UNA MUJER FUERTE (CAPITULOS 51-60)
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Mirko estaba viendo la cara de Suri, mientras estaba estudiando. Era una cara que a sus ojos era hermosa, con un par de ojos grandes, pestañas abundantes y ojos bien definidos, además de que tenía una nariz pequeña con una punta redonda que parecía como si fuera de una muñeca. Sus labios eran parecidos a los de un corazón; ahora que ya no estaba delgada, ni golpeada, y que su cara tenía más carne y estaba tomando forma de una adolescente, se veía muy bien. Sé que cuando creciera sería una chica atractiva, y aparte muy inteligente; no le faltaría pretendiente.
Mirko se dio cuenta de que nunca se había puesto a ver a una chica con tanta atención. Era la primera vez que lo hacía y a la que estaba viendo era apenas una niña. Él era ya un adulto; tenía 21 años. Se podría considerar que estaba atacando a una niña, si alguien supiera lo que estaba pensando, así que sería mejor que dejara sus pensamientos impuros y continuara estudiando.
Si alguien lo malinterpretara, sería una gran falta, y no quería ni imaginar si su hermana lo viera observando a Suri. Sería un tremendo lío de burlas de parte de ella.
Suri se encontraba totalmente absorta en sus estudios, corrigiendo lo que Mirko le había señalado y realizando un nuevo estilo para mostrárselo a él antes de que fuera la hora de tener que irse a casa.
Suri sabía que después de hoy no sabría cuándo lo vería de nuevo, y podría obtener su ayuda así de fácil, y esta oportunidad no la podía desperdiciar así de fácil.
Cuando la terminó, se la mostró sin preámbulos a Mirko, quien la tomó entre sus manos para revisarla, la leyó con calma y de nuevo marcó lo que estaba mal en la hoja con un marcador rojo, pero en esta ocasión solo fueron unas pocas líneas, lo que implicaba que ya no estaba tan mal como en la primera ocasión.
—Suri, cuando realices un escrito como este, tienes que expresar emoción en el sentimiento, no solo palabras con conocimiento. Ese es el problema que tienes, es como si solo dieras información sin más.
Suri se puso a pensar en las palabras de Mirko; ella no sentía, en realidad, nada cuando escribía. Hacía tiempo que no sentía nada, ninguna emoción por nada; solo sentía que tenía que estudiar y sobresalir, porque de ello dependía su vida, pero en realidad, no sentía emoción, pasión, felicidad, nada.
Desde que regresó a la vida de nuevo, solo sentía cinismo, dolor, decepción y mucho rencor por lo que le habían hecho su madre y Haydée y tristeza, porque su padre la dejó de lado, pero con el tiempo se dio cuenta de que ella había tenido la culpa de que su padre lo hiciera al creer en todas mentiras que su madre le contaba, para que ella se peleara con su padre y así alejarse de él…
En su vida pasada, las emociones se quedaron atrofiadas cuando dejó quitarse al novio, humillarse por su hermana y su madre y, al final, perder la vida a manos de su propia madre.
Mirko vio el rostro confundido de la niña, e intentó comprender lo que ella estaría pensando, pero recordó por lo que había estado pasando en la casa de sus padres, así que decidió explicarle las emociones que debería expresar.
—Suri, cuando tienes que realizar un poema, por ejemplo, puedes hacerlo a una persona que amas, o a un lugar que te gusta, o referirte simplemente al clima que es agradable porque te hace sentir feliz.
No es necesario que expreses tus verdaderas emociones en el momento que lo escribes, sino lo que estás sintiendo en el momento en que lo viviste.
Suri se le quedó viendo a Mirko, como si no comprendiera de lo que estaba hablando. Ella no había salido a pasarela nunca, ni había estado de verdad enamorada. Era verdad que salió con Derek, pero nunca lo besó, mucho menos tuvo intimidad con él, y en cuanto a algún lugar que le produjera alguna emoción tampoco lo había; ella jamás tuvo tiempo de conocer nada más que los lugares donde trabajaba.
—Suri, dime, ¿has salido alguna vez al parque, por ejemplo, o a acampar, o al cine, centro comercial, no sé cosas que hacen las niñas de tu edad?
—La verdad es que no, nunca.
Mirko ahora entendía que esta niña, estuviera tan perdida en cuanto a lo que se podría expresar y lo que no como algo emocionante, feliz o atractivo.
—¿Bien, qué es lo que más felicidad te causa ahora mismo?
—Poder estudiar e ir a la escuela
—Entonces, escribe sobre lo feliz que eres al asistir a la escuela. Realiza una redacción sobre eso, donde expreses tus emociones.
Suri comenzó a pensar en la forma en la cual se sintió cuando se enteró de que podría ir a la escuela y realizar su sueño, y que ya tendría que renunciar a su sueño, como en su otra vida, y comenzó a escribir. Así pasaron 15 minutos mientras escribía dos largas hojas, describiendo lo feliz que estaba de poder estudiar, asistir a la escuela, y aprender cosas nuevas, así como tener compañeros de clases.
Una vez que terminó, se la entregó por tercera ocasión a Mirko, quien la leyó como las ocasiones anteriores con calma, pero ahora ya no la subrayó o la marcó. Esta ocasión la lee solamente; sus ojos están brillantes, mostrando un poco de interés por lo que está leyendo.
Nunca pensó que para Suri fuera toda su vida el estudiar, que para ella fuera lo más importante, incluso su salud, el estudiar. Este escrito volcaba todas las emociones de Suri, que sentía tristeza, felicidad, desesperación.
Estaba completo, bien redactado y totalmente completo; ahora había comprendido la finalidad que tenía la redacción.
—Ahora veo que has comprendido que la finalidad que tiene realizar este tipo de redacción, libre, es para que puedas escribir con emoción lo que expresas, y no solo como si fuera un oficio o carta comercial.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Después de que Mirko la ayudara a comprender de nuevo algunas de las emociones. Suri comprendió que tenía que dejar atrás muchos de sus viejos hábitos; ya no tenía que estar siempre preocupada por estar pensando que nadie la quería, o que todos a su alrededor la odiaban, o no la deseaban; tenía que aprender a que existían otras personas y que de verdad podía llegar a tener amigos en esta vida. No puede estar sola para siempre y existir sin ningún tipo de emoción. Pensaba que estaba solo con su padre porque le era conveniente.
Pero ahora que lo analizaba, su padre de verdad la amaba, y él estaba haciendo todo lo posible por ayudarla, así que a ella le correspondería desde el fondo de su corazón, ya no solo como a una persona que podía servirle en sus planes a futuro.
No confiaría en su madre y Haydée; ella no es una santa, pero podría hacerlo en nuevas personas en las cuales considere dignas de tener su confianza, que puedan ser sus amigas o recibir su cariño. Todos necesitamos de compañía y sobre todo de relacionarnos con otros seres humanos.
Suri agradeció a Mirko por su ayuda ese día, y apreció de todo corazón lo que aquel joven había hecho por ella; sabía que cuando se volvieran a ver, le podría preguntar lo que tenía de duda, pero ahora tenía que marcharse, ya era hora.
Suri salió de la casa de los Goldstein a las seis de la tarde rumbo a su casa, para poder llegar a tiempo para la cena y ayudar a su padre a prepararla. Cuando llegara, seguro, su hermana ya no estaría; ella tendría que haberse marchado al internado y no regresaría hasta dentro de dos semanas.
No sabía cómo resultaría todo en su casa cuando su hermana tuviera que presentar los resultados de su examen en casa. Sabía perfectamente que Haydée era incapaz de pasar los exámenes de todas las materias de la escuela donde se encontraba ahora. Ahí eran muy estrictos con las calificaciones de todos los alumnos y ella no calificaba para pertenecer a ese lugar. Era una niña sumamente floja, y no le gustaba estudiar en absoluto. Siempre se aprovechó de Suri para que le hiciera las tareas y sus trabajos, para que así sacara puntos extras y subiera la calificación de sus exámenes.
Suri no tenía idea ahora mismo de si su hermana tendría a algún chico expiatorio preparado para culpar por sus malas notas, pero su padre ya conocía la verdad sobre ella, así que no creyó que si venía contando una mentira fuera a ser suficiente con algún cuento, para salvarse de que de verdad su padre ya no pague ni un centavo de su colegiatura.
Suri sabía que lo que Mariana estaba ganando era un dinero insuficiente para poder pagar la colegiatura tan alta de su hermana, y él había estado dando el faltante para que pudiera estar ahí Haydée, solo que pensaban que ella no lo sabía; era algo que la tenía sin cuidado, pero que le dolía. Ahora, después de estar con Mirko, decidió que dejaría las cosas malas fuera de su mente y solo esperaría a que pasara lo que tenía que pasar.
Ya no se amargaría más la vida por cosas innecesarias, y que sabía que tendrían que salir a luz. Pasé ahora o después.
*******
El lunes por la mañana, Haydée se encontraba muy feliz de solo pensar en la obra de teatro que se realizaría por la tarde. Ella sería la estrella que brillaría, nadie podría opacarla, sería quien más llamaría la atención de todos en la escuela.
Haydée se encontraba tan sumida en su propio mundo de color de rosa, que olvidó que tenía que traer el dinero que debía y pagar a esas niñas ricas o lo pasaría mal, debido a ella.
—Haydée, espero que trajeras el dinero que nos debes, si no haremos público que eres una pobretona, que consiguió entrar a la escuela por medios sucios.
—Bueno, aunque todos los deben sospechar ya, solo por el hecho de que está en el aula, donde están todos los niños que no entraron por medio del examen.
—Es verdad, aparte de que es una desvergonzada. No ha sido capaz de sacar buenas notas, para que los demás imaginen que entró porque no alcanzó a presentar el examen.
Las chicas comenzaron a reír de forma siniestra delante de Haydée, quien estaba furiosa por las palabras de esas chicas, que todas eran hijas de familias ricas.
Las chicas sabían perfectamente que siempre entraban a ese grupo todos los niños que eran rechazados por no lograr pasar el examen de ingreso, por sobornar al director, o porque de verdad llegaron tarde a las inscripciones, pero tenían la capacidad para estar en la escuela, pero esos eran muy fáciles de saber quienes eran; ellos siempre estarían en los primeros lugares de la tabla de calificaciones.
Y Haydée era una de las últimas en toda la escuela; era una pésima estudiante; además de que presumía de lo que carecía siempre, buscaba estar con las niñas más ricas, solo para conseguir no pagar su comida y sacar algo de ellas siempre, y eso ya la había hecho famosa en la escuela.
Haydée recibía en su casa el dinero justo para poder comparar su comida en el colegio, pero siempre lo gastaba en cosas sin sentido o innecesarias, ni siquiera en material escolar o didáctico, y eso lo sabían muy bien sus compañeras de habitación, por lo que no le prestaban nunca dinero. Ellas, al ver lo mal administrada que era, sabían que nunca verían su dinero de regreso. Por esa razón, ella siempre seguía a las niñas ricas, pensando que ellas nunca le pedirían el dinero de regreso, ya que ellas tenían hasta el triple de lo que le daban para gastos.
Pero desde hace un par de semanas le has estado pidiendo su dinero para atrás. Cada chica a la que le ha pedido dinero y no sabe qué hacer, es mucho si lo suma. No podrá conseguirlo fácilmente, ni quedarse sin comer por todo un mes.
—Tienes que tener el dinero para esta tarde u olvídate de participar en la obra de teatro.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Mariana estaba el lunes en su trabajo; no estaba nada contenta con lo que le pasaba en ese lugar; no soportaba que mujeres mucho más jóvenes fueran las que le tuvieran que mandar; ella debería de ser una jefa, no esas mocosas, que apenas tendrían unos 20 años. Solo por ser las sobrinas del dueño era que tenían esos puestos. Eso era algo que no podía soportar más, pero solo porque su hija Haydée le pidió que aguantara, es que lo ha hecho.
Ella debería de estar en su casa, sin hacer nada, como siempre lo había hecho, como lo había planeado, desde que Suri cumplió 5 años, cuando vio que ella ya podía realizar los trabajos de la casa, la limpieza y lavar los trastes.
¿Pero cuándo es que todo cambia?
Ahora mismo quisiera ir y romper la cara de esa hija ingrata y darle una gran paliza, para que comprenda que solo debería estar en casa ayudándola y trabajando afuera para ayudarla a cubrir los gastos de su hermana Haydée.
Era tan grande el resentimiento que Mariana tenía hacia Suri, que no podía ver la realidad que se avecinaba en su vida.
—Mariana, ¿qué te pasa? Pon más atención a lo que estás haciendo, que pones en riesgo el trabajo de todas.
—Es verdad, no te das cuenta de que, siempre que estás de mal humor, cometes muchos errores. Si no te hemos denunciado a la jefa es porque siempre comienzas a decir que tienes que sacar adelante a tu hija, pero eso no nos hace responsables de ti para siempre.
—Todas tenemos hijos que mantener, así que pon más atención, esta es la última vez que nosotras te cubrimos.
—Ya, no digan nada, ni que ustedes no hubieran tenido problemas en su casa.
—Mariana, todos tenemos problemas, pero también tenemos que dejarlos fuera de la puerta del trabajo y siempre estaríamos cometiendo errores y eso nos costaría el empleo.
Las compañeras de Mariana ya estaban cansadas de que siempre cometía errores; era muy grosera con ellas y déspota; ya no la querían a su lado, pero cuando estaban dispuestas a hablar con la jefe, Mariana comenzaba a llorar y suplicar para que no la denunciaran.
Mariana sabía cómo jugar la carta de la lástima cuando llegaba el momento.
Pero a sus compañeras ya no las conmovía con eso; estaban cansadas de ella, así que planeaban hablar con la jefa, que era una joven de unos 23 años, recién egresada de la universidad y sobrina del dueño. Ella entró como empleada a la empresa por méritos propios y las empleadas lo sabían, pero Mariana siempre se dedicaba a difamarla, diciendo que estaba en el puesto de jefa solo por ser sobrina del dueño. Las demás empleadas nunca le siguieron el juego. Era inútil razonar con ella.
Mariana decidió soportar un poco más solo hasta que su hija sacara las mejores calificaciones y pasara el semestre. Esa era la fecha que su marido le había puesto, para poder ayudar con los gastos de Haydée.
********
Haydée estaba nerviosa pensando de dónde sacaría el dinero para pagar a esas niñas; si no lo hacía, sabía que serían capaces de no dejarla participar en la obra de teatro, así que tenía que pensar en algo pronto, pero no sabía en qué.
Cuando estaba pensando en qué hacer, durante la hora del receso para el almuerzo, estaba en una zona donde casi no había alumnos, escondiéndose las chicas que la buscaban, cuando un grupo de chicos, al parecer del último grado, se pusieron a hablar, sin cuidar de que estuviera nada más en el lugar.
—Peython ¿Cómo es posible que tu primo aún esté vivo después de semejante ataque? Eso es algo casi imposible de creer.
—Eso es verdad; no puedo creer que solo resulte en unas lesiones y, después de estar un mes en el hospital, ahora pueda asistir a la escuela.
—Al parecer, una chica lo ayudó, cuando estaba siendo golpeado.
Los ojos de Peython brillaron con desdén cuando habló sobre la chica que ayudó a su primo; eso lo ponía de mal humor. Él había orquestado la muerte de Nael, pero todo había fallado debido a la intromisión de una niña que estaba pasando por ese lugar. Les había especificado a los matones que lo hicieran en un lugar donde nadie los viera y que nadie pudiera encontrar el cuerpo de Nael, y lo hicieron donde pasó una niña y salvó a su primo llamando a la policía.
Eso sí que fue un golpe de suerte para Nael; por eso ahora se encontraba vivo, pero si él hubiera muerto, ahora estaría completamente seguro de que él sería el único heredero de todo lo que le pertenecía a la familia Zaharie, aun cuando él no tenía ese apellido. Sino el de su padre.
Pero no pararía hasta que su tío Derek lo quisiera más que a su propio hijo, y le dejara todo a él.
—Dejemos de hablar de ese idiota de Nael, mejor pensemos en qué divertirnos durante la tarde. Yo no pienso asistir a esa estúpida obra de teatro.
—Es verdad, es muy aburrido, estar en las obras de la escuela.
—Tenemos que ir a algún bar para pasar un buen rato.
Haydée no podía creer en su buena suerte; estaba escuchando que el que estaba hablando era el primo de Nael, el chico al que su hermana estaba ayudando a estudiar y por sus palabras lo odiaba. Ella podría hacerse amiga de ese niño y quizá sacarle algo de dinero bajo la condición de contarle cosas de su primo.
Podría intentarlo, no perdería nada y sí ganaría si aceptaba y conseguía lo que necesitaba para pagar a esas niñas ricas.
Salió de donde estaba escondida para ver al niño que se llama Peython. Cuando lo vio se quedó sorprendida; era un chico de unos 18 o 19 años, estaba alto, de facciones finas y bellas, con cara de ángel; era demasiado llamativo para ignorarlo. Ella nunca imaginó que fuera un niño tan guapo.
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Haydée estaba boca abierta cuando vio a Peython; nunca había visto a un chico tan guapo y con tanta elegancia innata. Pero también noto un brillo de crueldad en sus ojos.
Peython vio que una niña, insignificante, salía de entre los árboles. No es que le importara que hubiera escuchado su conversación; no había dicho nada inapropiado, así que estaba tranquilo sobre eso. Lo que le llamó la atención fue que esa niña se dirigía al lugar donde se encontraba con sus amigos.
Haydée caminaba a paso seguro en dirección a donde estaban los chicos haciendo gala de su presencia, como si ella fuera la mujer más bella de toda la tierra, sin imaginar que esos chicos solo la veían, como una más del montón, si es que acaso la veían. Para ellos solo era una chica que pasaba por ahí sin nada más que hacer.
Cuando llegó hasta donde se encontraban, fijó su mirada en Peython. Todos estaban acostumbrados a que muchas chicas de todo tipo se le declararan a ese chico, así que nos pareció extraño que esta simple chica lo hiciera, pero esta sí que estaba muy lejos de las otras que habían visto antes; parecía algo pobre, en comparación a las niñas ricas que siempre lo acosaban, y además no era la típica niña delgada y supermaquillada; esta estaba gordita y poco maquillada, no era guapa, era simple.
—¿Quién eres tú, qué quieres al venir hasta aquí?
—Escuche que eres primo de Nael; mi hermana fue quien lo salvó, y ahora le da clases particulares.
—Fue tu hermana la que lo encontró en aquel callejón.
Peython miró a la chica que tenía enfrente y la evaluó. Esa niña no le estaba informando, solo porque sí, ella quería algo más. Conocía muy bien a las buscadoras de tesoros, y esta que tenía enfrente era una de esas. Se veía que estaba buscando a alguien con mucho dinero para ser reconocida en la sociedad.
—Chicos, pueden regresar antes; hablaré con esta señorita. —Los otros niños comprendieron a lo que se refería y decidieron todos irse.
—Soy Haydée, mi hermana se llama Suri y, por lo que escucho a ti, no te agrada tu primo, ¿verdad?
—¿Por qué quieres saber eso?
—Odio a mi hermana y por su culpa fui humillada en la casa del abuelo de Nael el fin de semana.
Esta chica era mucho más simple de leer de lo que imagino. Solo estaba buscando apoyo para destruir a su hermana, pero había algo más de eso, estaba seguro Peython.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
—Si me ayudas a lidiar con mi hermana, yo puedo ayudarte con tu primo.
—Y, ¿por qué debería ayudarte yo a ti? Yo no necesito de nadie.
—Porque si lo haces, puedo conseguir información que tú no puedes, si me hago amiga de tu primo.
—Podría ser, cierto, pero tengo curiosidad, por algo más. Tú no estás aquí solo por esa razón, dime realmente qué es lo que quieres.
Haydée se dio cuenta de que este chico era demasiado perspicaz como para poder engañarlo, así que decidió decirle que lo que necesitaba era dinero.
—Bien, ahora mismo estoy escasa de fondos y necesito algo de dinero, así que si me los puedes prestar, te los devolveré más tarde.
—Estás segura de que podrás pagarme, o solo es una escusa para poder sacarme dinero.
Haydée comenzó a ponerse muy nerviosa, sabía que no podría pagarle el dinero, pero no podía hacer nada, si no lograba convencerlo ahora mismo.
—No importa, pero si te ayudo con lo que necesitas, quiero que comprendas que debes estar dispuesta a hacer cualquier cosa que yo necesite. Cuando yo decida que debas hacerla, comprendo de lo que estoy hablando.
Haydée no pensó mucho en esas palabras, solo pensaba en que necesita el dinero pronto.
—Está bien, lo que tú digas.
—Buena chica, cuánto es lo que necesitas ahora mismo.
Haydée pensó que si tenía que endeudarse con este chico, tendría que ser por algo que valiera la pena. A las niñas les debía una suma de 10 dólares, así que decidió pedirle el doble.
—20 dólares, los necesito ahora mismo.
—Que tienes al chico del frac detrás de ti, o a un cobrador de préstamos.
Haydée no quería soportar esa clase de burlas, pero tenía que morderse la lengua.
—Eso no es de tu incumbencia, me los vas a prestar.
—Está bien, te los daré, pero recuerda la condición. Y dime cuál es tu nombre
—Mi nombre es Haydée DuPont, del segundo grado, en el salón octavo.
—Imposible de no encontrarte en ese salón, ja, ja, ja.
—Deja las burlas para después.
—Ya, está bien, te enviaré el dinero más tarde con alguien, ahora me tengo que ir.
— Peython dio media vuelta y se fue a buscar a sus amigos. Ahora estaba mucho más seguro de que esta mujer solo era una simple buscadora de oro, además de que si era capaz de hacer cualquier cosa por dinero era solo una más de muchas, que podría usar a su antojo.
Por otra parte, Haydée estaba feliz al saber que podía tener la oportunidad de participar en esa tan anhelada obra de teatro, donde sería la principal actriz, donde podría darse a conocer y así será observada por los niños más ricos de toda la escuela y verán lo bella que es.
Haydée, estaba completamente sumida en su ensoñación que no se dio cuenta de la forma en la que era observada por Peython a lo lejos, ese chico era el demonio encarnado, nunca había tenido buenos sentimientos hacia nadie, solo tenía resentimientos, pensando en como dañar a los demás, lo único bueno que tenía era su aspecto, que siempre le ayudo a salvarse de los castigos, culpando a los demás de sus fechorías, cosa que siempre hizo, desde que recordaba con su primo Nael, ahora había encontrado un nuevo juguete que había venido solo a tocar a su puerta y esa era esa niña tonta llamada Haydée, ahora tendría que soportar todo lo que él quisiera que hiciera ella.
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Por la tarde, después del almuerzo, Peython le hizo llegar a Haydée el dinero que le pidió. Para él esa cantidad no era nada; él recibía dinero de sus padres y de su abuelo paterno, así que siempre tenía de dónde ahorrar lo suficiente.
Lo que más lo divertía era la nueva esclava que había adquirido y que ella no tenía ni idea de lo que acabó de aceptar.
Haydée se apuró a pagar a las chicas antes de que comenzara la obra de teatro y a guardar el dinero restante. Ella ya había visto un vestido a juego con unos zapatos que costaban justo el dinero que le había sobrado; salió que iría a comprarlos en cuanto tuviera tiempo. Ahora lo más importante era salir y demostrar su gran talento bailando y actuando.
Se fue al lugar donde fungía como camerinos para prepararse, maquillarse y terminar de peinarse, ya que ya estaba usando el vestido que había comprado antes y los zapatos, de los que estaba tan orgullosa…
La función dio inicio y comenzaron con algunas presentaciones de los chicos que ejecutarían algunas presentaciones con sus instrumentos musicales, así como otros que cantarían antes de la obra musical.
Era muy conocido este periodo de eventos antes de los exámenes semestrales en la escuela cada año. Muchos de los alumnos asistían a él, además de que algunos padres de familia los acompañaban. En esta ocasión, entre el público se encontraba la profesora Sharon, quien en su momento fue también profesora de Haydée, y ahora es profesora de Suri en la escuela pública de la zona escolar del barrio donde viven.
La profesora asistió por invitación de otros profesores que conocía; entre ellos uno era una profesora de Haydée, la cual estaba sumamente molesta por el bajo rendimiento de esta, y sabía que había sido alumna de Sharon y le había comentado lo mal estudiante que era esa chica. Sharon no respondió a sus comentarios. No quería que su compañera creyera que ella estaba echando más leña al fuego; solo escuchó sus quejas.
Sabía que si comentaba que Suri era todo lo contrario, su amiga se pondría aún más enojada, por lo cual optó por guardar silencio sobre ese tema y disfrutar del evento cultural que estaban ofreciendo los alumnos del colegio.
Sharon quedó muy sorprendida cuando vio que Haydée era una de las participantes, pues sabía que los que participaban tenían una doble responsabilidad: estudiar muy fuerte para sus exámenes y estudiar para poder participar en estas actuaciones. Ahora comprendía por qué no había estudiado en absoluto en clases; solo se había dedicado a sobresalir en la obra de teatro. Conocía las ambiciones de esa chica y seguro quería llamar la atención de algunos de los chicos más ricos de la escuela, pero ella no era ni la mitad de atractiva de lo que era su hermana.
Cuando comenzó la obra, Sharon vio que Haydée se desempeñaba de una manera promedio. No era nada sobresaliente.
—Esa chica no era la que estaba elegida, era una compañera de la sección número uno, pero ella sufrió un accidente en las escaleras del escenario y por esa razón la está cubriendo, esa chica que no actúa para nada bien.
—Es verdad, aún no saben qué fue lo que pasó, porque la niña afirma que sintió que una mano la empujó.
—No creo que fuera un accidente; nunca hubieran elegido a esa chica; es fea y no actúa nada bien.
—Es verdad, la compañera que debería estar en el escenario es una gran belleza.
Sharon estaba escuchando todo tipo de comentarios a su alrededor sobre cómo había conseguido el papel Haydée. Ella hubiera querido negar a favor de ella, pero imposible sabía que esa chica era muy intrigante, como para ayudarla.
Lo sentía por Suri, que era una niña, tan estudiosa y delicada; ahora comprendía cuánto habrá sufrido con su madre y esta hermana en casa.
Haydée estaba en el escenario, feliz de sentirse observada por todos. Mientras estaba actuando, ella no se enteraba de que todos la apuntaban como la causante del accidente de la verdadera actriz elegida en un principio. Ella solo estaba pensando en lo famoso que sería de ahora en adelante el colegio, en la cantidad de chicos que la buscarían y cómo es que podría tener un novio rico muy pronto.
—No puedo creer que esta niña esté más interesada en llamar la atención de toda la escuela, que en estudiar. Tiene las calificaciones más bajas de toda la escuela, y aun así sigue presumiendo sobre el escenario como si fuera la mejor estudiante.
Se quejó la profesora de Haydée con Sharon.
—Y su hermana es la mejor en nuestra escuela. —Sharon ya lo había dicho cuando se dio cuenta de que no debería de haber hecho ese comentario.
—¿Tiene una hermana? Ella siempre ha dicho que es hija única
Sharon se quedó estupefacta cuando escuchó eso, como era posible que incluso negara a su propia hermana.
—Su hermana menor es mi alumna, y es una de las mejores de nuestra escuela, sus conocimientos y trabajos de una calidad superior.
—Pensaba que Haydée era así porque no le prestaban atención sus padres
—No todo lo contrario, solo piensan en ella. Mi alumna es la que ha pasado tiempos difíciles, para poder asistir a la escuela. Incluso su madre intentó que ella no estudiara para que trabajara para pagar la escuela de Haydée.
La profesora de Haydée está muy molesta por la actitud tan descuidad de su alumna. Esto merecía que se pusiera muy dura con ella a partir de ahora, ya no tendría ningún miramiento con ella.
Ya era tiempo de poner los puntos sobre las ies y así sería a partir de este momento.
Haydée, termino su actuación, pensando que había sido la atracción principal de la tarde, cuando en realidad solo fue la burla de todo el colegio, ella era solo una más del monto, no era atractiva, ni podría ser una chica que llamaría la atención de un hombre por su físico mucho menos de un niño rico que podría ver a chicas muy atractivas en las fiestas donde asistían.
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Haydée bajó del escenario más feliz que nunca en su vida, solo para escuchar los comentarios que se decían por todas partes, sobre que ella había hecho todo lo posible para apoderarse del papel, por medios poco ilícitos, que ella había causado el accidente de la niña que habían escogido en un principio…
Eso la puso muy molesta, además de que estaba nerviosa de que alguien supiera la verdad, por lo que se dio prisa para recoger sus cosas e irse a su habitación y no salir de ahí. Ese había sido su día especial y nadie podría evitarlo ya.
Ella ya había hecho que todos se fijaran en ella; ahora sería una niña famosa en el colegio, así que solo tendría que esperar a cosechar la fama en todo el colegio, y así podría lograr su finalidad de haber venido a esta escuela, que en un principio no era el de estudiar, sino el de buscar un novio rico que la sacara de la vida pobre donde vivía, así que eso es lo que haría.
*********
Al día siguiente, en el salón de clases, Haydée se encontraba feliz de estar siendo vista por todos, pensando que era por lo que había pasado el día anterior, pero no era del todo cierto; más eso no le importaba; ella solo quería vivir el momento. Cuando entró la profesora, que era la encargada del grupo, todos se pusieron de pie para saludarla.
—Bien, a partir de hoy comenzaremos a realizar un estudio exhaustivo en preparación para los exámenes semestrales, así que todos sin exclusión alguna deberán realizar el siguiente trabajo, el cual será presentado el próximo lunes.
La profesora les hizo llegar una hoja donde les presentaba los puntos a tratar sobre una redacción en la cual tenían que explicar por qué estaban en la escuela.
—Quien no la presente automáticamente perderá el derecho a presentar el examen semestral. Ahora comenzamos la clase.
Haydée comenzó a temblar de solo pensar en cómo tendría que hacer eso; ella nunca había hecho algo así, mucho menos usando tantas palabras; siempre fue Suri quien realizaba sus trabajos, y ella no tenía la menor idea de cómo hacerlo, así que tendría que ir a casa este fin de semana para pedir ayuda a Suri o forzarla para que ella le hiciera el trabajo. Sus padres quizá se preguntarían por su regreso, pero les inventaría cualquier escusa para justificarse.
Lo más importante sería persuadir a su hermana para que ella le haga el trabajo y poder presentarse al examen semestral de la materia de lengua.
No podía perder la oportunidad de este fin de semana o perdería un examen.
Cuando terminó la clase, entró otra profesora y les indicó algo similar, dejando un trabajo también que tendrían que entregar como boleto para presentarse al examen semestral. Ahora Haydée estaba mucho más alterada.
No sabía lo que estaba pasando; nunca imaginó que para presentarse a los exámenes semestrales les dejaran tantos trabajos; eso no lo había contemplado y si nos presentaba, no podría realizarlos y si nos presentaba, su madre sería llamada, y entonces se daría cuenta de que ella no había pasado ninguna materia; eso provocaría muchos problemas en su vida.
De alguna manera, tenía que conseguir que su hermana hiciera todo ese trabajo el fin de semana para ella, o estaría perdida, y eso no lo podía permitir de ninguna manera; ella no estaba dispuesta a que eso sucediera, mucho menos ahora que era una chica popular en el colegio.
—Haydée, tienes que ir a la oficina de profesores ahora.
Una niña de su clase le hizo saber que la esperaban en la oficina de los profesores; ella no esperaba que la llamaran, pero tenía que ir de todos modos.
Cuando llegó hasta ese lugar, se encontró a la profesora que era la encargada de su grupo, sentada detrás de su escritorio con una cara muy seria.
—Haydée, pasa y siéntate. Te he llamado porque quiero que hablemos muy seriamente sobre tus estudios. Sabes muy bien que no tienes ninguna posibilidad de pasar el semestre; eres una chica a quien no le gusta estudiar y que no aprecia los esfuerzos que hacen sus padres por enviarla a esta escuela.
¿Has pensado en que deberías de cambiarte de este lugar, para que ya no representes una carga económica a tus padres?
Haydée se quedó atónita antes las palabras de su profesora, ella no podía ser echada de esa escuela, su madre había gastado todos los ahorros de la familia para poder hacer que la aceptaran, y si fuera echada, su padre se pondría en su contra, para siempre y nunca la tomaría en serio como su hija de nuevo.
—Yo no puedo dejar esta escuela, mis padres decidieron enviarme a aquí como hija única, debo obedecer.
—¿Estás segura de lo que me estás diciendo, Haydée?
La profesora estaba dándole una oportunidad para rectificar las mentiras que por diversas razones ha estado contando a todos en la escuela desde que había llegado, ya que no llamó a sus padres por una otra razón y ahora que ella sabía la verdad, no podía dejar que esta chica siguiera mintiendo tan descaradamente.
Haydée sabía que si decía la verdad ahora mismo, perdería toda la cara y sabría a su profesora que había estado mintiendo y que ella no era una hija única y que sus padres no eran unos funcionarios que estaban ocupados todo el tiempo, que no podían asistir cada vez que eran llamados por ella.
Tenía que soportar hasta el final, para que no fueran descubiertas todas sus mentiras, o sería una atrocidad si todo se descubriera en ese momento.
—Si estoy segura de lo que estoy diciendo.
—Bien, entonces, a partir de hoy y hasta el lunes, si no entregas todos los trabajos, impecables y de forma correcta, no serás admitida de ninguna forma en esta escuela. Hasta que se presenten tus padres. Has comprendido.
—Sí, lo he comprendido. —Haydée estaba apretando los puños ferozmente debajo del escritorio, estaba furiosa por lo que le estaban informando, ya no tenía escapatoria, ahora tenía que forzar a su hermana a que hiciera todos sus trabajos.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Toda la semana, Haydée, en lugar de ponerse a realizar el trabajo como los demás estudiantes lo hicieron, yendo a investigar por las tardes a la biblioteca de la escuela, ella la pasó saliendo a ver aparadores a las tiendas cercanas de la escuela. Ella seguía con su vida habitual, pensando en todo lo que algún día podría tener, si llegara a tener un hombre rico a su disposición.
Su salón no era el único que tenía que presentar trabajos; todos los salones tenían el mismo cometido, así que todos estaban en la biblioteca en sus propios salones en las tardes después de las clases, trabajando arduamente para poder presentar todos los trabajos que les fueron asignados solo para estudiar para los exámenes semestrales, sobre todo los chicos que pasarían a la universidad.
Haydée estaba segura de que podría persuadir a su hermana para que lograra realizar los 8 trabajos que tenía que presentar en solo dos días. Y si no lo hacía, ella le diría a su madre que lo hiciera. Ella sabía muy bien cómo intimidar a su hermana.
Llegó el día viernes y Haydée regresó a su casa. Al salir del colegio, tomó el autobús que la llevaría a casa y se llevó con ella el material que necesitaba para que su hermana hiciera todo su trabajo escolar.
Ya eran las seis de la tarde cuando llegó a casa. Aún no llegaba Suri, ni su padre; solo estaba su madre sentada en el pequeño salón de la casa viendo televisión. Cuando vio a su hija llegar, se sobresaltó, pues no era un fin de semana para que ella regresara.
—Haydée, ¿qué haces en casa hoy? ¿No es un fin de semana que tengas que regresar a casa, acaso estás enferma, te pasó algo, dime que no te sucedió algo malo en la escuela?
—No, no ha pasado nada, solo que necesito que Suri haga algunas cosas para la escuela, así que vine para que ella me ayude.
—Cómo podría esa chica inútil ayudarte a ti que estás más avanzada en la escuela, no entiendo.
—No te preocupes, son cosas que solo ella podría entender después de que se las diga. Ahora tengo prisa para que ella llegue, porque no preparas algo de comer y comemos antes de que lleguen papá y mi hermana.
—Está bien, es mejor comer antes de que lleguen esos dos, que nunca nos invitan ni un trozo de pan.
Marina se puso a preparar algo de comer para ella y su hija mientras esperaban la llegada de Jordan y Suri. Sobre todo, la espera era desesperante para Haydée, quien quería que no se hiciera más tarde para poder hacer que su hermana pudiera pronto a realizar todos sus trabajos y así presentarlos el lunes a primera hora.
Cuando las mujeres terminaron de comer, ya eran las siete de la tarde y aún no había llegado ninguno de ellos, ni el padre ni la hija, y eso era muy extraño. Ya deberían de estar en casa ambos, pero no sabían el porqué no se encontraban aún ahí.
Suri y su padre se encontraron en el cruce de la calle grande y su calle, donde siempre lo hacían, y decidieron ir a comprar la comida en un pequeño puesto cerca de su casa. Ese día era fin de semana y prefirieron comer fuera. No gastarían mucho dinero, siendo solo ellos dos.
—Papá, esta sopa de carne ha estado deliciosa, gracias por traerme a comer a este lugar.
—Hija, me alegro de que te guste. Este lugar es limpio, un poco simple, pero muy acogedor. Tenía mucho tiempo que no pasaba por aquí.
—Pues cocina la señora muy bien, la verdad.
—Podemos venir en otra ocasión si te gustó tanto.
—Si no es un gasto alto para ti, papá, podemos hacerlo.
Jordan sabía que Suri siempre se preocupaba por lo que él pudiera gastar, de más e innecesariamente, y eso le rompía el corazón, sobre todo cuando recordaba el momento en que le dijeron en el hospital que su hija estaba tan anémica que había podido morir de hambre. Eso no lo podía creer si él siempre le había dado dinero suficiente a Marina para que no faltara comida en su casa. ¿Cómo podía ser posible que su hija fuera a morir de hambre?
—No lo es, hija, podemos regresar de nuevo.
—Papá, vi al hijo mayor de la familia Goldstein la última vez que estudié en el lugar donde guardo mis libros. Está más alto y sé más maduro.
—Eso es lo que tiene el estar en el ejército desde joven. Como lo ha hecho él, su cuerpo se desarrolla con mucha fortaleza, además de que, por lo que he escuchado, es un chico muy inteligente.
—Eso creo yo también, que es muy inteligente.
—Seguro que se casará con una mujer de su mismo nivel; son personas muy importantes; su padre nunca permitiría que una chica que no pertenezca a su mundo se haga que a él, o un hombre sin su nivel sea el novio de su hija, no lo creo.
Jordan decía esto muy a la ligera, pero en realidad lo pensaba, pues sabía que el padre de Mirko tenía un alto cargo en la milicia de su país, y seguro que no dejaría que sus hijos contrajeran matrimonio con nadie por debajo de sus expectativas.
Suri pensó en las palabras que estaba diciendo su padre y recordó a Mirko; era un hombre muy atractivo, inteligente y de una familia muy sobresaliente; además, en el futuro sería un hombre muy importante, así que su padre tenía razón, pero por alguna razón que no alcanzaba a comprender, no podía recordar quién era la mujer con la que se casó. Ella había sabido sobre su matrimonio en su vida pasada, pero nunca supo el nombre de su esposa, y no sabía él por qué, ya que ellos eran muy famosos en el barrio.
Esa parte de su vida pasada estaba como brumosa en sus recuerdos; era algo extraño, como si un manto en su mente no la dejara recordar.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Cuando Suri regresó a su casa en compañía de su padre, ya eran casi las nueve de la noche. Al entrar encontró a su madre y a su hermana sentadas en la pequeña saña de su casa. Eso fue algo que no esperaba ver.
Se suponía que su hermana no regresaría este fin de semana, ya que solo regresaba dos veces al mes a casa y había vuelto la semana pasada, así que no esperaba que estuviera ahora mismo sentada en la sala de su casa viendo el televisor con su madre, bueno, eso era algo que la tenía sin cuidado.
Jordán estaba igual de sorprendido al ver a su hija mayor en casa, pero decidió no preguntar él por qué estaba ahí. Supuso que lo hacía porque estaba cansada de estar sola los fines de semana en la escuela; además, estaba muy tranquila, sentada, viendo un programa de comedia junto a su madre.
Suri y su padre entraron sin prestar la mayor atención a las dos mujeres, así que ellos continuaron su camino a sus deberes para poder terminar el día. Jordan se preparó para tomar un baño, mientras Suri entró a su habitación para prepararse para leer un poco antes de irse a duchar y después dormir.
—Esos dos seguro que fueron a comer por ahí, y no les importó que nos atrapen estos aquí sin comer algo rico; solo tu padre se preocupa por su hija pequeña ya ni por su esposa.
Haydée, ya no tenía ganas de discutir con su madre sobre donde habrá estado su padre y su hermana; era mejor ir a buscar a su hermana para decirle que necesitaba que hiciera sus trabajos lo antes posible.
Se levantó de donde estaba sentada al lado de su madre y se fue a buscar a su hermana para llevarle todo su material escolar y ordenarle que se pudiera trabajar en sus tareas.
—Suri, necesito que hagas algo por mí.
Suri escuchó la voz de su hermana desde la puerta de su habitación, y la vio parada ahí, pero no le prestó mucha atención mientras estaba sentada frente a su escritorio leyendo un libro en inglés.
—Sé que escuchaste, así que entraré para mostrarte lo que necesito de ti…
Entró y colocó su mochila sobre la cama de Suri, sacando un montón de hojas donde se explicaba cada uno de los trabajos de las 8 materias donde se le había solicitado que presentara un trabajo específico para el día lunes. Se las puso delante a su hermana para que las viera.
Suri las vio y solo se preguntó que es lo que estaba planeando ahora su hermana.
—¿Qué es todo esto, que crees que debo hacer yo?
—Estas son las hojas donde se explica como se deben realizar todos los trabajos que tengo que entregar el lunes, para poder ser admitida en los exámenes del semestre.
—¿Cuándo te los dieron?
—El lunes.
—Haydée, ¿y cuánto de todo esto has hecho hasta ahora?
Haydée sabía perfectamente a donde quería llegar su hermana; sabía que la regañaría por no hacer nada, no comenzar a realizar ningún trabajo.
—Eso no importa ahora, lo que quiero es que me ayudes a hacerlos para entregarlos todo el lunes.
—¿Algo que te dieron para realizar en una semana, quieres que yo lo haga en solo un par de días? No te has puesto a pensar que yo también tengo que estudiar para mis propias clases y aparte tengo que ir mañana a revisar los trabajos de Nael. Yo tengo programada mi vida, no tengo tiempo para hacer nada de lo que tú deberías ser responsable, lo que puedo hacer es decirte cómo lo hagas y que mañana te pongas todo el día a realizar tus cosas y el domingo.
Haydée, no era esa la respuesta que esperaba escuchar; ella quería que ella realizara todo su trabajo, mientras ella solo descansaba o dormía tranquilamente.
Ahora no sabía qué hacer o cómo lograr que la ayudara o forzarla a que realice toda su tarea. Tendría que hablar con su madre para que lo haga.
Salió de la habitación de Suri y fue con su madre, a quien le dijo que su hermana se negaba a ayudarle con algo de tarea.
—Niña, maldita, cómo te atreves a negarte a ayudar a tu hermana con algo tan fácil. Puedes salir y ayudar a los extraños, ¡pero no apoyar a tu propia hermana!
—Tu hija no te ha dicho que no es solo un poco de tarea, son ocho trabajos, que le dijeron que tenía que entregar desde el lunes, y no ha hecho ninguno y ahora viene y me quiere obligar a que yo los hagas todos; si no los entrega, no la dejarán presentarse en los exámenes semestrales, así que tú sabrás si la pones a que los haga o no ella misma.
—Con más razón deberías de ayudar a tu hermana a que los entregue; ella no puede salir de esa escuela; sabes lo mucho que he invertido para que ella esté ahí.
—Ese es problema, tuyo, madre, no mío.
Mariana estaba furiosa por las palabras de Suri; no sabía desde cuando tenía tanto valor como para responderle de esa forma. Ya no le tenía miedo y podía incluso verla a los ojos sin temor.
—Y será mejor que ustedes dos me dejen en paz si no quieren que nuestro padre se entere de que Haydée solo regresó para obligarme a que realice su trabajo.
Esta chica maldita ya no podía ser intimidada tan fácilmente como en el pasado; ahora tenía unas agallas suficientes como para amenazarla. Decidió mejor salir; sabía que si Jordan se enteraba de que Haydée solo regresó a causar problemas no sería nada bueno el resultado de eso.
—Haydée, salgamos de aquí antes de que tu padre venga.
—Pero mamá necesitó que ella haga todo esto, para que lo entregue en la escuela.
—Haydée, dije que salgas, ya hablaremos fuera.
Suri no tenía ni la menor idea de cómo lograría su hermana poder presentar los exámenes semestrales, pero tampoco es que le importara, todo saldría a la luz de un modo u de otro.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
El sábado por la mañana, después de realizar las actividades cotidianas del fin de semana, Suri se fue a la mansión del viejo Thompson para revisar todo lo que le había dejado que estudiara Nael. Aunque lo había estado viendo todos los días en la escuela, sabía que había estado poniendo mucha atención en clases y que estaba esforzándose al máximo, pero quería revisar si estaba estudiando todo lo que le faltaba de los meses anteriores.
Cuando llegó a la mansión, como la ocasión anterior, fue recibido en la entrada por el mayordomo de la mansión, quien la llevó a la misma biblioteca en la que había estado el sábado anterior; ahí ya se encontraba Nael, esperándola, con una sonrisa amplia, y feliz de verla llegar.
—Qué bien que estés aquí, Suri, me alegra mucho verte de nuevo; pensé que no vendrías y eso me hubiera puesto muy triste.
Suri se preguntó por qué este chico sería tan apegado a ella. Sería que le gustaba; si así fuera, tenía que ser franca con él y decirle que ella no tenía planes de tener un novio o ninguna relación amorosa antes de terminar la universidad.
—¿Por qué estarías triste si no vengo? —Pregunto Suri a Nael.
—porque siempre he creído que no le importo a nadie, y que solo me buscan por lo que pueden sacar de mí. Y tú estás siendo obligada a venir a ayudarme, así que creí que sí estás siendo obligada, pues no vendrías más.
Suri entendía el sentimiento de rechazo que tenía Nael; ella misma lo había sentido hasta que habló con Mirko, y decidió que ya no sumiría en su autocompasión más tiempo, que tenía que aprender a ver a las personas que valían la pena y las que podrían ser sus amigos en esta vida.
—Nael, al principio sí me sentía obligada, pero ahora que te he visto cómo has cambiado y que de verdad estás esforzándote en la escuela, no vengo forzada a ayudarte a estudiar. No sé cómo sea tu vida con tu familia o con otras personas, pero conmigo no esperes que haga algo que no me guste, si lo hago es porque así lo deseo.
—Suri, entonces ¿podemos ser amigos?
Suri pensó que ni en su anterior vida ni en esta le habían pedido ser amiga de nadie; todo lo contrario, solo había tenido enemigos y muchos problemas siempre. Ella no sabía lo que era tener un amigo. Pero nunca era tarde para experimentar lo que se sentía tener uno.
—Sí, pero no confundas nuestra amistad, así que no dejaré de presionarte para que sigas estudiando.
—Claro que sí, eso lo comprendo muy bien, Suri.
—Entonces comencemos donde lo dejamos la semana pasada y revisemos las cosas que te deje para estudiar. Después de eso responderás un cuestionario para saber cómo estás en cuanto a conocimientos de inglés.
—Está bien, comencemos.
Nael estaba feliz de saber que podía tener una amiga en la cual de verdad podría confiar, porque si ella le había salvado la vida, y ahora lo estaba ayudando a que pudiera pasar de año y continuar sus estudios para poder llegar a la universidad, eso significaba que ella sería una amiga para toda la vida.
*******
Haydée estaba muy desesperada, pensando en que no podría ella sola conseguir terminar todo ese trabajo, así que salió a caminar por la calle más amplia del barrio para poder despejar su mente desesperada. Cuando menos pensó vio a Peython, quien se encontraba fuera de una tienda, parado, en compañía de una niña muy bonita.
Eso es lo que menos le importaba a Haydée; ella necesitaba saber si él podría ayudarla con su problema en ese momento.
—Hola, Peython.
El chico giró su mirada al escuchar su nombre y vio a esa chica buscadora de oro, que había conocido en la escuela. Él había estado tratando de convencer a la niña con la que estaba de que lo acompañara a su casa, para pasar un buen rato, y ahora había sido interrumpido por esta niña codiciosa.
—Que quieres.
Haydée no esperaba que le respondiera de una manera tan cortante; pensó que había causado una muy buena impresión en él; aun así, no se amilanó y continuó.
—Podrás ayudarme con un problema que tengo.
—Tú tienes muchos problemas siempre, ahora que es más dinero.
—No es eso, solo que necesito ayuda con los trabajos que tenemos que entregar el lunes para poder presentar el examen semestral.
—Déjame adivinar, no has hecho ninguno de tus trabajos. Verdad
—¿Cómo lo sabes?
—Es fácil de saberlo, eres una chica que está en el salón de los que entraron por la puerta de atrás, así que no eres una persona digna de estar en nuestra escuela.
Haydée se sintió insultada, pero no podía refutar las palabras de Peython, y menos insultarlo ahora que tenía necesidad de su ayuda.
—Eso no importa ahora, lo que importa es que tengo que entregarlos y no he terminado ninguno.
—Puedo ayudarte con eso, pero ¿qué me darás a cambio?
—No sé qué es lo que quieres, yo no tengo mucho que ofrecer.
—No dijiste que tu hermana era quien estaba enseñando a mi primo, entonces me llevarás a donde están estudiando.
—Te puedo llevar, pero yo no puedo entrar, si entras es cosa tuya.
—Trato hecho, solo necesito saber donde está ese bastardo, para molestarlo un poco, después ya veré qué más hago. En cuanto a lo que necesitas, dame todos los documentos y el lunes recibirás los trabajos para que los entregues.
—Muy bien, entonces sígueme; te llevaré a la casa donde se encuentran estudiando.
Peython había sido quien contrató a los matones para que acabaran a Nael, pero esos tontos habían fallado en su cometido. Ahora necesitaba saber y conocer de nuevo cada movimiento de su primo, para planear de nuevo un ataque que sea más certero en contra de él, así podrá terminar lo que empezó. No había otra forma de que él fuera el único nieto en la familia Zaharie, su abuelo paterno siempre le había dicho que él debería de poseer todo tanto lo que le pertenecía a su familia paterna como a la materna y eso es lo que pensaba hacer.
EL RINCÓN VELVET VIOLETA
UNA MUJER FUERTE
Haydée llevó a Peython hasta las puertas de la mansión del abuelo de Nael, donde estaban los guardias en la entrada; ella sabía muy bien que ellos tenían la orden de no dejarla pasar, así que no hizo ni el intento por entrar.
Solamente le dijo a Peython que esa era la casa donde estaban su hermana y su primo; si él quería intentar entrar, estaba bien, pero ella quedó fuera de eso.
—¿A quién busca joven? —preguntó el guardia de la entrada.
—Estoy buscando a mi primo Nael Zaharie.
—Un momento, por favor, preguntaré si puede pasar, dígame su nombre, por favor.
—Peython Miller
El guardia entró para preguntar si la persona con ese nombre podría entrar a la mansión. Le dijo al mayordomo que preguntara al señor.
Cuando el viejo señor Thompson escuchó el nombre del muchacho, estaba muy enojado al saber que había ido hasta su casa a buscar a su nieto. Estaba al tanto de lo mucho que había estado molestando a Nael durante su infancia y cuanto había adorado a ese niño su otro abuelo y descuidado a Nael, por eso es que se había querido traer a Nael a vivir a su casa.
Sería un gran tonto como el abuelo Zaharie, si dejara pasar a ese chico a molestar a su propio nieto y más ahora que se encontraba estudiando tranquilamente con Suri.
Salió para ver quién era ese mucho que había sido adorado por su otro abuelo; quería verlo y saber por qué había sido engañado en numerosas ocasiones.
Cuando se paró en el ventanal desde donde podía ver a las personas que esperaban en la puerta de revisión, vio a un chico alto y delgado con una cara muy atractiva, tanto que daba la impresión de ser un ángel. Ahora comprendía por qué su otro abuelo siempre le dio la razón a este niño. Podría engañar a cualquiera con esa cara, pero a él, que había visto a tantos tipos de personas, sería difícil de engañar.
Cuando estaba analizando a Peython vio que no estaba solo, que lo acompañaba Haydée. Ahora entendía cómo había llegado hasta su casa ese niño; de verdad que esa niña no podía quedarse en paz; solo sabía causar problemas al igual que su madre.
Se giró para ver al mayordomo y dar instrucciones para que no lo dejaran entrar con el pretexto que se encontraba estudiando y nadie podía molestarlo en ese momento.
El mayordomo comprendió de inmediato que ese chico no sería bienvenido en esa casa. Por lo cual se apresuró a ser el mismo quien debería dar la noticia al chico que se encontraba en la puerta.
—¿Es usted el primo del joven Nael?
—Si soy yo.
—Lo siento, pero no puede ser molestado por ahora, está en su hora de estudio, y no están permitidas las visitas.
—Pero soy el hijo de la hermana de su padre, ¿cómo es que no puedo verlo?
—Lo lamento, joven, pero es imposible romper las reglas, que se han establecido para el joven Nael.
—Hablaré con mi tío y me quejaré de que no me han dejado entrar para ver a mi primo.
—Puede usted hacerlo, pero esta casa está fuera de la jurisdicción de cualquier persona.
Después de decir esto, el mayordomo se fue y dejó a Peython enojado y sorprendido a partes iguales. Él solo sabía que la madre de su primo había muerto cuando su primo era muy pequeño, pero no sabía nada de la familia de su tía; nunca imaginó que incluso tuvieran guardias militares fuera de la mansión y que no lo dejaran entrar. ¿Qué clase de persona era el otro abuelo de Nael?
Tendría que hablar con su padre sobre esto, para informarse sobre la familia materna de su primo.
—Bien, cumplí con mi parte, ahora tú cumple con la tuya.
—Está bien; dame todo y te haré llegar la tarea el lunes antes de la hora de entrada.
—Acompáñame y de dire donde me esperes mientras voy a casa por todo lo necesario.
Haydée lo llevo hasta la esquina donde estaba la calle donde vivía y la calle amplia, ahí le dijo que la espera, mientras ella corría a casa para sacra todos los documentos que explicaban como realizar sus trabajos.
Una vez que lo tenía los llevo hasta donde estaba esperándola Peython, después de dárselos, ella regresó muy feliz a su casa a seguir descansando como si nada hubiera pasado.
*******
El día lunes por la mañana se encontraba a la entrada de la escuela esperando ver a Peython, para recibir lo que le había prometido, cuando lo vio llegar, se acercó a el de inmediato, Peython le entrego un sobre y después se fue como si ella no fuera nada para él.
Haydée no le importo esa actitud, simplemente se fue a su salón y saco lo que estaba en el sobre, ahí estaban todos los trabajos que tenía que entregar el cómo los había realizado en tan poco tiempo Peython no lo sabía, pero tampoco le interesaba saberlo, solo sabia que tenía que entregarlos y eso lo más importante, ahora mismo.
Al terminar el día ya había terminado de entregar los trabajos, estaba feliz de haberlo logrado, lo que aún no sabía era lo que le esperaba después de que fueran revisados, ya que se realizaría un examen sorpresa al día siguiente preguntando sobre el tema principal de esos trabajos.
—Muy bien, todos guarden sus cosas, solo dejen un lapis y goma fuera, realizaremos un examen rápido en relación con el trabajo que entregaron ayer.
Haydée no sabía qué hacer, como podría responder a un examen de algo que ella no había hecho, eso sería una proeza, si pudiera responder no lo leyó siquiera.
Haydée no se tomó la delicadeza de leer ni uno solo de los trabajos que le entrego Peython solo los entrego sin más, aparte de ser una floja, era una persona tonta.
Ahora tenía que enfrentar las consecuencias de sus malas decisiones y su actitud de falta de previsión


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