BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE (CAPITULOS 131-140)
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE
Michell fue a ver a Keira a casa de sus padres, para salir con ella, desde que habían pasado los últimos acontecimientos donde había estado en peligro de muerte, ya nunca la dejaban sola, ahora que ya tenía conocimiento exacto de la persona que la quería muerta, era mucho más inseguro que ella se mantuviera fuera de casa sola, por lo cual siempre estaba en compañía de sus hermanos o de Michell.
En la universidad era acompañada por dos guardias, quienes era lo más discretos posible como para poder permanecer a su lado todo el tiempo, mientras un grupo fuera de la universidad permanecían en guardia siempre, para evitar un secuestro furtivo.
Ya no estaban dispuestos a que sucediera nada, que pusiera en peligro la vida de Keira, por lo cual habían optado por tenerla bajo la máxima seguridad.
Mientras estaba esperando a que llegara Michell por ella, Keira estaba recordando un episodio de su vida anterior, algo que le vino a su mente, que por mucho tiempo había tenido olvidado, desde que había regresado a la vida después de su muerte en aquella fiesta, cuando ella era una chica ruda y muy pobre, en los barrios bajos.
Keira siempre había sido una mujer que tenía que preocuparse por su propia seguridad, en su anterior vida, se dedicó a cuidarse en los barrios bajos siempre, desde que su madre adoptiva había muerto, aprendiendo a defenderse de los cazadores de personas, para que no la atraparan y se la llevaran, así fue como sobrevivió, hasta que la familia Cox, la había encontrado y llevado con ellos.
Recordaba aún la única ocasión donde casi la atrapan, ese momento fue algo muy difícil para ella, se descuidó cuando estaba regresando de la escuela, y se topó con los cazadores de personas, intento llevarse al pequeño niño que era su único amiguito, por lo cual corrió para salvarlo, pero apareció un chico mayor que ella y trato también de atraparla para llevarla.
Al atraerla hacia su lado, vio que ese chico era extremadamente guapo. Eso le pareció extraño, ya que había visto a un sinnúmero de cazadores y todos eran de rostros comunes, y ese era de un rostro tan bello que no se podría saber si era hombre o mujer.
Solo tenía 14 años y era un poco tonta aún, e inexperta y por algunos segundos la belleza de ese chico la dejo confundida, pero cuando se recuperó saco la navaja que siempre cargaba con ella y la clavo en el costado del chico, hiriéndolo y de esa forma la soltó, los hombres que tenían a su pequeño amigo corrieron auxiliarlo dejando de lado su secuestro.
Keira aprovechó eso para salir corriendo e irse de prisa a esconder, para que no la encontraran ni a ella ni al niño que traía a rastras tras ella, si los atraparan seguro que los matarían, esos ya nos secuestrarían, después de que ella hiriera a ese chico guapo, por lo que pudo ver era muy importante para esos hombres.
Después de lograr escapar de los secuestradores, nunca más se descuidó de nuevo; siempre caminó cuidándose de no ser secuestrada o atacada por algún borracho, pero cuando ingresó a la familia Cox, no imaginó que mejor hubiera sido quedarse en los barrios bajos; ahí hubiera seguido estudiando con sus becas y no le pasaría por tantas cosas sucias como lo hizo en esa familia basura.
Keira prefirió dejar de pensar en las cosas que ya no tenía remedio y de las cuales ya se había vengado en esta nueva vida. Ahora solo tenía que cuidarse de esa persona que insiste en hacerle daño, por deudas anteriores en las cuales ella no tenía que ver, y que no está muy enterada. Más espera que Michell le cuente lo que han investigado él y su hermano mayor hoy, que lo vea.
Bajó a esperar a su amo al salón; no tardaría en llegar; ya le había enviado un mensaje diciéndole que estaba a unos 5 minutos de su mansión, así que sería mejor estar lista.
—Señorita, la esperan en la puerta. —Le comunicó uno de los empleados.
—Gracias, ahora salgo. —Tomó su abrigo y bolso y salió a donde la esperaba Michell, y su chofer.
El chofer ya la esperaba para abrirle la puerta y que ingresara al auto donde se encontraba Michell, esperando por ella.
—Hola, Michell. ¿Cómo estás?
—Bien, espero que estés mejor que yo, aun cuando no debería de preguntar. Estás bellísima como siempre.
—Solo tú me podrías ver bella; tu amor por mí te ciega.
—No lo creo, tengo miedo de que veas a otro hombre y me dejes, eres tan hermosa que cualquiera puede robarte de mi lado.
—Déjate adularme más y dime mejor a dónde me llevarás.
—Iremos a un nuevo restaurante, que abrieron recientemente, donde espero que podamos hablar tranquilamente.
—Me parece perfecto, estoy muy ansiosa por saber lo que tú y mi hermano han logrado saber sobre la persona que me ha estado acosando, desde mi nacimiento.
—No comas ansias; pronto sabrás la información que hemos recopilado.
Continuaron charlando sobre cosas poco importantes entre ellos, profesándose su amor y lo que sentían al estar uno al lado del otro, hasta que llegaron al restaurante donde había reservado Michell.
Cuando llegaron, se dirigieron a la mesa que tenían reservada, la cual se encontraba en uno de los mejores lugares del restaurante, bajo una lámpara retro y con vistas a un espléndido jardín oriental.
Durante el tiempo que esperaban a que les llevaran la carta, Keira estaba admirando la bella decoración del local. Así como la elegante clientela que se encontraba presente en ese momento, ella solo conocía a algunos de los hombres y mujeres que estaban; muchos de ellos eran empresarios de renombre o incluso políticos; otros jóvenes con sus parejas, pero todos herederos de alguna familia rica de la ciudad.
Estaba observando a los presentes, cuando vio que por la puerta entraba un hombre alto, con el pelo rubio, casi blanco, y unos ojos tan verdes que parecían irreales. Lo que más le llamó la atención era su belleza etérea; era como si fuera un hombre sacado de un cuento de hadas o de un cómic, pero al darle una mira más se dio cuenta de que lo había visto antes, solo que no recordaba donde lo había visto, aun cuando seguro que ese rostro y esa belleza eran algo imposible de olvidar.
¿Quién era ese hombre?
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Michell notó que Keira estaba algo sorprendida al ver algo, pero no quiso preguntar en el momento preciso en que lo notó; no quería parecer un novio celoso o entrometido, así que decidió esperar un poco para que ella decidiera comentarle que es lo que le había llamado la atención tanto como para poner esa cara de sorpresa.
Keira estaba pensando en los recuerdos que tenía en su mente sobre su vida presente y pasada, para tratar de encontrar ese rostro, y saber dónde lo había visto. Quizás solo se sintió atraída por la belleza, como todos los comensales que lo estaban viendo entrar y dirigirse a una de las mesas del centro del local, un lugar muy estratégico si querías que todos te notaran, y al parecer es lo que ese hombre quería que sucediera.
Aun cuando no era necesario hacer tal alarde de presencia, solo con su belleza, cuerpo y mirada ya llamaba mucho la atención, sin importar el lugar donde se sentara.
Keira vio cómo todas las mujeres presentes, sin importar la edad, se giraban para apreciar su atención. No importaba si estaban acompañadas o si estaban con otras mujeres; de hecho, ese hombre se estaba convirtiendo en la comidilla del lugar.
Ya era un chisme a grandes murmullos, así que Michel solo pudo ver a través del cristal de la venta lo que estaba sucediendo; no tenía ganas de ser uno más de los curiosos descarados que estaban observando algo que estaba pasando en el restaurante.
—Michell, ¿conoces al hombre que acaba de entrar? ¿Está causando un sobresalto en todas las mujeres?
—No lo veo desde la posición en la que me encuentro y sería muy descortés que me girara para verlo.
—Lo siento; no sé en lo que estaba pensando al preguntarte esto. Ya lo verás cuando salgamos; en fin, veamos qué podemos pedir para nuestra cena.
—¿Es tan guapo que incluso a ti te ha hecho que lo mires tan fijamente?
—No es eso, solo que me parece que lo he visto antes. Quizás es solo mi imaginación.
Michell, cuando escuchó eso, comenzó a prestar atención al hombre que llamaba la atención de todas las damas. Quizás fuera uno de los que se atrevieron a querer comprar en el pasado a Keira. Le pondría atención cuando se fueran.
Continuaron pidiendo lo que deseaban para cenar, y disfrutando de su velada, mientras Michell le contaba sobre los descubrimientos que habían realizado él y Claude.
Keira se quedó un poco sorprendida al saber que ella era perteneciente a una línea de herederas al trono del país X, e incluso se burló de Michel al decirle que sí le gustaría ser rey.
Cuando se enteró de su verdadero nombre, fue aún más divertido, pues su rostro fue todo un poema. Para Michell, no sabía si reír o llorar al ver las expresiones que estaba poniendo.
Todo estaba resultando de lo más gratificante para los amantes, que fue muy buena noche para ellos, sin darse cuenta de unos ojos esmerados que los estaban viendo desde la distancia.
Alessandro decidió salir esa noche a cenar, en compañía de su medio hermano, para confraternizar un poco con él y así poner de los nervios a Elena, ya que ahora le había quitado todo el dinero que había robado y escondido durante los años que él no había estado presente.
Así que decidió ir al restaurante que David le había sugerido, ya que era uno de los que estaban de moda entre los ricos de la ciudad.
Pero nunca imaginó que vería de nuevo a la chica que había visto en la Universidad, pero ahora estaba acompañada por un hombre, que si no se equivocaba era el hijo pequeño de la familia Haggard. Se cruzó con él algunas veces en el extranjero mientras estudiaba; él ya era graduado, pero recordaba que estaba realizando algún máster cuando lo vio.
Además, después escuchó que era quien tenía a cargo los negocios de toda la familia, lo que significa que es uno de los hombres más poderosos de este país, pero ahora que de más cerca a esa chica, le resulta mucho más familiar, como si la hubiera visto antes, en algún momento de su vida, pero no lograba recordar en donde, si fue como Alessandro o como su otra personalidad.
Pero lo que era seguro es que la había visto antes. —Hermano, veo que estás interesado en la chica que está sentada a la mesa de Michell Haggard; es muy guapa, la he visto en la misma universidad a la que asisto yo.
—Sí, es guapa, ¿a qué carrera va ella?
—Empresariales iguales que yo. Pero en el primer año.
—¿Quiere decir que es muy joven?
—Tal vez unos 19 años.
Alessandro hizo cuentas mentalmente, si esa chica tenía 19 años, quizá si fuera la que lo apuñaló en aquel entonces. ¿Pero una chica rica, qué podría estar haciendo en los barrios bajos aquel día? Pero viéndola con mucha calma, ella se parecía mucho a su madre; sí, era muy parecida a Naomi, pero Naomi nunca pudo tener hijos; ella no puede ser su hija perdida, entonces, ¿de dónde salió esa chica?
Tenía que enviar a sus hombres a que investigaran a esa niña, para saber quién era, a qué familia pertenecía y así saber qué relación tenía con Naomi.
Esta noche resultó muy fructífera para Alessandro; había querido encontrar a la única persona que lo había logrado herir y que le causa la muerte, para hacerla pagar por eso, y resulta que al final la encontró y es una linda niña. Ahora está muy cerca de su alcance; nunca se sabe cuándo se pueden encontrar los enemigos en el camino.
Y por casualidad, ahora es su turno de encontrar a su único enemigo, al menos al único que sobrevivió por tocarlo.
Ahora le hará la vida imposible antes de hacerla pagar por llevarlo casi a la tumba hace años.
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Michel no dejó de ver al tipo que cuidaba cada movimiento que realizaba Keira. Era un hombre ciertamente atractivo; de hecho, era alguien que no era fácil de olvidar. Por su físico, sobre todo su rostro, pero no comprendía quién era para estar tan interesado en su novia. Sabía que Keira llamaba mucho la atención por su belleza, pero no era de buena educación lo que ese hombre estaba haciendo.
Pero tenía que dejarlo estar por el momento. Simplemente, anotó en su memoria que tenía que decirle a Barnett que debería de investigar quién era y de dónde venía; sería muy interesante averiguar quién era ese chico.
Terminó su cena de manera feliz y muy agradable en compañía de la mujer a la que amaba. Después de hacerlo, decidieron retirarse para ir a su casa y ver la noche estrellada a la orilla del mar por la parte detrás de su casa.
Salieron con calma del restaurante, más que nada, para poder ver con calma al hombre que se encontraba en la mesa del centro del restaurante.
Vio que el hombre no tendría más de 25 años de edad, pero denotaba que era elegante; su aura era muy fuerte, pero lucía resplandeciente. Solo con ver su presencia, una persona que lo viera se podría quedar impresionada.
Después de ver eso, salió tomando de la mano a Keira y abrazándola mientras llegaba el chofer con el auto para que los llevara hasta la casa de él. Ya en el auto, Michell pensó que nunca antes había visto a ese hombre, y tampoco a una familia que fuera parecida a él; sería muy fácil recordarlos.
Mientras tanto, esperaría la información que consiguiera su secretario. Él convencería a Keira de que pasara la noche en su casa; no quería tenerla lejos de su lado.
No esperaría a que le sucediera algo, o ese hombre intentara algún plan en contra de Keira; por la mirada que vio que desprendían sus ojos, podía ver un interés poco sano en ella, algo que le parecía muy extraño, si no lo conocía ninguno de los dos.
—Vamos, el auto está aquí; subamos, te llevaré a mi casa.
—Pero tengo que ir a la universidad mañana; no puedo quedarme en tu casa esta noche.
—Entonces solo pasemos un rato en algún otro lugar, antes de que tengas que regresar a casa.
—Está bien, eso me parece mejor.
Toma la decisión de ir solo para charlar a algún lugar tranquilo, donde puedan pasar un poco de tiempo juntos, para estar más íntimamente.
Después de estar juntos por un par de horas, decide Michell llevarla de vuelta a casa de la familia Howland. Para que descanse y esté lista para el día siguiente y asista a la universidad, además él tenía que regresar a preguntar a su asistente qué había logrado investigar de ese hombre extraño…
*********
Keira se encontraba sola ya en su habitación. Después de haber tomado una ducha y encontrarse en calma y tranquilidad, se acostó en su cama y tomó su teléfono, para enviarle un último mensaje a Michell, para desearle buenas noches.
Al estar a punto de hacerlo, recordó al hombre del restaurante; de hecho, era un hombre muy extraño. No por su físico, sino por la forma en la que la estaba vigilando, no quiso hacer mención de ese hecho a Michell, para que ya no se preocuparan más por ella, pero era algo que fue muy notable.
Estaba segura de que lo había visto antes; sus ojos eran muy llamativos, eran expresivos y con una fuerza imponente; al mirar directamente, sentía que su cabeza comenzaba a doler de tanto. Recordad de dónde lo había visto antes.
Keira se fue quedando dormida, mientras pensaba en ese hombre. Mientras caía en un sentimiento profundo, se fue a momentos vividos en su vida pasada.
Estaba escondida en una casa abandonada y en ruinas en los barrios bajos, pensando en lo que acaba de hacer. Nunca había tenido que hacer uso de la daga que había conseguido; pensó que solo sería necesaria para asustar a algunos gamberros o borrachos, pero que no tendría que herir a alguien algún día.
Pero hace unos momentos sintió cómo le hundía hasta la empuñadura la hoja de la navaja. En la carne blanda de ese chico que la había atacado he intentado secuestrar. Sus brazos fuertes eran como dos garras imposibles de las cuales soltarse.
Pensó que, aun cuando era más alto que ella, no era tan fuerte, ya que lucía delgado, pero se equivocó; fue un mal cálculo de su parte pensar que ese chico era débil, ya que cuando la atrapó, no pudo evitar ser arrastrado por él. Así fue cuando comprobó la fuerza que desprendía ese cuerpo delgado.
Sintió cómo el miedo atenazaba su cuerpo, sobre todo cuando vio esos ojos tan verdes que parecían irreales, llenos de coraje hacia ella. Solo atinó a sacar la navaja de donde la llevaba escondida, sacándola sin pensar mucho y uniéndola en la suave carne del costado derecho del chico.
Mientras sus verdes ojos la miraban con un odio frío, un brillo extraño, color esmeralda cristalina. Y ese flequillo largo de pelo rubio casi blanco caía por su cara.
Keira despertó, sudando profusamente por todas partes, ajetreada por lo que había visto en su sueño. Era ese hombre, que hacía tiempo había visto en su otra vida, el que intentó secuestrarla. Era en ese entonces un chico no mayor de unos 18 años.
Era el mismo que había visto en el restaurante. De esos ojos, con la misma mirada de odio, nunca la podría olvidar; pasarán mil vidas y ella no la olvidaría.
Ahora comprendía él por qué ese hombre la veía con tanta intensidad; ese hombre la había reconocido mucho antes que ella a él. Ahora no sabía en realidad quién sería, si se habrá convertido en un hombre importante, pero al igual que ella provenía de los barrios bajos y del fondo de lo más bajo.
¿Quién será ese hombre en este momento?
¿A qué se dedicaría?
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
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Alessandro estaba seguro de que la mujer que había visto en la universidad ese mismo día, más temprano, era aquella niña que lo había herido y casi enviado a ver a Hades personalmente.
Ahora que la vio perfectamente bien, no estaba equivocada, solo que fue igual que él. Ha cambiado. Ya no es esa niña de los barrios bajos: ahora es una joven de alguna familia rica. No sabía de cuál, pero lo que sí pudo notar es que estaba acompañada de un hombre que era muy prominente en la ciudad.
Al ver que se marchaban, muchos hombres de los que estaban presentes le hicieron reverencia con sus cabezas en señal de respeto al pasar por sus lugares. Ese grado de respeto solo se da a los que son cabezas de familias muy poderosas, y él lo debe ser, pero no esperaba que hubiera alcanzado ese nivel en tan poco tiempo.
Las cosas sí que han cambiado durante los años que no apareció en su país. Como el legítimo heredero de la familia Tosí, ahora tendría que hacerles saber que estaba aquí y que su familia no era una cualquiera. Su padre siempre fue uno de los más poderosos en este país y así debe de continuar siendo.
Pero antes de encontrarse con la mujer que casi lo mata, primero tiene que resolver cosas internas en su familia.
Como haga con Elena, esa mujer ambiciosa que solo ha llevado a casi la ruina la casa Tosí, merece que le pague con la misma moneda que ella le dio cuando lo envió a que fuera secuestrado en el país X, solo que ahora la enviará a que sea la sirvienta de su madre. Ella sabrá qué hacer con ella.
No existe lugar de mar seguro para que esté escondida por un largo tiempo, mientras soluciona todos los problemas que causó, además de llevar de nuevo hasta la cima el nombre de su familia. Ahora tendrá que valerse de los contactos que pueda hacer por comercio y los conocidos de Davis, para saber más sobre la sociedad de este país… Cuando se fue era solo un pequeño niño.
Que lo único que le preocupaba era jugar con sus amigos; ahora no recuerda ni quiénes eran esos amigos, ni siquiera si están vivos o siguen en los círculos sociales de las altas esferas.
Alessandro no podía conciliar el sueño, por lo cual tomó un cigarrillo y fue al balcón de su habitación a encenderlo y fumar, tranquilamente, mientras trataba de calmar su mente de tantos pensamientos que bullían sin parar en su cabeza…
Desde cuando salió de esta casa a la edad de 9 años, con el engaño de ir a estudiar al extranjero para aprender a manejar las empresas de su padre, nunca había conseguido dormir con seguridad; siempre sentía que alguien estaba al acecho, esperando a que durmiera para atacarlo.
Su ansiedad aumentó en manera exponencial después de que aquella chica de los barrios bajos la apuñalara y le causara casi la muerte. Naomi no se apartó de su leche en ningún momento; aun así, sentía que se encontraba en constante peligro.
Hoy que vio a esa chica de nuevo, noto en su mira el mismo sentimiento de ansiedad, de que siente él, como si siempre estuviera en guardia, cuidando a todos los que están a su alrededor, esperando a ser atacada.
Esa chica no la pasó mejor que él. Algo terrible vivió después de lo que le hizo a él, que la convirtió en una persona tan cuidadosa y temerosa de las personas que están a su alrededor. No fue solo el hecho de vivir en los barrios bajos; sus ojos reflejaban que habían vivido más de lo que una mujer debería de haber visto, algo que nunca una mujer normal podría ver, si de ella dependiera.
Parecía como si ella se hubiera involucrado en su mundo, en el mundo donde, una vez que ves la podredumbre humana, es imposible de salir de nuevo, limpio. Tu mente cambia, tu visión de la vida se opaca y comprendes hasta dónde puede un humano querer usar para su propio bien a otro, sin importar cómo lo usen.
¡Cuánta maldad y miseria he presenciado de los 9 años, muerte, asesinatos, torturas, mutilaciones, muchas solo por un placer de alguien que podía pagar por ello!
Alessandro estaba seguro de que la mujer que una vez lo apuñaló ese día firmó su maldición. De ser seguro, solo una niña que se protegía de ellos pasó a ser una guerrera en potencia; ya no era tan pura, ya sabía lo que se sentía sumergir una daga en un ser humano; no fue tan difícil, solo fue empujar, mover y sacar.
Primero pasaría por el periodo de la negación y después de la aceptación, de que fue en defensa propia, pero cuando llegara otro momento de actuar lo haría sin piedad.
Alessandro no estaba equivocado de la realidad de lo que había vivido Keira en su vida pasada; cuando se conocieron por primera vez, ella pasó por todo lo que estaba pensando, tanto que en una noche luchó con varios hombres para salvar al hermano de la supuesta mejor amiga que tenía, y a pesar de lograr herir a dos de los hombres, ella terminó casi muerta, y nadie la ayudó. Ella sola llegó al hospital.
Tiempo después, todos en los barrios bajos, Keira no temía matar a quien se atreviera a ponerla a prueba; era como una fiera dispuesta a defender lo que era suyo, siempre con su daga oculta.
Tomo fuerzas de la primera vez que sintió que no era difícil clavar su arma en un cuerpo humano para poder defender su vida.
Pero para Alessandro solo eran unos años atrás. Para Keira era media vida y una muerte atrás. Además de muchos cambios en esta nueva vida, dada como oportunidad para descubrir la verdad de quién era en realidad.
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Si de algún modo llegaran a encontrarse de frente en algún momento Keira y Alessandro, quizás se podrían resolver un sin fin de cosas que hasta ahora solo eran especulaciones para todos los involucrados en los acontecimientos sobre la vida de la familia Howland, así como en todo lo que pasó Keira en su vida pasada…
Aunque por ahora no sabe si la chica que conoció en el restaurante es Keira, la hija de Macey. Para él es sola la chica que lo intentó matar, y a quien quiere encontrar para hacerla sufrir un poco antes de saber si lo recuerda, de aquella mañana en los barrios bajos, en el país M, donde sucedió todo.
Alessandro sabe a la perfección todo lo que hizo Magnus en su momento para destruir a Mayce, y él sabía por qué lo hacía, además de que todo fue a espaldas de su madre, ya que ellas son de alguna manera hermanas por parte del padre y no se conocen. Si lo hicieran, quizá Naomi quisiera verla, o matarla ella misma. No estaba seguro de lo que ella haría, pues siempre se ha creído la única con derecho al trono del país X.
Además de que Naomi no sabe de la existencia de las dos hijas de Grace, si lo supiera, ya estarían muertas esas chicas. Al igual que Grace, ella no soporta las mentiras, mucho menos una infidelidad; si no mata a Magnus es porque aún lo necesita a su lado, pero cuando ya no le sea de alguna manera servible, también será algo desechable.
El mayor poder del Inframundo en el país X era de Naomi, quien lo obtuvo de manos de sus padres adoptivos. Aprendió a sobrevivir en el bajo mundo, convirtiéndose en una mujer mortífera, hecha de acero, con sangre fría y capaz de cualquier cosa, para poder sobrevivir en ese mundo.
Cuando la madre biológica de Naomi murió, la dejó con una amiga de ella, confiándole quién era el padre de ella y para que, si llegado el momento era necesario, reclamara el lugar que le correspondía en la alta sociedad del país X, lo hicieran buscando al duque.
Cosa que nunca se pudo hacer de forma legal, pues ese maldito hombre murió antes de que se pudiera hacer nada, así que Naomi no fue reconocida por él, y cuando le hicieron saber a la duquesa de su existencia, simplemente les dijo que sería una más de los bastardos de su marido, que ella no reconocería a nadie.
Naomi siempre envidió a Mayce, por ser la única hija que reconocieran como la próxima duquesa que estaría en la línea directa a ser la próxima reina del país X, pero cuando se enteró de que había perdido la razón al perder a su hija, simplemente sintió que ya no tenía ninguna razón por preocuparse por ella; solo era la única que podría reclamar el trono.
Nunca más se preocupó por Mayce, o por lo que pasara con ella, desde que sucedió eso hace ya más de 18 años. Ahora solo esperaba el momento justo para derrocar a la reina que estaba en el poder actual, quien solo era una advenediza.
Le ha costado mucho conseguir el poder y dinero para llegar a este punto álgido en el cual puede lograr llegar al poder de una nación, y no dará marcha atrás.
Alessandro lo sabe mejor que nadie; ni siquiera Magnus sabe lo que Naomi tiene planeado; ellos solo son marido y mujer de nombre y nunca se ven. A menos que tengan que asistir a alguna reunión social juntos y mostrar a los demás que son una pareja perfecta, estarán uno al lado del otro.
Son un perfecto par de buenos actores, pero cada uno lleva sus negocios por separado, aun cuando siempre se están cuidando uno del otro. Eran tan raros los dos; Alessandro creció en medio de los dos, como un hijo con padres que se aman y se odian a partes iguales, como si tuvieran su patria potestad a medias, un fin de semana con uno y otro con el otro padre; ahora que lo pensaba con calma, le parecía algo gracioso. No tenía padres biológicos porque murieron, pero lo adoptaron unos que eran la mar de malvados.
Y estos padres podrían matar a quien fuera, sin pestañear, pero cuando se trataba de él, solo recordaba que le dieron todo lo bueno y lo mejor, incluyendo instructores para defenderse.
Todo lo que tenía ahora era gracias a ellos dos. Sus negocios no eran del fondo de negocios oscuros, pero aun así, sabía mucho sobre ellos. Todo lo que aprendió sobre negocios fue en el mundo donde vivió; ahora lo aplicó a negocios limpios. Bueno, siempre que puede, ayuda a sus padres, pero dentro de lo que cabe, su fortuna está limpia. Su madre no ha querido que él se involucre en los negocios sucios de ellos; si alguna vez les pasará algo a Magnus o a ella, no implicarlo.
Aunque sabe muy bien que él se quedaría como el jefe de todo el bajo mundo si les pasara algo a sus padres adoptivos, Naomi ha arreglado todo para que eso suceda así. No desea hacerlo todavía. Primero quiere arreglar todas sus cosas personales.
Tendría que darle las gracias a su madrastra por hacerlo conocer a sus padres adoptivos, quienes le dieron las herramientas necesarias para ahora destrozarla a ella y a todos los secuaces que tiene a sus pies esperando las migajas que seguro les prometió cuando ella se hiciera con todo lo que le pertenece por derecho a él.
Mientras encuentra una muy buena manera de hacerlo, lo primero que hará es encontrar un puesto para su medio hermano y buscarlo en la universidad para tratar de ver de nuevo a esa mujer, para provocar de alguna manera un encuentro fortuito, así no podrá decir que la está buscando a propósito.
Todo tiene que darse a su tiempo y momento, y él tiene que hacer lo que se tenga que hacer. Para lograr sus propias metas.
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Keira estaba feliz después de haber visto a Michell; siempre que lo hacía, sentía que su amor crecía mucho más. Sabía que por algo había regresado al pasado, y quizá no solo fue para vengarse de todos los que le hicieron daño. Esa fue su forma de pensar, al momento de despertar, por el odio que tenía dentro de su corazón y alma.
En primer momento sentía que lo que le habían permitido era regresar a impartir justicia por todo el mal que recibió, pero ahora sabía que no era eso; en realidad, el trasfondo de lo que tenía que encontrar era al hombre que estaba destinado a ser su pareja.
Además de lo que provocó que la llevaran lejos de su verdadera familia, que fue lo que provocó todos los males en su anterior vida, si esas personas o persona no hubiera conspirado en contra de su madre, ella no hubiera crecido lejos de la familia Howland, viviendo en infiernos a manos de Lucas y Grace.
Aún tiene que encontrar al verdadero conspirador de toda su desgracia y tratarlo como la trataron a ella, para que pague cada uno de los males que sufrió, pero no lo hará sola: ahora tiene a su familia y a Michell, que la respaldan.
Ya no hará nada, sin que esté de acuerdo Michell. Tiene que confiar en él, para todo, si ha decidido que será el hombre con el que compartirá esta vida.
Todos los secretos que están enterrados de hace años tienen que salir a la luz ahora, pero debe ser más cuidadosa al buscar a esa persona que realizó todas esas tramas conspiratorias en aquel entonces. No quiere que le pase nada a su familia ahora, porque ella comete un error de cálculo.
Sus hermanos son tan amables con ella, que no merecen sufrir un daño, por culpa suya. Sus padres, que apenas están recuperando tiempo juntos ahora que su madre está bien mentalmente, merecen ser felices.
Michell es un hombre mucho más fuerte que su familia. Él tiene el poder para luchar contra esa persona, pero aun así, no quiere que se lastime para nada. Le dolería el corazón demasiado si le pasara algo; solo de pensarlo, ya siente que le falta la respiración.
Sin pensarlo mucho, cogió su teléfono móvil y le envió un mensaje de texto a Michel, expresando cuánto lo echaba de menos en ese momento y lo que deseaba estar a su lado.
Continuó su camino, sin pensar en nada más; solo quería llegar a su siguiente clase y olvidarse de los malos pensamientos que había tenido hacía un momento cuando imaginó qué pasaría si le sucedería algo malo a Michell…
Keira no se dio cuenta de que, de frente a donde ella se dirigía, un hombre alto y rubio se dirigía hacia ella, por lo cual chocó de frente con él.
—Lo siento, no estaba… —Keira vio quién era el hombre con el cual había chocado. Se quedó sorprendida.
—No se preocupe, señorita, no pasa nada. —No prestó mucho problema a lo que sucedió Alessandro.
—Bueno, me tengo que ir.
—Esperé un momento; por favor, me gustaría saber su nombre. La vi la noche de ayer y me impresionó.
—Lo lamento, pero no acostumbro dar mi nombre a personas que no conozco.
—Ese no es ningún problema, me presento en todo caso; soy Alessandro Tosí. —Extendió su mano para presentarse con Keira, esperando que ella hiciera lo mismo.
Keira, por educación, tomó la mano de Alessandro y respondió: —Mi nombre es Keira Perry.
—Ahora ya no somos desconocidos, es un placer conocerla, señorita Perry, ¿imagino que estudia aquí?
—Sí, en la facultad de empresariales.
—Es una casualidad que mi hermano esté en esa misma facultad; lo estoy buscando; si pudiera indicarme dónde está, se lo agradecería.
—Claro, voy a clase ahora mismo, sígame, lo llevaré a la facultad, ¿en qué grado se encuentra su hermano?
—Ya está en el último grado.
—Qué bien.
—Y usted, señorita Perry.
—Yo ingresé este año escolar al primer año.
—Comprendo, aún le falta tiempo para graduarse entonces.
—Cierto, ya llegamos, aquí es la facultad, por ahí está la oficina donde le pueden informar el horario de su hermano; yo me tengo que ir a clase.
—Gracias, señorita Perry, por su ayuda. Espero verla de nuevo, y saludarla ahora; ya no somos desconocidos.
—No fue nada, hasta pronto.
Keira fue a su aula de clases de inmediato. Ese hombre le producía una mala sensación; es como si fuera una persona buena por fuera, pero muy malvada por dentro. Se sentía extraña, como cuando estaba junto a esos hombres con los que fue vendida en su vida pasada.
Ahora que habló con él y lo vio de cerca, estaba aún más segura de que fue aquel adolescente al que hiero en el costado; seguro que también él lo sabía, y estaba aquí para hacerla pasar un mal rato, pero no se dejaría engañar; por esa cara angelical, sería mucho más inteligente que él.
Ya había vivido tantas cosas que no podría engañarla con esa cara de niño bueno y ese truco viejo de un encuentro fortuito en la escuela. Quizás es verdad que tenga un hermano, pero ya se encargaría de investigar eso después, para poder estar lista ante cualquier problema inesperado.
Lo principal es que no se dé cuenta de que ella sabe quién es; ahora que sabe su nombre, le pedirá a Michell que lo investigue para saber quién es y por qué hace años era igual que ella, un chico de los barrios bajos, que se dedicaba a cazar personas para traficar con ellas.
Ahora lucía como si fuera un chico de una familia muy rica; eso no era extraño; quizá fue de esos niños ricos que en su adolescencia solo le gustaba causar problemas, y ahora se dedica a los negocios familiares, pero tiene que estar segura de quién realmente antes de ponerse paranoica.
Keira tomó de nuevo su móvil y envió un nuevo mensaje de texto a Michell con el nombre de la persona que acababa de conocer para que lo investigara.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE
Michell se encontraba en una importante reunión de negocios en la oficina central de la corporación de su familia, cuando le llegó un mensaje de Keira. Nunca veía su teléfono durante las reuniones comerciales que tenía, pero cuando vio el nombre de ella, no dudó en tomar el teléfono y revisar el mensaje, cosa que hizo que todos los presentes se sorprendieran, pues sabían lo serio que era cuando se trataba de reuniones de negocios.
Cuando leyó el mensaje, sonrió como bobo ante las palabras de amor que le decía, sin pensar en dónde estaba, lo cual aún dejó más sorprendidos a los presentes, quienes siempre lo habían visto con un rostro impasible; incluso creían que no sabía sonreír.
Y ahora se dieron cuenta de que sí lo sabía hacer y que se veía mucho más atractivo.
Después de leer ese mensaje, continuó con la reunión con su cara de póker como si no hubiera pasado nada. Eso sorprendió aún más a todos, menos a su secretario, que ya se había acostumbrado a su cambio de actitud desde que había conocido a Keira.
Cuando terminó la reunión, revisó de nuevo su teléfono y vio que estaba un nuevo mensaje de su amada y vio que le enviaba el nombre de un hombre para que lo investigara, sin decir nada más. Eso le molestó por un momento, pero si ella se lo estaba pidiendo lo haría, pero los celos lo estaban molestando…
Le dio la información a Barrett. Para que la investigara, y recordó que le había pedido que investigara sobre el hombre del restaurante, así que le preguntó:
—¿Por cierto, ya tienes la información que te pedí?
—Sí, aquí la tiene, este nombre que me dio es el de ese hombre, ¿por qué la señorita Keira se lo está dando?
Michell reaccionó a la pregunta de su secretario de inmediato: si Keira se lo envió, quería decir que lo había visto ya, o si no, cómo consiguió ese nombre ella. Esto no le estaba gustando nada. Decidió leer los documentos que le había entregado Barrett.
Cuando los leyó, descubrió que era el hijo mayor de uno de los empresarios más ricos de la ciudad, que fue enviado al extranjero a estudiar desde los nueve años u ocho años de edad y hace apenas unos días había regresado para hacerse cargo de los negocios que no estaban yendo nada bien, y la madrastra ya estaba planeando declararlo muerto por desaparición.
—¿Por qué su madrastra lo quería declarar muerto por desaparición si ella lo envió a estudiar al extranjero?
—Por lo que logré investigar, ella lo envió al país X a estudiar, pero desapareció al llegar al país, y no supieron dónde estaba hasta ahora que regresó, y al parecer siempre estuvo estudiando y preparándose para poder hacerse cargo de los negocios de su padre, pero ella no lo sabía.
—Una conspiración familiar, por lo que veo.
—Así es, al parecer, el señor Tosí; dejó todas las propiedades y negocios al nombre del hijo mayor y nada del hijo menor que es de la segunda esposa.
—Comprendo, quizá esa mujer quiso desaparecerlo, pero algo falló en el proceso. Investiga que fue lo que sucedió en el país X.
—Sí, señor.
Michell estaba seguro de que este hombre regresó solo para hacerle la vida imposible a su madrastra, pero ¿quién lo ayudó en el extranjero a sobrevivir, o cómo logró vivir para regresar a pelear por lo que le pertenece? Sería interesante saber lo que le pasó en el país X.
Además, debería de hablar con Keira para saber cómo consiguió su nombre.
**********
Alessandro estaba satisfecho con lo que había logrado hasta ahora; ya sabía el nombre de esa mujer; ahora podría investigar sobre el pasado de ella y poder estar seguro si fue ella quien casi lo mató, además de por qué ahora está asistiendo a una universidad tan cara como a la que asiste su hermano. Eso solo podría hacerlo si fuera hija de una familia muy rica o porque tuviera alguna beca excepcional.
—Timothy, investiga todo lo que puedas sobre Keira Perry; tiene unos 19 años de edad y está en la misma universidad que mi hermanastro. Cuando tengas toda la información, me lo haces saber.
Alessandro llamó a su hombre de confianza para que investigara a Keira. Tenía muchas preguntas sobre ella, que terminaban de encajar con la chica que era cuando él la conoció en los barrios bajos.
Ahora tenía que ir por su hermanastro y llevarlo a las oficinas de la corporación para que se haga cargo de una de las oficinas de la empresa. Tiene que comenzar a ponerlo a prueba, antes de pensar en él como un hombre de confianza.
Después de recogerlo de la universidad, lo llevó con él a la corporación Tosí.
Cuando se encontraron en la oficina del CEO que la ocupaba ahora, Alessandro después de enviar que cambiaran todos los muebles y desinfectaran perfectamente, debido a lo que había visto que sucedía en ese lugar.
Además de que ahora la secretaria de presidencia era Sara, la chica que lo había acompañado durante todo el proceso de cambios en la empresa, le resultó una empleada muy buena, y por eso la tomó como su secretaria personal.
Lo único que no le agradaba de ella era que no era muy atractiva, pero eso no era importante; siempre y cuando fuera buena en su trabajo, lo demás estaba de más. Siempre y cuando también fuera confiable y fiel a su puesto, él la aceptaría en su puesto.
—Sara, que no me moleste, nadie tendrá una reunión privada con mi hermano ahora.
—Si señor.
—Hermano, no sabía que ya tenías esta oficina, además la has remodelado por completo; se ve muy moderna.
—¿No me dirás que no sabías lo que sucedía en este lugar?
—¿De qué me hablas, que no es la oficina del director general?
—¿Nunca antes había venido a la empresa?
—No, mi madre me dijo que no era necesario que yo lo hiciera, que lo principal era que estudiara y terminara la carrera para después poder venir y hacerme cargo de los negocios.
Esa mujer de verdad, que tenía engañado hasta a su propio hijo, que pensaba dejarlo en la estacada también a él. Tenía que sondearlo para saberlo.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE
Alessandro decidió investigar qué tanto sabía David sobre lo que su madre hacía en la empresa y todo el dinero que tenía escondido en el extranjero y que él había recuperado.
—¿Qué sabías sobre el tiempo que no aparecía?
—No mucho, lo único que pude hacer fue contratar un investigador privado por mi cuenta y a escondidas de mi madre para que te buscara, pero cuando se enteró, me dejó de dar dinero. Después de eso, ya no pude seguir investigando sobre dónde estabas o lo que estaba pasando contigo.
—¿Tú me buscaste?
—Bueno, eres mi único hermano; además, te enviaron muy pequeño al extranjero, así que no te recordaba. Y cuando veía a otros niños que decían que hacían cosas con sus hermanos, yo sentía muchos celos porque mi único hermano no estaba aquí. Así que decidí buscarte, cuando pude, y lo hice durante unos años, hasta que alguien le dijo a mi madre.
Alessandro nunca imaginó que su hermanastro hubiera estado buscándolo durante años. Él pensaba que estaría envenenado por su madrastra, que estaría en su contra cuando él regresara.
—¿No me odias porque nuestro padre no dejó nada a tu nombre?
—Lo debería de hacer, si no supiera la verdad, de cómo sucedieron las cosas en el pasado, pero cuando estaba en la escuela secundaria, alguien me contó la verdad sobre mi madre y eso me hizo darme cuenta de que nosotros fuimos los que te quitamos muchos a ti.
—¿Quién fue el que te contó sobre nuestros problemas? —Alessandro estaba molesto por saber que a su hermano, siendo aún un niño pequeño, le habían contado sobre lo que su abuela había obligado a hacer a su padre, con tal de que su hermano no naciera como bastardo. Eso se supone que era un secreto familiar, y ¿quién más lo sabía?
—Un grupo de chicos que querían humillarme al llamarme bastado. Yo les dije que no era un bastardo, pero uno de ellos me gritó que solo por un favor de mi abuela yo no era un bastardo, pero que nadie me quería, en la familia Tosí, ni a mi madre, que había sido solo una amante.
—No me gusta nada que te hubieras enterado de esa forma de los asuntos de nuestra familia. Lo que hicieron mi padre y tu madre es cosa de ellos, pero dime, ¿qué piensas tú sobre eso?
—Cuando me enteré fue cuando me puse a ahorrar dinero para buscarte y encontrarte. Ya no quería estar con mi madre, por mentirme y decirme todo el tiempo que por tu culpa mi padre no me había dejado nada de herencia, pero no fue así; era por su culpa; ella se metió en el matrimonio de otra persona, y yo me sentía tan mal, que solo quería irme a donde estabas tú, y no verla más, pero cuando no logre encontrarte, solo me quedó esperar a que apreciarás.
Pero pasaban los años y no lo hacías, pero no quería creer lo que decían sobre que habías muerto; eso no era posible; yo sentía que estabas vivo y que regresarías.
Alessandro no sabía si creer en este chico tonto o solo pensar que era demasiado ingenuo, por vivir protegido por su madre, pero quizá era eso, que él no ha visto ni una milésima parte de lo que él ha vivido, aun cuando David solo tiene 23 años este año. Es muy ingenuo en cuanto a las cosas de la vida, pero al menos no está podrido como su madre.
—Ya es el último año que estarás en la universidad, así que he pensado que es tiempo que te integres en el negocio familiar; tienes que comenzar a venir a la empresa y conocer cada uno de los puestos principales, para que puedas encontrar uno en el cual creas que puedes desempeñarte plenamente y desarrollar lo que has aprendido y sobre todo tus capacidades.
—Tienes razón, tengo que comenzar a trabajar en algo, si es lo que decides que haga, así será.
—No es lo que yo decida, es algo que tú quieras hacer. Si no quieres estar en la empresa, puedes buscar en algún otro lugar donde comenzar a trabajar, y regresar cuando decidas que estás listo.
—No es eso, solo que sé que no te llevas bien con mi madre y no quiero que pienses que puedo causarte algún problema si vengo a trabajar aquí contigo.
—Tú eres mi hermano, ella no es nada mío y esta empresa era de nuestro padre; al final también ese hombre era tu padre, así que es mejor que comiences a trabajar aquí.
—Está bien, vende a trabajar, tú me dirás dónde comenzar entonces.
—Ya diseñé un plan de trabajo para que puedas conocer cada uno de los departamentos, donde debes estar para que puedas conocer mejor el funcionamiento de la empresa. Mi secretaria te lo entregará y a partir de la semana siguiente comenzarás.
—Perfecto, así lo haré, seguiré tu guía en todo.
—Es lo menos que espero de ti, porque tienes que poner el ejemplo a todos los empleados, como uno de los propietarios de este lugar. No lo olvides nunca, siempre tienes que representar la dignidad de la familia Tosí. Digan lo que digan los demás, eres hijo de un Tosí. Pero igual como puedes estar aquí, puedes salir.
—No te decepcionaré, hermano.
Después de esa charla, Alessandro acompañó a David hasta la puerta y dio la orden a Sara para que entregara el programa que había diseñado para él. Ya tenía planeado lo que tenía que hacer David durante los próximos meses; sería la mejor forma de saber cuánto podría confiar en él, como para dejar en sus manos en un futuro esta empresa y el dedicarse a sus negocios.
Los negocios de Alessandro requerirían que viajara al país X para tratar con gente de ahí, así que tendría que estar ausente por algún tiempo. Ese tiempo tendría que confiar en alguien; y esperaba que esa persona fuera su hermano.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE
Alessandro se quedó solo en su oficina, pensando todo lo que había pasado durante la mañana de ese día, desde que había chocado a propósito con Keira cuando la vio que venía por el mismo camino que él, y que estaba distraída. De inmediato se interpuso en su camino, provocando aquel choque. Todo para poder saber su nombre y presentarse a su vez; al verla cara a cara, no imaginó que ya no hubiera rastro de aquella cara de niña que había guardado en sus recuerdos; ahora era una mujer muy bella.
Era imposible negarlo; tenía unos ojos hermosos, y ese pelo largo medio ensortijado era algo raro de ver en el país M; no se veía en las mujeres de este país; era más común en las del país X, sobre todo ese color de ojos.
Por el color de ojos, es por lo que nunca la podría olvidar, pero si lo pensaba con cuidado, son del mismo color y forma que los de su madre adoptiva Naomi, con esa forma gatuna como si fueran tigresas. Son tan exóticos.
Tenía que buscar también a la mujer que Marcus le había mencionado, pero en realidad no quería involucrarse en eso, ya que esa mujer era la sobrina de su Naomi, y si ella se enteraba de que él la estaba buscando, seguro que lo castigaría, y eso no le agradaba nada, ni pensarlo, a saber lo que le haría. Cuando era pequeño solo lo encerraba en algún calabozo unas horas; ahora quizá lo castigaría con golpes.
Podría tenerle mucho cariño a Naomi, pero no dejaba de ser una mujer despiadada cuando la hacían enojar; no quería provocarla.
Sería mejor preguntarle a Timothy si ya tenía la información que le había pedido sobre su nueva amiga Keira. Tomó su teléfono y relajó una llamada; cuando conectó, respondió el hombre con el que deseaba hablar.
—Tienes la información que te pedí.
—Sí, jefe, la tengo, ahora estaba por llegar a su oficina.
—Bien, te espero.
Unos minutos después de colgar la llamada, entró Timothy.
—Aquí está la información que logré conseguir en el corto tiempo que me dio para conseguirla.
—Veamos que tan bueno eres.
Alessandro comenzó a leer lo que había investigado su hombre. Lo que estaba viendo lo dejó desconcertado. Keira sí había vivido en los barrios bajos cuando era niña, hasta los 18 años que fue recogida por su supuesta familia, pero esa familia actualmente ya no existía. El padre se declaró en quiebra, la madre estaba desaparecida, su hermana estaba en un manicomio y su hermano fuera del país.
Además de que estudiaba pagándose la universidad con becas. Tenía un trabajo de medio tiempo en una corporación importante, propiedad de Claude Howland; tiene un auto pequeño y modesto con placas XX-XXX. Esa placa era la del auto que se le atravesó el primer día que llegó a esta ciudad. Desde su primer día ya se habían cruzado. Los hilos del destino los tenían atados.
No es nada sobresaliente, solo por lo de la familia que encontró, pero después desapareció; eso sí que es extraño.
—¿Qué sabes sobre la supuesta familia que la encontró en los barrios bajos?
—Eso, me pareció muy raro, jefe, según lo que me dijeron, ella regresó con ellos, porque era la hija perdida de ese matrimonio, pero después resultó que no era la hija real. Pasaron muchas cosas después de que se enterara de eso en esa familia; comenzaron a caer en desgracia hasta que perdieron todo lo que tenían; de hecho, la compañía donde trabaja era la que pertenecía a la familia que la recogió de los barrios bajos, pero ahora es propiedad de Claude Howland.
—¿No lograste encontrar a nadie de la familia que la recogió?
—No, a nadie, solo sé que el padre se llama Lucas Cox y la madre Grace…
¿Grace? No podría ser semejante coincidencia; esa mujer a la que hacía mucho tiempo Marcus dejó con dos hijas.
—¿Esa mujer, Grace, cuántas hijas tiene?
—Por lo que me dijeron, solo una y está en el manicomio. Perdió la razón después de que la dejaran plantada el día de su compromiso; se llama Camila.
Sí, es esa mujer, pero ¿dónde está la otra hija de Marcus? Si Naomi se entera de que sigue viva, va a matar a su padre y a esa mujer y a sus hijas; ¡qué divertido va a ser eso!
—Investiga el paradero de esa mujer Grace y de su otra hija que debe tener unos 20 años. Tenemos que encontrarlas antes de que mi madre las encuentre.
—Qué, la jefa está buscándolas; me matará si sabe que no le he avisado sobre esto.
—No seas idiota, ella no sabe nada sobre esas tres mujeres, y es mejor que no se entere de ellas, o mi padre sufrirá un castigo terrible, así que apresúrate y encuéntralas pronto. Tenemos que deshacernos de ellas antes que mi madre. Se entere de su existencia.
—Está bien, me voy a trabajar o terminaremos colgados del pescuezo si la jefa se entera de esto.
Alessandro comenzó a reír a carcajadas de lo que dijo su subordinado. Le tenían tanto miedo a su madre, que siempre le divertía ver cómo temblaban cuando la nombraba.
Pero, si no se equivocaba entonces, Keira Perry, era en realidad la hija de Mayce, sobrina de su madre. Esa chica era intocable, hasta que su madre decidiera que lo hacía con ella. Él no se jugaría la vida para ayudar a Marcus. No pensaba avisarle que ya sabía dónde se encontraba; primero indagaría qué es lo que pensaba Naomi sobre su hermanastra y su sobrina, como para saber cuál sería su siguiente movimiento.
Apreciaba mucho su vida; como para jugársela por un juego de niños, podría seguir torturándola, apareciendo por aquí o por allá, pero no le haría nada.
Mejor se pondría a revisar los papeles de esta mierda de empresa, que tenía que hacerla funcionar en poco tiempo.
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Me encantan tus historias espero con mucha emoción los siguientes capítulos de tus historias
ResponderEliminarMe encantan tus historias espero con mucha emoción los capítulos siguientes.
ResponderEliminarEsta actualizado, ya voy por el siguiente bloque.
EliminarHola estoy leyendo buscando la verdad tras mi muerte y me está gustando mucho, pero ya leí los capítulos del 131 al 140 y no encuentro los siguientes, no está terminada? Cómo puedo ver si una novela está terminada antes de empezar a leerla? es que no me gusta quedarme a medio camino prefiero leer cuando ya están finalizadas.
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