundo antes de darle una fuerte bofetada en el rostro que le dejo marcada la palma de la mano

Cindy nunca espero que le pasara eso cuando salió de casa esta mañana, no sabia ni quien era chica que tenia frente a ella. Estaba verdaderamente estupefacta y furiosa.

—¿Porqué me has pegado, quien eres tu?—

—¿No me conoces Cindy?— Cindy se pregunto si la había visto antes, pero no la recordó, era difícil olvidar a una chica tan atractiva como la que tenia enfrente

—No se quien eres, así que aléjate de mi estas loca— Levanto su mano para devolver la bofetada a Keira cuando Keira la detuvo y le dijo:

—No temes que lleguen algunos reporteros y te vean aquí discutiendo conmigo, puedo contar varias cosas sobre ti—

—Que podrías contar de mi, solo soy una actriz de comerciales, casi nadie me conoce, ¿que puedo temer?—

—Podría contar quien es tu amante de 60 años, y te paga todos tus lujos, como tu padre recibe sobornos para realizar lavado de dinero, y todas las deudas de juego de tu hermano— Durante este tiempo ya se habían acercado varias personas a donde se encontraban ellas dos, así que tenían espectadores.

A parte de su espectador de palco principal que no dejaba de observar lo que se desarrollaba debajo de donde se encontraba con el grupo de directivos, que ya habían notado que algo sucedía, por lo cual de inmediato enviaron a investigar, no podían permitir que su jefe viera esas cosa en este precisó momento.

—¿Maldita quien eres?— ahora si sintió miedo en los huesos Cindy, quien diablos era esta mujer ¿como podía saber tanto sobre ella? ¿Quien la envió, la esposa de su amante?, se encontraba en un total caos mental. Al limite de su comprensión.

—Pues como no me conoces, entonces no te aparezcas en mi camino o puede ser que mueras— Le susurro al oído Keira, lo que hizo que Cindy se estremeciera de pies a cabeza.

Cindy, empujo a Keira con todas sus fuerzas, para que se apartara de su camino y poder alejarse de entre toda la multitud que se había formado a su alrededor, este acto tomo por sorpresa a Keira y callo al piso hincada, lastimándose un poco las rodillas.

En ese momento estaba llegando el secretario del hombre que la observaba desde arriba, quien había sido enviado para ayudar a la chica.

—¿Señorita se encuentra bien?— Keira ya se encontraba de pie acomodando de forma muy elegante su vestido y bolso al hombro.

—Si no se preocupe, solo fue una pequeña discusión entre mujeres— dijo Keira mostrando una dulce sonrisa, que bien podría dejar paralizado hasta al mas duro.

—Me alegra escuchar que se encuentra bien, espero que continúe disfrutando de su visita por nuestro centro comercial, por lo cual le ofrezco una tarjeta departe de mi jefe, para que pueda ir al restaurante francés que se encuentra en la ultima planta y disfrute de la gastronomía que se ofrece ahí— Barnett, le entro una tarjeta dorada a Keira y ella acepto de buena gana tomarla, no vio inconveniente alguno en hacerlo.

—No era necesario este gesto departe de su jefe, espero pueda transmitir mi agradecimiento por este noble gesto y lamento los inconvenientes que he causado, con mi actitud grosera y la de la chica que se ha marchado— Keira sabia quien era este hombre, lo recordó bien, nunca olvidaría quien era ni el ni su jefe. en ninguna de sus vidas los olvidaría.







EL RINCÓN VELVET VIOLETA


—Keira continuo su camino después de que termino la pequeña trifulca entre ella y Cindy, de echo solo quería hacerle saber quien era, para que no fuera a intentar ponerla en la lista de las que sean vendidas a Barchet, así podría recordar su rostro la próxima ves que intente hacer negocios en ese club basura.

Por otro lado el corazón de Keira se sentía un poco alegre al ver al señor Barnett, no imagino verlo en esta vida, de hecho no sabia ni el nombre ni la posición social de aquél hombre que le dio sepultura a su cuerpo en su otra vida, solo recuerda como un hermoso hombre con zapatos de cuero y traje bien hecho dio la orden de sepultarla, cuando todos se fueron y la dejaron tirada en un charco de sangre, hasta llego a creer que era un ángel, que había venido a llevarla al otro mundo, no había pensado en eso, pero si lo analiza con cuidado ella ya no estaba en su cuerpo cuando vio a esos hombres observando  su cuerpo, es algo extraño es como si ella ya hubiera estado frente a ellos, porque capto la mirada de tristeza aguda en el hombre guapo, jamás olvidaría ese sentimiento de compasión que vio, estaba agradecida hasta decir basta con ese hombre. Solo esperaba que estuviera bien en este tiempo y que el destino le mantuviera con bien por mucho tiempo.
Un hombre como ese no es fácil de encontrar, seguramente seria un amigo fiel, si , no un falso e hipócrita como los hombres que le toco conocer a ella.

De nuevo sin conocerla, la ha ayudado, el destino es muy difícil de comprender, en aquel entonces, seguro era un invitado de Luck o de la familia de Scott, y ahora solo fue una casualidad que la enviaran a comprar ropa.

Aun así, no cree que lo pueda ver en persona, seguro que es un hombre muy importante, y ella solo es una chica que cumplirá 18 años en un poco de tiempo más, es insignificante para los demás, no le importa a nadie, así que sera mejor no desviarse en cosas inútiles y continuar con sus planes iniciales.

—Keira continua buscando el restaurante que le habían indicado, camino al lado derecho de la cohorte de alimento en el ultimo piso del centro comercial, y lo encontró en el fondo donde estaban los restaurantes mas exclusivos y caros de la ciudad.

Bueno, no desperdiciaría un regalo, que le callo del cielo. < Literalmente hablando pues Keira no sabia que la habían estado observando desde la planta superior . Continuo hasta la elegante entrada del bistró y un hostes la recibió en la entrada.

—¿Señorita tiene usted reservación?— Ups el primer inconveniente pensó Keira

—No, no la tengo, ¿existe algún problema por eso?— Pregunto tranquilamente Keira

— Bueno señorita esta todo reservado por ahora, no podríamos atenderla— Respondió educadamente el hostes

— Oh, espere un segundo, tengo esta tarje.— mostrando la tarjeta dorada que le habían dado

—Deme un segundo, Por favor señorita llamare al gerente, espere aquí— Le indico sonriente el hostes a Keira

Keira nunca imagino que fuera tan importante este restaurante como para que no hubiera sitio para comer en este momento, además, no veía que todas las mesas estuvieran ocupadas, ¿que seria lo que estaba pasando?, ¿acaso eran igual de quisquillosos como la tipa de la joyería?, No podría ser eso ahora ya estaba bien vestida y no con sus viejas ropas, no tenia idea de lo que estaba pasando, solo podía confiar en la tarjeta que le había dado el señor Barnett.
Vio que regresaba el joven de la entrada acompañado de un señor de unos 40 años, vestido con un elegante uniforme.

—Bienvenida señorita, por favor pase por aquí, le mostrare su mesa— Ahora estaba confundida, como era posible que no había lugar y ahora la recibía el gerente del restaurante, que cambio tan extraño, pero lo importante es que por fin podría comer, porque sentía que se le pegaba la parte de enfrente de su estomago con la de la espalda de lo vacía que estaba ya, ni un poco de agua pudo tomar en todo lo que llevaba fuera de casa.

—Gracias, ¿puede traerme un poco de agua?, por favor?— Pidió Keira de inmediato al tomar asiento frente a la elegante mesa del restaurante

—Por supuesto en un momento se la traerán, así como la carta— Le informo el gerente antes de marcharse.

Keira se quedo admirando la bella y elegante decoración del local, edemas la habían colocado en una mesa que daba a las visitas del centro comercial podía ver quien pasaba por todo el centro comercial desde donde se encontraba.

Le llevaron el agua junto con la carta del menú y lo vio, decidió lo que tomaría y entrego de nuevo la carta al mesero.

Mientras degustaba un entremés de que le habían servido, aunado a un poco de vino dulce, vio que pasaban Camy y sus dos amigas del alma, esas inseparables babosas, que nunca se le despegaban, ¿o era al contrario ella nunca se despegaba de ellas?, que importaba en su vida anterior siempre estaban juntas conspirando.

Desaparecieron de si visión y no pensó mas en ellas, esta dispuesta seguir disfrutando de la deliciosa comida.

Camy, y sus amigas fueron al centro comercial, después de que Camy, las llamara, su madre fue a despertarla hecha una furia para decirle que su padre le había dado una tarje dorada a la muerta de hambre, de la arribista de Keira y que le había dicho que fuera a comprar ropa, eso la cabreo tanto, que no podía controlar su ira y destrozo varios jarrones y adornos de porcelana en su habitación antes de poder calmarse, cuando por fin lo logro Grace, le dio su propia tarjeta y le dijo que fuera de compras para que dejara de estar molesta así que llamo a sus amigas, pensó que este seria un buen lugar para distraerse, pero ni en sus mas descabellados sueños imagino encontrase con Keira aquí.

Imagino que la pobretona iría al mercado a comprar ropa barata, que no sabia de marcas, mucho menos de moda, pero como podía ser aun posible, para su desvergüenza estar sentada en unos de los restaurantes mas exclusivos de la ciudad, uno de los cuales necesitaba meses de antelación para una reservación.
Como diablos consiguió entrar esa maldita bruja a este lugar, ¿con que viejo rico se encontró en el centro comercial que la llevo a comer aquí?
No puede existir otra explicación, con la baja cuna de donde provine seguro tiene las mañas de una prostituta y puede seducir a cualquier hombre.

—Miren quien esta sentada en el restaurante francés— Dijo Camy a sus dos amigas

—¿Imposible, como puede estar en ese lugar esa cualquiera?—

—¿Que Habrá hecho para poder entrar? Mi padre tiene un mes tratando de conseguir una reserva para traer a uno de sus socios y no ha podido, ¿porque ella entro sin más hoy?—

—Por que más seria, seguro encontró algún viejo rico en el centro comercial y la trajo a comer, es imposible para una chica de los barrios bajos entrar en un lugar tan exclusivo como ese— dijo sin medida alguna en sus palabras Camy, llena de celos

Sin pensar en su actos entro como tromba en el restaurante, para enfrentar a Keira, Camy fye directamente hasta la mesa donde se encontraba Keira sentada.

—Te manda a comprar ropa, para que ya no te veas, coma la mujer fácil que eres y terminas encontrando un sugar daddy, ¿para que te invite a comer en este lugar?— Keira no presto la menor atención a lo que decía Camy, solo continuo comiendo como si hubiera pasado un mosquito inoportuno.

Cuando las otras vieron que entraba Camy ellas la siguieron llenas de si mismas, para apoyar a su amiga, sin pensar si se pondrían en ridículo las tres.

—Camy tiene razón es imposible conseguir una mesa en este lugar si no es cuando menso con seis meses de antelación, ¿como pudiste entrar tu hoy sin mas?, seguro es porque encontraste un amante viejo y asqueroso que trajo, ¿donde esta?— Exigió verlo Martina la amiga de Camy

Fue entonces que Keira se limpio elegantemente las manos con la servilleta que había estado descansando en sus muslos hasta ese momento que les respondió con toda la dignidad, elegancia y tranquilidad del mundo.

—No sabia que se necesitara tanto tiempo para poder entrar a este lugar, yo solo vine pedí una mese y entre—

Las tes chicas se quedaron confusas, atontadas y sin saber que mas decir, cuando se acerco rápidamente el gerente.

—Señoritas por favor retírense están perturbando a nuestros invitados, con sus palabras tan ofensivas—

—Como pueden seer nuestras palabras ofensivas cuando ustedes permiten que una mujer como esta entre a su tienda— Protesto Camy

—Lo siento señorita pero tendremos que sacarlas a la fuerza, si insisten en seguir insultando nuestra invitada—

El pobre gerente estaba sudando frio, no tanto por los demás comensales que al parecer estaban disfrutando del espectáculo, sino de que le avisaran a su jefe sobre que habían insultado a su invitada y el no había hecho nada, rodaría su cabeza, como la de María Antonieta en la guillotiné, no, no podría dejar que eso pasara.

—Saca a estas señoritas por favor rápidamente— Ordeno el gerente al hostes, el cual las saco a empellones hasta la salida cerrando la puerta del recibidor

—Mil disculpas por lo que ha sucedido, usted es nuestra invitada VIP, ahora mismo y emos tenido que dejarla pasar por esto, lo siento tanto— El gerente se sentí tan abrumado que pensaba incluso no solo en inclinar la cabeza si fuer necesario lloraría.

—No se preocupe por esto, son un trio de chifladas que se escaparon del manicomio, deje pasar esto— Le dijo con una sonrisa de oreja a oreja al pobre gerente.

después de ese incidente Keira se marcho, pero aun se quedo la duda en su mente cuando pensó en ¿como es que llego a ser cliente VIP?




EL RINCÓN VELVET VIOLETA
— Ya había terminado el fin de semana y Keira recibió el montón de paquetes de sus compras. Cuando Grace vio todo lo que había comprado, casi quería sacarle los ojos de su lindo rostro, pero estaba en secreto muy contenta de hacer enojar a esa mujer arpía, además de que seguramente su hija ya le había contado donde la encontró comiendo, que le importaba. Ella no sabía que una simple tarjeta que recibió como un simple regalo podría abrir las puertas así de simple de un restaurante tan complicado.
Guardaría muy bien esa tarjeta dorada para el futuro si era necesaria, aunque no pensaba usar nada de los demás que no fuera gastar el dinero de los Cox hasta que se queden bien pobres y en la miseria.
Usaría su propia fuerza y medios para lograr su venganza, no la de otras personas; ella no quería involucrar a terceras personas en sus problemas; mientras no se involucren con ella, nada pasará.
Suficiente tenía con la enorme lista de personas que le dañaron, como para acumular más en esta vida.

Lo mejor sería que se diera prisa para salir a tiempo rumbo al colegio o no llegaría a tiempo para la primera clase y no quería perder el tiempo. Quería darle una estocada más a Camy, cuando vea sus calificaciones.

Con tanto estrés que le está provocando a esa niña tonta, seguro que no está estudiando, por estar pensando en qué hacerle para dañarla.

—Keira se dio prisa para llegar al colegio y entró en el mismo auto que Camy. Era un martirio viajar con ella, pues no soportaba el olor de su perfume; le daban náuseas siempre. Era realmente asqueroso soportarlo. Si no fuera por el miedo a que un camión le cortara la cabeza, la sacaría por la ventanilla del auto para recibir mucho viento fresco…

Por ese perfume siempre sabía donde estaba su 'hermana'; era tan fácil de encontrar, por su rastro apestoso, parecía el de un zorrillo; nada como tomar un buen baño, salir bien aseada, ponerse anti transpirable y salir así a la calle, para que tanto perfume, si al final no se bañan, sea tan sucia.

Por fin llegaron a la escuela, aire limpio, sí, qué alivio, pensó Keira. Salió como si estuviera esperando una gran herencia. Tiempo le faltó para que terminara de estacionar el auto el pobre chofer cuando ella estaba ya fuera.

Desde la calle de enfrente una chica muy extraña la estaba dejando a su tío.

—¿Porque tengo que venir a la escuela? No es necesario que lo haga, yo puedo quedarme en casa lo que falta para terminar el año escolar; además, tú eres uno de los accionistas del colegio; puedes hacer que me entreguen mi certificado de terminación de curso y listo, con eso mis padres estarán contentos. No seré ni ingeniero en robótica como mi padre ni una gran diseñadora de modas como mi madre, solo una simple chica que vive la vida a su antojo. —Se quejaba la chica con la cara pegada a la ventanilla del lujoso auto deportivo.

—Ya he dejado que hagas todo lo que quieras incluso te defendí cuando te hiciste esa cosa extraña con tu pelo, ahora no se de que color tu pelo natural, ya no lo recuerdo, cambias de color cada fin de semana, mira cuantos aretes llevas en tus orejas en tu nariz y hasta en tu labio, no es suficiente esto de la supuesta rebeldía de la adolescencia, yo nunca pase por esa etapa, por eso no creo que sea normal, si me quieres contar que es lo que te pasa, bien, pero entonces acepta que necesitas ayuda y te llevare con un psicólogo—

—Tio, yo no estoy loca, lo sabes muy bien solo es que...— La chica bajo la voz y no termino la frase, como siempre no dijo nada de nuevo era tan frustrante ya para el tratar con esa chica, era su sobrina más querida, la hija de su segundo hermano, con el cual se tenían mucho cariño, el era un niño pequeño cuando nació, así que la vio como un bebe al cual cuidar, después a una niña a la cual querer y proteger, cuando se fue al extranjero a estudiar, resintió mucho no verla, pero regreso y continuo mimándole tanto, que ahora se arrepiente, no tiene la menor idea de lo que le esta pasando, esta seguro que algo le hicieron, para que de la noche a la mañana cambiara de una dulce y tranquila niña, a una niña que parece mas una punk bajada del espacio, que una adolescente de 18 años.

— Bueno ya vete o ne llegaras a la clase y recuerda que puedo ver todo lo que haces, si puedo vendré por ti en la tarde, si no tus padres enviaran a su chofer.—

Kelly, asintió sin decir nada más y bajo del auto de su tío, se encamino rumbo a la escuela, estaba apunto de cruzar la puerta de la entrada cuando vio un espectáculo que nunca imagino poder presenciar.

—Te lo advertí antes que no te acercaras a mi y no me hiciste caso, así que ahora sufre las consecuencias—

Keira le estaba diciendo esto a Scott Black, mientras lo sostenía por el cuello, después de haberlo pateado en los bajos, por haberla abrazado mientras entraba.
Keira sabia muy bien que si dejaba pasar ese acto departe del estúpido de Scott, correría el peligro de que le cortaran de nuevo la cara, era mejor marca de una vez su territorio y fuerza.

Lanzo lejos a Scott y continuo su camino, como si no hubiera armado un alboroto a la entrada del colegio, mientras ella caminaba de forma mu despreocupada Kelly, corrió para alcanzarla.

—Oye, eres espectacular, nunca te había visto en el colegio, ¿eres nueva? ¿De donde vienes? ¿Dominas las artes marciales?¿Podrías decirme donde aprendiste?—

Kiara se preguntó si esta pequeña niña no pararía de preguntar: —¿Quién eres?—preguntó Keira.

—Cierto, lo siento no me presentar antes, soy Kelly, Kelly Haggard. — Keira pensó en que nunca había visto a esta chica antes, pero que de verdad que era muy extraña; tenía tantos aretes en sus orejas que temía que se le doblaran del peso que estaban soportando, pero al verla con cuidado vio que era bajita, tenía un bonito cuerpo, rellenita, donde debería de estar una carita redonda y coqueta, que si no tuviera tanto maquillaje, seguro se vería muy dulce su expresión.
Aun así no recordaba de su pasado a esta chica; quizás nunca se topó con ella, aún que sería muy difícil no verla. Continuaron caminando juntas, hasta que llegaron al mismo salón de clases.

—Uysss, que divertido seremos compañeros de clase —dijo la chica llamada. Kelly

Kelly pasó y vio donde se sentaba Keira y quitó de su lugar al chico que estaba a su lado para sentarse ella.

Keira no sabía si llorar o reír; estaba tan sorprendida que mejor dejaría que hiciera lo que quisiera la chica rara.

Entró Anthony, el lacayo de Scott, al aula como furioso, gritándole a Keira. —¡Keira, tú sí que estás loca, cómo pudiste golpear a Scott, ¿qué no sabes quién es su familia?, no te dejaran ir así de fácil por lo que le has hecho!

Keira sabía perfectamente quién era la familia del bueno para nada de Scott, su madre, una mujer que solo estaba preocupada por el que pensarán sus amistades de la alta sociedad y su padre por atender a su pequeña amante, mientras su hijo se dedica a estar cortejando todo tipo de mujeres en los clubs nocturnos. Es un hombre muy asiduo a los prostíbulos; seguro que se le va a podrir el pajarito muy pronto.

—No sé quienes son y no me interesa saberlo. Respondió muy directa y fría. Keira

Anthony entró furioso al recordar cómo él mismo lo había golpeado, pero él no pertenecía a una familia rica; solo era uno de los chicos que estaba en este colegio por sus buenas calificaciones. Se convirtió en seguidor de Scott para ser su buen amigo en miras al futuro; sabía que él sería quien manejaría los negocios de su familia en el futuro, así que decidió ser su perro fiel para conseguir algo cuando salga de la universidad.

Como lo hacían muchos de los becados en esta escuela de niños ricos, se pegaban a los más ricos para llegar a obtener algo en el futuro.

Era algo normal que los chicos becados fueran los perros falderos de cualquiera con poder.

—Pues pronto lo sabrás cuando te mande llamar a la dirección porque sus padres estén aquí— gritó Anthony.

Pero no esperaba que el mismo chico delgado de la otra ocasión soltara una carcajada y dijera como si fuera un chiste: —¿Tendrá las agallas Scott de llamar a sus padres para que lo defiendan de una niña? Todos los presentes se hicieron la misma pregunta: si fueran ellos, más los hombres, sería pasar por una vergüenza imperdonable, más siendo los herederos de una familia rica, es algo imperdonable en una familia que espera todo de ellos





EL RINCÓN VELVET VIOLETA



—Al escuchar Camy, que había sido golpeada por su novio Scott Black, por Keira, se lleno de ira, frustración y ganas de vengarse de lo que le había hecho el fin de semana cuando la sacaron a rastras del restaurante de lujo y toda la gente lo vio. Ahora tenía que vengarse de lo que pasó en ese momento; si no lo hacía, se quedaría sin pagar por lo que le había hecho en ese momento y no sería justo que solo ella sufriera siempre.

Eso lo tenía que pagar Keira ahora mismo delante de todos sus compañeros; sin falta haría que se burlen de ella en este momento al contar que tiene un viejo que la mantiene fuera de la casa de la familia Cox.

—Keira Como pudiste hacerle daño a Scott, esto será un problema para la familia Cox, ¿qué no sabes lo que estás causando?

—Es verdad cómo una simple chica de los barrios bajos de la ciudad puede atreverse a golpear a los hijos de una de las familias más ricas de la ciudad —dijo de inmediato Martina.

—¿No fue suficiente con las cosas vergonzosas que hiciste en el centro comercial, como para que ahora has esto en el colegio? Camy estaba en un modo de actuación, que bien podía optar a participar en un globo de oro.

—Sí, sí, te vimos en el restaurante francés, pero nunca dejaste que viéramos con quien estabas ahí, y todos sabemos muy bien que no cualquier hijo del pueblo puede ir a ese lugar —continuó Martina.

Los estudiantes que estaban presentes que eran de familia importantes se pusieron a comentar ese hecho, pues sabían muy bien que era verdad. Ese lugar era muy exclusivo, no todos podían entrar, incluso algunos de ellos no habían podido poner un pie en ese lugar todavía, porque sus padres preferían reservar solo para sus clientes o accionistas importantes de sus empresas…
No, para sus familias, era impensable que los llevaran, además de los precios prohibitivos que tenía.

—¿Porque te negaste a que viéramos con quién estabas?¿Fue porque era un viejo anciano el que te llevó a ese lugar, verdad? Camy no la dejaría ir.

—Maggi estaba viendo cómo acusaban a Keira y se sentía mal por ella, pero no podía hacer nada; ella era de una familia promedio, así que si se metía a defenderla lo único que conseguiría es ser después acosado por todos esos niños ricos. Lo único que pudo hacer es rezar, para que nada de eso fuera verdad y Keira fuera una chica que pueda salir a salvo de todo este lío. Aunque ella estaba segura de que Keira era una buena chica, incapaz de todo lo que la acusaban, si no la hubiera ayudado a lidiar con el profesor de literatura la otra noche.

—¿Vas a negar que eres una cualquiera que viene de los barrios bajos, una arribista que solo llego a recoger la basura de la familia Cox y fastidiar a la verdadera hija ?— Keira recordaba que Martina Kendall, era una fiel seguidora de Cam, pero tan estúpida, como para creer todo lo que le contaba Camy, pobre chica, terminara muy mal si sigue pensando que Camy dice siempre la verdad

—Yo no tengo porque darles explicaciones a ustedes por todo lo que hago o dejo de hacer en mi vida, ustedes están locas, entraron sin ser invitadas al lugar donde yo estaba comiendo, hicieron un escandalo y fueron echadas por el gerente eso fue lo que paso— Respondió tranquilamente Keira

Estas chicas no esperaban que les respondiera, explicando lo que les habían hecho a ellas, eso fue algo que no esperaban que hiciera Keira.

—¿Que derecho tiene una adoptada a hablar así ? Solo permanece en silencio y no digas nada más— Martina estaba mas que enojada.

—Ten cuidado cuan digas la palabra adoptada, porque quizás estas ofendiendo a la persona equivocada— dijo Keira, dirigiendo su mirada a donde se encontraba Camy

Todos en el aula entendieron de inmediato a lo que se refería con su mirada. Se inicio un cuchicheo que era realmente alarmante a oídos de Camy
Sabia que estaban hablando ella, que estaban cuestionando, si ella era la adoptada, ¿entonces quien era Keira?

— Continuaba el cuchicheo, Kelly recibió la copia del video de la discusión en restaurante el día que se encontraron las cuatro, lo estaba viendo con calma hasta que noto algo de lo que nadie había hablado y que la indigno muchísimo. A ella sus padres siempre la educaron, sabiendo que todos las personas son dignas y tienen que trabajar, así que respeta todos los puestos de trabajo, tanto de la empresa de su padre como de la empresa de su madre, aparte de que se dio cuenta de que Keira llego sola y se fue sola, noto como Martina Kendall trato muy mal a uno de los chicos que estaba a su lado durante la discusión, cuando les estaban pidiendo que se fueran, ella le grito e incluso lo abofeteó, esto era inaudito, por lo que pregunto al gerente el cual explico que la chica estaba tan enojada que había insultado al mesero, gritando que si no sabia de quien era hija, que no podían sacarla así como así del restauran, y fue cuando lo abofeteó, eso para su gusto era imperdonable, esto esta muy claro es una típica niña egoísta y mal educada igual que su prima y primo mayores, solo saben hacer alarde del dinero que no han ganado. Ahora estaba claro que la niña que conoció en la entrada solo estaba siendo incriminada por estados malvadas chicas.

—¿Qué quisiste decir con eso, Keira, sé más clara? Camy quiso que la tierra se tragara a Martina, por ser tan estúpida y hacer esa pregunta.

—Dejo ir, Martina —le dijo Stacey a Martina para que se quedara cayada y no hundiera más a Camy.

—¿De verdad que no sabes de lo que estoy hablando? O ¿te haces la tonta para que sea yo la que después sea acusada de mentir? Preguntó con una sonrisa casi demoniaca Keira.

—Aquí la única hija adoptiva eres tú, porque estaría tonteando con eso. Keira no sabía si sentir pena ajena por esta pobre chica tonta.

—¿Por qué no le preguntas a tu mejor amiga? Ella te puede explicar con manzanitas, lo que significa…

Camy cambiaba de color cada vez que la miraban todos en el aula.

Definitivamente se había dado un tiro en pie al destapar esa caja de pandora en este momento. En lugar de hacer daño a Keira, resultó de este modo. Todo salió mal, muy mal.

******

Terminaron las clases la mañana y Keira salió rumbo a la cafetería cuando vio afuera a Maggy, esperándola.

—Hola, Keira, Estaba tan preocupada por ti, que no sabía qué hacer, cuando tu hermana dijo todas esas cosas horribles de ti, que me dieron ganas de llorar por ti.

Esta pobre chica era tan sensible que sufriría mucho en su vida. Tenía que ayudarla un poco para que sea más dura, pensó Keira. —No tenías de qué preocuparte, no pasaría nada, yo no hice nada malo, así que no tenía porque temer sus palabras.

—Bueno entonces, ¿podemos ir juntas al comedor de la escuela para tomar los alimentos de la tarde?

—Claro que sí, vamos pues. Keira nunca planeó tener amigos en esta vida, porque sabía que tendría muchos peligros radiándola y no quería que dañaran a otras personas inocentes. Cuando tienes seres queridos, en una venganza ellos se convierten en tu debilidad.

De la nada apareció Kelly muy sonriente y las abrazó a las dos por la cintura.—Van a la cafetería, verdad, entonces me voy con ustedes, así no estaré sola. —Al parecer ya tenía dos compañeras de almuerzo, Keira.

Durante el tiempo de almuerzo Maggi y Kelly charlaron de esto y aquello, sin prestar atención a lo que pasaba a su alrededor.





EL RINCÓN VELVET VIOLETA


No se sabía cómo es que había filtrado el video del restaurante francés donde se podía ver a Martina Kendal entrar en un arranque inexplicable de ira y abofetear al pobre mesero del lugar.
Esto no fue lo peor; lo peor fue cuando algunos de los comensales presentes hicieron comentarios afirmativos de que así habían sucedido los hechos.

No tardaron en llegar los comentarios de los internautas, censurando los actos de Martina Kendall, ya que uno de los presentes describió las palabras que ella le había dicho al mesero. La mayoría de los internautas eran gente de a pie, por supuesto, personas trabajadoras, que no conciliaban con esos niños ricos que solo estaban dispuestos a humillar a las personas trabajadoras como ellos.

Por lo cual invadieron Internet con todo tipo de información sobre el problema con el chico del restaurante, acusando al propietario de la compañía de construcciones Kendall de permisivo y mal padre por no prestar atención a su mimada y mal educada hija.

Todo esto causó un gran revuelo, en un país donde todo vale por el que dirán. Por supuesto que su empresa comenzó a sufrir descalabros económicos en cuestión de horas.

Varios contratos que ya tenía en las manos se le fueron como agua por el drenaje.
Estaba tan enojado con su estúpida hija, que quería ir a dejarla sin lengua. Ya le había dicho muchas veces que Cam Cox era una muy mala influencia, que esa chica no era realmente lo que representaba, que solamente estaba fingiendo, representando un personaje ante la sociedad, pero no le importó su advertencia. Ahora estaba hasta el cuello metida en este problema, no solo en lo del mesero, sino en los insultos cometidos a la otra niña.

Que no sabía que los Cox tenían una hija adoptiva, eso es lo que menos le interesa, pero lo que importa es que den una declaración rápidamente sobre lo que sucedió y se disculpe con el mesero, o esto no parará y su reputación como empresario va a ir a un pozo junto con su gozo.

—Señor Kendall, ya los de relaciones públicas han analizado el impacto de lo que está sucediendo y lo mejor es que su hija vaya y se disculpe con el mesero de ese restaurante; además, recuerde que no es un restaurante cualquiera, no olvide a quien pertenece— le comentó su secretario.

—Se perfectamente de quien ese lugar y será un gran problema, si lo ofendemos, entonces si no podre levantarme del suelo, si lo hago enojar— el Sr. Kendal decidió mandar llamar a su hija a su oficina.

****

Una hora después apareció Martina Kendall en la oficina de la corporación de la constructora de su padre.
—Padre, me has llamado, ¿dime que necesitas? No terminó de preguntar cuando recibió una fuerte bofetada por parte de su padre en la mejilla derecha.

—Te advertí demasiadas veces que te alejaras de esa chica de la familia Cox, que era una mala influencia, pero no me hiciste caso; ahora mira en el lío en que estamos, por culpa de sus problemas, estamos perdiendo mucho dinero.

—Camy, no tiene la culpa, ella es tan buena y tan ingenua que esa chica plebeya la engaño…—

—Te ha metido en un gran problema y todavía la defiendes, de verdad, no puedo creer que seas mi hija; vas a ir a disculparte con el mesero al que golpeaste después y ya veremos qué más harás para poder arreglar este gran lío.

Mariana estaba furiosa por la bofetada que le habían dado, edemas de la vergüenza que tendría que pasar al ir a pedir disculpas a un camarero cualquiera, ella, que era una señorita refinada y bien educada de una familia rica, todo por culpa de Keira Perry

*****

Después de conseguir la disculpa del camarero, regresó a su casa Mariana, tan furiosa que comenzó a insultar a sus propios sirvientes y romper cosas. Su mamá, que estaba de su parte, no comprendía porque su esposo había hecho eso. Era humillar demasiado a su propia hija.

Por otro lado, el departamento de relaciones públicas tenía una conferencia de prensa en la cual se presentarían Keira y Martina juntas, mostrándose como buenas amigas, como si nunca hubiera existido esa discusión donde Martina la insultaba.

El Sr. Kendall sabía que solo tenía que ir a casa de los Cox y ver a la hija adoptiva y decirle que hiciera eso. Él era más rico que los Cox, de hecho, si no fuera por él no recibirían algunos contratos, así que no veía ningún problema en que la obligaran a aparecer en la conferencia de prensa.

Nunca imaginé lo que le esperaría.




EL RINCÓN VELVET VIOLETA
Keira estaba en el hospital desde hacía ya casi 8 horas y nadie se había aparecido aún. En realidad solo estaba molida por la caída; tenía moretones por aquí y por allá, nada que no se pudiera curar con algo de ungüento, pero de verdad que en esta vida se estaba apresurando más la locura, celos y sed de venganza de Camy. Por ella, tenía que tener cuidado de esa mujer impredecible, o podría perder la vida. No, no va a poner a prueba su suerte esta vez; ya sintió el dolor de morir una vez; no necesita vivirlo de nuevo a manos de esta familia.

Si en una hora más no aparece nadie, ella misma se va a ir sola, para que se quede más en el hospital ocupando una cama que quizás pueda necesitar más otra persona. Keira ya estaba más aburrida que una ostra, sin cocinar; tenía que marcharse de ese lugar lo más pronto posible, si no iba a reventar de estar ahí sentada esperando a que la recogieran.

Cuando ya pensaba en marcharse, su teléfono sonó y era Luck. —Keira, no se te ocurra moverte del hospital; ya di ordenes para que te quedes ahí hasta la mañana, así que pasa la noche tranquila en una habitación del hospital. Pasaremos por ahí a las 8 de la mañana en punto. —Qué padre bueno, para nada, tenía y ahora quería que se quedara ahí; bueno, de todos modos, ya eran casi las 4 am; esperaría hasta que llegue. Para ver ahora que estaban tramando esa familia monstruosa.

Cuando llegó la mañana, ya eran las 7:45 am, cuando Keira se levantó para asearse un poco y estar lista para irse y prepararse para ir al colegio, pero no llegó el chofer sino Luck.

—Me alegra ver que estás despierta, así podré hablar contigo y explicarte lo que tienes que hacer antes de que llegue Kendall.

¿Kendall?, se estará refiriendo al CEO de la constructora Kendall Corp. este viejo loco, que se le metió en la cabeza ahora. Keira sabia que no era nada bueno esperarlo en el hospital. ¿Y qué tiene que ver conmigo el CEO? —

—Keira, ¿qué es lo que quieres preguntarme? ¿Sabe quién el CEO Kendall, verdad? Con asombro, Luck vio a su hija.

—Claro, que sí, es el padre de una de las amigas de Camy y compañera de nuestra clase, pero nunca lo he visto en persona.

Tenía que tener más cuidado con la información que soltaba sin cuidado, porque Luck era un viejo zorro, que no dejaba escapar las fáciles muy fáciles… Keira pensó que si no se cuidaba, decía, estaría en problemas muy pronto.

—¿Entonces, qué tengo yo que ver con ese hombre? Keira estaba parada en el marco de la puerta del baño de la habitación del hospital, con los brazos cruzados a la altura del pecho.

—Él quiere que le ayudes a su hija a salir de un problema provocado con un mesero, un limpiador, que sé yo, algo así, y éste le está causando problemas, así que necesita que le ayudes, porque de esa manera él me ayudará a mí con algunos negocios, así que vine para decirte que tienes que ayudarlo, pero será hasta que yo negocie unos tratos que sólo él puede solucionar su problema… Me comprende lo que está diciendo, Keira. —

Keira sabía que esto no era tan sencillo; este viejo ambicioso necesitaba algo y ya quería usarla para sacar lo que quiere; pero bueno, esta no es venderla; verá que es lo que propone la otra parte; al final no será tan fácil que se libren del lío que armaron Martina y Camy en el restaurante.

Estaban terminando de hablar cuando Luck escuchó voces fuera y de inmediato le ordenó a Kiara que se metiera en la cama y se tapara con la sabana hasta el cuello e hiciera como que dormía.

Keira tenía ganas de ver un espectáculo; si se ponían las cosas feas, tendría que dar unos golpes aquí y otros por haya y quizás romper algún hueso, pero de que salía de esa situación, salía.

—Buenos días, veo que aún está dormida la niña, pero bueno, esperaré poco para que despierte y así preguntarle si puede ayudar a Martina en el plan que han creado los de publicidad de mi empresa.

Cuando escuchó a Keira, que solo era un plan de publicidad para limpiar la imagen de Martina y así solucionar los problemas ante el público que tenía la empresa ahora mismo, no le sonó tan descabellado ayudarla a la pobre niña tonta; al final, se dejó manipular por la loca de Camy. No es que fuera una santa para realizar milagros, pero ayudaría a solucionar el problema en lo que pudiera.

Estaba pensando en cómo ayudar en lo que comentó el sr. Kendall, cuando escuchó a Luck decir: —Pero como ves, mi hija está aún un poco indispuesta, esto le causará problemas físicos; si ella va ahora mismo a la sala de prensa de tu corporación a dar la rueda de prensa, irá con dolor en su cuerpo, no descansará, estará con problemas; además es una niña, no podemos dejar que le queden secuelas si la sacamos del hospital en este momento.

El Señor Kendal ya esperaba esta reacción por parte de esa hambre tan detestable, así que venía preparado para esto.—Dime sin rodeos que es lo que quieres.

—Necesito el financiamiento para un par de contratos que quiero llevar a cabo.

—Con solo uno de ellos, puedo ayudarte.

—Sabes que el que necesita la ayuda ahora eres tú, ¿porque regateas?

—¿No te da vergüenza usar así a tu hija como excusa para extorsionarme? Te estás aprovechando de que necesito la ayuda de ella, y aún sé si querrá hacer lo que le pediremos que diga.

—Ella hará lo que le diga yo, para eso es mi hija —respondió con un descaro que daba asco. Luck Cox

Kendal solo pensaba que de ahora en adelante no dejaría que su hija viera más a Camy. Esa niña era igual que su padre; sabía sobre esta, pero si era verdad que era la adoptada y que apenas tenía unos días en la casa, se compadecía de ella. Le esperaría una vida infernal en esa casa.
Aunque no era un hombre que pudiera presumir de ser honesto, no emplearía esas tácticas deshonestas para obtener lo que deseaba.

—Bien, te apoyaré con los dos proyectos, pero si sale bien todo, lo que mi equipo planea.

—Claro que será todo un éxito; con la ayuda de mi amada hija saldrá perfecto. Ahora vamos a ultimar los detalles: a qué hora tiene que llevar el chofer a la niña. Y así se fueron apagando las voces hasta que salieron por completo de la habitación.






EL RINCÓN VELVET VIOLETA


Keira estaba que no sabía qué pensar. Su padre, que esta vez se había pasado más de tres pueblos, se columpió hasta un país entero, con su descaro, de verdad, que era incomparable. Con semejantes formas de conseguir dinero para poder obtener lo que quiere, se agarra hasta del más fino hilo, para lograr crear una cuerda gruesa. Ahora, debería de darse de topes en la pared, por ser tan estúpida e ingenua cuando llegó con tantas ilusiones y sueños a esa maldita casa en su otra vida.

Lo mejor que podría hacer en aquel momento era salir corriendo, en cuanto pudiera, y no quedarse esperando que la amaran un poco. Esas gentes no tienen corazón, ni amor propio, cómo van a amar a otros. Sería mejor que se levantara y se fuera a la escuela, porque ese viejo loco de su padre podría regresar en cualquier momento.

Cuándo Keira fue a la escuela, se enteró de que Martina estaba castigada en casa, que no la dejaban salir, que tenía que estar encerrada hasta que se resolviera el problema que había casado y complicado los negocios de su padre, así que se sentó y no prestó ninguna atención más a los chismes de los chicos a su lado; solo se dedicó a estudiar y no más.

Mientras estaba en el salón de clase, continuó observando que detrás de ella está aún un chico sentado, que siempre parecía que estaba dormido, pero no le había visto la cara aún, así que no tenía ni idea de quién fuera, porque se la pasaba con la cara sobre el escritorio de su butaca…

Ya fuera dormido o solo agachado, parecía que no le interesa la clase, aunque seguro es de la larga familia con poder porque nadie se atreve a molestarlo. Incluso los chicos que se sientan a su alrededor solo le cuidan el sueño o le avisan de cosas que suceden alrededor de él, refiriéndose como el jefe. No sabe ni su nombre…

No es que le importe tampoco saberlo. Keira también notó que Camy hoy estaba especialmente tranquila; no quería ni mirarla directamente; quizá pensó que de verdad la había matado el día de ayer, pero qué sorpresa se llevó esta mañana cuando la vio entrar en casa para cambiarse de ropa y ponerse el uniforme del colegio. Era todo un poema ver su rostro de sorpresa. Fue muy divertido ver cómo se sorprendió; no solo ella, también Grace, madre e hija, se sorprendieron tanto que pensaron que Keira las atacaría en cualquier momento.

Ahora mismo, lo que más necesitaba era aprenderse esta cosa que le mandaron de la corporación Kendall. Suena tan falso, pero, en fin, si es para limpiar la reputación de Mariana, es normal que suene, como si fueran íntimas amigas; hubieran estado teniendo una pelea de amigas de esas que se conocen hasta el color del calzón; pero si supieran la verdad, los internautas la pondrían, como libro viejo, como rayajos que nada, por tantas mentiras que tendrá que decir este supuesto discurro para la conferencia de prensa…

¿Quién va a creer que son las mejores amigas ella y Mariana Kendall? Bueno, mientras lo crea la gente de afuera, y les haga salir de este atolladero, por parte de Keira estará bien; el problema estará cuando a alguno de sus compañeros se le ocurra hacer algún comentario en la red. Ya se preocuparán por ese puente cuando lo tengan que cruzar, ahora solo se centrarán en aprender su guión y listo.

—Kiara, ¿Qué es lo que está leyendo con tanta concentración? Que no me hagas caso —preguntó Kelly.

—. Hoy tendré que acudir a una conferencia de prensa en la corporación Kendall junto con Martina.

—No me digas que estás dispuesta a ayudar a esa gente malvada, son horribles, trataron tan desagradablemente a ese chico de restaurante y a ti te calumniaron, ¿cómo es que la vas a ayudar? Keira sabía que aún eran muy impulsivos; todos estos niños no comprenderían su forma de actuar, pero no le quedaba más que actuar como un adolescente.

—Bueno, tengo que ayudar, porque me lo han ordenado en casa. Era la verdad a medias; no perdería nada diciendo eso.

—Pobre de ti, con soportar una arpía como esa de al lado mío, como hermana, ya te compadezco, ni pensar en cómo será tu vida en casa, es muy complicado para mí imaginarlo—. Keira no sabía a qué familia pertenecía Kelly, así que no tenía idea de cómo la trataban en casa, pero al ver cómo era en persona, seguro que era una niña muy amada; además había visto como hablaba con mucho cariño de su tío; tenía una familia que la cuidaba. La envidiaba, pero era bueno que una chica como Kelly fuera cuidada por su familia. Era muy crédula y tierna; cualquiera la podría engañar o hacerle daño.

—No te preocupes por mí, yo puedo defenderme sola, no me pasará nada.

Ya casi era la hora de la conferencia cuando terminaron de charlar, así que tenía que irse rumbo a la corporación Kendall para ensayar un poco con Martina y así hacer lo posible para que todo salga bien, pero también después de que todo resultara como deseaba, vería cómo lograría convencer al señor Kendall de no dar ayuda alguna a Luck. Ella estaba aquí para destruirlos y eso iba a hacer, no a ayudarlos.


EL RINCÓN VELVET VIOLETA
Keira llegó a las oficinas de la corporación. La llevaron a donde se llevaría a cabo la conferencia de prensa; cuando entró al lugar donde estaba ya Martina, vio que se encontraba otro hombre de unos 37 años, con unas gafas de montura dorada, quien la recibió y le indicó que tomara asiento, que en un momento le llevarían un baso con agua.

Después de eso, comenzó a leer de nuevo el guion que le habían enviado con anterioridad por correo electrónico.

Mariana estaba furiosa por tener que salir frente a tantos periodistas y pedir disculpas de nuevo, por insultar a un mesero común y corriente, y ahora tenía que decir que era la mejor amiga de la adoptada esta; era el colmo de los males que le podían pasar.

Mariana pensó que podía soportar eso, pero ahora que estaba viendo a Keira, no estaba tan segura de poder controlarse sin insultar a esa mujercita, salida de los basureros de lo peor de la ciudad. Era casi imposible no decirle sus verdades y aún más soportar defender a su muy querida amiga Camy; la pobre, como había estado llorando estos últimos días por culpa de esta arribista, que de seguro está solo esperando a robar todo lo que es de su amiga; y la pobre de Ami, tan dulce y tierna de corazón que es, que cualquiera la puede intimidar, debe ser horriblemente vivir con este adefesio.

Keira comenzó a repetir en voz alta el discurso. —Nunca hemos tenido una pelea real. Martina y yo somos unas muy buenas amigas; yo la quiero mucho, ya que es una niña, muy buena, dulce y de un corazón tan noble, que es imposible no quererla. Ella sería incapaz de dañar a nadie, mucho menos de insultar a otra persona. Kiara hizo una pausa mientras pensaba en cómo sería la mejor entonación, cuando Martina pensó que se estaba burlando en secreto por el guion. Si hasta ella está sorprendida de la sarta de tonterías que decía ahí, ¿cómo podría ella ser amiga de esa basura?

—No seas hipócrita. Kiara, sé muy bien que eres una basura de los barrios bajos y que solo llegaste a arruinar la vida de Camy, por eso ella. Por esa razón no ha dejado de llorar en días. Eres una arribista que solo sabe cómo robar lo que no es tuyo, una mujer que busca viejos ricos para sacarles dinero. No se te olvide que solo eres una hija adoptiva, que nunca serás una hija legítima como lo es Camy; tú nunca llevarás el apellido de la familia Cox. En poco tiempo serás regresada al basurero de donde te trajeron de los arrabales que te sacaron.

Keira solo estaba ensayando tranquilamente el guion y no esperaba ese arrebato de Mariana. Por lo cual realmente se sorprendió cuando escuchó todo eso salir de su boca; el secretario personal del Sr. Kendall se encontraba junto a ellas, así que escuchó de primera mano todo lo que se estaba diciendo en esa sala.

Keira sintió que había llegado el momento de ponerle los pies en la tierra a esta choca antes de que siguiera con esa actitud tan fuera de lo normal; o pagaría muy caro el estar metida en el fuego cruzado de los problemas entre ella y la familia Cox.

—Yo accedí amablemente a venir a ayudarte con este problema de la conferencia de prensa, para que limpiaras tu imagen, pero no vine a que me insultaras. Respondió con total naturalidad.

—No fui yo la de la idea de esta estúpida rueda de prensa; a mí no me importa lo que diga la vulgar gente, son personas que trabajan para servirnos a los que tenemos dinero que ellos.

—Martina, deberías aprender a controlar lo que sale de tu boca; no siempre es bueno solo hablar por hablar, todo lo que digas una vez que lo hagas, ya no las podrás volver atrás. Keira sentía mucho lo que estaba pasando, más por Martina. Pensó que podría redimirse, pero por lo visto ya estaba perdida.

—La que debería de pensar bien las cosas eres tú, que solo eres una adoptada en la casa de la familia Cox.

—Creo que todo este tiempo te ha tenido engañada; yo no soy la hija adoptada, Camy; es la hija adoptada; yo soy la hija biológica de la familia Cox.

A Keira hasta le dieron arcadas al decir eso, pero era realmente necesario que lo entendiera esta niña.

Mientras estas niñas discutían en la sala de prensa donde todos los periodistas estaban reunidos, había un silencio sepulcral. Pues nadie de dentro se había enterado de que por descuido había dejado encendido el sonido de la habitación donde se encontraban Martina y Keira.

Todos estaban escribiendo, grabando, enviando o haciendo algo debido a la conversación privada que acababan de escuchar.




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