BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE (CAPITULOS 51-60)


EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE




Dylan buscó a Keira mientras Camila se encontraba con su madre en su habitación. Tenía que cumplir la promesa que le había hecho y ayudarla a tomar venganza de lo que le estaba sucediendo.
La amaba tanto, que no podía permitir que esa hermanastra le hiciera daño a la mujer que ha amado durante toda su vida, que ha visto crecer y convertirse en mujer.

Tenía que hacerla pagar por lo que hizo. Era ella la que tenía que ser enviada a las garras de Murdock, no la dulce Camila.

—Keira, estás ahí, ¿podemos hablar? Dylan utilizó su voz más dulce y sexy para convencer a Keira de que abriera la puerta de su habitación.

Keira ya sabía que se encontraba en la casa; estaba escuchando lo que hablaban él y Camila; ahora estaba segura de que esos dos siempre estuvieron coludidos en su contra, para hacerle daño en su vida pasada.
Por eso siempre Camila sabía dónde se encontraba ella, la ropa que usaría, con quien hablaba, donde se encontraba o quién sería su comprador. Por eso siempre todo el mundo era consciente de lo que le pasaba, porque Dylan se convirtió en su paño de lágrimas para decirle todo a Camila y ella buscó la forma de que todos sus amigos se enteraran de cómo la usaba su padre.

Por eso jamás se pudo mantener en secreto la vida del objeto que le dieron en esa casa, por culpa de esos dos. Y ahora viene este a hacerla creer de nuevo que quiere ser su amigo. Veamos hasta donde quiere llegar esta vez.

—¿Qué quieres?

—Porque eres tan fría con tu hermano, yo que vengo poco a la casa, solo quería saludarte, charlar un poco contigo y saber un poco más sobre ti, que me gusta. Así podré traerte un regalo la próxima vez que venga de visita.

—Tú vienes a ver a Camila, no a mí. Tú eres un admirador muy exclusivo de tu hermana Camila. Casi como algo pecaminoso, ¿no es así? Después de eso, cerró la puerta Keira; no esperaba una respuesta.

Después de cerrar la puerta, Keira escuchó el sonido de vidrios rompiéndose en la planta baja. ¿No podía fingir más? Parecía que las habilidades de actuación de Dylan eran muy inferiores a las de su vida anterior. Eso también fue bueno. Era mucho mejor pelear con él que ser hipócritamente cuidado por él. Si Dylan seguía fingiendo que le importaba, a Keira le preocupaba vomitar frente a él.

Dylan, Apretó con fuerza los puños; no esperaba esa respuesta. Es como si Keira supiera lo que esconde de todos. El amor carnal que siente por Camila.

Dylan debe planear muy bien lo que hará para humillar a esta huérfana y la oportunidad perfecta será el día de la fiera de su cumpleaños, cuando estén todos los invitados de su padre, los socios y grandes personalidades… Ahí quedará como una cualquiera, que solo fue recogida de los barrios bajos; así tendrá que ser regresada a donde pertenece a las calles.

Y Camila ya no tendrá que sufrir más por la presencia de esa mujerzuela en esta casa, donde siempre se ha criado como una linda princesita. Y así tiene que seguir siendo, hasta que se case, con un hombre que la merezca, aun cuando no sea él.

*******

Keira estaba preparada para cualquier contingencia que sucediera en el banquete de la fiesta de cumpleaños. De hecho, ella no invitaría a nadie, no conocía a nadie, solo a Kelly y a Maggi, y ellas comprenderían si le hacían alguna mala pasada esta basura de familia, pero aun así tenía que recordar qué más pasó ese día, quienes vinieron y a quienes conoció aquí.

Es verdad; ya recordaba que conoció a esa sucia y malvada mujer, asesina, que la culpó de haber robado a tanta gente y por su culpa pasó un año en prisión. Evelyn, la que es su prima, sobrina de su padre, ¿cómo pudo olvidarse de esa basura? La torturó, hasta casi mutilar sus dedos, y después mató… No puede siquiera recordarlo cómo lo vio morir, por su culpa, a manos de esa carnicera, solo para que ella dijera que era la culpable de sus robos. Vendrá a la fiesta; aquí te veré de nuevo, y te aseguro, Evelyn, que pagarás lo que me hiciste y lo que le hiciste a él.

Keira se puso a hacer memoria de muchas cosas que pasaron en esa época. Cuando se dejó convencer por Evelyn para que la ayudara en su supuesto negocio, pensó en cuantas empresas ganarían y en cuantas se irían a banca rota en nada, analizando las posibilidades de ganancias y pérdidas de invertir en la bolsa de valores. Y sí podría existir un cambio en los movimientos, como sucedieron en su vida pasada.

Ahora que tenía el apoyo de Claude, podía preguntar a Robert cuánto efectivo tenían para poder invertir en la bolsa de varones, y comenzar a jugar un poco, para poder probar su teoría sobre lo que recordaba. Aun cuando solo comprará algunas acciones para ganar algo de dinero rápido y así tener sus propios fondos para trabajar después sola.

Después de una buena noche de sueño, Keira se sintió aliviada cuando pensó en Camila que estaba cubierto de heridas, Luck, que había ofendido a la gente en el campo de los negocios, Dylan a quien le arrancaron la máscara hipócrita, y Grace, que estaba lleno de resentimiento, pero no se atrevió a estallar.

Parecía que la vida en la familia Cox no era tan monótona. En su vida anterior, ella era inútil y tímida. En esta vida, tuvo que recuperar todo.

Después de saludar a la ama de llaves, Keira llegó a la Academia West. No esperaba volver a tener problemas.

—"¡Oye!" Scott bloqueó el camino de Keira y le preguntó: —¿Por qué Camila no está en la escuela? ¿Has vuelto a hacerle algo?

—"¿No es tu prometida"? ¡Si tienes boca, pregúntale tú mismo! Keira frunció el ceño ligeramente. Ver basura como Scott había arruinado su humor durante todo el día.



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Cuando Keira le dijo a Scott que la dejara y fuera a preguntar a su prometida qué es lo que le pasaba o porque no asistió a la escuela, este, en lugar de dejarla en paz, la jaló del brazo para tornarla hacia él, tratando de darle un fuerte golpe que la tirara al piso, sin lograrlo.

La reacción natural de Keira como una chica que estaba habituada a defenderse de cualquiera en las calles de los barrios bajos fue usar su brazo sujeto como palanca, para levantar su pierna y dar una fuerte patada en el costado a Scott, golpeándole las costillas, haciendo que aullara de dolor y se doblara sin más remedio por la mitad y cayendo al piso. Todo sucedió en mitad del patio de la escuela. Fue la mayor humillación que le habían hecho a Scott, que presumía de ser el más guapo y fuerte del colegio…

Cuando Keira lo dejó tirado ahí donde sucedió todo, los amigos de Scott corrieron a ayudarlo, mientras Kelly corrió tras de Keira, para saber dónde había aprendido a luchar de esa forma.

—Kelly, olvídalo, donde aprendí yo, no puedes hacerlo, tú eres demasiado buena niña. Así que mejor ponte a estudiar.

—Hablas como mi tío…—Protesta Kelly.

—Porque tengo razón, lo mejor es que estudies. Los exámenes son este fin de semana ya.

—Está bien, lo haré y te prometo que seré de las mejores 100.

—Está bien.

—Pero tú prométeme que te cuidaras de Scott, ese chico es muy malo, y siempre paga a pandilleros para que hagan el trabajo sucio por él.

—Lo prometo, me cuidaré.

Después entraron a clase, pero Keira pensó en lo que había dicho Kelly, claro que sabía perfectamente de lo que era capaz Scott, en su vida pasada, por culpa de Camila, mandó golpearla y la dejaron tirada en la calle. Le abrieron la cabeza por un descuido que tuvo; un hombre grande llegó por detrás y le dio con un tubo y la hizo perder el equilibrio. Así fue como todos la atacaron hasta perder el sentido y quedar tirada a la orilla de la carretera mientras caía la lluvia sobre ella.

Pero en esta vida se cuidará más y no se dejará atacar por descuido; si así sucede, ya sabrá que será atacada por detrás. Los destrozará antes de que la hieran a ella.

Pasaron las primeras clases y se fueron al almuerzo. Estaban en la cafetería y se encontraron con un espectáculo ya común.

—Clotie, si no tienes dinero para comer, porque vienes al comedor, solo a causar lástima, será mejor que te vayas ahora.

—Es verdad, Clotie, siempre haces lo mismo, pides la comida esperando que alguien la pague por ti.

—No es verdad, no siempre es así —protestó Clotie.

Keira sabía muy bien que era así desde que era pequeña. Cuando la conoció en los barrios bajos, siempre quería que ella pagara toda su comida, todo lo que querían ella y su familia, incluso cuando fue casi muerta por culpa de su hermano.

Solo Clotie sabía dónde se escondió cuando logró huir de viejo pervertido y ella la vendió a Luck, para que la llevaran de vuelta. Después de decir que siempre serían amigas inseparables.

No quería verla nunca más y tenía que aparecer aquí.

—Keira Por favor, paga mi comida Mi tarjeta no tiene dinero.

—No te conozco, ¿porque debería de pagar tu comida?

Scott aprovecho para avergonzar a Keira

—Mira, cómo no la vas a conocer si es de los barrios bajos de donde tú vienes; apestan a lo mismo que tú a suciedad. —Está furioso por la patada que le había dado por la mañana.

—Provengo de los barrios bajos, pero no quiere decir que conozco a todas las personas de ese lugar. ¿Cómo tú puedes conocer a toda la basura? Como tú, aunque sean ricos. —Keira se fue con sus amigas de la cafetería.

Scott estaba más lleno de ira que por la mañana, así que sacó su teléfono y marcó un número y le dijo al del otro lado que le pagaría a él y a sus amigos por un trabajo esa tarde fuera de la escuela.

A la hora de siempre terminaron las clases. Kelly se fue a casa a estudiar. Como le dijo Keira que lo hiciera, su tío le avisó que no iría a recogerla, que tenía cosas que hacer. A Keira la dejó el chofer por órdenes de Camila.

Así que Keira solo caminaba tranquila por la parte de atrás de la escuela con rumbo a la parada del bus, que la dejaría cerca de la casa de los Cox.

Cuando estaba caminando por un costado de la barda de la escuela, Escuchó unos pasos que la seguían, miró a los lados y notó que todos los comercios ya habían cerrado, así que no había donde se pudiera esconder.
También vio que no había cámaras ni en la pared de la escuela.

Escogieron un buen lugar para hacer una pelea, donde nadie los culpará si llegarán incluso a matarla; estos no vienen con intenciones de solo darle una golpiza; las cosas han cambiado mucho al pasado.

Muy bien, querían jugar rudo, así sería. Keira caminó un paso más hacia la esquina de la barda de la escuela, donde estaba segura que se encontrarían los gritos de la pelea, directos a las oficinas de la dirección y en caso que aún estuviera alguien, podrían llamar a la policía.

Estaba alerta de que no la golpearan en la cabeza como en el pasado o la derribaran y de verdad que sería carne muerta.

Un tipo corrió con un gran bate en las manos y atacó a Keira; ella lo recibió con una pata en el pecho sin darle tiempo a reaccionar a lo que le esperaba. El tipo perdió todo el aire de sus pulmones y cayó al piso sin más batalla que dar, pero aún quedaban 4 más y Scott. Dos corrieron a tacarla; ella ya había tomado el palo que traía el tipo tirado en el piso y golpeó a uno de los tipos en ambos costados y la cabeza, mientras al otro le daba un par de patas y después lo remataba con el palo. Así terminaron tres en el piso.

En las oficinas del colegio se encontraba el director y algunas de las personas del comité directivo, así como el presidente del miso, quien era Mitchell Haggard, el mayor accionista del colegio. Estaba saliendo de una reunión cuando todos escucharon gritos de pelea provenientes del callejón del costado del colegio.

—Eso son gritos de pelea —comento el director.

—Esperemos que no sean nuestros alumnos —dijo otro hombre.

—Llamen a la policía de inmediato —dijo Mitchell y salió corriendo a ver qué es lo que pasaba.

Cuando llegó al lugar, vio que estaban atacando a una chica, tres hombres y ella parecía ya cansada. Uno de ellos le golpeó la cabeza, corrió y pateó al que golpeó a la chica, pero ella no se cayó por el golpe. Siguió defendiéndose; cuando vio de quien se trataba, la sangre le hirvió y no se paró hasta derribar a los otros dos.

—Keira, cariño, ¿qué te paso, porque estás así? —La tomó entre sus brazos y caminó hasta donde estaba ya su auto estacionado.

—Detenerlos a todos; quiero saber porque la atacan —le ordenó a uno de sus guardaespaldas. Y se la llevó al hospital. —Claude, llama a tu hermano, voy al hospital principal la ciudad, dile que tiene que estar ahora mismo, debe atender a alguien que va conmigo. — Y colgó sin esperar más respuesta; estaba tan asustado y enojado a la vez al ver el pálido rostro de Keira y el hilo de sangre que corría desde su cabeza hasta su cuello.




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Llegaron al hospital y ya estaba ahí Leroy Howland, el mejor médico psiquiatra que hasta ahora ha conocido el mundo de la medicina. Era hermano de Claude, el amigo de Mitchel y ahora socio de Keira.

Leroy acaba de llegar al país después de estar dando conferencias en diversas partes del mundo sobre sus investigaciones. Él se dedica a la investigación de la psique humana y la complejidad en la cual se puede sumergir la mente cuando se niega a aceptar una verdad dolorosa y se pierde en una oscuridad de negación.

Pero siempre lo llamaban para usarlo como médico general estos dos. Eran unos descarados, que les daba lo mismo si él era un médico de renombre o no; igual si se cortaban un dedo y solo necesitaban una bandita, lo buscaban.

Ahora, no tenía ni idea de que se le había atorado al molesto de Mitchell. Pero ya estaba listo en la entrada de urgencias.

—Está entrando el señor Haggard con una chica en brazos —informó una enfermera.

Eso sí puso en alerta a Leroy: nunca lo había llamado por algo tan serio y menos una chica.

—Ponla en la camilla, déjame ver qué le pasa, es una abertura en la cabeza, ¿qué fue lo que sucedió, Mitch?

—Alguien la lastimó, dándole un golpe en la cabeza.

—Comprendo, tendremos que tomarle algunas placas.

—¡NO!... Quiero que le hagan toda clase de estudios; tiene que estar bien. — Mitchel no quería revelar que fue en una pelea lo que sucedió, así que deseaba que fuera revisada por completo.

—Perfecto, así lo haremos, si es lo que quieres. Leroy no pretendía; conocía a ese gruñón y era perder el tiempo si lo contradecía.

—La llevaré a que le hagan los estudios y a limpiar la herida, así que necesita una habitación.

—Eso no es problema, solo atiéndela.

—¿No llamarás a su familia?

—¿Lo haré ahora, solo atiéndela?

Que le importaba su familia a Mitchell; lo que quería en ese momento era solo saber que Keira estaba bien y poder ir a ver a esos que la estimaron y ajustar cuentas.

Leroy se dio prisa en atender a Keira, cuando le limpió la herida y también su rostro se sorprendió en gran manera al verla. Siempre le habían dicho que él era tan guapo que, si fuera mujer, podría ser un modelo que no sería fácil de olvidar por sus bellezas, y como hombre tiene un magnetismo muy especial hacia el sexo opuesto, pero la chica que tenía ahora mismo frente a él era como si se estuviera viendo el mismo.

Esto era prácticamente imposible de creer. Le pidió a la enfermera que le sacara sangre y él mismo llenó todos los estudios que pediría. No quería dejar nada al azar.

Además, a esta niña algo le preocupaba, porque no le había salido nada malo en los exámenes, pero no despertaba del desmayo.

Tenía que dejarla toda la noche en observación y ver qué es lo que estaba sucediendo.

Salió y avisó a Mitchell, que podía pasar ya a la habitación y verla, pero que ella estaba dormida.

—¿Por qué está dormida? Solo fue un golpe en la cabeza; se desmayó en mis brazos; ella me vio antes de hacerlo.

—¿Entonces sabes quién? Sí, es una compañera de mi sobrina.

—Bien, entonces debes llamar a su familia; ella no despierta por si sola, así que la dejaremos esta noche en observación. Tal vez sea por el golpe, pero no tiene una conmoción cerebral; simplemente ella no quiere despertar.

—Bien, entonces llamaré para que venga alguien de su familia. Sacó su teléfono y personalmente marcó a la casa de la familia Cox. Respondió la ama de llaves y le pasó a la madre de Keira.

—Señora, ¿es usted la madre de Keira?

—Ke hizo esta ves ese demonio?

—Surgió un accidente y está en el hospital principal.

—Si le paso es porque hizo algo, y se lo merece, no moleste más, —colgó Grace, sin importar a quién era la persona que estaba colgando el teléfono.

Mitchell y Leroy se quedaron estupefactos al escuchar a la supuesta madre de Keira.

—Tengo algo importante que hacer ahora; solo me tomara una hora máxima, ¿puedes cuidarla por mí?—preguntó Mitchell.

—Sí, puedo hacerlo. Además, Leroy estaba muy intrigado por esta chica.

Mitchell se fue rumbo a la comisaría para ver a los hombres que habían sido detenidos; todos eran unos simples gamberros, pagados por otra persona; ninguno quería decir quién le había pagado, solo decían que el dinero se lo habían dejado en un lugar acordado y les habían dejado las indicaciones: lugar, hora y donde podrían ver a la mujer que atacarían.

Como no había cámaras, no podían comprobar si había más de los 5 tipos que tenía ahí. Así que los detuvieron y acusaron de hasta deberle la risa a Mitchell…

Scott estaba escondido, supo escapar a tiempo, y no fue atrapado.

Mitchell, después de arreglar todo en la comisaria, se regresó al hospital para pasar la noche al lado de Keira, quien no mostraba señales de despertar.

A la mañana siguiente, Leroy pasó a revisarla, pero solo encontró que sus signos vitales eran regulares; no había nada malo en su cuerpo; simplemente era como si ella se hubiera tenido en sueño profundo del cual no quería regresar.

Leroy ya había visto estos casos antes. Lo vio en su propia madre, cuando era niño. El día que robaron a su hermana, su madre no soportó la idea de perderla y al principio comenzó a buscarla por todos lados; después solo pensaba en ella, y un día se durmió y ya no despertó. Se hundió en su propia soledad, tristeza y depresión.

Pero a esta niña, que apenas debe tener 18 años, ¿qué debe haberle pasado como para sufrir un sock tan fuerte y no querer regresar a la realidad?

—Mitchell, ¿aves algo sobre su vida?¿Qué le pudo pasar como para no querer despertar?

—Se que ella regresó hace poco a la familia Cox; es su hija perdida, vivo en los barrios bajos.

—¿Cuánto tiempo duro perdido?

—Parece que la cambiaron en el hospital por la actual hija que tienen, así que desde siempre.

No, no puede ser ella. Pensó en Leroy, pero se parece tanto a él.

—Entonces no vendrá su familia, ?

—Creo que no, al parecer, no le importa en lo absoluto a ellos.

—¿Para qué la buscaron si no la iban a cuidar?

Leroy estaba muy molesto. Su madre perdió la razón por la hija que le robaron, y quienes encuentran a su hija no la quieren.

—Háblale Mitchell para ver si reacciona. Estaré en el consultorio.

Mitchell se quedó al lado de Keira, diciéndole frases dulces y promesas de amor, pidiéndole que despertara, pues la necesitaba en su vida.





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Pasaron las horas, y no reaccionó Keira. Ella seguía como si estuviera en un coma inducido. Durante todo el tiempo Mitchel no se despegó de su lado; para lo que más importaba era solamente ella y nada más.

La familia Cox no se apreció para nada; ya habían pasado casi 48 horas sin que ella reaccionara; Leroy estaba comenzando a dudar de que ella quisiera despertar.

Keira se encontraba en hermoso lugar, donde caminando bajo el azul del cielo, veía el brillo del sol, sentía la brisa del viento en su rostro, y en sus pies sentía la humedad del pasto recién mojado por el roció del amanecer.

No tenía Ninguna pena, su alma estaba tranquila, su corazón no dolía; no tenía más ganas de venganza, de derramar sangre, como las que tenía cuando renació; Solo quería caminar en paz, con sí misma y con lo que la rodeaba; ese lugar que era un bosque tan denso y hermoso, nunca antes lo había visto.

A lo lejos se encontraba un lago azul, tranquilo y en él una barca. Al verlo sentía muchas ganas de llegar y subirse a esa barca y cruzar el lago. En su fuero interno sabía que la estaban esperando al otro lado del lago. No sabía quién, solo sentía que debía encontrarse con esa persona…

Pero era tan largo el camino para poder llegar hasta el lago, que por más que caminara no lograba su meta; solo escuchaba la voz que le decía cosas bellas, cosas que ella siempre quiso escuchar, y sabe que, si cruza ese lago, podrá ver al dueño de esa hermosa voz. La hace sentirse menos agotada, cansada, pero aun así no logra avanzar. ***

Mitchell no dejaba de llamar a Keira, diciéndole que la necesitaba a su lado, que era la cosa más bella que le había sucedido en la vida, que necesitaba que regresara a su lado, que despertara…

Leroy sabía sobre la mente humana y sabía que Keira estaba entre el consciencia y el subconsciente, así que estaba escuchando las palabras de Mitchell; podría sentir lo que él le decía, como algo que estaba soñando, y de esa forma hacerla reaccionar a la realidad.

—No podemos saber qué fue lo que la hizo reaccionar de esta forma, pero, en algunas ocasiones, puede ser una reacción a un cansancio emocional, algo muy agotador, cosas que ha vivido y que guarda muy profundo en su subconsciente, que la ha sacado fuera y ahora la lleva al sueño profundo, del cual no quiere despertar. Le explicó Leroy a Mitchell.

Mitchell se preguntaba qué tanto habrá sufrido como para estar en ese estado. Si su familia no se ha presentado en dos días, ¿qué más le habrán podido hacer en solo unos meses que tenía con ellos?

—Nuca le pasó por la cabeza a Mitchell que él mismo en otra vida, en otro tiempo, había enterrado ese cuerpo, había visto cómo la asesinaron, y escuchado de la propia voz de Keira el calvario que vivió. Si ahora le dijeran que eso haría en el futuro, se volvería loco y sería capaz de destruir a todos los que estén en su camino.

Los hilos del destino tienen una forma de enredarse tan extraña, y complicada de comprender para nosotros unos comunes mortales… Las parcas son siempre quienes juegan con nuestros hilos de la vida como si fuéramos sus títeres. 

—Mitchell, tienes que descansar y comer algo; ya han pasado más de dos días desde que estás aquí con ella. Ve a asearte y descarta algo, yo me quedaré aquí—se ofreció Leroy.

—Tienes razón, regresaré pronto.

Leroy se quedó con Keira, pensando profundamente en la vida que habría tenido esa niña, en el parecido asombroso que tenían los dos, pero no expresó las dudas que crecían cada vez más en el fondo de su corazón, no hasta que ella saliera de su auto como inducida.

—Pequeña, tienes que despertar, necesito saber si eres la hermana que perdí hace 18 años. Si lo eres, tienes que regresar a la casa que de verdad pienses. Donde te hemos estado buscando de día y de noche, donde te estamos esperando para darte amor y cariño. Donde tienes una madre y un padre que no han podido seguir con su vida desde que desapareciste.

La familia Howland, hacía 18 años, había sido víctima de su propia niñera; ella en un arranque de ira y venganza robó a su pequeña recién nacida y se la llevó. La policía dijo que se suicidó llevando a la bebé a un río a las afueras de la ciudad. Solo encontraron el cadáver de la niñera, pero nunca el del bebé. Aun así, declararon muerto al bebé.

La madre de Leroy, Macey Howland no superó ese duro golpe; pasó momentos muy complicados al principio, con tratamientos para la depresión y, poco a poco, fue perdiendo la cordura, hasta perder la razón. Unos días está lucida, otros están de nuevo en el día que fue llevada su hija.

Leroy decidió estudiar sobre la mente humana para poder ayudar a su madre. No le interesa nada de las empresas de su familia; para eso está Claude.

Mientras que su hermano pequeño este año cumplirá 22 años, es uno de los cantantes más reconocidos en la industria, y nadie sabe que es el hijo menor de su familia. Siempre desde el inicio se puso un nombre y apellido comunes, y como ellos nunca asistieron a reuniones sociales, no los conocen, así que es libre como el viento.

—Pequeña Tamy, despierta, estoy seguro que eres tú; tus hermanos te estamos esperando.

Keira estaba escuchando una voz diferente, una que tenía un timbre lleno de cariño, cariño paternal, ese cariño que tanto se le había negado durante su vida, que quería sentir que la reconfortara cuando los niños le pegaban en la escuela, cuando no tenía que comer, el día que murió su madre adoptiva, esa voz que necesitó tantas y tantas veces.

—Hermanita, despierta o qué vamos a hacer si de verdad te mueres ahora que te encontré; qué le voy a decir a los otros dos. Vamos; tienes que despertar y ver a este hermano tan guapo que tienes. Le hablaba mientras acariciaba su mano con una dedicada ternura y se le quebraba la voz. Estaba seguro de sus palabras después de revisar los análisis que había hecho; sabía que lo que estaba haciendo era malo, pues no tenía el consentimiento de ella, pero era imposible de no tener una respuesta a lo obvio, pero ahora que la tenía a su lado no la dejaría que nadie se la llevara de su lado, o le hiciera daño, ni ese viejo zorro de Mitchell, que ya le vio los colmillos.

Leroy no pensaba decir nada hasta que Keira despertara y hablara con ella primero. Ella tenía que decir si se los decía a todos o continuaría siendo un secreto entre ellos dos. Lo importante es que ella despertara de ese letargo que tenía ahora.



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Ya era la mañana del tercer día en el hospital, donde se encontraba Keira. Incluso Claude había ido a ver como estaba la niña.

—Cómo está Keira, qué fue lo que le pasó —preguntó Claude  a Leroy.

—Alguien la golpeó en la cabeza y después perdió el sentido; ahora ella no quiere despertar, todos sus sentidos están bien, solo no quiere despertar.

—¿Es como lo de mamá? Ella es demasiado joven para sufrir algo así; bueno, aunque tiene cargas muy pesadas, es mi socia; lleva una empresa que está subiendo como la espuma.

—Deberías de estar orgulloso de eso. Leroy lo dijo como si nada, pero en el fondo pensó que lo llevaba en la sangre.

—Sí, es muy joven e inteligente, pero ya hizo algo Mitchell al respecto. Él estaba en el lagar, ¿no?

—Sí, ya arreglé eso.

—¿Crees que despierte la chica?

—Espero que lo haga pronto, creo que solo es una sobrecarga de emociones.

—¿Y su familia?

—¿Cuál familia?

—Hermanito, sé que tienes un sentido del humor muy raro, pero no juegues conmigo, la familia Cox.

—Ha, ella se apellida Perry, y esos no se han apreciado aquí. Y que no hagan porque los voy a correr.

Claude se quedó asombrado por las palabras de su hermano, pero no le extrañaba; era muy protector con sus pacientes.
Sin embargo, sí que estaba muy sorprendido por la actitud de Mitchell para con su pequeña socia; pareciera que está terriblemente enamorado de ella. Si no fuera porque se conocían desde la secundaria, podría decir que… No, eso no podría ser, ese hombre era tan frío como un tempano de hielo; él salió con unas cuantas mujeres y Mitchell solo se dedicó a estudiar y hacer negocios. O quizás sí.

Pero sería tan complicado que Mitchell tuviera una relación; tenía su vida tan complicada y tantas responsabilidades que ni su familia las conocía…

En la superficie solo era un hombre frío de negocios, pero en el fondo era… —Claude suspiró y sentía mucho respeto por Mitchell.

******

En la casa de los Cox, no les importaba en absoluto si Keira vivía o moría; ni siquiera se habían preguntado dónde había estado los últimos tres días, aun cuando Grace sabía que estaba en un hospital.

Hasta que llamaron del colegio para saber porque no había asistido en los últimos días, ya que sabían que se la habían llevado lesionada del callejón de al lado. Y quien respondió ese día por la mañana fue Luck.

—Señor Cox, bueno, soy el director del colegio donde asiste su hija Keira y llamaba para saber cómo se encuentra.

—Que acaso le paso algo?

—Señor Cox, ¿no sabe que su hija fue al hospital hace tres días?

Luck no sabía qué responder; quedaría como un padre al que no le importaba en absoluto su hija, además de un inepto si respondía que no, después de tres días sin saber nada de su hija.

¿Cómo es que no sabía nada?

El director de inmediato se dio cuenta de que de nuevo se habían desentendido de Keira, así que continuo.

—Hace tres días, la golpearon en el callejón lateral de la escuela y fue llevada de urgencias al hospital principal. Me imagino que sigue ahí desde entonces. Llamé para ver si está bien, que pasé buen día, señor. Colgó sin más el director de la escuela.

Ésta muy enojado, que había hecho de nuevo esa niña, ahora porque estaba en un hospital, lo acaba de dejar en ridículo también el director de la escuela.

—Grace, ¿sabías que Keira estaba en el hospital?

—Sí, un hombre llamó para avisar hace tres días, y le respondí que no me importaba que si estaba ahí se lo mereciera.

—Mujer estúpida y no se te ocurrió decírmelo.

Grace tenía mucho coraje contra Keira, por lo que le había pasado a su hija Camila, así que no le importaba lo que le pasara, por eso no dijo nada. Y ahora su esposo la regañaba. Esto era tan injusto.

—Llamó al director de la escuela para saber cómo seguía Keira y no sabía de lo que estaba hablando; resulta que la hirieron fuera de la escuela y ellos la enviaron al hospital desde hace tres días.

Grace estaba pálida, pensando que había hecho lo mejor: darle una lección a Keira, no yendo a verla al hospital, pero no imaginó que la escuela fue la que la envió a ese lugar.

—Voy de inmediato al hospital para ver qué le pasó a esa niña, espero que no esté medio muerta, así ya no servirá para nada. Luck se salió de casa y fue al hospital.

Cuando llegó a la recepción y le informaron que se encontraba en una habitación VIP, preguntó por qué la habían puesto ahí, que ese lugar costaría mucho dinero que la llevaran a una habitación ordinaria de inmediato.

Los de la recepción llamaron al director del hospital cuando el hombre se puso como una fiera, diciendo que él no pagaría la factura del hospital por los gastos y estudios que nunca había permitido que le hicieran a Keira. Todo esto se lo informaron de inmediato a Mitchell y a los Howland, los cuales dieron la orden de que lo sacaran del hospital y no permitirían que entrara a ver a Keira.

Luck estaba aún más molesto, gritando que era el padre de Keira que tenía derecho de ver a su hija. Cuando estaba en la puerta salió Mitchell, y habló con él.

—Señor Cox, soy Mitchell Haggard, fui quien trajo a Keira al hospital el día del accidente y quien habló con su esposa, para que vinieran a ver a Keira.

—Oh, señor Haggard. No sabe cuánto le agradezco lo que ha hecho por mi pobre hija; no sé qué le hubiera pasado si no la hubiera ayudado ese día.

—Déjese tantas tonterías y hablemos sobre lo que es importante. Mitchell conocía muy bien a los tipos como Luck, que veía a los hombres como él con ojos de codicia y ambición, esperando ganarse su favor a toda costa. Ese tipo de personas siempre le habían causado repulsa.

—Bien, que es lo que quiere decirme, señor Haggard.

—Usted no tiene interés alguno en su hija, eso está por demás claro; eso lo dejó muy evidente su esposa el día que la llamó y lo demostraron al no presentarse aquí en los últimos tres días. Keira está delicada y no necesita que la importunen ahora, así que no permitiré que la molesten.

—Está bien, comprendo la situación, y entiendo lo que quiere decir, y también que mi hija es una niña muy guapa y que quizá a usted le guste. Podemos llegar a un arreglo si es eso lo que quiere.

—¿Me está ofreciendo a su hija en venta?

—No tiene por qué decirlo de ese modo; solo podría ayudarme con algún contrato importante; su familia es una de las poderosas del país así que podemos ayudarnos mutuamente.

Mitchell ahora comprendía por qué Keira se negaba a despertar cuando había pasado al lado de esta porquería de padre. Sola la habría buscado para hacer tratos de esa índole con ella. Tenía ganas de matarlo aquí mismo.

—Será mejor que se largue ahora mismo de este lugar antes de que mande llamar a la policía y lo acuse de proxeneta. O lo mato yo mismo.

—¡No puede quedarse con mi hija!

—Haga lo que quiera entonces, si la quiere de vuelta.

Con esto Mitchell se giró y entró de nuevo al hospital; Luck estaba que no podía creer su suerte; su hija, la más inútil, había caído en las manos de uno de los millonarios más grandes del país; ahora podía salir de todos sus problemas.

Luck regresó a su casa realizando planes de cómo podría sacarle dinero a Mitchell para realizar sus negocios, atreves de Keira, sin siquiera saber el estado de salud de ella.

Cuando entró, lo primero que hizo fue subir a su estudio en parte del segundo piso. Al ver a Grace con Camila entró, y les contó.

—Tu hermana fue mucho más inteligente que tú, atrapó a uno de los millonarios más grandes del país y ahora puedo salir de todos mis problemas.

—¿De qué estás hablando, Luck?

—Quien llevó al hospital a Keira fue Mitchell Haggard. Y quiere a Keira.

Camila apretó fuertemente la manta que tenía entre sus manos. No podía soportar lo que estaba escuchando; esa perra estaba con uno de los solteros más codiciados de todo el país, un joven guapo, millonario e inteligente; eso no era posible, y ella estaba tirada en una cama, recuperándose de una golpiza dada por un bastardo.

Luck, mientras tanto, estaba montando una película en su mente que ni los mejores churros recién salidos de Hollywood. Hubieran sido mejores, pensando que se gastaría todo el dinero que podría conseguir gracias a Keira y sus nuevos contactos.

Mitchell, tenías razón. Los hombres ávidos de riqueza y poder podrían dar mucha grima porque serían capaces de vender hasta su propio cuerpo con tal de conseguir lo que quieren



EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE


Al cuarto día, Mitchell y Leroy estaban comenzando a perder la calma, cuando Keira movió uno de los dedos de mano izquierda. Fue como una epifanía, para ellos. En especial para Mitchell Haggard, quien sintió que el alma regresaba a su cuerpo cansado.

Leroy corrió a revisar los signos vitales de Keira, y notó que estaba regresando del sueño profundo, al ver que las asociaciones cerebrales estaban en movimiento cambiante. Su reacción fue de alegría. Keira estaba por despertar de su sueño.

Mitchell no sabía si llorar o reír de alegría; la mujer que había esperado por tantos años, ahora regresaría a su lado de nuevo. Estos días habían sido una experiencia terrible para él; en unas horas había experimentado un cúmulo de emociones, como podría ser el amor profundo, el miedo y la soledad, todo en pocas horas, pero también estaba seguro que sin ella no podría estar.

Un par de horas después Keira por fin despertó. Se encontraba desorientada y no sabía dónde estaba; solo vio una habitación totalmente extraña para ella. No recordaba nada de lo que le había pasado; de pronto pensó que había muerto y renacido de nuevo; eso hasta le causó un poco de gracia y hasta un terrible dolor de cabeza. Eso sería lo peor que le podría suceder; volver a tener que vivir con esa apestosa familia de nuevo desde el principio sería una terrible maldición. Ya no quería pasar por eso.

Pero de pronto sintió que alguien le tomaba la mano y vio que era ese hombre el que se apiado de su cuerpo inerte y desechado en su vida pasada y le dio sepultura.

—Mitchell?

—Sí, querida, aquí estoy, ¿te duele algo?

—Tengo sed. Solo eso.

No estaba de nuevo renacida; solo estaba en un hospital; esos malditos que envió Scott la golpearon al final, pero Mitchell la salvó de morir en la calle. De nuevo él la salvó; le debía ahora la vida en este tiempo. El destino la tenía unida a él. Quizás por eso regresó, porque ella estaba destinada a estar a su lado, pero por culpa de Luck y esa maldita familia no lo pudo conocer en su vida pasada. Que extraño formar de reunirlos.

—Toma el agua después, estuviste dormida por 4 días.

—Dormida? ¿Fue tan fuerte el golpe que me dieron en la cabeza?

—¿Recuerdas lo que te pasó?

—Sí, fui atacada al costado de la escuela, pero me descuidé y me golpearon en la cabeza.

—Recuerdas quien lo Hizo?

—Tengo idea de quien los envió, pero no puedo probarlo.

—No te preocupes, ya me encargaré yo de eso después. Ahora descansa, tienes que comer un poco de papilla, para que repongas fuerzas, y el médico te revisará pronto. Yo saldré por ahora a buscarte que comas.

—Está bien.

Cuando salió Mitchell, entró Leroy a revisar a Keira. Keira vio a Leroy y vio que era un hombre extremadamente guapo, casi irreal; era de una belleza andrógina; podía decirse que, si tuviera el pelo largo, podía confundirse con una mujer. Pero le parecía muy extraño; era como si lo hubiera visto antes; tenía los ojos verdes y el pelo del mismo color que el de ella. Incluso podría jurar que, si ella hubiera vivido hasta la edad de él y no hubiera tenido esa fea cicatriz en la cara, que le había hecho Camila y sus amigas, sería en su otra vida igual de bella que ese hombre…

—Hola. Soy el doctor Leroy Howland. Te revisaré, para saber que te encuentras bien después de todo este tiempo que permaneciste dormida.

—¿Howland?, ¿es usted hermano de Claude Howland?

—¿Conoces a mi hermano mayor?

—Si, somos socios comerciales.

—Tan joven y ya eres toda una empresaria, esa sí que es una gran sorpresa.

—Bueno, yo solo soy inversor; el que presentó la idea es Robert, así que, bueno, estamos bien como todos como se dieron las cosas.

Leroy la veía con unos ojos de ternura, que era imposible ocultar lo que sentía por aquella niña. La admiraba tanto. ¿Cómo no podría ser una Howland tan inteligente con su primera empresa a los 18 años y ahora socia de su hermano mayor? Si Claude supiera que es su hermana menor, seguro que le querría comprar hasta 10, solo para que jugara en la bolsa de valores. Su papá le tenía una gran empresa a su nombre, esperando por ella, para cuando la encontraran.

No tenía ni idea de lo que pensaría esta niña, cuando se enterara de todo lo que le tiene guardado en casa. Durante años, nunca se han dado por vencidos y jamás creyeron que estuviera muerta y en cada cumpleaños compraban algo para ella.

—¿Te llamas Keira verdad?

—Si así es.

—Quería preguntarte algo. Por lo que pude ver, tu familia no ha venido, así que nos informamos y me enteré que estuviste perdida durante 18 años. ¿Podrías contarme cómo fue tu vida durante ese tiempo?

Keira se lo pensó muy antes de hablar. No entendía porque le preguntaba sobre eso, pero pensó que como era un médico tenía que ver con él porque se quedó dormida, así que comenzó a contar su pasado.

—Bueno, en el orfanato me dijeron que me encontraron en una zanja en los barrios bajos. Alguien me dejó tirada ahí, en la época de invierno, por lo cual casi estaba congelada cuando me llevaron al orfanato, para que cuidaran de mí. Ahí crecí hasta los dos años, creo, cuando mi madre adoptiva me sacó y cuidó de mí hasta su muerte. Viví toda mi vida en la zona más pobre de la ciudad, siempre sobreviviendo con lo que podía, luchando para que no me llevaran los que trataban de vender a los niños o las chicas para los burdeles en otras ciudades o fuera del país. Hasta hace un par de meses que llegaron los Cox y me dijeron que yo era su hija y me trajeron a su casa.

—¿Y te tratan como si fueras su verdadera hija?

—Si he de decir la verdad, hasta ahora solo he tenido problemas con ellos; no puedo adaptarme a vivir en esa casa.

—Comprendo, ¿puedo mostrarte algo, Keira?

—Sí, ¿qué es lo que quieres mostrarme?

—Acompáñame a donde se encuentra el espejo grande que está en la entrada de la habitación, ¿quieres?

Leroy ayudó a levantarse a Keira de la cama con cuidado, pues no tenía muchas fuerzas por los días que tenía sin moverse. Al llegar al espejo de cuerpo entero, la dejó que se viera ella primero, aun cuando su rostro estaba pálido y un poco demacrado. Lucía bello con la gracia de la juventud, y esos ojos verdes inconfundibles de la Howland estaban ahí en su rostro.

Después Leroy se puso detrás de ella y dejó que lo viera junto a su imagen.

—Keira dime que ves?

Keira no daba crédito a lo que estaba viendo. Era como si fueran gemelos en diferentes edades. Eso no podía ser posible, ¿cómo podían ser tan parecidos ellos dos?

—¿Por qué?

—¿Porque nos parecemos tanto, es esa la pregunta a la que quieres una respuesta?

Keira solo pudo mover la cabeza de forma afirmativa sin dejar de ver las imágenes en el espejo.

—Cuando te vi el día que me llamó Mitchell, también me hice la misma pregunta. Hace 18 años, robaron a mi hermana menor de casa, y desde entonces la hemos estado buscando sin parar. La policía nos dijo que estaba muerta, pero nunca encontramos su cuerpecito, así que jamás creímos eso.
Y es imposible que te parezcas tanto a mí si no eres mi hermana…

—Pero los Cox me mostraron una prueba de ADN, donde demostraban que son mis padres.

—No sé con qué finalidad te hayan llevado a su casa, pero creo que esa prueba es falsa en su totalidad, por eso quiero tu consentimiento para que realicemos una nueva prueba y saber si somos hermanos tú y yo.— Por mi parte no diré nada a mi familia aún. Leroy ya sabía que sí eran hermanos, pero quería que Keira se fuera adaptando poco a poco a la idea; no le sería fácil aceptarlo.

—Déjame pensarlo, aún tengo cosas que resolver. —Keira tenía que terminar lo que había comenzado.

—Keira, sea lo que tengas que hacer, cuenta conmigo, soy tu hermano, y eso no cambiará en nada, comprende lo que esto significa. Si tienes que regresar a esa casa, por algo que tienes que hacer ahí, yo te apoyaré.

Keira sintió que por fin tenía alguien que de verdad la podía apoyar de corazón sin importar nada, pero aún sentía un poco de desconfianza; le habían fallado tanto en su vida; confió en alguien y esa persona le disparó.

—Dame un poco de tiempo para asimilar todo; por ahora será mejor que esto quede entre nosotros dos. Le pidió Keira a Leroy.

—Comprendo, pero necesites lo que necesites, búscame, este es mi número de teléfono.

—Gracias, lo guardaré, te llamaré si necesito algo o solo para hablar.

—Eso estará muy bien, pequeña Tamara. —Keira se sorprendió ante ese nombre.

—¿Ese es mi verdadero nombre?

—Lo escogió nuestra madre, mucho tiempo antes de tu nacimiento.

Ya no pudieron continuar con su charla; en ese momento regresó Mitchell, con el almuerzo para Keira y algunas cosas para que se aseara y cambiara de ropa.





EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE



Por fin salió del hospital Keira y regresó a la casa de la familia Cox. Ni Leroy ni Mitchell estaban de acuerdo en que lo hiciera. Pero aún tenía cosa que hacer, por lo cual ella tenía sus propios motivos para regresar, así que, a pesar de las protestas de ambos hombres, ella regresó.

Una vez que se instaló en su habitación, inició su nuevo plan de ataque; ahora que sabía que no era hija de Grace y Luck, buscaría el por qué fue llevada a esa familia. ¿Quién la llevó, y él por qué?

Si ella no recordaba mal, quien fue posponiendo su búsqueda como supuesta hija perdida fue Grace. Ella misma fue la que mostró el documento de ADN donde demostraba la compatibilidad consignada entre ambos, por lo cual era hija de los dos. Pero ¿si ella no es hija de ninguno de los que hace en esa casa?

Grace sabía desde un inicio quién era en realidad. ¿Quién es Camila? ¿Qué papel juega en todo esto ella también?

Tenía tantas preguntas sin respuestas, pero sabía que debía resolverlas para poder comprender por qué la llevaron a esa casa y por qué fue que la sometieron a tantas cosas. Todo mal tiene una explicación y el de ella lo debería de tener, porque alguien lo ordenó y aquí solo se estaba ejecutando.

Pero hasta dónde eran culpables Grace y Luck.

Si fuera verdad que ella fue secuestrada y que la niñera murió, entonces, porque lo hicieron, ¿qué ganaban con sacarla de casa de la familia Howland? ¿No pidieron rescate?

Solo por envidia, para matar a un bebé, eso no es creíble. Algo más tenebroso está escondido en toda la historia. Detrás del secuestro que se llevó a cabo en la casa de la familia Howland debe existir…

—Primero debo encontrar la que está dentro de esta casa escondida; después veré que lo existe fuera. Así podré saber quién soy en realidad —susurró Keira.

Ella misma tenía que comprobar a qué lugar realmente pertenecía; ya no se haría falsas ilusiones como en su otra vida, para que después le rompan el corazón; tal vez los hermanos Hielan no la traten mal, pero no quiere tampoco vivir bajo la sombra de una niña que quizá no es.

Ahora averiguará la verdad hasta el final. Sea cual sea.

—Keira, ¿cómo esta hija?

Acucho la voz de Luck fuera de la puesta de su habitación, ya imaginaba que se había tardado en ir a buscarla.

—Estoy cansada, ahora quiero solo descansar.

—Está bien, solo descansa, no te molestaré, pero vendrá la modista a tomarle medidas a Camila, así que porque no bajas tú también, así podrán hacerte un hermoso vestido para tu fiesta.

¿De dónde salió este padre tan generoso?

—Está bien, lo haré cuando llegue la modista.

—Perfecto enviare a la sirvienta, para que te llame.

Que bien, llegará la modista, hará un horrible vestido para que yo pase una vergüenza, pero bueno, tenemos que seguirles el juego para que no duden de mí…

Keira tenía que estar preparada para la fiesta. Les tenía una gran sorpresa para ese día.

*******

—Mamá, no puedo creer que cuando venga la modista tenga que hacer un vestido nuevo y elegante a la muerta de hambre de Keira.

—No te preocupes, no será nada fino ni elegante, será un vestido común y más corriente; esa cosa no merece nada bueno.

—Mamá, eso, espero que ella no luzca nada bien, la estrella de la fiesta tengo que ser yo, y todos los invitados tienen que mirarme solo a mí y a nadie más.

—Hola, se puede, ¿cómo te sientes, Camila?

—¡Dylan!

—Pase a saludarte y ver cómo sigues, y a traerte por adelantado mi regalo de cumpleaños.

—Los dejaré solos, para que charlen mejor —Grace se fue de la habitación. Sabía sobre los planes de Camila de pedir ayuda a Dylan para estropear a Keira el día de la fiesta.

Cuando se fue, no cerró por completo la puerta, así que se podía escuchar y ver lo que decían y hacían esos dos dentro.

—Camila logró encontrar alguien para que pueda destrozar la reputación de Keira.

—Yo no quiero que la destroce; yo quiero que muera esa maldita.

—Camila, controla lo que dices.

—Dylan Si estuvieras de mi parte y de verdad me amaras como dices, estarías pensando igual que yo.

—Te comprendo; pero matar a una persona es algo grave, es un delito, incluso tendrías que ir a la cárcel, Camila.

—Pero, Dylan —con voz melosa se acercó a él abrazándolo, —podrías encargarte de eso por mí.

—¿Me estás pidiendo que yo mismo la mate, Camila?

—Nunca haría eso, yo solo digo que consigas quien lo haga.

Después de eso Camila se acercó más a Dylan hasta alcanzar sus labios y besarlo primero con timidez y después con pasión, seduciéndolo con sus besos. Dylan la tomó entre sus brazos y la comenzó a acariciar como había soñado muchas veces. Deslizando sus manos por todo su cuerpo, hasta lograr tomar uno de sus pechos entre sus manos y poder sacarlo de su bata casi transparente. Bajó su boca y lo tomó entre sus labios, después la tumbó sobre la cama y siguió desnudándola, hasta que dejó que la pasión los consumiera a ambos, pensando que al final no eran hermanos biológicos. ¿Qué importaba si la hacía su mujer, si él era el primer hombre que la pocería? Este era un regalo que Camila le estaba ofreciendo libremente y él lo aceptaría.

¿Qué pareja tan despreocupada y tan fácil de predecir?, pensó Keira. Le han puesto las cosas en bandeja de plata. Ahora solo esperemos el momento perfecto para usar esta información. Guardo lo que tenía grabado y dejo que esos siguieran con sus mensajeros.
Al fin de cuentas, en su vida pasada lo hacían muy seguido. Y el tonto de Scott se creía el único.

Solo Keira conocía la verdadera cara de Camila, esa que ocultaba a todos. Era una zorra barata que se acostaba con todos, pero a ella no la vendían; ella se regalaba, por placer, solo porque quería hacerlo.
Para conseguir regalos de todos sus amantes, siempre una mujer egoísta y ambiciosa, hasta el día en que consiguió que Dylan le disparara. Su amante principal.

Pero ahora veremos quien se divierte más.


EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE


Ya era el gran día de la fiesta de la celebración de los 18 años de Camila y por supuesto de Keira. Estaba todo viento en popa en la mansión de la familia Cox, revisando que la casa estuviera lista, el gran jardín con luces de colores, la fuente en su máximo esplendor, las flores que adornarían la casa o el exterior, así como la mantelería y cubertería tenían que estar listas. Llegaron los del catering para preparar todas las mesas para los invitados. Se colocó una gran pantalla en la cual se mostrarían algunas fotos de la infancia de su amada hija Camila, por supuesto, ya que Keira no existía en esa familia.

Antes de que dieran las 11 am. Keira recibió un mensaje en su teléfono móvil; era Mitchell quien le pedía que saliera fuera de su casa por un momento.

Keira pensó que era muy temprano para que la fuera a buscar, pero aun así salió a verlo. Él estaba en su auto de negocios, entró en él y lo saludó.

—Hola, Mitchell, pasa algo, es muy temprano, como para verte.

—Quiero ser el primero en darte un regalo de cumpleaños.
Mitchell sacó de un compartimento de su auto una caja de terciopelo negro. Y la abrió para Keira.

—No puedo aceptar esto, es demasiado para mí.

Era un collar de Taaffeite una piedra muy rara y elegante, dé color entre rosado y lila y que se encuentra en Sri Lanka y en Tanzania solamente, con un precio no menor a los 150 mil dólares, Keira pensó que con ese dinero podría hacer mucho, ya que el collar quizás lo gano en una subasta y podría haber pagado hasta unos 400 mil por él.

Solo de imagina que traería en su cuello semejante cantidad de dinero la mareaba.

—Cariño, cuando supe que sería tu cumpleaños y vi el vestido que usarías, pensé de inmediato en este collar, por eso viajé solo para poder conseguirlo para ti.

El pecho de Keira se sentía oprimido, no sabía si podría respirar bien en ese momento, estaba tan feliz y no por el regalo, sino por el hecho de que Mitchel hubiera pensado en ella, eso la hizo que su corazón se calentara, nadie había pensado en su cumpleaños en su otra vida, durante los 26 años que vivo. Su madre adoptiva era muy pobre y solo tenías apenas para vivir, pero la cuido bien no se lo reprocha, pero después de sus cuidados, nadie más sabia cuando nació.

—Lo aceptare solo porque pasaste mucho para conseguir mi regalo de cumpleaños y lo usare esta noche.
Después de eso, le dio un casto beso en la mejilla a Mitchell y bajo rápidamente del auto.

—Mitchell, sé quedo dentro con una sonrisa que parecía la de un chico de 15 años cuando recibe su primera nota con calificación de muy notable, perpetua y de tonto eterno.

—Barnett, tenemos una invitación para la fiesta de esta noche en la casa de los Cox?

—Si señor, pero dijo que no asistiría, llego hace más de un mes

—Cambie de opinión, vendré esta noche.

—Muy bien señor.

Con esto Mitchell se marchó para terminar los asuntos de trabajo pendientes y regresar a la fiesta de Keira por la noche.

A las 11:30 am. Grace llevo a las chicas a recoger sus vestidos, por supuesto el Camila era una belleza de vestido en comparación con el adefesio de cosa que le entregaron a Keira, cosa que le tenía sin cuidado a ella. Después las llevo a un salón de belleza para que las peinaran y maquillaran con un acuerdo para que maquillaran de manera lo más espantosa posible a Keira

—Estas hijas de … No cambiaron el guion por nada, siguen en lo mismo que mi otra vida—Pensó Keira.

pasaron las horas y regresaron a casa. Keira se metió a la ducha para quitarse tolo lo que le habían puesto, el maquillaje y montones de laca pegajosa en el pelo que lo hacía ver sin brillo y vida tan opaco que parcia que había sido revuelto por un tornado. 

Se cambio y maquillo ella misma, dejo su pelo totalmente suelto brillante luciendo lo largo que era solo ondulo las puntas para que le dieran cuerpo al moverse, con el vestido que le había regalado la madre de Kelly el collar que usaría estaba más que bella, era como ver a un hada salida de un cuento, su piel blanca sus ojos verdes y ese pelo brillante era todo un espectáculo verla, era un verdadero poema a la belleza femenina.

Todos los invitados estaban comenzando allegar ya, Luck estaba nervioso pues esperaba la llegada de grandes personalidades y sobre todo esperaba que asistieran los magnates que Keira conocía, esa sería la gallina de los huevos de oro de Luck.

Solo deseaba que no cometiera ningún fallo esa niña tonta, ya que no tenía la debida educación para estar en una fiesta de alto nivel como esta. (estaba demasiado sobre valorado el cerdito en el chiquero)

Cuando ya se encontraban más de la mitad de los invitados en el lugar que se por estableció para el evento, Camila bajo las escaleras haciendo una aparición elegante, seguida de luces y reflectores para que fuera lo único que vieran los invitados.

Todo estaba yendo según los planeado, solo faltaba que bajara la hija que había aparecido de la nada, era la expectación de la noche.

Para esto Grace reunió a los jóvenes más prestigiados en la escalera con el pretexto de que invitaran a su hija su primer baile cuando bajara por las escaleras ya que sería su presentación en sociedad

Lo mismo que sucedió en la vida pasada de Keira...

las amigas de Keira se encontraban a un costado de la escalera esperando a verla bajar, eran las únicas invitadas de ella, pero notaron que algo no estaba bien en el actuar de Grace, así que se pusieron en modo alerta ante cualquier eventualidad.

Kelly envío un mensaje a su tío.

—Tío, algo no está bien en esta fiesta, la madre de Keira está reuniendo a todos los hombres para que la vean... Ven pronto...





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BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE


La fiesta ya estaba en su apogeo cuando Mitchell aún estaba en camino en medio del tráfico y recibió un mensaje de su sobrina. Cuando lo leyó, sintió que la sangre le estaba bombeando amil por segundo; estaba a punto de explotar.

Imagino de inmediato que esos dos seres repugnantes estaban reuniendo a posibles compradores para Keira. Ese hombre fue capaz de ofrecerla en el hospital, estando enferma, sin aún saber su condición médica. Que no sería capaz de hacer ahora mismo que estaba sana, elegantemente vestida.

Sentía unas ganas de estrangular con sus propias manos a ese ser.

—Barnett, date prisa en llegar a la mansión de los Cox.

—Si señor, lo haré de inmediato.

El pobre de Barnett buscó el modo de salir del tráfico y buscó la manera de llegar de inmediato a la mansión de los Cox; solo podía ver esa mirada mortal de su jefe; ya sabía que era capaz de matar a alguien cuando se ponía así, y no era una falacia, era una verdad absoluta que lo hacía; lo había presenciado de primera mano.

Solo Barnett conocía la otra cara de Mitchell, esa que tenía que cargar solo él, que no podía compartir con nadie más.

Barnett sentía la soledad de su jefe; aún sin que la expresara, nunca lo veía sonreír o sentir felicidad, solo frío. Pero desde que conoció a la señorita Keira sabía que ella lo hacía sonreír y ser cálido.

Llegaron a la mansión de los Cox y Michel se dio prisa para entrar. No presto atención ni a los de la entrada, quienes pidieron la invitación. Los pasó sin mirar. Solo quería ver a Keira y ver que estuviera bien.

Cuando entró, ella estaba bajando por la escalinata de la casa, y sí, se encontraba una corte de hombres en lo bajo esperando por ella. Pero ella era de él y de nadie más.

Keira vio cuando entró Mitchell; pensó que no llegaría sino hasta más tarde o que quizá no asistiría; siendo un hombre tan importante, no tendría por qué asistir a una fiesta tan insignificante como esta, pero ahí estaba esperando por ella, y ella estaba desde hacía una vida esperando por él.

Bajo, entre cuchicheos de todos los hombres que estaban esperando por ella, que decían que era la mujer más hermosa que nunca había visto, preguntándose, ¿por qué la tenían escondida los Cox y presentaron a la hija adoptiva primero?

Esos comentarios destrozaron la autoestima de Camila, y Grace estaba más que molesta porque su plan había fallado. ¿De dónde diablos sacó ese vestido? Sobre todo ¿cómo consiguió un collar tan hermoso?

—Madre, ¿qué fue lo que pasó? Porque no está usando el vestido que le compraste. donde esta? Y el maquillaje y el peinado, ¿qué pasó?

—No lo sé, no sé quién le dio ese vestido, ni quién la maquiló, no sé nada de lo que pasó.

Para esas dos era como si se hubiera realizado el famoso cuento de hadas de la cenicienta, y llegara un hada madrina y convirtiera a la sirvienta andrajosa en una princesa hermosa. Estaba echando unas furias de pieza de cabeza.

—Hola, querida, estaba esperando por ti.

—Y yo he estado esperando por ti. (Una vida entera) —pensó para sí misma Keira cuando tomó la mano de Mitchell delante de todos los presentes que se quedaron sorprendidos de ver ahí al misterioso hombre de negocios Mitchell Haggard.

Luck estaba más feliz que Nuca en toda su vida; al ver esto, no podía creer su buena estrella; por fin esa miserable niña servía para algo.

En ese preciso momento llegaron los hermanos Howland, quienes no saludaron a los anfitriones, sino que fueron directamente a ver a Keira.

—Keira, felicitaciones por tu cumpleaños —Claude se acercó y le dio un abrazo y vio el collar que llevaba puesto y miró de reojo a Mitchell; de inmediato sabía contra quién había perdido en la subasta, contra este malvado ladrón de collares…

—Felicidades, querida Keira, espero que estés mucho mejor después del accidente. —Se acercó Leroy con unos ojos de amor y ternura que no podían disimular lo que sentía por esa niña.

—Bueno, tenemos un regalo para ti, aparte de los dos. Leroy había convencido a Claude de que era una niña muy delicada y hermosa que merecía tener algo bello, así que le compraron un juego de gargantilla, pulsera y aretes de diamantes blancos y rojos. Algo sumamente raro de conseguir y aún mucho más complicado de pagar.

—Son tan hermosos. —Keira sabía que le era imposible rechazar ese regalo. Era de sus hermanos. Aunque no se había hecho la prueba de ADN, ella sabía que era verdad que eran sus hermanos.

Kelly y Maggi miraban con gran sorpresa el regalo que le dieron los hermanos Howland a Keira. Maggi desde el punto de vista económico no sabía cuánto costaría, pero imaginó que en su vida podría llegar a tener el dinero suficiente para comprar algo así, pero Kelly lo vio de otra manera; ella giraba la cabeza de un lado a otro y se preguntaba, ¿si le ponía pelo a Leroy, no se vería idéntico a Keira?¿Qué locas ideas le vinieron a la cabeza? Quien la escuchara en voz alta decir eso seguro que pensaría que es una pervertida. Dejo de lado eso y continúo charlando con el pequeño grupo.

Hasta que llegaron los hombres que siempre buscan la oportunidad de llegar hasta Claude o Mitchel a interrumpir y se los llevaron a hablar de negocios y solo quedaron las chicas con Leroy…

Mientras Camila y Grace estaban enojas y enfurruñadas en una esquina, por los regalos que vieron que había recibido Keira, llegó Dylan…

Le dijo al oído a Camila: —Tengo todo listo en unos minutos, la arrogancia de Keira terminará y su reputación estará más que por los suelos.

—Está todo listo, ¿seguro que saldrá todo bien?

—Si, he encontrado a alguien que hará un buen trabajo.

Camila dejó de estar enojada y se puso feliz de nuevo; estaba a punto de ver un buen espectáculo donde Keira sería terriblemente avergonzada.

En un momento dado entró un hombre vestido con ropas sucias y pelo andrajoso, que apestaba a alcohol. No tenía varios dientes; parecía que quizá tenía unos 20 años, pero estaba demasiado maltratado por la vida para asegurar eso.

Los presentes lo siguieron con la mirada cuando se estaba dirigiendo a donde se encontraba Keira. Cuando llegó hasta una distancia de un metro y medio más o menos de ella, el hombre comenzó a gritarle en forma de reproche.

—¡Porque me dejaste después de que nos casamos, eres una mujer mala, solo porque ahora eres de una familia rica y yo sigo viviendo en los arrabales, ya no te importa, Keira! ¡Desde que perdimos a nuestro hijo, prometimos estar juntos para siempre!

Comenzaron los rumores y cuchicheos en la reunión.

—Es el marido de la hija de los Cox?

—¿Ya tuvo un hijo?

—¿Lo abandonó para ser una hija rica?¿Cómo puede ser una mujer sí de fácil?

—¿Es una cualquiera con cara de Ángel?

Mitchel regresó al lado de Keira al igual que Claude.

Kelly y Maggi ya habían presenciado este tipo de cosas en la escuela por parte de Clotie, que siempre quería sacarle dinero a Keira, así que imaginaron que este era otro de esos de la misma calaña.

—¿Quién eres tú? ¿Tienes pruebas de lo que dices? —Grito Kelly

—Pus, pus, no los traigo ahora.

—Todos son mentiras para conseguir dinero — ¡Espeto Maggi

—Porque debería de mentir este pobre hombre, si dice que conoce a Keira, así debe de ser. Camila camino al lugar donde se encontraban.

Durante todo el tiempo Keira se había mantenido en silencio; sabía perfectamente quién era este hombre; era el hermano de Clotie, pobre diablo; por su culpa a los 14 años casi la mataron. Los estaban buscando unos pandilleros y sus padres los enviaron a casa de Keira para que lo buscaran ahí. Ella estaba para entonces ya sola. La encontraron y querían saber dónde estaba este inútil y le metieron una navaja en un costado. No hubiera sobrevivido si su pequeño amigo no la hubiera ayudado a llegar al médico más cercano. Su pequeño amigo Tomy.

—Yo te amo tanto, Keira—intentó abrazar a Keira y fue lanzado por una fuerte patada de Mitchell.

—¿Cuánto recibiste por venir a decir todo esto hasta aquí hoy, Charly? —preguntó Keira.

—Lo ven, ella sí sabe quién este hombre —afirmó Camila.

—Nadie me paga nada, yo vine porque te extraño tanto.

—Nunca fuimos nada, ni en el pasado ni ahora; por tu culpa casi me matan, ¿cómo podría yo ser algo tuyo?

—Bueno, Keira, aquello está en el pasado; fue solo un accidente; ya deberías de olvidarlo.

—Tú y tu hermana, Clotie, siempre fueron iguales, tratando de conseguir algo de mí. Ahora, dime quién te pago para que vinieras, ¿si me lo dices te daré el doble?

Los ojos de ese hombre que se encontraba en el piso ahora tirado como basura estaban brillando con codicia al pensar que podría llevarse el doble de manos de Keira de lo que le había ofrecido ese mocoso ricachón. Siempre había conseguido quitarle dinero a la tonta de Keira, ¿porque no debería de ser igual ahora?

Dylan vio como ese miserable muerto de hambre estaba a punto de soltar la lengua y trató de callarlo de inmediato.

—Solo viniste a interrumpir una reunión muy importante; mereces ser echado sin piedad de este lugar, guardias, sáquenlo ahora mismo.

Los guardias lo sacaron a la calle, pero las dudas ya estaban sembradas entre la multitud. Luck estaba más que molesto, no podía creer que Keira tuviera un pasado así, y ahora qué haría para que esos magnates no se alejaran de esa perra.

Afuera, Dylan estaba pagando solo la mitad de lo acordado a Charly, quien protestaba por eso y amenazaba con decirlo todo a Keira, pero Dylan le dijo que se fuera o sería golpeado por sus guardaespaldas.

Dentro de la fiesta, de repente se apagaron las luces y dio inicio a la presentación de las fotos de la infancia de Camila. Pasan una por una al compás de una dulce melodía, pero después se escuchó una conversación.




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BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE

Se encontraban en la fiesta todos muy atentos a la pantalla que se había colocado en el centro del escenario para que todos disfrutaran de las fotografías de la infancia de Camila, un collage preparado por Grace.

Su amorosa madre, cuando de la nada se cambió a una grabación de una conversación, donde se escuchan dos voces claramente reconocibles para quienes han convivido con esas dos personas.

Se escucha cómo Camila quiere matar a Keira y Dylan está dispuesto a ayudarle a planear algo para que hagan trizas su reputación y advierte que no pueden matar a Keira pues pueden ir a la cárcel, pero al parecer eso no es algo que le importe mucho a Camila. Después, ya no es solo la voz; se convierte en imagen pura y dura.

Se ven a dos personas besándose y acariciándose desenfrenadamente, hasta quedar completamente desnudos.

—Quién diablos puso eso, quiten eso de inmediato, —gritaba Grace de manera histérica.

Luck no daba crédito a lo imbécil que podía llegar a ser su hijo; sabía del enamoramiento que sentía por su hermanastra, pero se lo había dicho mil veces que podía tener a cualquier mujer fuera de casa; de hecho, lo llevó con prostitutas muchas veces para que desfogara y olvidara ese enamoramiento, pero no, ahí estaba, llevándolos a la ruina delante de toda la sociedad.

Mitchell tomó entre sus brazos a Keira mientras pasaban las escenas más sordas, sin saber que fue ella la que la grabó. Los hermanos Howland estaban, que no sabían si reír o llorar; esta fiesta daba mucho de qué hablar.

Leroy estaba a punto de soltar una tremenda carcajada de solo pensar quién lo había grabado. Estaba casi seguro de que fue su hermanita. Salió con cara de ángel, pero con el alma igual de negra que Claude. No por nada ahora eran socios comerciales. La sangre es muy pesada.

Maggi y Kelly mejor se agacharon y prefirieron imaginar que ver lo que pasaba; sus ojos eran demasiado puros para ver esas cosas sucias.

Al final todo resultó como fue planeado y la ganadora del show fue en esta vida Keira. Ahora solo esperaría ver los resultados de su arduo trabajo.

Después de todo el lío que se armó, los invitados hicieron como si no hubiera sucedido nada, ya que lo único que les importaba era continuar buscando el favor de Mitchell y Claude. Ya al día siguiente serían otras cosas; todos los jóvenes se encargarían de esparcir lo que había sucedido en esa fiesta.

Todos los presentes estaban dispuestos a olvidar lo que pasó con el chico pordiosero, al ver que Keira era la protegida de Mitchell Haggard y de los hermanos Howland.

Estaban seguros que si se mencionara algo sobre eso, los perseguirían hasta desaparecer de la fase de la tierra.

Era mejor aplicar el dicho popular de 'En boca cerrada no entran moscas', así ellos permanecerían con sus negocios y vivos.

En algún momento de la velada se acercó hasta Keira una mujer que Keira reconoció de inmediato. Era esa prima a la que espera encontrar hoy, Amber, esa mal nacida, a la que tenía que llevar a la cárcel.

—Hola, soy Amber, tu prima por parte de padre. No nos hemos podido conocer hasta el día de hoy, ya que viajo mucho por negocios. Es un placer conocerte, Keira, bienvenida a la familia.

—Hola, el placer es mío; imagino que serás toda una gran empresaria para viajar tanto.

—No me quejo, me va bien, invierto en la bolsa de valores.

—Qué interesante, entonces ganarás mucho dinero.

—El suficiente para poder viajar y darme alguno que otro lujo.

Esta mentirosa estafadora no ha cambiado en nada; sigue igual de mentirosa… —pensó Keira. —Eso funcionará bien para mis planes, así podrá pagar todo lo que me hizo y la muerte del pequeño Tomy.

Amber vio los dedos hermosos, blancos y finos de Keira y sintió ganas de morderlos, destrozarlos uno por uno. Hasta que los pudiera romper y cortar. —No, que estaba pensando, no era hora de la diversión.


********


Cuando ya no había nadie en la mansión de la familia Cox, Luck reunió a Grace, Camila y Dylan en el salón de la casa.

—Saben lo que han hecho, ¿verdad?

—Luck, ellos no son hermanos biológicos; no tienes por qué enojarte por esto. —Suplico a Grace, imaginando lo que haría Luck.

—No me importa si son o no son hermanos, me importa lo que han hecho frente a toda la sociedad, como hemos quedado delante de ellos ahora mismo. Somos unos muertos que pueden tener relaciones entre familia.

Estaba furioso y cuanto más hablaba más se enojaba. Keira estaba arriba viendo todo lo que sucedía. Sabía que lo que más temía Camila era dejar de ser de la familia Cox. Hasta ahora era reconocida como la hija mayor de la familia, pero después de esto ella podría dejar de serlo y tendría que ser la hija adoptiva. Se le quitaría el apellido; eso sería una estocada perfecta para su orgullo.

—Tráeme el látigo de castigo —ordenó Luck a un sirviente; sabían que si lo pidieran serían severamente lastimados.

—No lo hagas, Luck, Camila es muy débil, ella no lo soportará —Grace estaba llorando y suplicando por Camila.

—¿Porque suplicas por una chica que no es ni tu hija, que solo es una niña que trajiste del hospital equivocado? Que ahora nos está trayendo vergüenza a la familia.

Grace se mordió los labios tratando de no hablar más. No podía decir nada más, solo llorar.

Le dieron el látigo de tres puntas a Luck y comenzó a golpear a Dylan; primero recibió 10 latigazos hasta que quedó desmayado en el piso y lo recogieron los sirvientes para que fuera atendido en su habitación por el médico.

Obligaron a Camila a que se hincara para ser castigada. Ella estaba horrorizada de ver lo que había pasado con Dylan; no podía soportar ni un solo golpe, pero llegó el primer latigazo, el segundo y el tercero y Grace corrió a cubrirla con su cuerpo para ella recibir el resto del castigo. Aun así, las puntas lastimaron los costados de ambas.

Luck se fue. Después de descargar su ira, Keira solo pensó que esto era poco a lo que ella había recibido en un mes en el sótano de Murdock, pero por ahora era suficiente. Para empezar, tenía más cosas importantes que hacer que preocuparse por estas personas.







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