UNA MUJER FUERTE (CAPÍTULOS 41-50)
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Jordán estaba más que enojado; decepcionado de la mujer que tenía enfrente, de la madre de sus hijas, y aún más después de las palabras que había tenido esa misma mañana con el señor Thompson.
Esta mujer, que una vez le había gustado, porque pensó que podían llegar a ser una buena pareja, ya que se habían conocido en la adversidad; ambos, que provenían de familias desestructuradas, podrían ser felices al estar sin ellas. Ella misma se había convertido en lo que tanto odiaba, en su madre, una mujer ambiciosa, egoísta y pendenciera. Que solo favorecía a una sola hija.
Parece que ya se le había olvidado de donde la rescató Jordán, de aquel momento en el que la estaban por vender, para que su hermano tuviera el dinero suficiente para casarse cuando fuera mayor, y sus padres pudieran tener dinero para sobrevivir en ese momento mismo…
Mariana era tan de mente selectiva. Que no recordaba nada, y ya era momento de hacerle saber los errores que comete, y no dejarla ir más por la tangente, o seguiría, insultándolo, y avergonzándolo delante de las personas que lo conocen.
—Mariana, estás pensando muy bien de ti misma, como para hablarme así. ¿Por qué ya olvidaste de donde vienes y cómo es que nos presentaron y quién es quien nos unió, verdad?
—¿A qué viene eso ahora?
—Porque hace tiempo que te dije que no hicieras cosas que me avergonzaran, y fuiste a pedirle favores a quien me crio, y tú sabías que yo me aleje de esa persona por la vergüenza que sentí por decepcionarlo cuando deje el trabajo que me había conseguido en el gobierno, para poder encargarme de las niñas y de ti. Y más vergüenza cuando te negaste a continuar trabajando tú por estar embarazada.
Las dos hijas se quedaron petrificadas; Mariana siempre les había contado que ella había perdido el empleo debido al embarazo de Suri, por eso la culpó siempre y que su padre perdió el empleo en el gobierno porque lo habían hecho, y fue por negligencia de su madre.
—¿Cuándo me negué a trabajar?
—Ya se te olvidó, no te preocupes; aquí estoy yo para recordártelo. Cuando te dije que ya no te embarazaras, tú te negaste a escucharme, y lo hiciste para presumir a tus compañeras que también tú podías tener un hijo varón.
Recuerdas, porque hasta en esas épocas eras tan celosa de eso, de que ellas tuvieran un niño y una niña, que te embarazaste solo por eso.
—¡No es verdad!
—¡No lo es! Por eso no estabas como loca cuando tu madre vino con tu sobrino a burlarse de ti por tener otra hija y no un hijo; tú odias a nuestra hija, porque no fue un hombre y así hubieras podido presumir. Eres una mujer que, si no puede presumir y llenar su ego, no está feliz, vive amargada el resto de su vida, y eso es lo que has estado haciendo todos estos años, siendo inconforme con lo que tienes, pero no haces nada para mejor. Yo no gano poco, pero tú gastas demasiado en cosas innecesarias y mucho más en cosas que no se necesitan para tu hija mayor.
—Haydée, siempre ha necesitado cada cosa que le he dado.
—Y Suri, ¿no necesitaba lo mismo? ¿Ella tenía que ser la sirvienta de ustedes dos?, Tanto, que ya habías planeado que incluso te mantuviera, por eso tenías planeado enviarla a trabajar.
—Papá, puede ser que mamá se equivocara en el pasado, pero ahora es diferente; ya está trabajando, así que ella se encarga de algunos gastos, pero yo necesito más cosas. Haydée habló con voz melosa y conciliadora; siempre le había funcionado.
—Haydée, todo el problema que tenemos ahora, es por culpa en parte tuya. Nunca debiste cambiarte de escuela sin consultarlo conmigo; no creas que no sé por qué lo hiciste, y a ti no te ayudaré con un solo centímetro hasta no ver tus calificaciones de este semestre que tienen que ser mejores que las que tenías en la otra escuela.
Haydée palideció, de solo pensar en cómo lograría sacar mejores calificaciones en poco tiempo. No podría hacerlo, eso era imposible. No se preocupó de tomar entre sus manos un solo libro en todo el semestre y los exámenes comenzarían en 3 semanas.
Todos en su casa se enterarán de lo pésima estudiante que era. Su vida se vería terminada. Tenía que hacer algo y pronto.
Lo que pasó después de la diversión fue algo normal en casa de la familia DuPont. Jordán y Suri prepararon sus alimentos y después cada uno se fue a leer sus libros, un rato y después a descansar.
—Mamá, porque siempre tienes que gritar y enojarte, que no sabes que la que sufrirá después soy yo; si papá se enoja, no va a ayudarme con dinero para el colegio; necesito más dinero para comprar un libro y no me lo da y tú no tienes suficiente.
—Hija, lo sé, lo siento, pero me enojo tanto verlos llegar, felices, cuando yo estoy sufriendo tanto, por culpa de esa malagradecida de tu hermana.
—Ya tienes un mes trabajando y aún no te acostumbras de verdad, mamá, no sé qué es lo que te pasa, solo es un trabajo tan fácil.
—Pero yo nunca había trabajado, ¿cómo puedo salir a mi edad a trabajar y tener que aguantar a una jefa que es mucho más joven que yo, que me regañe, solo porque es sobrina de la dueña?
—Mamá, tú lo has dicho, es la sobrina de la dueña; si la haces enojar, te van a correr, y no vas a encontrar otro empleo. ¿De dónde vas a sacar dinero para mantenerme?
Las cosas, pasará lo que pasará, siempre tenían que girar alrededor de Haydée.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
El sábado por la mañana, Suri se preparó con algunas cosas para ir a la casa del señor Thompson y ayudar a Nael con sus estudios. Esperaba que el chico se comportara como un alumno de 16 años, y con madurez suficiente para que ella no tuviera problemas al enseñarle, porque la verdad es que no tenía el tiempo ni las ganas de tratar con un niño que fuera necio y sin ganas de cooperar. Ella tenía ya unos planes fijos para su futuro y entre estos no estaba el tener que soportar a niños bobos y necios.
Su padre había aceptado este trabajo extra, pero, nada más, no quería involucrarse más de lo necesario con ninguna de las dos familias…
Estaba dispuesta a solo ir a estudiar, enseñar a este niño a estudiar por su cuenta y eso sería todo lo que ella podría aportar de su parte. Lo que hiciera ese chico, ya dependería de las ganas que tuviera él por salir adelante…
Cada uno de nosotros tenemos que tener fijadas nuestras metas; si no es así, no tendremos ganas de salir adelante. Eso es algo que se debe tener claro en la vida.
Suri estaba. Lista para salir de casa, ya su padre había salido antes para su trabajo, que los sábados era solo de medio tiempo. Regresaría temprano a casa, y cuando regresara a las 2 de la tarde él ya habría de estar en casa. O lo encontraría en el camino.
—¿A dónde vas, hermana? Haydée se encontraba sentada en el salón, viendo la televisión sola, pues ya eran las 11 de la mañana y no había desayunado nada, porque su madre no le dejó nada de comer preparado antes de salir temprano a trabajar, y estaba de mal humor, por lo cual se despertó antes y esperó a que saliera su hermana para ponerla a cocinar.
—Tengo cosas que hacer, así que me marcho ahora.
—Será que tienes que ir a enseñar al nieto del señor Thompson.
—Voy a estudiar, así que se me hace tarde.
—No mientas, Suri, vas a donde está Nael, ese niño rico; llévame contigo. No quiero quedarme sola aquí. Es aburrido.
—No es aburrido; si te pusieras a estudiar para los exámenes, puedes engañar a nuestros padres, pero no harás conmigo. Haydée, sé perfectamente que la escuela donde estás tiene exámenes mensuales y que dentro de poco tendrá un examen semestral y no has mostrado los resultados de ningún examen en casa.
—¿Quién te dijo eso, es una mentira?
—¿Estás diciendo que los profesores mienten, cuando se preguntan cómo es que entraste a esa escuela, después de estar en la misma que yo? ¿Los mismos profesores que saben que tienes unas pésimas calificaciones y que saben cómo es el ritmo de estudios en la escuela incorporada a la universidad?
—¿Qué van a saber ellos de mis calificaciones ahora? Ya le dije a mamá que estoy en el 8 lugar.
—Y le dijiste que en el salón a donde asistes están todos los que entraron por la puerta de atrás, que no tienen buenas calificaciones. ¿Eres el octavo lugar de qué? ¿De los mejores o de los peores?
Con estas últimas palabras salió de la casa Suri sin dar más tiempo a que su hermana respondiera; además, lo que menos quería es que la siguiera a donde tenía que ir. No quería que conociera a Nael; ella no le presentaría a niños ricos para que después los usara, como en su vida pasada, en su propia contra.
Suri continuó su camino tranquilamente hasta llegar a la casa del señor Thompson; era una mansión grande, que tenía un guardia en la entrada, pues no se permitía la entrada a cualquier persona.
Llegó y dio su nombre. El guardia la dejó pasar, atravesó el amplio jardín y llegó hasta la puerta principal, donde fue recibida por el ama de llaves. Quien la llevó hasta la biblioteca, donde se encontraba Nael, esperando por ella.
—Pensé que no vendrías, Suri, ya es tarde.
—En realidad, no quería venir, pero mi padre me ordenó que lo hiciera, así que aquí estoy, vamos a comenzar la lección.
Nael se puso tenso al escuchar las palabras de Suri. Aun cuando ya había notado lo dura que podría llegar a ser esta niña, no le importaba; sabía muy bien que en su casa no la trataban nada bien; seguro, su carácter era así, para poder defenderse de todo aquel que le quisiera hacer daño.
Nael mismo tenía que ser duro, para poder mantenerse firme y fuerte frente a los ataques de su pariente, que se hacía pasar por un buen primo frente a sus familiares, pero fuera de casa, estaba seguro de que fue el que les pagó a los bandidos para que lo mataran; no era la primera vez que lo atacaban, después de golpear a ese maldito niño cobarde.
En cierto modo, se identificaba con Suri: él tenía que cuidarse de su primo y ella tenía que estar alerta de las tretas de la madre y la hermana.
—Está bien, ¿dime qué estudiaremos hoy? —No quería ponerle las cosas difíciles a Suri, solo quería aprender de ella.
—Ve a la página 128 de tu libro de ciencias; he notado que no es una materia que te guste y, por lo que he visto a todos pasarla, para poder entrar a la academia militar, que es donde imagino que irás.
—¿Cómo sabes que es ahí donde quiero ir?
—Tus abuelos fueron militares de alto rango y condecorados, y tu padre es un militar muy importante actualmente; por eso creo que sería normal que tú fueras a la academia militar o a la universidad militar.
—Si tienes razón, aunque lo hago por mí mismo, no me interesa lo que haya hecho mi familia.
—Entonces, si tienes como meta entrar a la universidad militar, deberías de saber que necesitas una muy buena calificación para ser admitido, y no veo que tengas ganas de estudiar para sacar esa calificación necesaria.
—Es que, siempre que quiero estudiar, pasa algo, o siempre le prestan más atención a otra persona que a mí y eso me hace enojar. Yo no tengo una mamá, solo a mi padre y él pasa más tiempo en el cuartel que en casa, y mi abuelo, que es que me cuida, siempre está haciendo alarde de las grandes calificaciones de mi primo y su hermana, en lugar de preguntarme qué me pasa… Y este abuelo, de aquí, siempre está ocupado, con sus reuniones diplomáticas.
Si no hubiera sido porque casi me matan, no se habrían interesado en que tenían un nieto.
Mi padre solo regresó del cuartel para decirme que me rompería las piernas si se enteraba de que ya no asistía a la escuela. No me pregunto cómo estaba.
Suri se dio cuenta de que no era tan simple y sencilla la vida de Nael, como ella pensó en un principio; todos tenían una historia amarga que contar, sin importar cuánto dinero tuviera la familia.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Cuando surgió, escuchó de boca de Nael la historia de él porque era rebelde y ponía poca atención en los estudios; no lo justificó, pero entendió parte de su enojo hacia su familia. Unos estaban sin el apoyo, y otros eran totalmente ignorados; era un contraste muy complicado en la vida de los niños y adolescentes.
—Deja de lado y de verdad ponte una meta, a corto plazo primero, donde te propongas lograr sacar las calificaciones necesarias para pasar el año escolar… Por ejemplo. Lo que hagas a partir de ahora será por tu propio bien y no para el bien de nadie más, si crees que realmente sientes que de verdad mereces ingresar a la universidad militar por tu cuenta y no porque tu padre tenga que intervenir.
Nael se quedó meditando por un momento en las palabras que Suri le estaba diciendo, y realmente pensó muy en serio lo que estaba escuchando: era verdad que él deseaba ser un buen estudiante e ingresar a la Universidad por sus propios méritos, y aun con más ganas después de sentir que casi perdía la vida, ahora ya no pensaría en agradar a su padre, sino en ser más fuerte e inteligente que su primo o realmente lo mataría en alguna de esas ocasiones que mande a algún otro grupo de asesinos.
—Suri, estudiaré todo lo que enseñes y mi primera meta será lograr pasar la mayoría de materias en el próximo examen, tal vez no todas las materias, pero al menos estudiaré para pasar las materias importantes.
—Bien, ahora que te has fijado una meta, podremos fijar un medio de estudios que tienes que seguir sin fallo alguno; pase lo que pase, tienes que seguirlo.
—Está bien, acepto.
—Entonces te haré un examen para saber cómo estás de conocimientos; ya traje las preguntas, ahora, mientras yo leo, tú responde las preguntas.
—Dámelas, las responderé.
—No quiero respuestas, a lo tonto, quiero que leas con cuidado y respondas lo que realmente entiendas y recuerdes.
Después de esto, entregó el cuestionario de 50 preguntas a Nael y Suri tomó un libro en inglés y comenzó a leer en silencio, esperando a que terminara de responder el cuestionario de conocimientos de Nael.
*********
Mientras tanto, Haydée se encontraba en su casa, molesta y pensando en cómo podría ir a la casa donde estaba Suri y hacer que la dejaran entrar, para poder estar con Nael, como compañera de estudios; eso era su prioridad en ese momento. Solo estaba pensando en lo injusto que era que ella no pudiera estar dentro de aquella casa lujosa.
Cuando su madre fue a pedirle el favor al señor Thompson, tampoco la llevó, porque dijo que no quería que se avergonzara al pedir un favor como ese, que iría solo ella, pero ahora era diferente. Suri fue invitada.
Por lo cual ella también tenía derecho de entrar a esa casa, así que tomó su bolso y puso dentro algunas chucherías y las llaves de la puerta de entrada.
Tomo un camino rumbo a la casa donde se encontraba Suri en ese momento.
Cuando llegó a su destino, se encontró con que estaba un guarda fuera de la entrada. Ella no contaba con eso. No sabía que esa casa estaba custodiada por un guardia, así que pensó que solo tenía que ir y tocar la puerta, presentarse y decir que estaba buscando a su hermana y la dejarían entrar.
No importaba; sería lo mismo si le decía eso al guardián, ¿no?
—Buenos días, señorita, ¿Qué necesita? —preguntó el guardia.
—Estoy aquí porque mi hermana vino a estudiar con Nael Zaharie.
—¿Cuál es su nombre?
—Mi nombre es Haydée DuPont.
—Lo lamento, pero su nombre no se encuentra entre las personas que puedan ingresar a la casa.
—Pero, ¿cómo es posible que mi hermana esté ahí dentro y no pueda entrar?
—Porque su hermana tiene permitida la entrada, ella sí está en la lista de personas autorizadas.
—Soy la hija mayor del hombre que crió el señor Thompson, ¿puede preguntar si me permiten pasar?
El guardia tomó su radio y preguntó dentro de la casa a otro guardia si podían dejar pasar a Haydée. Esperé la respuesta mientras buscaban al dueño de la casa.
Recibió la respuesta y salió a dársela a Haydée.
—Lo lamento, señorita, pero es imposible que ingrese a la casa ahora mismo; los jóvenes se encuentran estudiando y el señor Thompson dio órdenes de que no sean interrumpidos.
—Pero no voy a interrumpir; al contrario, solo los ayudaré en lo que no comprendan.
El guardia no quería decirle lo que había dicho el otro guardia; sentía pena por esa chica; por esa razón, inventó lo de que no quería que molestaran a los chicos, pero en realidad, el señor Thompson dijo que ella no estaba invitada a esta casa.
—Señorita, será mejor que se retire.
El abuelo de Nael estaba viendo la escena que se desarrollaba fuera del gran barandal de hierro forjado. Como es que Haydée estaba haciendo un escándalo de enojo porque no le era permitida la entrada a su casa, eso le dio la seguridad de que esa niña no era digna de entrar en su casa, después de saber que por culpa de ella y su madre, la casa de Jordán estaba en ruinas. No podía verlas con buenos ojos a ninguna de las dos.
—No me moveré de aquí hasta que salga mi hermana.
—Señorita, me está obligando a que llame a los guardias para que la retiren de la puerta.
Haydée puso en tela de duda, las palabras de guardia de la puerta de la entrada, no creyó que la fueran a echar de ahí, además ella era alguien que se creía importante para el señor Thompson, por ser hija del hombre que cuidó como a un hijo.
Alguien llamó por la radio y le dijo al guardia que dejara pasar a Haydée, que la acompañara a la pequeña sala donde se recibían a las personas que solo asistían unos minutos.
—Señorita, pasé.
—Sabía que tenía que dejarme entrar.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Haydée estaba feliz y engreída porque la había dejado entrar en la mansión de los Thompson. Lo que no esperaba es que no la llevarían a donde se encontraba su hermana ni mucho menos a donde estaba Nael, sino a un lugar donde despachaba a las personas que solo dejaban recados.
Ahí la estaba esperando el señor Thompson en persona, para hablar con ella de una vez, y dejarle claro por qué no quería que ella se acercara a su nieto…
Haydée no vio nada extraño, hasta que no la llevaron por la puerta principal, sino por una lateral.
—Por aquí se llega a donde está Nael.
—Señorita, no dijo usted que quería ver a su hermana, ¿por qué habla sobre el joven de la casa?
—Bueno, se supone que mi hermana debe estar enseñándole ahora mismo.
Ya no recibió respuesta. El guardia comprendió por qué no la querían dejar entrar y, por ahora mismo, el jefe quería verla él mismo.
Entró solo donde recibían a los mensajeros y visitas rápidas; ahí se encontró con el anciano que ella había visto en su casa.
—Buenos días, señor Thompson. Me permitiré venir a ayudar a mi hermana a enseñar a Nael, ya que ella es aún muy joven y yo estoy ya un año más avanzada y en una escuela mucho mejor que en la que ella se encuentra. Creo que le haría falta mi experiencia.
—Bien, ¿y en qué años estás?
—Estoy ya en segundo año de bachillerato en la escuela que está agregada a la universidad.
—¿Cómo están tus calificaciones? ¿Me imagino que serán perfectas?
Haydée, no sabía si podía mentir a este viejo hombre tan descaradamente como lo hacía a sus padres; si su padre se enteraba, sería un gran problema, pero tampoco creía que él fuera a investigar la verdad.
—Muy bien, soy una de las 8 mejores de la clase.
—Interesante, que hayas mejorado tanto, después de que tu madre haya tenido que pagar todo el dinero de tu padre para que pudieras entrar a esa escuela.
Haydée había olvidado, por la emoción de estar en esa casa, que el anciano fue quien realizó la llamada para conectar a su madre con los encargados de cobrar para que ella entrase a la escuela, así que él sabía la verdad sobre sus calificaciones.
—Le pedí a tu padre la ayuda de Suri, porque es la mejor de su clase y compañera de mi nieto. Están en el mismo salón de clases; nunca pedí que vinieras tú. Fui claro con tu padre cuando le dije que no era necesario que te enviara. Mi nieto no se llevaría bien con alguien como tú, así que no es necesario que estés aquí.
—¿Qué tiene mi hermana, que puede estar en esta casa? Haydée ya está muy molesta. No puedo enmascarar su mal humor.
—¿No lo sabes? O simplemente eras una niña que piensa muy bien de sí misma.
—Yo siempre he sido mucho mejor que esa niña, siempre me han dado todo lo mejor, porque ella no merece tener nada. Mi madre siempre ha sido así conmigo, ella lo sabe.
—Sabía que Mariana está muy sesgada en cuanto a sus decisiones, pero pensé que fuera tan grande su problema. Pero yo no soy nada de ti, así que yo no soy tan simple al ver tus defectos. Por esa razón, no te aceptaré cerca de mi nieto.
—Yo también soy hija del hombre enseñado por usted, y lo que hasta hago es ser parcial.
—Te equivocas, niña, lo que estoy haciendo es cuidar a mi nieto de tener cerca a una persona egoísta, sin escrúpulos y mentirosa, y no seré yo quien le abra los ojos a Jordan; el mismo tendrá que darse cuenta de qué tipo de hija tiene, y solo lamentaré que se dé cuenta de eso demasiado tarde.
Sin decir otra palabra más, se levantó dejando sola a Haydée, para que los guardias la sacaran de la mansión.
*********
Suri estaba revisando el examen de conocimientos que había aplicado a Nael. Se dio cuenta de que en realidad no era tan descuidado en sus conocimientos como había imaginado, solo que quizá fue como él mismo había dicho. Llegó un momento en el cual él se dio por vencido, al ver que su padre y abuelo ya no le prestaban atención y su forma de llamar la atención fue dejar de asistir a la escuela y deambular por las calles del barrio.
Pensándolo con calma, esa revelación le costó muy caro en su pasada vida. Si en esta ocasión no se le hubiera ocurrido a Suri desviarse, no lo habría encontrado y ayudado llamando a los policías.
Las decisiones que solemos tomar siempre son muy complicadas. Pueden ser las mejores y darnos una vida larga y con grandes frutos o acortarla y perderla en el camino.
Suri lo sabía mejor que nadie, puesto que decidió seguir todo a pies y puntillas lo que le decía su madre, y ella la llevó a la muerte, sin darle nada ni un poco de piedad.
—Bien, no estás tan mal, tenemos que mejorar en todas las materias. Te costará si no te gusta leer, pero si te gusta, podrás lograr la meta que te has propuesto.
—Con tu ayuda estoy seguro de que puedo lograrlo; eres la más inteligente de toda la escuela, además eres muy trabajadora; si sigo tu ejemplo, podré aprender a estudiar con acierto y muchas ganas.
—Te escucho muy convencido de lo que quieres, eso es bueno, entonces ahora te dejaré un programa para esta semana, lo tienes que hacer. Independientemente de la tarea que tengamos que realizar, comprendes, lo que te estoy explicando.
—Si lo entiendo, no soy tonto.
—Sé que no eres tonto, y, por cierto, no quiero que me molestes en clase. No soy tan paciente, así que dedícate a estudiar.
—Muy bien, haré todo lo que digas. Pero tienes que prometerme una cosa: que si necesitas ayuda, me lo harás saber. No quiero que nadie en la escuela te grite o insulte, cuando puedo hacer algo para que eso no suceda.
Suri pensó en la oferta que estaba dándole este pequeño niño impulsivo; era como darle carta blanca para que golpeara a cualquiera que la intentara y de esos había muchos en la escuela; mejor sería ponerle algunas reglas.
—Nael, creo que será mejor, que dejes de ser tan impulsivo, no tomes en serio lo que dicen o chismorrean en la escuela sobre mí. Si no, siempre estarás en problemas por mi culpa.
—Pero no me gusta cuando dicen tonterías sobre ti.
—Ten muy claro que las cosas se toman de quien vienen; si son dichas por gente necia, serán necesidades, si vienen de gente estúpida, serán estupideces; entonces, ¿para qué les prestamos oídos? Es mejor vivir solo con lo que es importante en nuestras vidas. ¿No lo crees?
—Bueno, si lo veo desde ese punto de vista, sería más razonable.
Estos estaban en plena charla, sin darse cuenta de que detrás de la puerta del estudio se encontraba el abuelo, escuchando lo que decían. El señor Thompson. Sabía que había hecho la elección correcta; era a Suri a quien tenía que emparejar con su nieto.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Haydée llegó a su casa, negra del coraje; estaba furiosa por todo lo que había tenido que escuchar de parte del viejo señor Thompson; ahora estaba siendo menospreciada por ese viejo anciano, pero no podía dejar que Suri fuera más que ella; tenía que encontrar el modo de que, al echaran de esa casa, lo encontrase. De eso se encargaría ella.
No podía dejar que su hermana se codeara con los más ricos y poderosos del barrio; ellos vivían en esa zona, porque en sus momentos sus padres trabajaron para el gobierno y esas casas fueron dadas a empleados del gobierno o militares que con el tiempo subieron a altos puestos o que ya tenían altos puestos y ahora eran ricos y sus hijos tenían carreras y buenos empleos.
Ella misma nunca logró ser amiga de ninguno de ellos en la escuela; siempre la menospreciaban por no ser inteligente y no ser tan bonita como lo era su hermana, y eso la mataba de celos. Siempre odiaba a su hermana por eso. A pesar de que usaba la ropa vieja y remendada, que ella ya no quería, seguía siendo la más bonita de la escuela y todos los niños siempre las comparaban. Ella siempre fue gordita y Suri, porque su madre no la dejaba comer, era un costal de huesos; aun así, sus facciones eran buenas.
Nunca soportó que las compararan, y menos cuando decían que Suri era mucho más inteligente. Ahora ese viejo se lo echó en cara y eso la hizo que le hirviera la sangre. Ella sabía que no le gustaba estudiar, pero era la única forma de conocer a un marido rico que la sacara de donde vivía. Ella quería una vida de lujos que sus padres no le querían dar, y ahora que estaba su padre empeñado en enviar a la escuela a Suri, no quería ni darle para comprarse ropa o zapatos nuevos cada fin de semana como lo hacían antes, o al menos su madre lo hacía.
Estaba Haydée, haciendo sus berrinches y pataletas, cuando llegó su madre de trabajar. Haydée no limpió, ni barrió siquiera un poco el piso; estaba todo como dejó por la mañana cuando salió su madre…
—Haydée, ¿qué te pasa ahora, hija?
—Fui a buscar a Suri a la casa del viejo Thompson, pero me negó la entrada; aparte, me regaño por no ser invitada.
—¿Pero como es que fuiste a esa casa sin que te llamara? Si tu padre se entera, se molestará aún más contigo.
—Tú también mamá. ¿Por qué yo no puedo entrar a esa casa? ¿Por qué solo Suri puede hacerlo?
—El Señor Thompson, es así, está acostumbrado a mandar y a ser obedecido; él estaba en el ejército y no le gusta que nadie haga cosas que él no ordenó. Si tú vas a su casa sin ser invitada y él dio la orden que no fueras, estás desobedeciendo una orden.
—No me importa, no soy menos que Suri, yo también puedo ir a esa casa y estar ahí dentro y hablar con su nieto y ser amiga de él; yo soy mucho mejor que mi hermana.
—¿Quién dijo que puedes ir a esa casa?— Jordán estaba entrando a la casa cuando alcanzó a escuchar lo que decían su hija y su esposa.
—No te enojes, ella solo estaba molesta porque quería ir con Suri.
—Espero que lo entiendas bien, Haydée, a esa casa no puede entrar cualquiera como invitado, y tú no eres bienvenida en esa casa; yo mismo le dije a mi maestro que te recibiera como ayudante de Nael, y te rechazó; dijo que no, que solo sería Suri.
No lo puedo contradecir; después de lo que hicieron, él sabe perfectamente cómo hicieron ustedes dos para conseguir que entraras a la escuela donde estás ahora. Y no lo aprueba. Y no lo culpo.
Lo único que puedes hacer ahora es demostrar que eres una muy buena estudiante y sacar las mejores notas, o siempre te tacharán de ser una pésima estudiante y entrar por malas maneras a la escuela.
—Ella me ha dicho que está en uno de los mejores lugares en la escuela, así que sacará unas muy buenas notas en el semestre. De eso estoy segura. Ya lo verás, esposo. Será mucho mejor que Suri.
—Ya veremos si es verdad.
Después de tonterías de eso, se fue a leer en su estudio, esperando a que regresara su hija menor; no quería estar más escuchando las tonterías y necesidades de su hija mayor y de su esposa.
*******
Suri estaba. Terminando con los trabajos que tenía que dejar para que estudiara durante la semana, Nael, así que se marcharía a casa pronto, pero tenía pensado antes pasar por la casa de la familia Goldstein. Para recoger un libro de inglés que quería estudiar durante el fin de semana en su casa.
—Comprendiste lo que te deje para estudiar durante la semana; además, no olvides que tienes que hacer las tareas de la escuela. Y no quiero que me estés preguntando en la escuela sobre las áreas; las tienes que llevar, ya echas.
—Tú eres más dura que los militares, pero enseñas bien. Haré lo que me dices y estaré en mi casa estudiando.
—Eso espero, no olvides que solo tienes 30 días para repasar un semestre completo.
—Si entiendo, pero ¿vendrás el próximo fin de semana, verdad?
—Sí, a revisarte todo lo que te deje para que hagas.
—Entonces me voy ahora a mi casa para poder ponerme a estudiar.
—Yo también me voy, tengo que pasar por un libro de inglés para estudiar este fin de semana.
Nael sabía la condición de Suri en casa, así que no dijo nada cuando escuchó que iría por un libro. Él sabía que los tenía por un lugar donde lo habían atacado; si no fuera por eso, ella no lo habría encontrado. Tenía que dar gracias porque ella tenía sus libros escondidos, si no él no podría estar vivo.
—Nos vemos en la escuela entonces.
Suri salió de la biblioteca donde se encontraba. No espero a que buscaran quien la acompañara hasta la salida; tenía prisa por irse, seguro su padre ya se encontraba en casa y la estaría esperando para comer y ella no quería hacer que su padre pasara hambre por su culpa.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Suri estaba de camino a su casa. Tenía que pasar por la calle amplia, o lo que podríamos llamar ahora una avenida, que es donde se encontraba la casa de los Goldstein. Cuando se encontraba a unos solos pasos de la entrada a la mansión de esta familia, vio que llegaba un jeep militar del cual, por decencia, Mirko, no esperaba verlo después de tantos meses de no encontrarse en casa…
Mirko, cuando estaba llegando a casa, vio que estaba caminando de frente a donde se estaba estacionando la pequeña, Suri, quien venía con varios libros y cuadernos en sus brazos. Pensó que seguro vendría a su casa a dejarlos; al menos en esta ocasión no venía sangrando o golpeada. Eso le hizo sentir un poco de tranquilidad.
Mirko había estado pensando en esa pequeña niña. Durante el tiempo que había estado en el ejército, se preocupó por lo que le pasara, pero pensó que no tenían una amistad tan entregada como para enviar a su casa a alguien a preguntar por su salud, pero ahora que la estaba bien, se sintió mucho más tranquilo.
Suri vio la alta figura de Mirko y ese fuerte e inconfundible cuerpo desde lo lejos, que estaba envuelto por el uniforme del ejército de su país, era algo que ella admiraba, desde que su padre le había inculcado el amor a las fuerzas militares y todo lo que ellos soportaban para mantener la paz dentro de sus fronteras y fuera.
Mirko decidió quedarse fuera para saludar a la pequeña Suri y saber cómo le estaba yendo en sus estudios; así podría también saber si aún estaba yendo a su casa y aprovechando aquel pequeño almacén que le había prestado mes atrás, cuando se enteró de los severos problemas en los que se encontraba en su casa.
—Hola, Suri, ¿Qué tal te va en la escuela?
—Cómo estás, bien, gracias, he sacado buenas notas, gracias a tu ayuda. Si no me hubieras ayudado en aquel momento tan difícil, creo que no lo hubiera logrado.
—No tienes que agradecer, es lo menos que podría hacer para ayudarte.
—¿Estarás por mucho tiempo en casa?
—Por una semana en esta ocasión, después tendré que regresar a la base militar de nuevo.
—Yo tendré que venir a molestarme, ya que son los exámenes semestrales y tengo que estudiar duro para sacar las mejores calificaciones.
—Sabes, que no es ninguna molestia; mi familia sabe que estás aquí y no se han quejado, así que puedes seguir viniendo.
—Se los agradezco, son una gran ayuda para mí. Ahora no me voy; solo dejaré estos libros en el almacén. Y me iré a casa.
—Si quieres, puedo hacerlo por ti.
—Sí, gracias, ya llego tarde a casa; mi padre me estará esperando; seguro estará preocupado por mí. Te molestaré entonces. Por favor, ¿te los doy entonces?
—Si no hay problema, yo los colocaré en tu escritorio; ve a casa.
—Te veo mañana, entonces.
Después de eso se despidieron. Mirko la vio que se fue por el callejón que pasaba por el costado de su casa, el cual era donde se encontraba la puerta donde Suri podía entrar a su casa, pero ella pasó de largo para ir a su propia casa. Además de ir rápido, seguro que sí tenía prisa de llegar.
Mirko, cuando la vio, notó que Suri había crecido; ya no parecía una niña de 12 años; ahora parecía una niña de su edad, además de que el pelo estaba brillante y ella había recobrado un poco de brillo en la piel y un poco de peso; ya no estaba tan excesivamente delgada. Sus fracciones estaban cambiando, como debería de ser, a una adolescente normal, y no como la conoció, como si fuera solo una pequeña niña de 12 años…
Indagaría la próxima vez que la vea cómo la trataban ahora en casa.
*******
Suri llegó a casa; estaba segura de que tendría problemas por culpa de su hermana mayor, ya que alcanzó a escuchar a los sirvientes decir que su hermana había ido a causar problemas al tratar de entrar a la mansión a la fuerza y fue echada del lugar. Eso es lo que se merecía, por ir a un lugar a donde no fue invitada, por creer que siempre puede ser bienvenida en cualquier parte.
Esperaba que su madre no se pudiera a la defensiva en este problema, porque ella no sabía toda la historia ni cómo había muerto todo en la parte de afuera de la mansión del abuelo de Nael, y eso la preocupaba un poco. Solo tenía fe en que su padre ya estuviera esperándola, para que no pasara nada.
Cuando llegó a casa, Suri entró y vio a su madre y hermana sentadas en el sofá viendo la pequeña televisión y riendo por el programa que estaban pasando en ella; al entrar, ninguna les prestó atención en ella, así que solo pasó de largo a buscar a su padre.
Cuando lo encontró en su pequeño salón de estudio, lo saludé desde la puerta.
—Papá, he vuelto, ¿cómo te fue hoy?
—Oh, hija, ya estás aquí, qué bien.
—Sí, pasé toda la mañana en casa del señor Thompson ayudando a Nael.
—Qué bueno, hija, ¿no te dio muchos problemas ese niño?
—No para nada, está muy dispuesta a lograr pasar el año escolar y colocarse entre los mejores, para ingresar por sus propios méritos en la universidad militar.
Jordán suspiró para sus adentros; ese niño era un rebelde total y sabía que había pasado por una prueba que casi le cuesta la muerte, y ahora había cambiado totalmente; eso era algo muy bueno. Esperaba que su hija Haydée fuera igual y que, después de la vergüenza de que todos supieran que ella entró por ayuda económica a la escuela donde está, se aplicara y sacara las mejores calificaciones.
—Yo sé, hija, que con tu ayuda logrará eso y mucho más ese niño.
—Ya veremos eso en el futuro, papá, es cosa que él tiene que demostrar con su propia fuerza, así que tenemos que esperar a que estudio con muchas ganas; yo solo puedo mostrarle el camino a cómo hacerlo; lo demás depende de sus propios esfuerzos.
—En eso tienes razón, bueno, hija, dejemos hablar de otras gentes y vamos a preparar la comida para nosotros, que no puedes estar tanto tiempo sin comer.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Cuando estaban padre e hija preparándose para comer, los ojos envidiosos de Haydée no los dejaban de ver. Estaba muy molesta con Suri, por lo que le había pasado esa mañana, cuando fue ahuyentada de la mansión del señor Thompson. Suri nunca salió para ayudarla o dar la cara por ella; eso fue lo que le había pasado hasta ahora delante de otras personas. Fue tan humillante, que no podía soportarlo.
Y ahora, como siempre que regresaba a casa, no estaba la comida lista para ella, solo para su hermana. Su padre no se preocupaba por nada de lo que le sucediera; desde que se enteró de la forma en que se habían gastado todos los ahorros de la familia en ella, ya la había ignorado por completo y eso no lo podía soportar más. Era tan injusto, cuando durante toda su vida todo había sido solo para ella, porque se lo debían, debido a que su madre, cuando estaba embarazada, la descuidó, para solo cuidarse egoístamente durante el embarazo.
¿Para qué? Si al final fue una niña la que nació y no un niño, fue el castigo de su madre, por descuidarla a ella. Ahora tenían que pagar toda su vida dándole lo que quería y necesitaba, cuando ella lo necesitara.
—Haydée tenía sesgadas sus ideas, que no se daba cuenta de que no se le debía nada, que solo era una hija egoísta, sin sentimientos y muy malvada.
Vio cómo Suri y su padre estaban comiendo de forma armoniosa y feliz, charlando entre ellos, como en su propio mundo de felicidad, excluyendo a los demás. Eso la puso de nervios; ella, que ahora tenía tantos problemas, tenía la presión de esas niñas ricas, que no necesitaban unos cuantos billetes y que ahora le cobraban lo que le habían prestado, y la presión de la obra de teatro el lunes y la presión de los exámenes, que tienen que pasar.
No es posible que todo se pueda solucionar en un par de semanas ya; no sabe qué hacer, se está volviendo loca ahora mismo, y su madre, que es una buena para nada, que no pudo conseguir un empleo mejor pagado para que pueda darle más dinero, estaba tan frustrada, que no sabía de donde sacaría todo lo que necesitaba en ese momento.
—Haydée era una bomba de relojería a punto de estallar; en cualquier momento, era cuestión de tiempo que hiciera alguna cosa tonta para mostrar alguna parte de su oscuro ser, debido a sus presiones emocionales.
—Mamá, no harás nada para que comamos, ya muy tarde.
—¿Tu padre de nuevo no preparó nada para nosotras?
—Mamá, sabes que tiene meses sin hacer nada de comida para nosotras, ¿por qué todavía lo preguntas?
Mariana estaba triste; de nuevo su marido la había ignorado; ella pensaba que estaban en buenos términos después de haber charlado un poco durante algunos días, pero al parecer todo sigue igual; ella seguirá teniendo que hacerse cargo de Haydée de forma regular y sola; este será su castigo por lo que hizo; perdió todos los ahorros y un marido que vive en casa.
—Solo voy a freír un par de huevos, y eso es lo que vamos a comer, Haydée.
Haydée estaba furiosa; no podía creer que solo comería un huevo, cuando su madre estaba en casa; no podría cocinar ni un poco de carne, una sopa, nada, eso era tan… Ya no sabía ni cómo nombrarlo.
—Ven, Haydée, es tiempo de que aprendas a cocinar, para que si no estoy tú lo hagas.
—¿Quieres que yo cocine? Yo no puedo mostrar mis manos que marcas de aceite caliente en la escuela o cortes de un cuchillo; eso sería una vergüenza.
Jordan escuchó lo que su hija estaba diciendo y solo sonrió de manera sarcástica ante las declaraciones de Haydée. Eso quería decir que cuando Suri cocinaba, lavaba toda la ropa de todos y limpiaba la casa, ella sí podía ir a la escuela, mostrando sus manos cansadas y con quemaduras. ¡Qué desvergonzada!
—Haydée, si no quieres aprender a cocinar, tendrás que aprender a limpiar, pero tendrás que ayudarme con la casa. Comprendes, ya no puedo hacerlo todo yo sola.
Mariana estaba muy enojada; ahora que estaba tan cansada y de mal humor por tener que trabajar para poder sostenerse ella y pagar todos los gastos de su hija, no podía más. Ella, después de regresar de trabajar, tenía que limpiar la casa y lavar la ropa de su hija, de ella y de su marido y eso ya la tenía cansada. Todo eso lo hacía a Suri durante años, así que ella nunca se preocupó de nada.
—Haydée, desde ahora, en cuanto llegues los viernes lavaras tu propia ropa para que esté lista para el domingo cuando te vayas.
Mariana ya no haría nada más por su hija, si ella no comprendía los sacrificios que estaba haciendo por ella y todo lo que sufría por protegerla.
—¿Cómo dices, madre? Yo nunca he lavado mi ropa.
Jordan ya no soportó lo que estaba escuchando; era una broma de mal gusto, estar escuchando la desvergüenza de su hija mayor.
—Como nunca has cocinado, limpiado y lavado tu ropa, ahora lo harás siempre que regreses los fines de semana. Ya es tiempo de que ayudes en la casa. Haydée.
Haydée se dio cuenta de que había perdido el último vestigio de esperanza de que su padre la apoyara. Lo único que le quedaba era poder sacar las mejores calificaciones en el semestre y ser mejor que su hermana; o nunca podría recuperar lo que tenía antes.
Suri solo observó el espectáculo que se desarrolló ante su cara durante la comida que tenían ella y su padre. Esto no era nada diferente a lo que sucedía siempre que su hermana regresaba de su escuela; ella se sentía tan alta e inalcanzable, que no podía realizar ninguna tarea en casa.
Lo que le pareció extraño es que sacar a colación es lo de que no la dejaron entrar a la mansión de los Thompson; quizá eso ya lo había soltado antes de que ella llegara; si así fue, quiere decir que su padre ya la había puesto al tanto de que no era bienvenida en ese lugar.
Lo único que quedaba era esperar a ver cuanto tiempo podría soportar el rechazo.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Mirko entró a su casa, y encontró a su padre hablando con la madre de Elizabeth, en la sala de estar de la residencia. Eso le causó un malestar muy profundo. Su madre no saludaba a Karina bajo ninguna circunstancia; era un golpe bajo para su autoestima siempre que esta mujer se encontraba en casa, y lo peor es que siempre buscaba cualquier excusa para visitarlos en cuanto se enteraba de que su padre estaba aquí.
Siempre había sabido que esa mujer había sido la novia de su padre cuando eran jóvenes, y que su abuelo lo había obligado a que la dejara y se casara con su madre, pero a él le parece hasta el momento la elección más acertada. Karen es una flor venenosa, hermosa, pero muy peligrosa, y así es como ha criado a su hija Elizabeth. Son mujeres muy intrigantes, y de las cuales es mejor permanecer alejadas.
El problema es que su padre no las ve así, y eso le parece muy estúpido. Considera a su padre un hombre muy intelectual en cuanto a cuestiones militares, pero, en cuanto a mujeres, parece que tiene unos gustos pésimos. Si fuera más sabio, no mantendría la amistad de esas mujeres; mucho menos pretendería casarlo con Elizabeth, la hija de la intrigante Karina, la mujer que hace que su madre siempre se la pase encerrada en su habitación llorando, y por la culpa de ella sufrieron toda la infancia de soledad, porque su madre se sentía amenazada, y por esa razón, prefirió dejarlos a él y a su hermana al cuidado de su abuelo y seguir a su padre a donde lo enviaran.
Él jamás estaría de acuerdo en encontrarse en una relación con Elizabeth; eso sería faltarle al respeto a su madre, sabiendo lo inferior que se siente cuando ve a Karen, pues piensa que su padre ama a Karina.
Aún sabe muy bien Mirko que su padre, Lucas Goldstein, no hace nada para desmentir esas dudas que su madre ha estado acumulando en su corazón durante años.
—Mirko, qué bueno que has llegado. Karina ha venido, para que hablemos sobre la fecha en que podremos realizar la fiesta de compromiso entre tú y Elizabeth.
—Padre, estás hablando en serio.
—Mirko, ¿a qué te refieres?
—¿Cuándo yo di mi consentimiento para que sucediera algo así?
—Hijo, esto es algo que se ha acordado entre las dos familias durante años.
—¿Y en qué época vivimos, padre? Yo no me voy a casar con Elizabeth de ninguna manera, ella no me agrada, y no pagaré una supuesta deuda que sientes tú que debes.
Karina estaba estupefacta por las palabras tan duras de Mirko al referirse a su hija. Su hija era su mayor tesoro; cuando nació y se dio cuenta de que era una niña, se sintió muy feliz, pues sabía que así podría presionar a Lucas ahora a que se realizara un pacto matrimonial como deuda por rechazarla, para casarse con esa mujer que su padre había traído de Dios sabe dónde.
Karina siempre había querido casarse con Lucas; no importaban los medios que usara o cómo lo lograría; ella tenía que ser su esposa. En realidad ella no lo amaba, pero ser su esposa en ese entonces conllevaba un gran honor al ser hijo de un coronel galardonado. Y ella era la única mujer en su familia. Sabía que tenía que conseguir prestigio y gloria para su familia o siempre sería desprestigiada, y era lo que buscaba.
Cuando el padre de Lucas se perdió en batalla y una niña lo salvó, y fue cuidado por ella, él la trajo a casa, y la cuidó. Después decidió que sería la esposa de su hijo. Eso dejó a Karina, sorprendida, molesta y humillada; no podía perder ante una campesina, que había llegado de las profundidades de las montañas, sin educación ni poder.
Incluso intentó inventar que estaba embarazada, pero el padre de Lucas demostró que no era así, y eso la humilló aún más. Su familia logró encubrir ese evento y solo muy pocas personas conocieron de eso, pero ella cuando se casó con el que ahora es su esposo, se embarazó en cuanto se enteró de que Lucas tendría un segundo hijo, esperando que tuvieran hijos diferentes para así poder obligarlo a que pagara con un matrimonio arreglado, lo que le había hecho…
Todo, porque ahora Lucas era un prometedor militar; sabía que llegaría muy lejos, y eso tendría un gran prestigio en el futuro… Cuando su hija nació, ya había nacido el hijo de Lucas; eso la hizo muy feliz. Ahora aprovecharía esto para estar más unida a Lucas y si fuera posible robarlo de los brazos de Nicole.
—Lucas, no tenemos que presionar a Mirko ahora, porque no dejamos que los niños se conozcan un poco antes de celebrar la fiesta de compromiso, así será más fácil para ellos.
—No tengo interés en salir a ninguna cita con Elizabeth, simplemente me parece una mujer muy superficial e irrelevante, alguien que no es atractiva a mis ojos.
—¡Mirko disculpa ahora!
—No lo haré, yo nunca pedí esto y nunca daré mi consentimiento para ello, así que no me estés metiendo en tus absurdos planes, búscate a otro para realizar una boda acordada.
Con esas palabras, Mirko salió del salón caminando a pasos largos con rumbo a la escalera para ir a la planta alta y buscar a su madre.
Encontró a su madre en su habitación con todas las cortinas cerradas, como siempre que esa mujer estaba de visita.
—Madre, ¿te encuentras bien?
—Hijo, estás en casa, qué bien, casi nunca regresas.
—Mamá, pero sí te veo, más en el campamento que aquí.
—Lo sé, siempre estoy acompañando a tu padre.
Nicole sabía que descuidó la infancia de sus hijos, por gran inseguridad que tenía como mujer, por saber que ella había sido una niña, sin estudios, ni cultura, que solo había ayudado a su suegro a salvar su vida y por eso la llevó a su casa y después se convirtió con él por un tiempo… Le dijo que si le gustaba Lucas, él le ayudaría a que se casara con él, pero ella no sabía que Lucas estaba enamorado de otra mujer, mucho menos que esa mujer era tan guapa, elegante y culta, algo que ella no tenía.
Ahora Nicole, después de tantos años y de haber estudiado, leído y compartido con otras esposas militares, ya no es aquella mujer del campo; es toda una mujer elegante, estudiada y sabía, pero se sigue sintiendo con dudas, cada vez que Lucas deja que esa mujer venga a casa.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Mirko vio la figura pequeña y sombría de su madre; era una mujer elegante y muy bella. Sabía que su padre era envidiado por la esposa que tenía, porque él podía tenerla a su lado todo el tiempo. No muchos hombres podrían presumir de que sus esposas pudieran soportar vivir en los barracones de un campo militar; esa no era una vida fácil, y mucho menos para una mujer distinguida.
Lo que no sabían era que su madre provenía de un mundo donde se había vivido mucha pobreza y cosas muy duras. Ella incluso quedó sola en este mundo a una muy temprana edad, y su abuelo la llevó con él a casa, y fue su conducta la que lo conquistó Era una niña que podía realzar todas las tareas de la casa, cuidar del abuelo y de su padre, sin rechistar, además de que estaba muy agradecida de que la llevara con él, al sacarla de las montañas.
Mirko conocía a la perfección la historia de sus padres de cómo fue que se conocieron y cómo es que se casaron, ya que el abuelo les dijo que se casarían cuando su padre era novio de Karina, pero también sabía la aversión que tenía su abuelo hacia Karina. Él nunca estuvo de acuerdo en la relación que tenía su padre con esa mujer, nunca la apoyó; decía que era una mujer superficial, que lo buscaba el poder y la gloria, y que eso no es lo que el abuelo quería para su hijo. Para entonces, ya había fallecido la abuela, así que solo estaba vivo el abuelo y él decidió con quién se casaría su padre.
Él ni su hermana han dudado ni por un segundo en la buena decisión de su abuelo… Su madre es una mujer que se ha esforzado por salir adelante y ser lo que ahora es. Es verdad que como esposa es la mejor y un ejemplo para muchas mujeres, pero como madre deja mucho que desear, pero Mirko hasta cierto punto la comprende ahora que es adulto, y no la culpa a ella, sino a su padre, por no darle la confianza necesaria, para que ella se sienta segura a su lado.
Por lo cual, Mirko está seguro de que si su padre se hubiera comportado como un esposo consciente de las necesidades emocionales de su esposa, nunca los hubiera abandonado a ellos su madre, porque ella no se hubiera sentido tan insegura como para perseguirlo por todos los lugares a donde fue asignado a lo largo de los años…
Por lo cual Mirko sentía demasiado resentimiento hacia Lucas Goldstein, y ahora mismo también mucho desprecio por la poca autoestima que tiene hacia sí mismo, al aceptar el chantaje emocional de Karina y quererlo casar con su hija Elizabeth…
Mirko se sentía tan frustrado, en ese momento, que decidió que lo mejor sería tomar una larga ducha y después descansar toda la tarde, para ver si así se le pasaba un poco el malestar que sentía, por culpa de todos los problemas que le causa el paso de su padre y la cobardía de este.
**********
El domingo por la mañana, como todos los fines de semana, Suri y su padre salieron a las 7:00 a. m. a realizar sus ejercicios matutinos juntos. Después de hacerlo, regresaron juntos y compraron algo para desayunar juntos. Cuando estaban ya en casa, vieron que no se había levantado ninguna de las otras dos personas que vivían con ellos, así que decidieron solo comer en silencio.
Cuando terminaron, Suri limpió la mesa del comedor y lavó los platos, así como su ropa y la de su padre; después de eso limpió su habitación mientras su padre se encontraba leyendo en su habitación de estudio.
Cuando terminó de realizar todas sus tareas domésticas, Suri fue a donde se encontraba su padre y le informó que tenía que ir por unos libros a donde los tenía escondidos. Jordan asintió en reconocimiento de lo que ella estaba informándole, así que Suri tomó su mochila y salió de la casa para irse rumbo a la mansión de Goldstein.
Suri, cuando se encontraba de camino a la mansión de Goldstein, pensó en lo mucho que había pasado desde que regreso a esta vida y lo que había avanzado ya en sus planes desde que comenzó a estudiar con ahínco, sobre todo en la forma en sí no se hubiera topado en esta vida con Mirko, nada hubiera cambiado en su vida, porque no hubiera encontrado donde esconder sus libros, y comenzar a dar forma a su vida y poder estudiar de nuevo, los problemas en casa, como fuera podría sortearlos poco a poco, pero resolver el estudio eso era otra cosa, y gracias a ese día que salió corriendo y se le ocurrió correr por este callejón que se topó con él, aunque cuando era niña, solo lo veía como un niño mayor que ella e inalcanzable.
Ahora en esta vida se lo encontró, siendo él ya un adulto, que la pudo ayudar… Ella le estaría siempre agradecida. Eso es algo que nunca olvidaría.
Pero seguía teniendo dudas, porque en su vida pasada, Mirko, ¿no tuvo hijos, si se casó con una mujer que decían era muy guapa?… No recordaba nada más que ese chisme de vecinos.
Ahora mismo no sabía si tenía novia o alguna mujer que le gustara, pero era muy pronto para que él se fuera a casa. Apenas estaría por cumplir los 20 años o 21 años, no recordaba con exactitud.
Si se lo encontraba de nuevo y se daban las cosas, se lo preguntaría. Si no tampoco intervendría en su vida privada, ya era suficiente con que le dejara quedarse a estudiar en su lugar, sin causarle problemas a su familia, al menos mientras su madre y Haydée no se enteren.
Suri, sentía miedo y aún más vergüenza de pensar que su madre llegara a ir a esa casa y hacer un escándalo solo por molestar a esa familia, tan importante, todo por conseguir que la eche, para que ya no estudie más, eso sería una atrocidad, no sería una monstruosidad si sucediera, entonces sí que no sabría donde meter la cara de la vergüenza que pasaría y no podría ni sabría como disculpase con Mirko y su familia.
Suri llegó a la casa de los Goldstein; entró por la puerta de atrás que daba al patio donde se podía llegar al pequeño almacén donde se encontraban sus cosas y donde se ponía a estudiar sin molestar a nadie de la familia, aunque estuvieran en casa.
Hasta el momento, Mirko, Evelyn y Lucas sabían de la eficacia de Suri, pero no así Nicole, o al menos no la había visto ella cuando se ponía a estudiar en el almacén, la parte de atrás de la casa.
Nicole, ya tenía varios meses que no regresaba a casa, debido a las diversas asignaciones de su marido, así que se había encontrado de viaje con él, y hasta hacía apenas dos días que había regresado a casa, y el día anterior se había estado sintiendo mal y encerrada en su habitación, pero hoy domingo decidió salir y dar un paseo por los a los redores del barrio, para ver algunas cosas, y cuando regreso vio que una chica entraba por el portón de la parte lateral de su casa, eso le pareció extraño, porque usaba una llave, para ingresar, porque se apuró para ir a ver quien era, pero cuando llego a la parte del saloncito solariego que estaba antes de salir al patio vio que el ama de llaves estaba de pie tranquilamente viendo a la niña que estaba abriendo la puerta del almacén sin decir una sola palabra.
Eso le pareció algo muy raro, porque entonces no era una niña extraña para el ama de llaves, sino alguien conocido; además, no se dirigía al interior de la casa, sino al viejo almacén, que hacía ya más de un año que estaba abandonado.
—¿Quién esa niña?
—Es una niña que vive a unas cuadras de aquí que se llama Suri Dupont.
—¿Y qué es lo que hace en nuestra casa?
—El joven Mirko la deja que venga a estudiar en el viejo almacenamiento; ahí se pasa todo el día leyendo ella sola.
—Ella sola, ¿se la pasa solo leyendo?
—Así es, señora, no hace otra cosa más que leer durante horas o estudiar, y después de que termina, limpia todo y guarda sus libros y se marcha. Nunca ha intentado entrar a la casa, no hace ruido y es muy discreta.
Nicole dudaba de que esa chica tuviera buenas intenciones, pero cuando escuchó lo que el ama de llaves estaba diciendo, prefirió hablar con su hijo antes de formarse una idea errónea sobre esa chica.
Estaban las mujeres viendo por el amplio ventanal a Suri. Cuando se acercó a ellas, Evelyn vio que estaba viendo a Suri.
—Mamá, ¿qué es lo que le ves a Suri?
—¿Evelyn, tú conoces a esa chica?
—Si así es, ella es la hija del señor Jordan.
Nicole recordó levemente haber escuchado ese nombre, hacía tiempo, cuando se estaban construyendo estas casas, y se dio cuenta del barrio, de la zona militar, y que ese nombre era de algún funcionario nuevo, pero hacía ya unos 20 años de eso.
—Entonces vive por aquí esa niña.
—Sí, mamá, vive muy cerca, en la zona de los funcionarios. Solo que en las vacaciones pasadas pasó un mal momento con su madre y le vendió todos los libros. Ella compró los libros de segunda mano y mi hermano le dejó que los trajera a la vieja bodega y viniera a estudiar, eso es todo.
—¿Su madre vendió todos sus libros?
—Yo no conozco bien la historia. Quien lo sabe bien es mi hermano.
—Está bien, hablaré con él.
Nicole estaba algo sorprendida de que su hijo, que parecía un témpano de hielo, con cara de mármol, pudiera ayudar a una niña. Así que decidió que hablaría con él para poder llegar al fondo de este asunto. Eso que estaba pasando en su patio le causaba mucha intriga debido a que venía de una ayuda prestada por su hijo.
*************
Suri no se daba cuenta de las tres personas que se encontraban en el ventanal, viéndola llegar y entrando al lugar donde se disponía a ponerse a estudiar. Ella solo estaba pensando en lo que tenía que preparar para poder sacar unas excelentes calificaciones en los próximos exámenes semestrales; no tenía mucho tiempo para estudiar y poder dejar bien refinado lo que le faltaba por completar en su programa de autoestudio.
Ya habían pasado dos horas desde que había comenzado a estudiar; sacó de su mochila una manzana que había traído de casa para comerla, mientras seguía leyendo un libro de lengua, pues sabía que este era su punto débil a la hora de la redacción de escritos libres. Ya le había pasado un problema en los exámenes de revisión de conocimientos en eso y no quería evitar el problema. Así que decidió hacer una prueba para saber cómo estaba en redacción y comenzó a realizar un escrito para saber cómo estaba en composición.
Se encontraba tan absorta en su trabajo, que no se dio cuenta cuando Mirko llegó a su lado y se sentó junto a ella y comenzó a leer un libro de artes militares en inglés. Mientras ella seguía escribiendo.
Suri terminó su composición y la leyó en voz baja. Para ella parecía que estaba bien, pero de la nada vio una mano grande y fuerte que se la quitaba y fue cuando giró la cabeza para ver a Mirko a su lado.
Mirko comenzó a leer la composición con ojos analíticos, vio cada frase y línea que había escrito la niña, y comenzó a subrayar en la hoja y corregir lo que estaba más y poner comentarios.
Cuando terminó de hacerlo, se la regresó a Suri; estaba con varios errores, marcas y comentarios, la hoja parecía que había sido atacada por un lápiz color rojo con gran furia, Suri se sorprendió al ver todo lo que había sido corregido, para ella había sido hecha a la perfección, pero al ver cuanto había fallado, su corazón se apachurró, y solo comenzó a leer todo lo que había fallado y los comentarios que le había dejado Mirko.
Cuando terminó de leer todo lo que se le había señalado, Suri comprendió cuál había sido su fallo principal al escribir esa composición; anteriormente solo su profesora le dijo que había fallado, pero no le mostró donde ni por qué, pero ahora Mirko sí que lo hizo y estaba muy agradecida con él por hacerlo.
—Gracias por mostrarme mis errores; ahora sé dónde debo trabajar para mejorar, así podré sacar una mejor composición en el siguiente examen.
—No es nada, sé cuán importante es para ti, demostrar lo capaz que eres en la escuela.
Suri retomó su estudio y Mirko su lectura; ellos tenían un entendimiento tácito, donde no eran necesarias las palabras para poder sentirse a gusto uno con el otro.



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