BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE (CAPÍTULOS 31-40)


EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE


Keira entró en el salón de clases a la mañana siguiente, y encontró un bolso de papel sobre su escritorio; al verlo, lo primero que pensó fue que era alguna broma de los pesados compañeros de clase. Y lo iba a tirar a la basura, pero vio que Maggi la veía con insistencia, por lo cual decidió ver lo que había dentro.

Al abrir la bolsa encontró una cajita de leche y un bollo. Eso la hizo sonreír, pues nunca nadie había tenido una atención para con ella, ni cuando vivía en los barrios bajos y tenía tanta hambre… De inmediato miro con un nuevo modo a Maggi, que no pertenecía a una familia rica, que era una chicha que había llegado a ese colegio gracias a las becas que otorgaba el consejo a los niños con la máxima excelencia, estudiantes de otras economías…

Era muy inteligente, pero tímida; aun así era madura, y se alegraba de haber llegado a tiempo para salvar su vida. Ya había pensado detenidamente, que quizás no se le dio la oportunidad para solo vengarse de todos los que le hicieron daños a ella, sino de ayudar a lo que de alguna forma sufrieron cambios en su vida a su alrededor, para mal y fueron tan tristes como ella. Descubriría quienes fueron y debieron ser esclavos a ella y los ayudaría a ser más fuertes; ellos mismos decidirían cambiar el rumbo de su destino…

Keira solo les ayudaría a sentar las bases para lograrlo; ella no se implicaría en sus vidas futuras, pues podría dañar la estabilidad del universo de una manera irreversible.

Estaba, pensando en su cosas, cuando, un chico con gafas de montura dora, se burlo de Maggi.

—No sé por qué siguen aceptando a gente como tu Maggi, personas que no pertenecen a familias ricas, pero oh espera, ¿será que puedes ser gran amiga de la que llegó de los arrabales y por eso le regalas comida de pobres?

Keira podría soportar que se burlaran de ella, pero no le gustaba nada que se metieran con personas inocentes y que por alguna razón había decidido estar de su lado.

—He tú, ¿qué acabas de decir?¿Quieres soportar una lección como la del chico de ayer? ¿Estás cansado de vivir bien? No comprendo por qué ustedes, los supuestos ricos, tienen una mentalidad de pollo. Las personas que viven en los arrabales piensan más rápido que ustedes, y lo hacen para poder sobrevivir, pero ustedes lo tienen todo, quizás por eso no sabe pensar antes de hablar.

Keira sabía que se buscaría problemas por ese comentario, pero no le importó; estos niños ricos no aprenderían la lección, ni aunque les mordiera el culo, la lógica.

Tomo la bolsa que le había dejado Maggi y la guardo con mucho cariño en su bolso.

Mientras los estudiantes del aula de Keira se encontraban en el salón, Keira decidió ir al baño antes de que comenzara la clase. Entonces, no vio a Andie, así que se metió al cubículo del final. Cuando estaba ahí, escuchó voces que de inmediato reconoció como las de Camila, Martina y Stacey, las cuales estaban hablando de ella…

—No sé cómo soportas a Keira en tu casa; hasta hoy pude regresar a la escuela por su culpa; mi padre estaba tan furioso por el escándalo del mesero que me encerró bajo llave en mi habitación. La odio. Decía Martina.

—No la soporto, más no sé cómo murió cuando el accidente las escaleras, no sé de qué está hecha.

—Camila, El accidente de Keira, ¿estás segura de que de verdad fue un accidente? Ya hacía algún tiempo que Stacey comenzaba a tener serias dudas sobre la familia Cox, sobre todo por los comentarios del hermano mayor y la vida tan excitante de Dylan.

—Stacey, como durar de la pobre Camy, ellas es la única que esta sufriendo en todo este problema por eso debemos ayudarla, para que es chica horrible abandone el colegio, haremos que pierda, toda la cara delante todos los del colegio

—¿Cómo piensa hacer?—preguntó Stacey.

—¿Recuerdas lo inflexible de Kody, cuando está durmiendo en la enfermería durante el descanso de medio día, que es capaz de golpear a cualquiera que lo despierte si hace el menor ruido entrando a la enfermería, que hasta tiene dos guardianes cuidando su sueño?— Toda la escuela lo sabia.

—Pues entonces vas a engañarla para que entre en la enfermería y la encerramos. Así Kody se hará cargo.

—Comprendo su plan, aunque no estoy de acuerdo con él; si Kody se entera, no quiero pensar en lo que pueda pasar —dijo Stacey.

Después de esa charla tan reveladora se marcharon de nuevo al salón de clases, pero Keira estaba.
Preocupada, pensando a quién usarían como cebo para realizar ese plan tan tonto, como hacerla llegar a la enfermería y molestar a ese tal Kody.

Estas chicas de verdad se estaban buscando una verdadera paliza; lo malo es que no se las podía dar ella directamente; ya se había metido en problemas varias veces; tendría que pensar en alguna forma de que ellas mismas aprendieran una buena lección por sus malas acciones.

*******

Cuando llegó el momento de ir a la cafetería por el almuerzo, Maggi salió del aula de estudios y debido a lo que pasó por la mañana, decidió esperar a Keira un poco alejada de la entrada del solo, así no le causaría más burlas. Ese día no llegó Kelly a la primera parte de las clases.

Maggi estaba preocupada de que le fueran hacer algo a Keira, pues había estado viendo la actitud muy sospechosa de tres de sus compañeras, y eso no le daba buena espina.

Stacey pasó por donde se encontraba Maggi y la cogió del brazo, con fuerza, y tiró de ella hacia la cafetería, para     que se fuera de donde la pudiera ver Keira.

Mientras tanto, Camila y Martina buscaron a una niña de primer curso un poco impresionable y la amenazaron, explicándole que tenía que decir a Keira para que fuera a la enfermería de inmediato.

La pobre niña no pudo evitar casi llorar al escuchar las amenazas de esas dos, así que las acompañó y vio a la niña que le señalaban y fue hasta donde encontraba, y le respondió: —TU ERES KEIRA, VERDAD, ME ENVIARON A DECIRTE QUE TU AMIGA MAGGI ESTÁ EN LA ENFERMERIA, ASI VE, RAPIDO NO TIENE ANDIE Y SU FAMILIA NO SABE QUE ESTÁ HERIDA. —Después de eso corrió, pero Keira vio que se metió entre los arbustos más altos para que Camila y Martina le dieran el visto bueno y la dejaran ir…

Keira participó de buen agrado en sus juegos, solo por temor a que le fueran a hacer algo a Maggi, que era una parte inocente de todo esto, por lo cual se fue directa a la enfermería. Al llegar entró, pero todo estaba en un total y sepulcral silencio. No estaba ni la enfermera de guardia.

Eso le pareció raro, solo estaba una cama cubierta con la corinilla de separación alrededor totalmente cerrada, entonces pensó que quizás algún alumno se había lastimado y se encontraba descansando. Cuando estaba apunto de revisar quién era, escuchó un fuerte ¡PUUM!, y corrió para tratar de abrir la puerta, notando que la había cerrado de afuera que casi sacaba la puerta de las bisagras.

Lo más seguro fue que usaran alguna silla para atrasar la manija de abertura, pero ella no podía abrirla y saltar desde el tercer piso; no le apetecía hacerlo en el colegio.

Estaba tironeando de la puerta cuando un enorme chico se puso a sus espaldas y entonces levantó la cabeza para ver que era el que siempre se dormía en clase.

—Porque estás aquí, ¿quieres recibir una golpiza por despertarme? Kody no tenía un buen humor cuando alguien lo despertaba y toda la escuela lo sabía muy bien. Por eso la había hecho entrar ahí; no respetaba si era hombre o mujer; eso ya lo tenían muy bien aprendido varias chicas.

Hacía tiempo que unas chicas, un poco atrevidas, lo habían ido a buscar a la enfermería para declarar su amor por él, ya que no solo pertenecía a una de las familias más ricas del país. Sino que era muy guapo y alto, para su edad.

Muchas niñas babeaban cuando lo veían.

—¿Nome vas a responder? —Increpo Kody a Keira.

—Alguien me llamó diciendo que mi amiga estaba aquí, y me encerró. Pero yo sé quienes fueron.

—Entonces ¿no viniste a declarar tu amor por mí?

—¿Por supuesto que no? Nunca te había visto antes —mintió un poco, pero si le decía que lo había visto, quizás si pensara que le gustaba, pobre niño, hacerlo, solo para esconderse a esas locas niñas.

—Me siento en la ultima fila detrás de ti en el mismo salón de clase.

Keira hizo una cara, como si analizara en su mente un recuerdo. —¿Ho, eres el chico al que llaman jefe?

—Me llamo Kody Wilson, si ese soy yo, y ahora apártate; abriré la puerta y mirarás quién nos encerró aquí.

De algún modo, Kody se sintió desilusionado de que Keira no supiera quién era él. Él la había notado desde el primer día que llegó. Le gustó cómo había trato a los que la ofendían y cómo se había hecho amiga de Kelly, pero cómo no podía notarlo, ¡qué mal se sentía eso para su ego!

Para desahogar un poco su frustración dio tremenda patada a la puerta de la enfermería, haciendo que abriera de para en par.

—Vamos, ahora me dirás quienes nos encerraron.

Keira miró su reloj de Micky y decidió que ya se podía ir al aula. De todos modos, ya había pasado casi por completo el tiempo del almuerzo.

—Vamos al aula de clases entonces.



EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE



Cuando salieron de la enfermería, Kody y Keira se dirigieron de inmediato al aula de clases, para que Keila le mostrara a las personas que los habían encerrado, pero Keira sabía perfectamente que no sería necesario que ellas hicieran nada; Koby se daría cuenta solo de las personas que habían urdido aquel plan para dejarla dentro a ella con él.

El quid de la cuestión en todo esto fue que Keira no se esperaba que el chico del que estuvieran hablando esas tres chicas tontas fuera el que siempre estaba durmiendo detrás de ella. Él no se veía agresivo. Además, ni siquiera sabía muy quién era, por lo que no le tenía miedo ni enojo hacia él. Solo sabía que no hablaba en toda la clase, y tenía seguridades que lo llamaban jefe. Por lo demás, no estaba segura de recordarlo de su vida pasada, aunque pensaba quizá a su apellido; sí, quizá alguno de sus primos los llegó a ver en el club de esos tratos asquerosos.

Pero fuera de eso no tenía más conocimiento sobre esa familia. Tal vez Cody fue uno de los hijos de familias muy ricas que fueron enviados al extranjero a estudiar, para después regresar a trabajar en el negocio familiar; por eso nunca lo vio.

Cuando, siendo honor a la verdad, ella no conoció la parte decente de las familias, honorables, si así se les puede llamar a algunas, solo conoció a los miembros más sucios, frívolos y depravados; aquellos buscaban placeres, sin importar cuáles sean los medios para conseguir satisfacerlos.

Así que en parte se alegraba de no recordar a Koby como uno de ellos, ya que él pertenecía a la tercer familia más rica del país. No hubiera sido raro que también se involucrara en esas cosas sucias.

Recordando lo que vivió en su vida pasada, Keira acompañó a Koby hasta la puerta del salón, pero permaneció detrás de él para que no la viera nadie, escondida esperando que las personas que los habían encerrado se delataran solas.

Cuando Kody apreció en la entrada del salón, tranquilo, como siempre, a Martina, quien era una de las chicas que estaba secretamente enamorada de él, lo vio. Se emocionó mucho, tanto que hasta olvidó que lo había encerrado en la enfermería. Junto con Keira, estaban felices que se levantó de su lugar para contonearse frente a él un poco, esperando que la notara.

Sin esperar a notar el tirón que le dio a su falda Stacey para que regresara a su lugar, ya que no era normal lo que estaba haciendo, Cody siempre se molestaba cuando una mujer le coqueteaba abiertamente.

Kody miró hacia atrás a Keira, y con los ojos Keira mostró a Martina y Camila; de ese simple modo él entendió quienes eran las culpables.

Sin aviso alguno tomó de ambos brazos a Martina, y la levantó a la altura de sus ojos.

—¿Quién eres?

Martina se emocionó; pensó que por fin la había notado y con mucha emisión respondió.

—Martina Kendall

—¿Me conoces? —Preguntó Cody con una voz que podría cortar el aire.

—Toda la escuela te conoce.

—Entonces dime quién más estaba contigo durante el almuerzo. Martina no comprendía la pregunta, pero sabía de la fama de Cody cuando se enojaba, así que era mejor decirlo.

—Estaba con mi amiga Camy— y señaló a Camila Cox.

—¿Ustedes dos me encerraron en la enfermería?

—¿Cómo podríamos hacer eso nosotras, si toda la escuela sabe que no se te debe molestar mientras duermes durante el almuerzo?

—Entonces ¿quién lo hizo?

Camila aprovechó ese momento para culpar a Keira.—Yo vi a Keira caminando hacia la enfermería; ella ha estado haciendo tanto alboroto en la escuela que seguro fue a causar problemas al lugar donde descansabas.

—¿Quién es esa chica que dices? No recuerdo a nadie con ese nombre en el colegio.

—Es la chica que se sienta en ese lugar. Martina señaló el lugar donde se sentaba Keira. Koby sabía quién era a la perfección y sabía qué día había llegado al colegio y que ella no se preocupaba por preguntar por nadie de los alumnos, así que seguro no sabía siquiera que él dormía en enfermería. Si cuando vio lo desconoció y se sentaba delante de ella, era demasiado rara, además que solo se la había pasado con la cabeza metida en los libros y peleando con los chicos…

—Entonces ustedes dos \ me están diciendo que esa chica me encerró en la enfermería, mientras yo estaba tomando la siesta. ¿Correcto?.

—Si así es, eso es lo que hizo, es muy malvado —continúa añadiendo con más saña Marina.

—Entonces, ¿ustedes quieren que me explique, porque esa chica quedó encerrada conmigo ahí dentro?¿Por qué nunca dije que estuviera solo en la enfermería? Y para que me encerrara esa chica, ella tendría que estar fuera. Y solo las personas que nos encerraron estarían tan seguras que ella cerró la puerta.

Después de decir eso, le dio una tremenda bofetada a Marina y pateó la butaca de Camila, hasta que cayó al suelo con ella encima. Solo se escucharon tremendos gritos. No solo de las chicas, sino de todos los presentes, sabían que con Kody no se podía jugar; nadie lo podía tocar en la escuela. No entendían cómo es que esas dos niñas se atrevieron a realizar tremenda broma. No respetaba ni hombre o mujer; solo golpeaba.
¿Ya no tenían ganas de vivir?
¿Eran tan tontas como para tentar a la suerte?
Solo vieron cómo las golpeó y les decía que jamás se harían a él de nuevo.

Stacey, que no había participado en eso, estaba tan asustada, que solo pudo hablar, porque vio lo que les pasó a sus amigas, pero ahora estaba más segura que antes de que lo que Camila se proponía era solo usarlas para dañar a Keira, pero ellas eran carne de cañón, no importaba lo que pasara. Ya no estaba dispuesta a creer más en las palabras de Camila.

Keira entró después de ver lo que les había pasado a Martina y Camila. No se rió, ni sintió lástima por ellas; sabía que de alguna manera tenían que aprender a comportarse. Y ella no podía mostrarles esa lección, pues sería una guerra sin cuartel.

—Camila la vio entrar y sintió más odio aún por ella, sobre todo al ver los morados que tenía en las piernas y brazos por la caída de la butaca; además de los arañazos, Martina tenía toda mitad del rostro comenzado a ponerse morado, incluido un ojo. Era algo espeluznante de ver. Pero si lo pensaba, esos golpes eran los que ella había planeado que recibiría Keira.

Keira, a tan poco tiempo de haber regresado de entre los muertos, ya estaba cansada de tanta basura y agresiones; ¿cómo es posible que así fuera la vida diaria de estas personas en su otra visita? Esto es agobiante; es verdad que cuando despertó lo hizo con mucho odio dentro y una ira irrefrenable hacia quienes le hicieron daño, pero ahora, solo esto la hace sentir tan cansada y asustada de estas personas.

Lo mejor es que piense rápido en cómo conseguir dinero para poder iniciar su plan de acabar con la empresa de los Cox y terminar con todo esto.




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Hoy, estaba de buen humor Keira; era fin de semana y Camila estaba sin poder asistir a la escuela desde el día que la golpearon. Al igual que Martina, ni ella ni Camy pudieron hacer nada en contra de Koby. Sus familias son muy inferiores a la de Koby; era imposible plantarle cara a los Wilson, o siquiera exigirles que se presentaran en el colegio a pedir disculpas; eso daría razón a cualquiera.

Es como pedir a un Rey que baje del trono y se incline ante un súbdito, para pedirle disculpas por ser un tonto…
Estas familias de rancio abolengo y estirpes de cientos de años son muy excéntricas, por eso dicen que el dinero viejo pesa más que el oro.

Pensando en oro, Keira necesitaba un poco para poder iniciar un negocio que le diera un pequeño capital para poder lograr su venganza. ¿Cómo podría lograrlo? Solo tenía un poco de lo que ha estado guardando de lo que le da el tacaño de Luck, pero puede vender toda la ropa de marca que tiene y que no va a usar, que compró solo para jorobar a Camila. Aun así necesitaría mucho más dinero. ¿Cómo podría conseguir iniciar un negocio con tan poco dinero ahora mismo?

Keira continuó con esos pensamientos de futura empresaria, mientras bajaba las escaleras con sus cosas para irse al colegio, no sin antes escuchar sus debidos regaños mañaneros.

—Cómo es posible que dejaras que le hicieran eso a Camy, ella que es tan débil, porque no la defendiste.

—¿Y porque tenía que hacerlo? Ella misma se causó lo que le pasó; ¿para qué ofendió al joven de la familia Wilson, sabiendo que no podía ganarle?

—Perra ingrata, así es como me pagas.

—¿Qué te tengo que pagar, que me trajeras a la fuerza a un lugar a que yo no pido venir?¿Qué tiene que vivir con una familia egoísta? ¿Qué tenga una hermana tonta?¿Tengo una madre que me odia? No te equivoques, Grace, no te debo nada; ustedes son los que me deben todo a mí.

Después de esas palabras, salió de la casa y se marchó rumbo al colegio.

*******

Keira estaba bajando del auto que la llevó al colegio, cuando vio que enfrente, al otro lado de la acera, estaba Kelly, con su tío, quien esta vez se había bajado del auto para despedirla. Era raro; nunca antes había visto que hiciera eso, sino lo hubiera reconocido mucho antes, y sabría que era el hombre que se apiadaba de su cuerpo inerte.

Se giró para ver a Kelly y vio como Mitchell inclinaba la cabeza a modo de saludo hacia ella; ella correspondió de manera educada. Pero observó que estaba vestido con traje hecho a medida, que le quedaba como un guante, de color gris oscuro, de tres pies con un corte perfecto. Además de que llevaba puestas unas gafas de sol que lo hacían ver aún más inalcanzable.

Pensó que realmente quizás lo era. Después de pasar en él la noche pasada, recordó un poco sobre la familia Haggard, es la más importante en cuestiones económicas en el país; tiene varias fuentes de ingresos, pero precisamente Mitchell está considerado como el hijo que recibirá todo, no el mayor, por su capacidad para los negocios.

Nunca escuchó nada malo sobre él, por eso nunca lo vio en su otra vida, sino hasta esa fatídica noche. Tampoco recuerda nada escandaloso del padre de Kelly. Pero nunca escucho la mención del hermano mayor; es como si no hubiera existido. Ahora sabe, por Kelly, que en su familia se considera al hijo más apto como el heredero de todo el imperio económico familiar. No como en otras familias, al mayor.

Cuando en su familia ven cuál de los hijos muestra más inteligencia e interés por la familia, es él el que comienza desde pequeño a ser educado en los negocios familiares e historia ancestral. Y su tío pequeño fue enviado a vivir con su abuelo… Por lo cual debe de ser muy inteligente y capaz en todos aspectos, lástima que se conocieron en su otra visa en este tiempo.

Lamentarse ya no sirve de nada; lo mejor es vivir bien el presente. Así que lo primero es lo primero, lo mejor es que trajo consigo la libreta del banco para revisar cuánto tiene exactamente ahorrado.

La mañana pasó con una tranquilidad muy extraña para Keira, que estaba acostumbrada a siempre tener sorpresas, pero lo tomó como llegó, con mucha sabiduría. Después de las clases, de nuevo fue llevada a casa por Kelly y su tío.

Para Keira no pasó desapercibido que mientras revisaba algunos documentos de Mitchell en su ordenador, de vez en cuando, la miraba de reojo. Eso la hacía sentirse un poco incomoda, pero no la molestaba del todo; solo se sentía rara; nunca le habían prestado tanta atención antes.

Estaba acostumbrada a ser la chica a la que nadie miraba, o la que solo estaba de florero en alguna reunión social, mientras los demás se divertían, a menos que su padre tuviera otros sucios planes para ella.

Pero cuando estaba al lado de Mitchell, no sentía esa vibra sucia que sentía cuando estaba con esos juniors pervertidos; él le transmitía mucha paz y confianza…

—Keira, he hablado con Maggi, para que nos veamos mañana en el centro comercial a las 10 am, así que si quieres venir, serás bienvenida —le dijo Kelly desde el asiento de enfrente.

—Me parece bien, las acompañaré un rato mañana.

—Kelly, toma esta tarjeta para que compres algo de ropa, necesitas cambiar un poco lo que vistes.
Le dio una tarjeta Black Centurión, como si le estuviera dando la tarjeta de debito de la vecina de a lado.

Keira se quedo un poco estupefacta, sabia de ese tipo de tarjetas, pero nunca había visto una, solo un selecto grupo de personas en el mundo podían aspirar a poseer una.

—Gracias tío, la usare bien— Por lo visto ni siquiera Kelly sabia lo que tenia en sus manos

Mitchel se giro a ver a Keira, y dijo casualmente — Puedes comprar lo que quieras para ti también—

—Gracias, pero no creo necesitar nada.

— Ya veremos mañana en el centro comercial, si necesitas o no algo, eso lo decido yo— dijo con una gran Sonrisa Kelly

—Ya hemos llegado, gracias por traerme a casa.— Kelly bajo del auto con mucho cuidado y se fua la entrada de la casa de los horrores, mientras tanto el auto de Mitchell no se movió hasta ver que ella entraba.




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El sábado por la mañana se alisto Keira para salir con sus amigas. Ella en realidad no necesitaba nada, más bien quería deshacerse de todo lo que tenía, para poder conseguir más dinero. En ese momento solo contaba con unos 50 mil euros. No era mucho como para iniciar un negocio.

Tomando en cuenta la escala que quería alcanzar para poder llevar a la bancarrota a la familia Coz, necesita millones. De solo pensarlo, le dolía la cabeza. Le llevaría años a este paso.

Se puso un conjunto deportivo muy sencillo, unos zapatos tenis y se peinó una cola alta, dejando muy limpio su rostro. Se veía bien; solo puso un poco de brillo en sus labios. Tomó una mochila pequeña y salió de casa para esperar a que la recogiera Kelly.

Cuando llegó, vio que ya estaba con ella. Maggi, quien estaba vestida modestamente con unos jeans oscuros y una camisa de algodón color rosa pálida, la hacía ver como una niña muy angelical.
Un contraste total con la ropa de punk de Kelly. De verdad que comprendía las palabras de Mitchell, esta niña. Necesitaba cambiar de estilo. Ya vería si logra convencerla un poco de entrar en las tiendas y no solo a ver.

Se subió al auto y comenzaron el camino a su destino, hasta que llegaron al centro comercial que habían seleccionado.

Se bajaron y justo cuando se fue el chofer vieron cómo con un portafolio en sus brazos estaba hablando con un hombre, el cual le lanzaba unos documentos y esos mismos papeles se desperdigaban por todo el piso, comenzando a volar por la calle. Un hombre de no más de 30 años, con unas gafas de montura gruesa.

Las tres chicas de inmediato corrieron a ayudar a aquel pobre hombre, pues vieron que no podía lograr recuperar sus documentos, aparte de que presenciaron la forma tan grosera con que fue tratado por el otro señor.

Cuando Keira recuperó una de las hojas, vio el nombre que estaba escrito en ella, y era Robert Barcley De inmediato le vino a la cabeza que en su vida pasada había conocido a una mujer que había invertido en una empresa que este hombre creó y se hizo millonaria. Incluso salió en varios programas de finanzas hablando sobre su empresa, Robert, pues llegó a ser conocido como uno de los mejores Star-Up. Aparte de analista financiero.

—Disculpe, usted es Robert Barcley, son estos sus documentos, este es su proyecto. —Pregunto, Keira, recordando que fue con un proyecto pequeño con el después a la fama.

—Sí, señorita, ese soy yo, ¿caso me conoce? Barcley la miraba, pero estaba seguro que no conocía a esa niña; era muy joven, y además se veía que pertenecía a una familia rica.

—No, solo que vi que estaba hablando con ese hombre grosero y después leí el nombre en estos papeles y vi que es un proyecto empresarial y me preguntaba si estaba buscando inversores.

Por un momento dudo en responder a Barcley, pero ya había buscado a tantos hombres de negocios que quizá esta niña pudiera tener un padre interesado en su proyecto y por eso le preguntaba.

—Si, estoy buscando un inversor para poder iniciar el proyecto de esta empresa, pero hasta ahora no he tenido suerte, todas las puestas se me han cerrado.

—Comprendo, ¿cree que podríamos hablar un momento, en la cafetería de enfrente podría ser buen lugar, si tiene tiempo claro?

Las otras dos chicas aún sostenían el resto de hojas en sus manos; estaban algo confundidas con la conversación entre ese hombre y Keira, pero ya habían aprendido a no sorprenderse de nada de lo que ella hiciera; sabían que era muy inteligente y se podía esperar mucho de lo que buscara hacer.

—No hay problema, vamos —aceptó el pobre hombre un poco dudoso.

—Entonces, vamos todos— Keira.

Mostró el camino y se fueron a la cafetería, cuando se sentaron frente a una de las mesas más apartadas para poder charlar con más confidencialidad. Barkley comenzó a ordenar sus documentos.

—Bien, sé que le parecerá raro, pero me gustaría ser su inversor en esta empresa; solo necesito saber ¿cuanto es lo que necesita para iniciar y en cuanto tiempo cree que podría ver resultados?

Barkley se quedó estupefacto al escuchar a aquella niña decir que ella confiaba en él y que sería su inversora; eso lo conmovió hasta los huesos; pensó que estaba bromeando. Era solo una niña, quizás tendría apenas 17 años.

—Le agradezco, señorita, sus palabras, pero tiene que consolarme, sé que es complicado encontrar financiación…

—No, creo que está entendiendo mal las cosas; de verdad quiero ser su inversor. Usted pone el conocimiento y yo el capital, y las ganancias serían 65% a 35%.¿Qué me dice?

Esto no podía ser cierto; ningún hombre de negocios lo había querido apoyar y aquí estaba esta niña creyendo en él, sin conocerlo ni nada, solo porque se lo topó en la calle. Esto era un milagro de los cielos.

—Esta bien acepto.

—Bien, ahora dígame cuanto es lo que necita para iniciar la empresa.

—Ahora mismo necesito 500,000 euros, sé que es mucho dinero, pero…

—No se preocupe, puedo darle 250,000 euros ahora mismo y trataré de conseguir lo demás.

—¿De verdad tiene esa cantidad?

—Sí, solo deme un tiempo, quizá una semana o dos para reunir lo que falta.— No estaba segura de cómo lo conseguiría, pero lo haría.

Mientras tanto, Maggi y Kelly solo se miraban una a otra como si estuvieran presenciando una reunión de empresarios; fue algo surrealista para ellas.

Momentos después se encontraban formulando los términos del contrato que se llevaría acabo entre Robert Barcley y Keira Perry, como socios de la corporación B&K.

Después de que todo quedara aclarado, las chicas se despidieron de Robert y se fueron a continuar su camino por las tiendas.

Mientras estaba caminando por los pasillos del centro comercial, Kelly le preguntó a Keira: —¿Cómo conseguirás el otro cuarto de millón que te hace falta?

—Aun no estoy segura de cómo conseguirlo, seguro que venderé toda la ropa que compre, aún está con las estaciones, sé donde hacerlo, así que seguro sacaré una buena cantidad de dinero de ahí.

—¿Pero seguirá faltándote mucho dinero aún así?— Comento Maggi

—¿Quieres que le diga a mi tío, que te lo preste? No se negara Es muy poco dinero para él.— dijo Kelly de inmediato

—Gracias, Kelly, pero quiero que esto sea algo totalmente mío, no que participen los magnates que puedan después arrebatarme lo que tenga.

—¡Keira, mi tío jamás te haría algo así!

—Lo sé, Kelly, pero es mejor no decirle nada a él.

Keira no podía explicarles que no quería que él se involucrara en algo que podía mancharlo, y que después podría arrepentirse de conocerla.

—Vayamos de compras con la tarjeta que me dio mi tío, después pensaremos en cómo ayudarte. —Kelly no perdió el ánimo.

Las tres chicas se divirtieron como las en las tiendas, vieron y se probaron cuanta ropa quisieron; al final solo compraron algunas chucherías, pues en realidad no necesitaban nada. Fueron a comer al restaurante italiano en parte superior y después se despidieron, llegando cada una a sus respectivos hogares.





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Durante el sábado tarde, se la pasó pensando en todo lo que podía ver, clasificándolo por precios y lo que podría llegar a ganar, mientras en video llamada le mostraba a Kelly las cosas para que ella, que sabía más de moda, le diese su opinión y valoración sobre los posibles precios que podría obtener por los bolsos y zapatos de marcas exclusivas que tenía. Decidió que una de las mejores maneras de sacar dinero sería rezar una subasta en línea, sobre todo de lo que era solo una pieza única. Esas podrían alcanzar precios exorbitantes en subastas y dinero contante y sonante de inmediato.

No lo pensó dos veces y comenzó a realizar fotos de las piezas únicas y a abrir la subasta exclusiva en línea.
Cuando terminó de vender lo más caro de todo lo que tenía, había logrado recaudar otros 100 mil euros. Aun le faltaba capital.

Tenía que pensar en cómo conseguir los 150 mil que le faltaban.

Llego el día lunes por la mañana y asistió a la escuela y de nuevo vio a Kelly bajar del auto de su tío, y este estaba de pie en una de las esquinas del auto, como los otros días. Vestido elegantemente y mostrando toda su alta figura de manera imponente, la saludó con solo una inclinación de cabeza y ella siguió su camino hacia la puerta de la escuela.
Estaba demasiado obsoleto en sus pensamientos que no se paró a esperar a Kelly. Sigo de liso hasta el salón de clases.
Estaba tranquilo, pues no estaban Martina ni Camila, ya que aún no se recuperaban de los moretes que les había hecho Koby, pero también notó que Maggi no estaba y ella siempre era la primera en llegar.

Cuando entró Kelly, ella le reclamó de inmediato porque no la había esperado en la entrada del colegio.
Keira solo suspiró para sus adentros: estas niñas, que no podían estar de par en par o de tres en tres, era raro verlas así en la escuela, pero nunca había prestado atención a eso en su vida pasada.

Y ahora que tenía dos pequeñas amigas, junto a ella, aún más raro le parecía que la siguieran a todas partes.

—Keira, no ha llegado Maggi, ¿no estará enferma? Es muy raro que lleguemos y no esté en clase ella ya.

—Sí, ya lo había notado yo también.

—Le enviaré un mensaje ahora, para saber si se encuentra bien —Kelly sacó su teléfono y comenzó a teclear rápidamente varios números y letras.

Hasta entonces, Keira se dio cuenta de que ella, desde que había regresado a esta vida, nunca se había preocupado por usar el teléfono. No enviaba mensajes o realizaba llamadas, a menos que Kelly fuera la que la llamara. Seguía como en su otra vida alejada de todos. Incluso de las niñas que la seguían.

—Dice Maggi que se encuentra resfriada y en cama, ¿qué te parece si vamos a su casa a visitarla, y le llevamos algo de fruta?

—Estaría muy bien. Lo hacemos después de clase.

—Le avisaré a mi tío para que no venga y llamaré a mi chofer para que nos recoja.— Kelly, siempre tan servicial.

Kelly y Keira se encontraban charlando sobre ir a ver a Maggi, cuando un chico entró al salón con un panfleto en la mano y haciendo tremenda algarabía.

—Miren, habrá un concurso de la chica más guapa de todo el colegio. La ganadora podrá participar en una película corta con Matt Haw.

Todos en el aula comenzaron a hacer un círculo para leer el panfleto. Las chicas estaban locas de emoción de solo imaginar que su ídolo juvenil pudiera escoger a alguna de las chicas de su colegio como coprotagonista de una película.

Era una verdadera locura cuando leyeron que la película se grabaría en las instalaciones del colegio. Pensaron en todo lo divertido que sería conocer a más estrellas aparte de a Matt Haw.

Kelly alcanzó a escuchar algo sobre su ídolo y de inmediato puso más atención y al darse cuenta de que cualquier chica del colegio podía participar en el concurso, ella pensó de inmediato en Keira.

—Escachaste, cualquiera puede inscribirse; si tú ganaras, podrías ser la protagonista de esa película, y yo podría conocer a mi ídolo favorito, gracias a ti…

—Y porque yo, no sé ni quién es Matt Haw, nunca lo he visto.

—¿Qué me estás diciendo?, que no sabes quien es?¿En qué planeta vives, chica? Mira, este es él, es guapísimo.

Kelly le mostró una imagen del artista en su teléfono móvil; Keira lo vio, pero no le pareció conocido. Ella no veía televisión, ahora porque no tenía tiempo y antes porque se lo prohibieron al ser una sirvienta en la casa de los Cox.

—No es feo, pero tampoco es tan guapo como dices, aunque me parece como si lo hubiera visto antes, pero ¿no recuerdo donde?

—Keira Creo que eres de las mujeres que después de ver a mi tío ya todos los hombres son feos, jajajaja.

—Kelly, deja de decir tonterías y mejor ponte a estudiar, que ya tengo listo el programa que utilizaré contigo para que puedas subir tus calificaciones un mes.

—¿Qué me cuentas, en un mes?¿Qué acaso me quieres matar?

—No, pero tú le dijes a tu tío que seré tu tutora y yo no miento, así que ahora vas a estudiar.

—Kelly se estaba arrepintiendo de haber contado esa mentirijilla para salvarse de las preguntas de su tío; ahora tendrá que cumplir con Keila porque sino es capaz de decir que ella mintió para salvarse, la conoce bien.

—Mira, ya entra el profesor, deja de tontear y pon atención…

****

Cuando terminaron las clases fueron a la casa de Maggi siguiendo las indicaciones que les envió mediante un mensaje. Cuando llegaron notaron que el barrio era de gente trabajadora, no un barrio residencial o de gente con dinero. Pero lucía bien el lugar, limpio y armonioso.
La casa de Maggi era un segundo piso, por lo cual subieron las escaleras laterales del edificio y tocaron a la puerta, y salió la que supusieron: la madre de Maggi, una mujer, con carácter afable, alegre y considerada. Después de saludarlas, las invito a pasar a la pequeña sala recibidora de la casa.

—Maggi, me dijo que vendrían; tome asiento, les daré un poco de té, mientras le aviso a Maggi que ya están aquí.

Poco después apareció Maggi vestida con un pijama esponjoso de color amarillo pollito. Que tenía una gorra en la sudadera u unas paras en el pantalón, parecía un mameluco para bebé gigante. Las otras chicas no sabían cómo soportar la risa.

—Gracias por venir a verme, pero no era necesario; yo regresaré mañana al colegio; ya las habría visto en la escuela.

—Somos amigas así que teníamos que venir a verte.— Dijo Kelly de manera muy comedida.

—Chicas, la cena está lista, ¿espero que no me digan que se marcharán pronto?

Keira y Kelly se miraron una a otra y decidieron quedarse a cenar con Maggi y su madre. Keira vio la manera tan armoniosa en la que convivían Maggi y su madre, y cómo ella la trataba y de vez en cuando le tocaba la cabeza o ponía más comida en plato. Esas le parecían cosas tan extraordinarias, que quizá para otros eran normales.

Pero existía un tiempo lejano, en otro momento en otra vida, en donde ella soñaba con recibir esos cuidados de parte de su madre.

Ahora lo único que quiere es verla sufrir por todo el daño que le causó al llevarla a esa horrible casa.





EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE



Keira regresó al colegio y se encontró con una grata sorpresa: el trío de brujas ya estaba reunido en una pequeña convención de escobas ardientes; al parecer estaban planeando algo de nuevo, pero no quería preocuparse por tonterías de niñas bobas. En ese momento lo principal para ella era pensar en cómo conseguir los fondos que necesitaba para la inversión de su nueva empresa, que ya estaba en marcha. Ya le había comunicado Barcley; tenía el lugar perfecto para instalar las oficinas, y estaba comenzando a buscar el personal adecuado, para poder arrancar con lo esencial.

Keira se sentía presionada por los otros 150 mil euros que le faltaban, pero no perdía las esperanzas de lograr recaudarlos de alguna manera.

Ese día pasó sin problemas hasta el almuerzo, cuando se fueron ella y sus amigas a la cafetería. Cuando se encontraban sentadas tomando sus alimentos, notaron que las tres chicas malvadas estaban mirándolas mucho.

— Keira Creo que Camila y sus amigas no dejan de verte; presiento que están planeando algo malo de nuevo —dijo la tímida Maggi.

—De verdad no puedo creer cómo son tan odiosas esas tres; apenas pueden ocultar con maquillajes los vestigios de los morados que les quedan aún, de lo que les hizo Kody, y siguen buscando problemas, no aprenden nada de la vida. Kelly estaba muy molesta con ellas; no aprobaba lo que les había hecho Koby. Ella sabía muy bien que él no era malo, ni un chico de mal corazón, que algo debería de estar pasando en su vida para ser así de rudo, pero desde que dejó de ser su amiga, ya no sabía nada de lo que acontecía a su alrededor.

—Coman y dejen de preocuparse por tonterías, que nos queda muy poco tiempo para regresar a clases.

Keira sabía que algo estaban tramando, pero quería mantener al margen a sus amigas. Ellas. No podían quedar metidas en el fuego cruzado entre sus enemigos y ella. Son personas inocentes y jamás usarían a otros para lograr sus objetivos. Ella no era igual que esa sucia familia.

Cuando llegó el final de las clases, Keira declinó amablemente que la llevaran a casa. Había visto que Martina estaba charlando en el patio con los matones del colegio; eso significaba que las cosas se estaban precipitando. Ellos fueron quienes la atacaron en su otra vida, cuando Camila se enteró de que la escuela chismorreaba sobre el supuesto enamoramiento de ella y Scott.

Por lo cual, ese día debería de ser hoy, así que lo mejor será estar sola y enfrentarlos. Será divertido este día. Ya no será tomada por sorpresa y golpeada hasta casi matarla.

—Keira optó por continuar caminando como si no sucediera nada a su alrededor; sabía que para llegar a su casa tenía que tomar un bus, que pasaba por detrás del colegio; el chofer ya se había marchado con Camila, o al menos eso es lo que vio ella. Seguramente pensando que la llevarían a casa sus amigos.

Fue en este lugar donde sucedió todo; lo recordaba como si hubiera sido ayer. La atacaron esos chicos por la espalda con un tubo; eso la hizo que no pudiera defenderse adecuadamente, pues perdió el equilibrio al marearse por el golpe. Si todo sigue de la misma forma, aparecerán cuando estén cerca de la calle de las bodegas, pues a esta hora está todo cerrado y nadie los verá atacando a una chica.

Era una buena jugada por parte del trío vengador de las brujas del este, oeste y sur. Pero no contaban con los recuerdos de Keira; siguió caminando a paso lento, esperando a ellos. Escucho sus pasos. Lentos y continuos, calculó cuantos de ellos eran y cuando atacarían.

No fue ni antes ni después; solo en el momento justo cuando uno de ellos corrió hacia Keira con un tubo en las manos. Pero Keira lo recibió con una patada que lo lanzó hacia tras, doblándolo del dolor. Ese mismo chico no podía ser otro. Era el más grande y fuerte de los 5.

A continuación atacaron otros dos y trataron de rumbarla, pero Keira se defendió y golpeó en la cara con sus puños a uno de ellos, dejándolo noqueado por completo, y al otro tiró de él hasta la pared para chocarlo y hacer que se desmayara. La hizo recordar los días en que tenía que luchar en los barrios bajos, para que no la secuestraran los buscadores de personas…

Solo quedaban dos más, pero ellos no se animaban a enfrentar a Keira; pensaron que sería mucho más fácil acabar con una simple chica. Pero se toparon con una mujer que luchaba de verdad, y luchó mejor que ellos. Eso era aterrador.

—Camila, Martina y Stacey se encontraban escondidas entre las sombras, observando como se desarrollaba toda la pelea. Camila y Martina, quienes fueron golpeadas anteriormente, culpaban a Keira por eso y habían planeado que sucediera esto hoy, pero esperaban que Keira fuera tan rápida y fuerte. Martina les había pagado 5 mil euros a esos tontos y no lograron hacerle nada.

Ahora, todos estaban ya inseguros de atacar de nuevo; ellos apreciaban la vida, no eran estúpidos, así que solo se levantaron y se quedaron frente a ella, pero eso hizo enojar demasiado a Martina.

Ni siquiera los dos ganaron nada. Estaban un poco indecisos y no se atrevieron a atacar a Keira.

Martina salió de su escondite como loca, llena de coraje, resentimiento y enojo, por lo que estaba pasando, porque ella había recibido una gran bofetada y su cara había estado tan hinchada que parecía un zapo y Keira ahora mismo no se había ni despeinado.

—¿Qué estás esperando? ¡Luchen! — Martina estaba un poco ansiosa. Eran un grupo de cobardes. Se habían llevado el dinero y seguían perdiendo el tiempo. Quería poder avanzar y empujarlos.

Sin embargo, justo cuando terminó de hablar, Keira salió corriendo de la multitud.

Después de escuchar sobre los resultados de Keira hoy, sería una mentira decir que no le tenía miedo. En la conmoción, Mariana se dio la vuelta y corrió, pero Keira la agarró del cuello con fuerza.

—¿Tienen algo más que decir? ¿Aún quieren pelear? — Keira no quería discutir con ellos. Solo quería darles una lección.

Inesperadamente, Martina sacó una navaja de su bolsillo y apuñaló a Keira sin dudarlo. Keira la soltó a tiempo, pero aun así le dejó una herida superficial.

Ella resopló y pateó a Martina.

Delante de todos, Martina cayó al suelo.  Keira recogió la navaja que tenía Martina y se acercó lentamente a su rostro.

Martina se sorprendió y salió a toda prisa. No quería tener una herida en la cara.

—Lo que más me gusta es la justicia. Si me cortas, yo también debería cortarte. La fría mirada de Keira llenó de miedo a Martina. Sabía que Keira realmente podía hacerlo.

Stacey y Camila, que estaban escondidas en la oscuridad, finalmente no pudieron esconderse más y salieron apresuradamente para detenerla.

—Hermana, ¿qué estás haciendo? —Camila estaba confundida y asustada—. Lo que pasó entre ustedes dos es cosa del pasado. Deja ir a Martina. ¡Papá se enojará si la lastimáis!, recuerda el último problema que surgió entre nuestra familia y la de los Kendall.

—Pido disculpas en nombre de Martina. Hermana Keira— Apresuradamente Camila corrió a donde se encontraban, para tratar de disuadir a Keira de dañar a Martina.

En su vida anterior, alguien le había cortado la cara a Keira. Su rostro tenía un largo rastro de sangre, mientras yacía en el callejón desesperada. Nadie la notó durante toda la tarde.

Al final, un anciano que estaba hurgando en la basura descubrió a Keira y rápidamente llamó a la policía para salvarla del callejón en ruinas y enviarla al hospital.

Desde el principio hasta el final, Grace y Luck Cox ni siquiera fueron al hospital a visitarla. Lin Yin aún recordaba que Grace le había gritado por teléfono, diciéndole que no sabía cómo comportarse y que estaba así porque había provocado a alguien sospechoso. Se merecía ser lastimada. Su actitud era tan firme que ni siquiera dejó que Keira hablara. Luego, colgó con impaciencia. Después de esa llamada jamás supo nada de su'madre'. Lo sabían, pero no les importaba. Solo la querían cuando necesitaban una sirvienta y una puta que vender.

Fue Camila quien llegó al hospital mucho tiempo después. Su corazón se dolía, mientras se secaban las lágrimas. Incluso dijo que tuvo una pelea con sus padres antes de poder salir. También dijo que la protegería bien en el futuro y no dejaría que nadie la lastimara.

Al ver que ella lloraba tristemente, Keira incluso se levantó y le dio una palmadita en la espalda, diciéndole que no se preocupara demasiado.

Tan pronto como le dieron el alta del hospital, Camila le dio una crema para las cicatrices. Dijo que le había pedido a alguien que la trajera del extranjero. Valía unos cientos de euros. Mientras se la aplicara durante un tiempo, la cicatriz de su rostro desaparecería. Era imposible notar que se había lastimado. Todas las celebridades extranjeras la usaban.

Keira lo había usado durante más de medio año, pero la cicatriz no mejoró en absoluto. Incluso estaba muy roja e hinchada, como un feo gusano arrastrándose por su rostro.

Camila dijo que una niña no podía tener una cicatriz en la cara y fue a ver a un médico. El médico le dijo que estaba débil y que necesitaba que la alimentaran. Le recetó suplementos nutricionales para que comiera.

Fueron estos "suplementos nutricionales" los que poco a poco fueron devorando su vida.






EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE



Keira sonrió y agitó la navaja en su mano. —Una disculpa es inútil. Debería devolverme lo que me debe; nada cambiará lo que me acaba de hacer; una simple disculpa no va a quitar la silla que me quedará en mi mano. Respondió a la supuesta solicitud de disculpa que su querida hermana estaba pidiendo, que sínicas estas chicas eran.

Ignorando el grito de Martina, Keira agarró su mano y la cortó en el mismo lugar. Martina gritó de dolor al instante. Keira le arrojó el cuchillo después de cortarla. —¿Vas a continuar?¿O de verdad aprendiste la lección? No debes hacer a otros lo que no quieras recibir. Comprendes, porque la siguiente vez no seré tan pasante al explicarte.

Martina gritó y miró su mano. Nunca nadie la había lastimado así. Stacey y Camila la ayudaron a levantarse, pero Martina seguía llorando y amenazaba con darle una lección a Keira.

Keira se limpió la sangre con la mano y los miró. Dijo con calma: —Váyanse, no quiero discutir con ustedes. Los ahuyento como si fueran un monto de apestosos perritos callejeros.

Camila la persuadió con lágrimas en los ojos. A Martina Al mismo tiempo, su mirada se posó en el dorso de la mano herida de Keira. —¿Te duele la herida? No seas tan imprudente la próxima vez…

—¡¿Por qué sigues hablando con esta perra?! ¡Una chica salvaje de los barrios bajos! ¡Lunática! ¡No dejaré que este asunto quede en paz! Stacey estaba furioso y odiaba a Keira aún más.

—Jaja, ¿quién es la perra? Keira señaló a los matones que habían sido convocados. ¿No son ustedes los que le pidieron a esta gente que me rodeara?

—No importa qué trucos tengas, simplemente ven; no busques otras personas para que te ayuden a atraparme —dijo Keira con frialdad y los dejó.

Todos sabían quién había causado esto.

Fue Martina quien hizo que alguien rodeara a Keira. Incluso si ella estaba herida, no se atrevió a contárselo a sus padres. De lo contrario, lo que hizo en la escuela quedaría expuesto.

Cuando todo terminó, cada uno de los involucrados se marchó del lugar sin dejar rastro de lo sucedido. Si se supiera de esto en la escuela, todos podrían ser expulsados. Algunos de ellos eran chicos de familias acomodadas, pero otros solo eran seguidores de esos chicos. Tenían una beca que proteger.

Marina regresó a casa y se curó la herida ella sola. Era impensable dejar que sus padres se enteraran de lo que había hecho. Si fuera así, ahora no solo la castigarían unos días; definitivamente ya no la dejarían regresar al colegio y ver a su amiga Camy.

Stayce, por su parte, estaba dispuesta a contarle todo a su hermano, para que buscara justicia para ella, por lo que había pasado, pero cuando llegó a casa y se lo contó a su hermano, él le dio una fuerte bofetada en el rostro y le advirtió que se alejara de Camila Cox, que esa no era una chica en la cual podía confiar.

Keira regresó a la habitación y trató la herida brevemente.
No sabía en qué momento se había vuelto tan delicada. En el pasado, esas pequeñas heridas eran comunes y ella nunca las había tratado con especial atención. Pero, al menos en esta ocasión, había logrado defenderse a tiempo, y no terminó herida de muerte y con una gran cicatriz en el rostro.

Camila, cuando regresó a casa, fue directa a la cocina a ordenar que prepararan una sopa especial para Keira. Dijo que deseaba dársela para que fuera más fuerte, ya que no comía bien en el colegio y al escuchar eso, la ama de llaves se puso feliz pensando que por fin estaban apreciando a la Señorita Keira…

Cuando la sopa estuvo lista, Camila decidió llevarla escaleras arriba para dársela a Keira.

—¿Está aquí la hermana?— La voz de Camila sonó desde afuera de la puerta.—Hermana, déjame entrar un rato.

Cuando abrió la puerta, vio a Camila sosteniendo una exquisita bandeja. En el medio había un tazón de sopa que al parecer era de pollo. Era exquisita y linda. Era obvio que era una comida que les gustaba a las chicas.

Cuando Camila vio a Keira, sonrió gentilmente y dijo: —Hermana, come un poco. Me duele el corazón por la herida en tu mano. ¿Todavía te duele?

—Gracias. Deberías quedártelo para ti —le devolvió la sonrisa Keira—. Hoy también tuviste miedo. Lo necesitas más que yo.

Camila se quedó atónita por un momento antes de recuperar rápidamente su sonrisa. —"Me disculpo en nombre de Martina. Por favor, acepte mis palabras como una bandera de paz".

Keira hizo un gesto con la mano, mostrando que Camila podía entrar. Camila estaba muy contenta en su fuero interno, tan encantada que entró rápidamente en la habitación para colocar la comida que llevaba en la bandeja, dejándola en la mesa del centro de la gran habitación.

Los ojos de Keira se llenaron de sonrisas. Tomó un poco de sopa y se la colocó en la boca. La olió y la elogió sorprendida: —Huele tan bien. Nunca he bebido algo tan bueno. —Usando un tono tan dulce y zalamero como el de Camila. Tomó un poco de sopa con la cuchara y la olisqueó.

Al segundo siguiente, sin tiempo de reacción a Camila, tomó el tazón completo y agarró la barbilla de Camila y se lo vertió en la boca.

Keira era una cabeza más alta que Camila, por lo cual no pudo esquivarla a tiempo. Así que toda la sopa se vertió en su boca en un abrir y cerrar de ojos.

Camila no pudo evitar sentir ganas de vomitar en ese mismo momento; sabía lo que contenía esa sopa, necesitaba sacarla de su boca, pero tuvo que tragarla. Le era imposible mantenerla solo en la boca y respirar al mismo tiempo.

“Ejem…” —Camila miró a Keira en estado de shock. Todavía tenía arcadas.

—¿Qué pasa, querida hermana? Keira soltó el cuenco vacío. Se rompió en el suelo y el sonido hizo que Camila se asustara más de lo que ya se encontraba en aquel momento.

Al notar Keira que algo andaba con Camila, no pudo terminar de sentir curiosidad por lo que contenía aquel brebaje y le preguntó a Camila: —¿Qué pasa, te sentó mal la sopa? Continuó con su papel de chica inocente.

—¡Keira, esta sopa la pedí especialmente para ti, fue preparada con los mejores ingredientes y me haces esto! No está bien, ¿nunca podrás comportarte como una buena hermana?

—Lo siento. Soy una persona grosera. Solo sé que esto es bueno. Es una pena que lo beba. Solo quería usarlo para mostrarle mi respeto, mi preciosa hermana. Mi método fue un poco rudo. Lo comprendo, pero no olvides mis orígenes. Por favor, perdóname —dijo Keira casualmente mientras mostraba una cara de arrepentimiento puro.

—Además, no soy digna de comer esta sopa tan exquisita. No tienes que preocuparte por mí en el futuro. De lo contrario, tendré que obligarte a que los tomes tú cada vez que los traigas para mí. Me temo que no te acostumbrarás. —Los ojos de Keira se volvieron fríos nuevamente, como si estuvieran cubiertos por una capa de hielo.

Camila contuvo las lágrimas y salió tambaleándose de la habitación. No quería quedarse allí mucho tiempo. Se apresuró a regresar e hizo una llamada con manos temblorosas.

—Doctor Smith, ¿está ahí? ¿Hay algún antídoto para el medicamento que me dio la última vez?

Camila le pidió al médico el veneno de acción lenta. Acababa de poner el triple de dosis en el recipiente que contenía la sopa que preparé para Keira. Se secó las lágrimas y corrió al baño para enjuagarse la boca nuevamente, tratando de vomitarlo todo de nueva cuenta.

Después de un tiempo, el médico le entregó un manual de instrucciones con imágenes. Solo si persistía en consumirlo durante mucho tiempo, podría causarle daños fatales. Si se consumía una vez de vez en cuando, el medicamento tardaría más de un año en metabolizarse, pero no era un gran problema.

El corazón de Camila estaba lleno de odio. ¡Esta Keira ni siquiera probó lo que le habían dado! ¡¡Estaba realmente a la defensiva como un muro de hierro, dejándola sin ningún lugar al que atacar!

¡Ella no creía que no tenía defectos!

En la habitación, todavía quedaban restos de sopa en el cuenco roto. Keira los guardó en una bolsita. Tenía que estar segura de que esta había sido la primera vez que Camila había iniciado su plan para envenenarla a lo largo de su vida apasionada.

Pidió a los sirvientes que limpiaran el resto. Le rociaron desinfectante varias veces y pasaron la aspiradora durante más de media hora antes de que sintiera que estaba limpio. No quería sentir que aún quedara rastro de Camila y su olor a muerte.

¿No podía esperar para atacar? Después de renacer, todavía no podía tolerarla. Incluso sus movimientos eran similares a la última vez. No había cambiado nada en esa niña, ni sus modos hipócritas ni su forma rastrera de actuar, siempre usando a las personas para cubrirse.

Keira se sentó en el sofá frente a la ventana francesa y miró hacia abajo. Estaba oscuro afuera.
Pensó que la oscuridad del exterior era más segura que estar en el interior de esta casa; aquí podían suceder las cosas más atroces que un ser humano podía imaginar.

Nunca fue seguro vivir en ella, pero por esperar que un día la quisieran, por sentirse amarga a un lugar que pertenecía a esta casa, sufrió, guardó silencio y aceptó su vida de miseria.

El corte en la mano no era nada doloroso con lo que sentía en su alma; las heridas que le infligieron en esta misma casa en su otra vida son tan profundas, que nunca podrán cerrar, ni en mil vidas.

No logran pagar todo el daño que le hicieron, ni renacen ellos mismos para sufrir en el infierno tantas veces como fuera posible.

De todos modos tenía trabajo que hacer. Todavía había cosas sucias escondidas en la villa que ella no había descubierto, pero la cosa más sucia era esta familia.

Las comisuras de los labios de Keira se curvaron en una sonrisa burlona. Este era el amor que una vez había anhelado. Era realmente sucio.

Y ella era una reverenda idiota en aquel entonces.





EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE

La mañana siguiente del incidente de la pelea, Keira se preparó para ir al colegio. Bajó a desayunar con la mente preparada para escuchar una letanía de regaños, ya que sabía que no podía salir de casa sin ellos. Era como si no la regañaran, era como salir desnuda. Así había sido su vida en el pasado, así seguía siendo ahora, con la diferencia de que ahora se le resbalaba todo, como si tuviera aceite en el cuerpo. Solo escuchaba las tonterías que decía Grace y los comentarios mordaces de Luck y, listo, terminaba de desayunar y se marchaba al colegio.

Cuando llegó el momento de partir, fue a donde se encontraba el auto y el chofer, pero notó que algo andaba mal, y vio que las llantas del auto estaban dañadas y se imaginó de inmediato que había sido Camila para que ella legara tarde, lo cual confirmó al preguntar al chofer donde estaba ella, y él contestó que había salido muy temprano.

No había más preguntas, señoría, el caso estaba claro.

En ese momento vio el auto lujoso de Luck salir y corrió para que él la llevara al colegio. No es que no pudiera tomar en bus, si no que sería maravilloso llegar en su coche.

Cuando llegó al colegio en el auto de su padre, todos en la entrada se sorprendieron de quien se estaba apeando del auto. No era Camamila, sino la otra chica, la que habían llamado en las redes la hija adoptiva, la que habían recogido entre la basura en los arrabales.

No podían creer que en realidad fuera la hija legal.
De la familia Cox; esto realmente era sorprendente. Muy pocos privilegiados, entre las familias ricas, tenían el placer de ser llevados directamente por sus padres, hombres de negocios que siempre estaban sumamente ocupados o de viaje…

Corrió como pólvora por toda la escuela lo que estaba pasando en la entrada; ahora estaba más claro que el agua que Keira era la hija real de la familia Coy y que Camila solo era un añadido decorativo.

Camila, al escuchar eso, se puso demasiado enojada, casi al punto de llorar. Después del fracaso de la noche anterior, al no lograr que se tomara el veneno y que ella fuera quien lo tomara, y que fallaran los mates y saliera ilesa de una golpiza, esto era más que suficiente para sentir ganas de matarla ahora mismo.

Estaba acompañada como siempre de sus dos amigas, las cuales estaban indignadas con Kiara, cada una de ellas por sus respectivas razones. Al escuchar lo que se estaba diciendo por el patio y los corredores, pensaron que ahora Keira de verdad sería intocable.

Eso no lo podrían tolerar. Tenía que encontrar la forma de acabar con ella.

Caminando por uno de los corredores se toparon con uno de los más fieles admiradores de Camila; era un chico alto, guapo, pero no tan rico como Scott, así que nunca le prestó atención Camila, pero las otras dos sabían que sería muy bueno valerse de él para usarlo y conseguir que hiciera algo para dañar a Keira.

Se pusieron a charlar a un costado de donde se encontraba Albert con su amigo.

El trío de la muerte comenzó a decir lo sensible que resultaba el tema para Camy, y lo mucho que le afectaba todo lo que estaba pasando con las mentiras que circulaban por el colegio, debido a los malos comportamientos de Keira.

El plan funcionó. Alberto sintió mucha lástima por Camila. Se acercó hasta donde se encontraban las chicas y les propuso un plan para la tarde después de clases, cuando terminara la última clase, en el laboratorio de computación.

Todo el colegio sabía sobre la superstición de que el salón del segundo piso del ala oeste del edificio de computación estaba maldito y nadie se acercaba a ese lugar, ya que había un rumor sobre un demonio que existía dentro de ese lugar. Incluso un día una chica se quedó encerrada toda la noche sola ahí, por un descuido, y ella perdió la razón y jamás regresó a la escuela.

Por esa razón, pensaron los cuatro que sería el lugar perfecto para vengarse de Keira, así que comenzaron a darle forma al plan que llevaron a cabo esa tarde, desde cómo engañarla para fuera a ese lugar, hasta quién apagaría las luces desde el interruptor de la zona de abajo de las aulas.

Lo principal: a quién robarías las llaves de ese salón, para poder abrir la puerta y empujarla dentro y dejarla sola y encerrada ahí toda la noche, gritando sola.

Pasé la clase de la mañana sin problemas, por lo que asistieron a la clase de la tarde en el salón de computadoras. Cuando llegó el momento de ir a casa, todos bajaron las escaleras a excepción de las tres mujeres y otros niños, entre ellos Albert.

A pesar de que Keira ya se esperaba una broma por parte de estos mocosos groseros, se las ingeniaron para llevar a Keira hasta el aula que deseaban. Sin embargo, no estaba segura de que fuera una broma hasta que fue empujada tan fuerte que se cayó de bruces contra el piso del salón, donde la encerraron y escuché atronadoras risas fuera.

—Si estos adinerados piensan que me asustare por la falta de luz, deberían saber que he estado meses sin luz en casa porque no tenía dinero para pagarla ni para comprar una simple vela.

Poco a poco se acostumbró a ver en la oscuridad hasta que noté que en la habitación se encontraban varios esqueletos que seguramente se utilizaron en algún momento para la clase de anatomía. Al final, vio una puerta apilada y algunas sillas, pero no podía abrirla, así que decidí sentarme en una silla cerca de la puerta para escuchar los ruidos de afuera. Comenzó escuchando música en un volumen bajo con los auriculares y el teléfono móvil.

Después de pasar los minutos, pasó casi una hora sin que nadie abriera la puerta ni se escuchara ningún ruido fuera. Después de casi una hora y media, se escucharon pasos, unos más fuertes que los otros, lo que aumentó el odio en Keira. Se preparó para escuchar quienes eran.

Al notar las voces, escuchó con claridad que eran Stacey y el chico que anteriormente la había empujado y comenzaron a charlar.

—Albert, ¿Crees que se haya muerto de miedo y por eso no esté gritando? Es muy raro que no esté haciendo ningún ruido.

—No digas tonterías, vi como cayó en el piso al empujarla y se movió, pero si le llegara a pasar algo, esto no fue idea mía.

—Eres un cobarde, todo lo ideaste tú.

—NO, yo solo dije que la metiéramos unos minutos tu dijiste que la dejáramos unas horas o toda la noche.

—Pero tu robaste las llaves de la oficina de la encarga.

—Yo puedo tomar la responsabilidad por robar las llaves, pero por una muerte.

—Bueno y que más da si está muerta, se lo merece por ser tan terca y no reconocer su lugar, solo es una chica de los barrios bajos, que merecer ser pisoteada.

—No sé yo, ustedes dijeron que solo sería una broma y esto ya no lo es.

Entonces, si tienes tanto miedo y ves si está viva, ¿abres la polla cobarde?

Albert buscó el lavado entre las cosas de su bolsillo y la encontró de inmediato. En unos segundos, una mano jaló a Stacey de la falta hacia dentro como un rayo y cerró la puesta con tanta fuerza que lo aterró como nunca en su vida. Por el cual escuchó unos gritos desgarradores de Stacey dentro del aula y él corrió despavorido escaleras abajo en busca de ayuda.

Mientras tanto en el aula, Keira se acerco a Stacey y le hacia ruidos extraños y ponía la mano esquelética de uno de los monigotes armados de grueso falsos, para asustarla, la chica grito tanto que se desmayo por un golpe en la frente en una de las esquinas de una butaca y cayendo desmayada

—Estas chicas, de hoy en día no soporta ni aun d sus propias bromas, son tan débiles, que puedo hacer con ellas— Decía Keira en voz alta, esperando ahora a que las sacaran de ese lugar.

Poco después, oí un ruido de muchas voces fuera, entre las cuales reconocí al director, quien seguramente estaba tratando de sacarlas… Además, se encendió la luz del salón, se abrió la puerta y vieron a Stacey tirada en el piso, desmayada y con una brecha en la frente, tan tranquila como si acabara de salir de la cafetería.

El director la llamó rápidamente.

¿Qué sucedió en este lugar, porque Keira se ve afectada y sufre?

¿Por qué no le pregunta a los niños que lo llamaron, saben por qué?
¿No es así, director, cuando creo que puedo resolver este problema de la manera más común cómo lo sabe hacer? No esa diciendo era que tenía que acetar lo que su padre dijera. ¿Así director?

El director se sorprendió al escuchar las palabras de Keira, ya que antes había recibido sobornos de familias adineradas para evitar que sus hijos se enfrentaran a los problemas, pero ahora era imposible hacerlo porque la familia de Stacey era igual de rica que la de Albert y la de Keira era más rica que la de ellos.

Eso significaba que los que resultarían culpables de todo este embrollo serían los chicos.

Que él quería ayudar, y no Keira, le estaba dando un dolor de cabeza terrible… Tendría que llamar a los padres de todos esta noche y no sería una noche tranquila, ya que tendrían que llevar a esa chica al hospital.

A las dos horas los padres de los implicados se encontraban en la oficina del director. Sobre todo el padre de Liera estaba muy enojado. Esta era la segunda ocasión en que tenía que venir por un problema que tenía que ver con ella; para él era una pérdida de tiempo, y no soportaría más tener que venir por nimiedades a la escuela.

—¿Explíquenos porque nuestra hija está en el hospital ahora mismo con una conmoción y no puede despertar, señor director? —preguntaron los padres de Keira.

—Por eso estamos aquí. Para que Keira nos lo explique, ella era la que estaba dentro del aula con ella.

Albert había sido aconsejado por Camila para que la culpara de todo y dijera que todo había sido planeado por Keira.

—Yo vi cómo Keira la jalo a ese aula y la encerró con ella dentro, por eso bajé corriendo a buscar ayuda— contó el cobarde de turno.

—¿Qué respondes a eso, Keira?

—Aun tienes cara para responder, Keira, cuando todos te están señalando como la culpable de haberle hecho daño a esa pobre niña; ya estoy cansado de tu comportamiento agresivo —gritó Luck antes de esperar la respuesta de Keira.

—Como siempre, eres el primero en culparme, como si no fueras mi padre biológico, siempre discutiendo para que me culpen, pero sabes que debes escuchar esto antes de hablar. Le dijo Keira delante de todo a Luck.

—Deben de haber reconocido las voces de sus hijos, verdad; ellos fueron los que planearon meterme a mí dentro; yo solo metí a Stacey para que me hiciera compañía en su misma broma, pero se asustó tanto que chocó con una butaca y se cayó sola.

Nadia decía nada en la oficina del directo. Sabían que sus hijos eran los que habían hecho mal. Ha excepción de Luck, que estaba furioso por las miradas de los otros padres, por las palabras que le había dicho Keira.

—Ahora sabemos lo que pasó, así que señores, ¿qué resolución debemos tomar en cuanto a las represalias?

Optaron por tomar cada uno el castigo en sus manos en contra de sus propios hijos y se marcharon.

Pero en el corazón de Luck estaba plantada la semilla de la rabia muy profundamente.

Marcó un número que ya había estado guindando de hacia un tiempo, y que sabía que le reportaría mucho dinero de manera rápida.
Lo marcó, y de inmediato respondieron del otro lado.  —Señor Murdock, estoy listo para enviarle a mi hija, cuando quiere que se la haga llegar.




EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE

Una chica en el club donde solía asistir Luck se había acercado a él y él dio una tarjeta de presentación, diciéndole que, si llegara a necesitar una ayuda financiera muy grande para su empresa, ese hombre podría darle lo que necesitara; solo tenía que llamarlo.

La primera vez que se comunicó con él. Quedaron en el club. Lo vio y se dio cuenta de que era un viejo feo asqueroso de casi 70 años. Le explicó que le ayudaría con la cantidad que pidiera para su negocio, pero tenía que ser muy generoso con lo que ofreciera a cambio. Luck le preguntó a qué se refería con géneros.

Él ya sabía de antemano sobre ese hombre; ya había escuchado sobre sus percepciones sexuales y lo que solía hacer con las chicas, y que todas tenían que ser vírgenes o las rechazaría, y si lo engañaban lo pagarían incluso con su vida.

Era jugar con fuego, si trataba de engañar a ese hombre. Pero ahora ya estaba desesperado y necesitaba el dinero suficiente para iniciar los negocios que no pudo completar debido al fallido contubernio con Keller. Por culpa de Keira, ahora lo que pensaba dejar a su hijo Dylan como gran herencia se estaba a punto de convertirse en nada, y eso no lo podía permitir.

Tenía que recuperar todo lo antes posible y la mejor forma era llevando a Keira a manos de este hombre, más ahora que ya no soportaba ni una más de sus tonterías.

Siempre había sabido que tener hijas solo serviría para casarlas con hombres ricos que le llevaran dinero para que su empresa creciera, ya que su hijo sería el único heredero de todo lo que tenía. Él era el hijo del amor de su vida, de la mujer que amó de verdad.

Grace llegó después; la buscó solo para que cuidara de Dylan. Pero fue una desgracia total, aparte de que se fue a tener a esa hija bastarda ella sola, la perdió y trajo a otra, y ahora que la recuperaron no sirve para nada, por eso hará que pague por lo que necesita su hermano.

Es mucho lo que está en juego, como para no aceptar la oferta de este viejo pervertido, y no perder nada entregándole a Keira. Si no, todo lo contrario, se quitara un peso de encima.

Por esta razón es que decidió llamar a Murdock.

—Señor, ya habíamos hablado antes sobre el negocio de los terrenos a las afueras de la ciudad; sabe que necesito comenzar a construir un complejo de casas, así que espero su colaboración para poder el inicio y comenzar la venta de las primeras viviendas, y así iniciar la construcción…

—Cox. Por mí no existe ningún inconveniente. Yo tengo el dinero que necesitas, pero quiero ver la buena voluntad que tienes de cooperar conmigo antes de hacer nada.

—Comprendo a lo que se refiere; le enviaré a mi hija; ella apenas cumplirá 18 años; espero que sea de su agradó.

—Estaré esperando para dar el visto bueno a nuestra firme cooperación. Te avisaré el día y la hora.

—Estaré esperando por su mensaje.

Ahora estaba seguro Luck de que obtendría lo que tanto deseaba: mucha más riqueza y perder de vista los problemas que le causa Keira.

*******

Después de lo sucedido en el colegio, Keira estaba segura de que Luck no se quedaría con las manos quietas; haría algo y eso sería algo muy drástico, lo que la empujaba a conseguir lo que le faltaba de inmediato, así que tenía que pensar en qué forma podría conseguir lo que le faltaba, mientras tanto se pondría en contacto con Barcley, para entregarle el capital que tenía ya. Asi podría invertirlo en lo que fuera necesario por el momento.

Si no podía obtener los recursos necesarios para iniciar su plan, no funcionaría. Además, a pesar de tener conocimiento de los posibles resultados en el futuro cercano, no podía estar seguro de los cambios que podrían surgir al interferir con ella.

Las cosas estaban cambiando tan rápido como en su pasado, y aunque su alma estaba llena de cicatrices, odio y rencor, seguía siendo una niña de solo 18 años sin nadie que la apoyara socialmente o económicamente. A pesar de pensar en su pasado, todo era igual, excepto que dejó que la usaran como moneda de cambio, esperando un te quiero de su familia.

Ya no tenía sentido recordar cosas irreparables de su vida pasada.

Ahora tenía que moverse rápidamente. Antes de que se pusiera en contacto con Murdock, que seguro es lo que haría este perro sarnoso de Luck.

—Beckley, soy yo, tengo 100 de los grandes ahora mismo, te los depositare ahora mismo a la cuenta de la empresa, espera un poco más por lo que falta, no te preocupes tu sigue trabajando.—Keira dijo esto a Robert

—jefa, tengo fe en ti. Estoy trabajando en todo lo que ya hablamos y se aprobó de antemano. Además, descubrí unos bonos que podrían ser considerados innecesarios, pero creo que serán muy rentables a corto plazo, lo que nos permitirá adquirir una pequeña empresa. Que funcionaria como subsidiaria.

—Confió en ti y en tu capacidad para encontrar buenas salidas.

—Gracia jefa, yo estaré en contacto con usted.

Después de colgar, Keira recordó, que Berkley, había comenzado con bonos basura, así es que logro conseguir más capital para su empresa, está haciendo lo que hizo en su vida pasada, eso quiere decir que en muy poco tiempo vería resultados, entonces, tiene que conseguir el poco dinero que le falta. Y si pudiera un poco más para imprevistos.

Des pues de realizar algunos cálculos más decidió ir a la cama había sido un día tremendamente largo y decepcionante para ella en cuanto a la escuela y esa apestosa familia.

****

Al día siguiente. decidió ignorar a todos en la escuela solo pasaría de largo de la bola de petardos que tenía por compañeros, se sentó en su lugar de siempre y espero a que llegara la hora de inicio de la primera clase, en ese momento llego Kelly —Keira, ya conseguiste lo que te falta para tu empresa? Sabes he estado pensando en algo, quiero ser tu socia, así que tengo que darte algo— Kelly saco una tarjeta bancaria y se la entregó a Keira— Aquí encontraras 150 mil euros es mi mesada, así que úsala bien, ya veré como consigo dinero para los gastos de mes.

Keira se preguntó como una niña de 18 años podía tener de mesada 150 mil euros. y sentir una perdida enorme y pensar que entregaba 20 euros. mejor no pensaba en cómo vivían estos niños ricos.

—¿Estas seguras de que quieres ser una socia, de esta empresa?, después no te arrepientas Kelly.

—No me arrepentiré edemas, no estoy haciendo nada con mi vida y tú, mírate eres muy inteligente, valiente y hasta estas iniciando una empresa, si sigo mi vida, así como hasta ahora envejeceré siendo una inmadura.

Cuando estaban hablando, Maggi llegó y le dijo a Keira: —"Keira, he hablado con mi madre, sabes que no tenemos mucho dinero, mi madre es sola y trabaja mucho, pero pido su fondo de retiro y decidió que quiere invertir en tu empresa, confiamos mucho en ti, así que solo podemos invertir 50 mil, que los tienes en este cheque". —Keira recibió un cheque bancario de Maggi, quien estaba muy emocionada por lo que las dos chicas estaban haciendo por ella. Ella les aseguró que no las defraudaría y les agradecería mucho su ayuda al hacer que la empresa produjera tantos beneficios como para hacerlas ricas a las tres.

—Con estos 200 mil podremos llegar muy alto niñas, las llevare a conocer las oficinas que están empezando a trabajar ya, Berkley, ya está puesto manos a la obra así que esperemos que todo comience a salir a delante rápido, y con el tiempo podamos ver grandes avances.

Las tres chicas ese día fueron a la oficina que estaba ya lista con empleados y trabajando, el dinero fue depositado en la cuenta de la empresa, cuando entraron Maggi y Kelly, se quedaron fascinadas por la rapidez con la que se estaba desarrollando todo, desde aquel día en que habían conocido a Robert hasta este en que ya veían todo materializado, ahora sí que creían que esto era un negocio de verdad, y no un sueño pintado en un papel que ella no logran comprender.

—jefa que bueno que está aquí, tenemos una visita, está aquí el CEO Claude Howland.

Claude vio a la niña a la que llamo Robert jefa y le pareció casi gracioso ver que parecía tener solo unos 18 años. Además, pensó que la había visto en otro lugar, pero no recordaba dónde. Esas facciones no eran fáciles de olvidar era realmente hermosa, edemas de que era más alta que las otras chicas que la acompañaban, donde la habrá visto aparte de este día?

—Un placer conocerla Señorita, el señor Robert me hablo sobre usted, y al parecer llegue tarde y ya usted es la que aprovecho la oportunidad de invertir en esta gran idea empresarial.—Comento Claude.

—Buenos días Señor Howland, así es fue todo por providencia, de hecho, pero gracias a Berkley, que confió en mí y me dio la oportunidad de ser su inversor, es que ahora estoy aquí.

Claire noto, como esta niña se desenvolvía, como si supiera de negocios, tenía agallas y el aplomo suficiente, no le tenía miedo, y eso que había tratado con todo tipo de personas, incluso hombres le tenían miedo y eso que solo tenía 28 años de edad, pero ya era el dueño de uno de los bancos de inversiones más grandes del país, si no el más importante. era de admirar esta niña.

—Pero no me sierro a nada, aquí tiene esta es mi tarjeta, si llega a tener algún problema o cambia de opinión y quiere un nuevo inversos llámeme.—Claude le entro su tarjeta sin mencionarle a Keira que era su número directo.

Keira sabía quién era la familia Howland, recordaba muy bien que sus negocios eran especialmente las inversiones, que su hijo mayor era precisamente este hombre que tenía enfrente, era llamado el dios de la bolsa de valores, podía manejar inversiones multimillonarias y no perder ni un penique.

Durante su vida pasada nunca se enteró de un solo escándalo sobre esta familia o al menos de los hijos de esta familia, eran muy herméticos y solitarios, no permitían que nadie se acercara a ellos, de hecho, pocos los conocían en persona.

En riqueza se podían compara con los Haggard, pero en poder Mitchel era superior, hasta donde había recordado ya, lo que no sabía era exactamente él por qué.

—Gracias si fuera necesario yo misma me pondré en contacto con usted señor Howland.

—Estaré esperando con ascias su llamada señorita, entonces me despido.

Con esto se marchó dejando a las otras dos chicas babeando, por lo guapo que era, aunque muy frio.




EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE


Luck estaba completamente seguro de lo que se tenía que hacer, así que se convenció de que tenía que hablar con Grace, para que supiera lo que pasaría con Keira. El día que Murdock les llamara para pedir que la enviaran a su casa, necesitaría la colaboración de ella para poder narcotizarla, y así enviarla sin problemas.

—Grace, tenemos que hablar sobre un problema que tengo que resolver en la empresa.

—¿Qué problemas puedes tener que yo tenga que ayudarte a resolver?

—Tengo dos terrenos en los cuales ya se habían planeado construir 50 viviendas, las cuales nos proporcionarían una ganancia millonaria, pero necesito capital para poder iniciar la construcción de dichas viviendas; Keller me lo iba a dar, si no hubiera sido por todo el problema que causó Keira.
Ahora he tenido que buscar a un nuevo inversor, pero este quiere algo más a cambio de ser quien aporte el dinero.

Grace sabía perfectamente a lo que se refería. No era tonta; ya tenía tiempo de saber sobre lo que se manejaba bajo las aguas turbias del mundo de los negocios de su marido.

—Y qué es lo que quieres que haga yo, para ayudarte en tu plan, porque debes tener uno, ya que me estás contando todo esto.

—No eres tan estúpida como pensaba, así es que quieren enviar a Keira con ese hombre como regalo, para que me envíe los millones que necesito para iniciar la construcción de las casas.

—¿Y dónde entro yo en todo eso? No pensarás que yo vaya y la lleve. En mí no confía ni un pelo.

—Por supuesto que no, lo que quiero que hagas es que anoche prepares una cena especial e inventes algo, para que tome alguna droga que la duerma el tiempo suficiente como para que llegue hasta la casa de Murdock; lo que pase después ya es cosa de ese hombre.

—Está bien, te ayudaré, así me vengaré de todo lo que ha sufrido nuestra pobre hija. Solo espero que sea antes de la fiesta de cumpleaños. No quiero que esté aquí para entonces.

—Le dije que ya tenía 18 años, así que creo que será cuanto antes.

—Bien, entonces tenemos que estar preparados para cualquier contingencia. Deberé buscar la droga, y tú avisa a quienes se la llevarán.

—Muy bien, entonces solo esperemos la llamada de ese hombre.

Así es como quedaron de acuerdo ese par de padres, buenos para nada, que le había tocado a Keira, pero no se habían percatado de que una persona los había escuchado durante toda la conversación.

Al pasar de los días esa misma semana, una noche llegó la tan esperada llama, y le indicaron a qué hora esperaban el paquete…

Grace convenció a Camila de que se portara bien con Keira esa noche y no le hiciera mala cara durante la cena. Al terminar, sirvió vino de fritas para las chicas, y en una de las copas vertió un pequeño fiasco de somnífero, para que Keira quedara totalmente dormida y así fuera más fácil ser transportada a la casa de Murdock.

Mientras estaban en el salón esperando la bebida de frutas, Keira y Camila, estas estaban solas, mirándose una a la otra. Keira sospechaba que lo que estaba sucediendo no era nada normal; esa vieja bruja nunca la trató bien, siempre la regaño y humilló, no le dio ni un vaso con agua, mucho menos una copa de vino de frutas importado. Algo tramaban estados.

Se levantó para ir a la cocina para tomar un poco de agua en lo que regresaba Grace, cuando Mary, la única persona que la apreciaba en la casa, se acercó a ella y le susurró al oído, 'No tome nada que le dé la señora esta noche.'
Keira le sonrió y se fue de la cocina para que no se notara lo que había pasado.
Así que esta era la noche en que la mandarían con ese hombre pervertido; vaya que si se las pagarían hoy.

Al regresar al salón, no mostró nada raro en su cara; todo lo contrario, sonrió de una manera dulce a Camila y a su madre, le hizo charla y mientras estas se reían una con la otra, aprovechó para girar las copas de ella con la de Camila.

Cuando estuvo segura de que la copa era la que tenía el líquido extraño, se acercó a Camila y le dijo: —El vino que ha traído tu madre; será una delicia. Te dará mucha felicidad esta noche.

Camila no comprendió en un inicio el sarcasmo de Keira, así que bebió la copa de vino que su madre le había dado, y Grace estaba feliz al ver que Keira se bebía el vino hasta el fondo. Ahora solo tenía que esperar para que todo surtiera efecto, y pudiera llevarse hasta el final el plan…

Camila comenzó a bostezar incontrolablemente, por lo cual se fue a la cama de inmediato, y Keira la siguió protestando que también tenía un sueño que no la dejaba que abriera los ojos un minuto más.

Grace y Luck se quedaron abajo ultimando los planes, hablando con un par de guardaespaldas que eran los encargados de llevarse a Keira.

Estos ya tenían preparado un saco grande donde la meterían y saldrían por la puerta de atrás de la casa.

Keira Mientras tanto, se encontraba en su recámara preparando todo. Tiró de Camila a su habitación, la acostó en su cama y le quitó el vestido que llevaba puesto y le puso uno de ella. Le colocó el cabello del mismo modo en que se peinaba ella, y la dejó tapada hasta la mitad de la cara. Si pasara como en su vida anterior, se la llevarían con todo y protector en un saco. Así que no se darían cuenta de quién en realidad hasta que fuera demasiado tarde.

Quería ver la cara de Grace, cuando se diera cuenta de que a quien había enviado con el viejo pervertido de Murdock había sido a su preciosa hija Camila. Y no ha ella.
Keira se escondió en el enorme vestidor a esperar ver cómo entraban en su habitación. Y así fue tal como pasó en su vida anterior; llegaron dos hombres enormes, la metieron en un enorme saco con todo y el cobertor, y cargaron con Camila, sin que despertara.

Solo pudo sentir rabia, al ver cómo había sido todo cuando comenzó su desgracia en su vida anterior; cómo lo planearon esas personas. Y ahora vería cómo lo sufren ellas mismas en carne propia.

EL RINCÓN VELVET VIOLETA

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